jueves, 8 de mayo de 2014

MARIA LUISA LAMANNA [11.639]


Maria Luisa Lamanna 

Nació en Lecco, Italia, aunque las raíces de su familia están en el sur del país. Mientras estudiaba magisterio surgió en ella la pasión por la literatura, que fue creciendo a la par que el amor por el arte y la atracción por la música. Su inesperado encuentro con la escritura se manifiesta a partir de una introspección rígida y consciente, un análisis personal desde el que ofrece pequeños tesoros incrustados en una estructura aparentemente estudiada pero que es, en realidad, fruto de un esencial sentido del equilibrio de las palabras. Se incluyó una selección de poemas suyos en la antología Transiti Diversi (publicada en junio de 2012), que han merecido opiniones elogiosas; ello ha hecho que su escritura se sumerja en una búsqueda aún más profunda, a la que no es ajena la tentación de establecer un contacto intenso con la poesía, incluso a través de formas de expresión adoptadas recientemente, como la fotografía. Tiene en proyecto la publicación de un poemario personal.






En el ojal del eco

Tu sollozo
en la palma de mi mano,
en las arrugas
de la verde vena.
Así me visto,
garbosa
como una lluvia indecisa,
corrillo de gestos blancos.
Contigo seré roble
en el ojal del eco.

 Traducción: Federica A. Sala.






All'occhiello dell'eco

Il tuo singhiozzo
nel mio palmo,
nelle pieghe
della verde vena.
Mi ci vesto,
con il garbo
di una pioggia indecisa,
girotondo di bianchi gesti.
Con te sarò quercia
all’occhiello dell’eco.





Una confusión de blanco

Me iría
a contar gotas
pasajeras,
en una calle blanca,
sin una hora que me reclame
o un amor que me pida.
Sólo
una confusión de blanco,
oblicua,
que me encanta.
Como un amanecer del norte.

 Traducción: Federica A. Sala.








Colpa

Prima che tu dorma
annerisci
tutte le domande.
Sporca le mani
con l’inganno 
dell’inchiostro.
Gemi la tua pena
nella solitudine
della sfida persa.
Non ti voltare,
non dire.
Sarai colla e vite.
Domani.






Movimenti necessari

C’era un’alluvione
di metafore
all’angolo retto
delle stagioni.
Declino
movimenti necessari
quando l’immobilità
è un’arma stanca.
L’agitazione del dubbio
bussa alla mia tempesta.
Quel verde
è troppo breve
e non m’incanta.







Nuda di paura

Un Van Gogh
mi sta a guardare.
Tutto questo blu
m’inquieta,
eppure quello è il suo posto.
Giro la curva dello sguardo,
incontro un altro congenito blu.
Lo buco,
come un sasso nell’acqua,
quietissima metafora.
Mi viaggio,
nuda di paura,
foderata di provocante memoria,
che si scioglie
nelle frasi di cartapesta
rotolate nel mio letto.


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