lunes, 20 de abril de 2015

UVEL VÁZQUEZ [15.683]


Uvel Vázquez 

Nació en Jiquipilas, Chiapas, México. Estudió Letras Latinoamericanas en la UNACH y a lo largo de su carrera ha publicado en periódicos y revistas a nivel local y nacional; actualmente imparte talleres literarios.

Uvel Vázquez obtuvo el Premio Estatal de Poesía Eduardo Paniagua 1986; Premio Estatal de Cuento Jacobo Pimentel 1987 y Premio Sureste de Poesía Roberto López Moreno 2008. Fue becario del Centro Chiapaneco de Escritores en 1993 y del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas en 1994.

Ha publicado  los libros "Ejercicio de lo absurdo", editado por el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas  (Coneculta), bajo la serie “Las alas del sueño” de la colección Biblioteca Chiapas,  "Paradigmas de un mismo paisaje", Editado por el Instituto Politécnico Nacional, cuyo texto fue ganador del Premio Sureste de Poesía Roberto López Moreno y “Relojería erótica”, 2013.


El escritor Ricardo Cuéllar Valencia afirma que la poesía de Uvel Vázquez es moderna y contemporánea porque nace de dos vertientes claramente definidas en las poéticas del siglo XX:

“Una viene del cuerpo, del cuerpo que piensa, del pensamiento del cuerpo hecho poesía fundada esencialmente por Jaime Sabines. Y la otra que emana de Robert Graves, quien funda, asumiendo lo más secreto de las antiguas poéticas, la relación de la palabra con el mito”.

Asimismo Marco Antonio Orozco Zuarth, director de Publicaciones del Coneculta Chiapas, expresa que el libro nos convoca a escuchar el paisaje mágico de Chiapas porque “la pluma del poeta adquiere música, luz y profundidad que hacen reflexionar, por medio de metáforas, la relación del hombre con la naturaleza, en comunión y participación poética”.



Ejercicio de lo absurdo

La poesía de Uvel Vázquez, moderna y contemporánea, nace de dos vertientes claramente definidas en las poéticas del siglo XX. Una viene del cuerpo, del cuerpo que piensa, del pensamiento del cuerpo hecho poesía fundada esencialmente por Jaime Sabines. Y la otra que emana de Robert Graves, quien funda, asumiendo lo más secreto de las antiguas poéticas, la relación de la palabra con el mito.
RICARDO CUÉLLAR VALENCIA

Uvel Vázquez organiza un itinerario poético para indagar sobre sí mismo, pero no con la intención individual del sujeto narcisista, sino con el afán de saber sobre el otro originante; es decir, del otro cuyo infierno y paraíso explican al yo poético.
ALFREDO PAVÓN

El poeta Uvel Vázquez nos convoca a escuchar el paisaje mágico de Chiapas. La pluma del poeta adquiere música, luz y profundidad; haciendo reflexionar, por medio de metáforas, la relación del hombre con la naturaleza, en comunión y participación poética. 
MARCO ANTONIO OROZCO ZUARTH




Noticia

Mamá ya se dio cuenta
que vivo con una mujer con marido
y tiene miedo de que me quede quieto
en el acto más sincero de los hombres

Mas no he conocido a nadie
que tenga los ojos profundos
de amor
como los niños

Ah    me entrego rasurado
desnudo
amoroso
por sus labios ojos





Flor quemada de luna

A Fernán Pavía Farrera


I

En los ojos de mi padre
un niño triste
me cuenta mi infancia

En la oreja de mi padre
un arrullo de música
de un recién nacido
vive sin encanecer

Los labios de mamá en papá,
la tos apurada del niño

Con nalgaditas del tiempo
me poblé de vellos ocultos

Una milpa revienta un elote
temblando en su tallo
una flor quemada de luna

Se da cuenta que sufro
medita un poco
fumándose un cigarro

Me ve a los ojos escribiéndome
me ve lavar los ojos del cielo
con los párpados del mar
me ve dormir en la tierra

—La duda, la duda, hijo:
no vivas sin dudar.
Lo aprenderás cuando
tus espermatozoides
se hagan hombres o mujeres

Anhelando su arruga
contemplé su rostro sudado
en el mismo mirar del cielo

—Bobo
no pintes nunca
lo que otros han pintado
busca la duda, la duda

Mi padre durmió
con los ojos abiertos
retina adentro lloraba
por alguien de su tiempo

Recordé su frase cuando
íbamos a sembrar el maíz:

—Por esta milpa desgranada vivirá el tordito.
La arruga es la mejor belleza
del hombre

¿Cuántas dudas vivirán
en mi padre?



II

Andar calles bar calles
que estúpida manera de vivir
dudando
las cervezas y las mujeres
desatan las dudas

Es mejor dejarse engordar

Tengo ganas de viajar
de llenarme de Sol
de hablar con los sordos
de enseñarles mis manos
a los ciegos

A veces la fruta
se pudre en el árbol
sin darnos tiempo

Las maletas
me tiran de las ropas
la preñez de una lágrima
se dilata en mis ojos

A mi perro le creció la cola



III

Mi madre me sirve
café caliente
la sonriente     mi madre
con los ojos deteniéndome

—Padre: háblame de dormir

Despertar de pronto
en otra tierra
armando cuentos

Recordando
enamorado de la tierra
que ventanas atrás
se apagaron 




IV

Regresar es difícil
         mataríamos
a quienes nos han amado
         mil años de cárcel
         hasta volverse mariposa
despertar acodando la Luna
en la mejilla
despertar sin nadie
nadie sin despertar
despertar con un amor ahogado




V

Cansa
la misma camisa sudada
el nudo exacto que se destrenza
despertar con la mirada

Cansa
llevar adentro un río de silencio
sin más agua angustiosa
que la sangre magullada

Cansa
la belleza de los feos
el ronquido de la pobreza

Cansa
las calles en donde no avanzan
los pasos de una mujer
el brazo roto de la muerte




VI

Muchas veces te has cansado
admiro la alegría que llevas
en tu ceño ajado

Sólo un inútil admira a los demás

—Padre: ¿Ya te diste cuenta?
Amanecimos platicando





El galope oscuro del cielo

Se alza la tarde
con su abanico de incendios
el Sol entre nubes de lodo
nubes como parvadas blancas y aves negras
la nada con sus pasos de aire

En el balcón el arcoíris y la tenue lluvia
lenta como un cocodrilo ciego

El galope oscuro del cielo

Ventanas líquidas
y azules cerros amarillos

Las cortinas grises
dispersas
tristes

Se disipa la luz





Hablo de la noche

Yo también hablo de la noche
con su pleito de gatos

El largo romance de la Luna
con la ropa tendida

Brama la noche
danza el viento

Ebria te abandonas
a tu movimiento




Nacayumba

A Roberto López Moreno


I

Nacayumba me llamo
y camino descalzo sobre la arena del mundo
mis pies gozan al caminar
y la memoria Nichim
se dispersa sobre el viento de marzo
que sopla con su aliento caliente
haciendo figuras con el polvo


II

Nací en Tzimol
cuando llovió octubre
y con paso de tortuga
comencé mi largo andar
por el sueño de la vida



III
Las cascadas peinadas de luna
corren como aguas nocturnas
y sombras verdes
mojan este relámpago de octubre
que desciende
hacia el abismo de la vida
             y de la muerte



IV

¿Qué senderos de piedra y de sequía
me persiguen
desde que abrí la luz
y caminé con el Sol en la mano
para iluminar el mundo?



V

He aquí a Nacayumba
luchando con molinos de tormentos
molinos de fuego

Jalando su soledad
estirándola como la piel del mundo
a punto de ser carroña

Caminando entre las olas de las horas
andando y desandando
con sed en los pensamientos




VI

Esta soledad se parece a un río
tan grande como Tzimol
donde abundan los cafetales y los insectos de sol
me veo en las aguas cristalinas
¡Ah las ternuras de sol
envuelto de milagros!
En las aguas devastadas por el cielo

En las aguas de Chiflón
donde corren sedientas las miradas
el vértigo y el sueño
como una segunda vida

Brota de la nada el arrullo del olor
la armonía del cosmos
la propulsión del yo




VII

Aterriza la primavera
llena de viento y estrellas

Nacayumba me llamo y soy dueño de la Luna

Y soy hermafrodito
a partir de hoy toda la mirada les costará
para ir con botellas al mar
desatar los cuerpos ávidos
y oír la música azul
que fluye
en completa orfandad de la suprema caricia
del universo

Voy con Ulises
hacia las catorce islas
a cerrar mi ciclo de agua




VIII

Entre follaje
se detiene el viento
                mi ave
                vuela jalando hacia arriba mis recuerdos



IX

Digo Tzimol y crece la noche
la Selva Negra
en la que el viento corre enloquecido
hora tras hora
Digo ahí al dar vuelta a la flor

Nació mi madre
mi mortal infancia
mi infancia contenida
hallada aquí en las casas de adobe y tejas musgosas

Digo en voz baja
para que mi corazón se abra como una tierra oscura

—Tzimol es mi tierra fiel

como mi hambre que no me deja
Me duele esta vereda

me recuerda a mi padre enamorado
de la milpa desgranada

Enamorado de la tierra crepuscular

Tzimol palabra plantada en la piedra
con tu lenguaje de sol
me haces retornar
cubierto de agua luminosa como un oleaje

Tzimol corre por mis venas como una palabra
[abandonada

Tzimol eres como una madre amorosa
como una madre que me espera con el sexo
[encanecido

lejos de la carreta
y los bueyes
lejos de los sueños

En Tzimol crecen mis pensamientos y galopan
galopan
galopan
mis recuerdos




X

Ahí sobre esa butaca de cuero de tigre
descansaba el viejo
fumando su nostalgia padre joven de muchos sueños
ahí me esperaba con su insomnio
y su cigarro
ahí estaba el viejo
con su tos y sus cuentos
contándome la vida
mientras el tiempo cerró su abanico
XI
Nacayumba baja al río
río de piedras y agua fría casi helada
Sobre esta tierra llorada por los ríos
y golpeada por el viento
allá sobre la piedra
una mujer de cabellos de agua
se desnuda
mientras los peces rodean sus pies cuarteados
Bajo su claro vientre
fluye mi canto
mi encanto
Dicen que ella es encantada
se roba a los hombres
los hombres que se sientan en esa piedra a un lado
[de ella
se desmemorian para siempre
Ella es Nacayumba
la mujer de la sombra
es ciega y duerme en el monte con sus ropas ebrias





De “Relojería erótica” 

Reyna Roja 

Tus poéticos ojos
Tu boca de guanábana
Tu vientre dulce como uva
Tus pechos como pirámides egipcias
pecosos como pera
Tu ombligo
Como una larga calle de miradas
Despiertas deseos
Tus nalgas
Cántaros llenos de tiempo
Lucen en la calle despiertas
Y despiertan placer
Y agitan los deseos
Esos de los que te imaginas
¡Ah tu cuerpo mujer
Antoja, vaga, flota
Frutas al aire!
¡Pides el suave frote
¡Del hombre que no descansa!







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