jueves, 22 de junio de 2017

CARLOS ANDRÉS JARAMILLO [20.224]


CARLOS ANDRÉS JARAMILLO

Carlos Andrés Jaramillo Gómez (Medellín, Colombia 1986) es estudiante de filosofía de la Universidad de Antioquia. “Extinciones”, su primer libro de poemas, fue ganador en 2014 de las becas Estímulos al Talento Creativo de la Gobernación de Antioquia.




Presentación del autor
por Cristian Bedoya


* * *

A través de un lenguaje mesurado, Extinciones devela un mundo en el que las palabras se tornan nocivas; en el que tanto la tristeza como la felicidad escapan al lenguaje; en el que el silencio no deja de manar. Establece, pues, una intercambio simbólico entre un infinito que desea ser nombrado y el silencio que encuentra a cambio, en la imposibilidad de las palabras.

Luis Eduardo Martínez

Fiel lector de autores como los argentinos Alejandra Pizarnik, Jorge Luis Borges y Hugo Mujica, el colombiano Elkin Restrepo y algunos poetas persas o japoneses, Carlos Andrés Jaramillo asevera que algunas de esas inspiraciones le han hecho entender que la poesía “es como alcanzar un gran vacío dentro de uno mismo; es algo vivencial y subjetivo”.

Por esto, y por la satisfacción de saber que al menos una persona leerá sus versos después de esta primera publicación, el escritor dice que la literatura seguirá acompañando su camino y complementando su visión filosófica.

Juan Pablo Ramírez


Extinciones
Sílaba Editores


Nada, sino esa luz inhabitable 
como en la acera un perro muerto
o llevar las vísceras en las manos
y la mirada turbia de quien se fue en la memoria.

Nada, sino esa luz,
de quieta soledad, de blancas alas
danzando en torno a la vacuidad del ser.


*


Somos un diálogo incesante, 
una palabra unida al silencio
desde la raíz.

(Un volverse contra sí mismo).

Días en que hablar,
es escuchar lo perdido. 


*


Era el tiempo.

Tú dijiste: guárdalo,
entre tus manos que escriben.

Guárdalo, en cada ojo
con el que me ves y no ves en la mañana,
con cada esperanza que has perdido
o todavía guardas.

Es el tiempo, dijiste, 
Ámalo, en cada hora que se abre
para mostrar su vacío.



*

Hemos abierto nuestra soledad:
las semillas del tiempo
(Horas que crecen en la boca,
como una floración vacía)

Nidos de la tristeza
(pájaros del pesar)

Y hemos puesto en la madera,
la fragilidad de las larvas
En el acero,
el orín de la corrosión
Amado la luz al desleírse, noche:
como los cuerpos al entrar en la muerte.

Hemos olvidado la palabra del comienzo
y la palabra del final.




Tiempo en que una hora abre sus manos,
y un hombre cierra, en sí, todas las puertas

(El ángel de la soledad se posó en tu boca).

Mudas a la destrucción,
se agitan las sombras

Todo arderá sin fuego
callará porque no calla

comí parte de mi corazón.




Sé que en la tristeza las palabras se rompen como los huesos
(no trates de pronunciarlas)

Sé que la muerte teje tus cabellos,
las hebras del río
que llega una hora desapacible,
en que la luz fenece
(un pájaro desespera en su vuelo)

Una hora en que el muerto encuentra un espejo
para mirar su boca:
el llanto de los enmudecidos,
de los que no pueden hablar.

Fuente:

Jaramillo Gómez, Carlos Andrés. Extinciones. Estímulo al Talento Creativo de la Gobernación de Antioquia, Sílaba Editores, Colección Sílabas del viento, Medellín, 2014.









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