sábado, 21 de junio de 2014

MANUEL ROJAS [11.968]


Manuel Rojas

Manuel Rojas Sepúlveda (Buenos Aires, Argentina, 8 de enero de 1896 - Santiago, Chile, 11 de marzo de 1973) fue un escritor chileno, autor de más de una veintena de libros, que abarcaron cuentos, novelas, poemarios y ensayos. En 1957 fue reconocido con el Premio Nacional de Literatura.

Hijo de los chilenos Manuel Rojas Córdoba y Dorotea Sepúlveda González, nació en Buenos Aires, en la calle Combate de los Pozos, Nº 1678, actual barrio Parque Patricios, pero cuando tenía tres años, en 1899, la familia se instala en Santiago de Chile. Su madre retorna con él a la capital argentina en 1903, dos años después de enviudar.

Autodidacta, Rojas estudió en la escuela solo hasta los 11 años.3 Vive con su madre en distintas casas de inquilinato de los barrios de Caballito, Flores y Boedo; en 1908 se mudan a Rosario y, en 1910, a Mendoza.

Rojas se radica definitivamente en Chile en abril de 1912. En esos años de esfuerzos y penurias, desempeña variados oficios: pintor, electricista, estibador, ciudador de faluchos en Valparaíso, vendimiador, peón del Ferrocarril Trasandino, talabartero, aprendiz de sastre, actor en compañías teatrales, entre otros.

Empieza a colaborar con los diarios anarquistas La Protesta de Buenos Aires y La Batalla de Santiago, donde escribe crónicas sobre política, educación y sociedad (en 2012, para el centenario del retorno a Chile, Jorge Guerra, presidente de la Fundación Manuel Rojas, recopila los textos del periódico chileno, los cuales firmaba unas veces con su nombre y otras con el seudónimo de Tremalk Naik, en la antología Un joven en la batalla).

Inicios como escritor

Su primera publicación literaria fue un poema —el soneto El gusano—, que apareció en 1917 en la revista Los Diez, perteneciente al grupo homónimo; cuatro años más tarde, en 1921, a su paso por Mendoza integrando una compañía de teatro, publica un conjunto de sus poesías bajo el nombre de Poéticas en la revista Ideas y Figuras.

Al año siguiente obtendrá su primer galardón con su cuento La laguna, que gana el segundo premio en el concurso de la revista bonaerense La Montaña. Su primer libro de cuentos, Hombres del Sur, aparece en 1926.

En 1928, el mismo año que muere su madre y que es contratado como bibliotecario de la Biblioteca Nacional de Chile, se casa con la profesora y poetisa María Baeza —con quien tendrá tres hijos, y cuya muerte inspirará el poema Deshecha rosa—, y al año siguiente sale su segundo libro de cuentos, El delincuente, que incluye el célebre El vaso de leche. Su primera novela, Lanchas en la bahía, que había escrito en 1930, aparece en 1932.

En 1936 publica su segunda novela, La Ciudad de los Césares, fallece su esposa y asume como director de la imprenta de la Universidad de Chile. Años más tarde, Rojas declararía en una entrevista su arrepentimiento por haber escrito esta novela, por encontrarla no solo «mala», sino además demasiado ficticia. «El escritor es hijo de su experiencia. Un escritor sin experiencia es un ente inconcebible», sostenía.

En 1941 Rojas se casa con Valerie López Edwards.

Madurez literaria

Rojas publica en 1951 su obra cumbre, Hijo de ladrón, con la que "abre un nuevo rumbo a la novela chilena". Dos años antes, había sacado un fragmento de esta obra en Babel, de la que era colaborador habitual, y posteriormente aparecerán en esa revista las páginas excluidas de la novela. Rojas había obtenido mención honrosa en el concurso de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), al que había presentado la novela con el título de Tiempo irremediable y el seudónimo de Torestin. El cambio de nombre lo hizo a sugerencia del escritor Enrique Espinosa.6 Con Mejor que el vino (1958), Sombras contra el muro (1964) y La oscura vida radiante (1971), Hijo de ladrón forma una tetralogía de aprendizaje que tiene como protagonista a Aniceto Hevia.

En 1957 Manuel Rojas fue galardonado con el premio nacional de Literatura.

Viajó a Estados Unidos y México en 1962. En Ciudad Juárez se casó con Julianne Clark, residió un año en el Distrito Federal donde escribió Pasé por México un día (1965), libro basado en sus lecturas sobre la literatura y la historia mexicana, así como en sus vivencias en este país. Cuatro años después emprendió una gira por Europa, visitando España, Portugal, Francia, Rusia e Inglaterra. En 1966 viajó a Cuba, inicialmente como delegado chileno, junto a Salvador Allende, a la Conferencia Tricontinental, y luego participó como miembro del jurado del concurso de literatura de Casa de las Américas. Desde Cuba viajó a Europa y visitó España, Portugal, Italia, Francia, Inglaterra, Checoslovaquia y Rusia, regresando a Chile a través de los Estados Unidos. Las traducciones de sus libros se multiplicaron. En 1969 fue invitado a Israel y ese mismo año publicó sus impresiones de dicho país en el libro Viaje al país de los profetas.

Rojas escribió en Los Tiempos y Las Últimas Noticias con el seudónimo de Pedro Norte y realizó crítica literaria en Las Noticias de Última Hora. Fue profesor en la Universidad de Chile, director de los Anales de dicha casa de estudios y presidente de la SECH (1936).

Sobre la importancia del autor, el portal cultural Memoria Chilena dice: "Manuel Rojas fue un escritor autodidacta que revolucionó la forma narrativa, rechazando el realismo tradicional del naturalismo y criollismo en boga hasta la fecha, cambiando las estructuras y el lenguaje tanto como la sensibilidad de los personajes y las situaciones narrativas [...] Introdujo el monólogo interior (o corriente de la conciencia) en su novela Hijo de ladrón, en forma más específica en el fragmento conocido como “La herida”. Es la primera vez que en la narrativa chilena aparecen en forma consciente los procedimientos utilizados en la novela anglosajona, sobre todo por James Joyce y William Faulkner. Otro rasgo importante en las innovaciones narrativas que aportó a la literatura nacional, es la incursión sicológica y existencial en sus personajes, situados en la condición de marginalidad social, personajes tales como ladrones, pescadores, aventureros, actores de teatro, bohemios, anarquistas, obreros revolucionarios y adolescentes en su proceso de formación".

En 1969 empezó a escribir lo que sería su última novela: La oscura vida radiante, la cual fue publicada en Buenos Aires en 1971. Por su contenido, la dictadura de Pinochet impidió que esta obra fuera editada en Chile, lo que sólo se hizo más de diez años después, en 1982.

Rojas murió en Santiago el 11 de marzo de 1973 a los 77 años de edad. A sus funerales asistieron numerosas personalidades de Chile, entre ellas, el presidente Salvador Allende y el Senado le rindió un homenaje. Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas y forman parte de las lecturas obligatorias en los colegios de su país.

Rojas y el cine

Algunas de sus obras han sido llevadas a la pantalla grande. Así, el cuento Un ladrón y su mujer, fue adaptado al cine con el mismo nombre por el director Rodrigo Sepúlveda. Estrenada en 2001, la película está protagonizada por Ramón Llao y Amparo Noguera.

En 2013 el director Pablo Vial estrenó el mediometraje Cuando se espera el sueño en el Santiago Festival Internacional de Cine, inspirado en el cuento Pancho Rojas. La película mezcla también pasajes de la vida real del escritor, que interpreta Álvaro Rudolphy.

Premios y reconocimientos

Segundo premio en el concurso de la revista bonaerense La Montaña 1922 por el cuento La laguna
Segundo premio en el concurso de la revista Caras y Caretas 1924 por el cuento El hombre de los ojos azules
Premio Atenea 1929 (Universidad de Concepción) por El delincuente
Premio Marcial Martínez 1929 (Universidad de Chile) por El delincuente
Primer premio en el concurso del periódico La Nación 1930 por Lanchas en la bahía
Premio Nacional de Literatura 1957
Premio Mauricio Fabry 1958 (Cámara Chilena del Libro) por Mejor que el vino
Ciudadano Ilustre de Valparaíso 1958

Obras

Poéticas, poemas. Edición monográfica de la revista "Ideas y Figuras". Mendoza, Argentina. 1921
Hombres del sur, cuentos, prólogo de Raúl Silva Castro; Nascimento, Santiago, 1926
El hombre de los ojos azules, cuento, Sociedad Boletín Comercial Salas & Cia., Santiago, 1926
Tonada del transeúnte, poesía, Nascimento, Santiago, 1927
El delincuente, cuentos, Sociedad Chilena de Eds., 1929
Lanchas en la bahía, novela, prólogo de Alone, Zig-Zag, Santiago, 1932
Travesía, 9 cuentos, Nascimento, Santiago, 1934
La Ciudad de los Césares, novela, Ercilla, Santiago, 1936
De la poesía a la revolución, ensayos, Ercilla, Santiago, 1938: descargable desde Memoria Chilena
El bonete maulino, cuentos, Cruz del Sur, Santiago, 1943
Imágenes de infancia, memorias, Universitaria, Santiago, 1950
Hijo de ladrón, 1ª novela de la tetrología de Aniceto Hevia, Nascimento, Santiago, 1951
Desecha rosa, poesía, Universitaria, Santiago, 1954
Chile: 5 navegantes y 1n astrónomo, antología, Zig-Zag, Santiago, 1956
Los costumbristas chilenos, estudio y selección de Manuel Rojas y Mary Canizzo, Zig-Zag, Santiago, 1957
Antología de cuentos, prólogo de Enrique Espinoza; Zig-Zag, Santiago, 1957
Mejor que el vino, 2ª novela de la tetrología de Aniceto Hevia, Zig-Zag, Santiago, 1958
El vaso de leche y sus mejores cuentos, Nascimento, Santiago, 1959
Punta de rieles, novela, Zig-Zag, Santiago, 1960
El árbol siempre verde, ensayos, Zig-Zag, Santiago, 1960
Obras completas, Zig-Zag, Santiago, 1961
Antología autobiográfica, Ercilla, Santiago, 1962 (reeditada por LOM, 1995)
Población Esperanza, obra teatro con Isidora Aguirre y estrenada en 1959
El hombre de la rosa, cuentos, Losada, Buenos Aires, 1963
Esencias del país chileno, poesías, UNAM, México, 1963
Cuentos del Sur y Diario de México, Ediciones Eras, México, 1963
Historia breve de la literatura chilena, Zig-Zag, Santiago, 1964
Manual de literatura chilena, UNAM, México, 1964
Sombras contra el muro, 3ª novela de la tetrología de Aniceto Hevia, Zig-Zag, Santiago, 1964; descargable desde Memoria Chilena
Pasé por México un día, ensayo, Zig-Zag, Santiago, 1965
A pie por Chile, ensayo, Editorial del Pacífico, Santiago, 1967
Viaje al país de los profetas, ensayo, Zlotopioro, Buenos Aires, 1969
Cuentos, Sudamericana, Buenos Aires, 1970
La oscura vida radiante, 4ª novela de la tetrología de Aniceto Hevia; Sudamericana, Buenos Aires, 1971; descargable desde Memoria Chilena
Obras, Aguilar, Madrid, 1973
El colocolo y otros cuentos, Ediciones Huracán, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 1977
Imágenes de infancia y adolescencia, Zig-Zag, Santiago, 1983
Páginas excluidas, Universitaria, Santiago, 1997
Un joven en la batalla, crónicas, LOM, 2012
Su voz viene con el viento. Poesía reunida, LOM, 2012
Conversaciones con Manuel Rojas: entrevistas 1928-1972, editado por Daniel Fuenzalida; Zig-Zag, Santiago, 2012
La prosa nunca está terminada, reúne una docena de textos dispersos y fragmentos de entrevistas; editado por Andrés Florit, Ediciones UDP, Santiago, 2013

Discografía

1968 - Chile de arriba a abajo, con Ángel Parra
1968 - Manuel Rojas en la serie Voz viva de América, UNAM.





SONETO

Lo mismo que un gusano que hilara su capullo,
teje en la rueca tuya tu sentido interior;
he pensado que el hombre debe crear lo suyo
como la mariposa sus alas de color.

Hila serenamente sin soberbia ni orgullo
tus ansias y tu vida, tu verso y tu dolor;
será mejor la seda que hizo el trabajo tuyo,
porque en ella pusiste tu paciencia y tu amor.

Yo como tú en mi rueca hilo la vida mía,
y cada nueva hebra me trae la alegría
de saber que entretejo mi amor y mi sentir.

Después, cuando la muerte se pare ante mi senda,
con mis sedas más blancas levantaré una tienda
y a su sombra, desnudo, me tenderé a dormir.





ÁNGELUS

Dejadme aún que sueñe, hermana, y me sonría.
No me llames, no quiero volver a despertar;
acaso habré de irme cuando se vaya el día
y yo, que no he soñado, ya no podré soñar.

Dejadme, pues, mi sueño y mi humilde alegría.
Nadie vendrá a buscarme, a nadie he de esperar;
la novia que se ha ido no vuelve todavía
y el hermano que ha muerto ya no ha de tornar.

Cuando resuene el ángelus yo estaré adormecido
y en mi cuarto habrá alguien que nadie habrá sentido,
ni tú, que junto al lecho velarás mi soñar.

Me llamarás, hermana. Y llamarás en vano,
A través de mi sueño yo estaré tan lejano
que ni a gritos, ni a versos me podrás despertar.





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