viernes, 16 de septiembre de 2016

ANA WANDZIK [19.149]


Ana Wandzik

Nació en Rosario, Argentina en 1981. Es editora, diseñadora aficionada y licenciada en Bellas Artes por la Universidad Nacional de Rosario. Publicó Galopa y otros poemas (Neutrinos, La Paz/Rosario, 2013) y Un huracán lento (Danke, Rosario, 2016). Junto con Maxi Masuelli conduce la editorial Ivan Rosado.




de Galopa y otros poemas (2013)


Palmeras en la nieve

Nada pasa por el circuito cerrado de mi televisor apagado
cuando la única tara mental que me queda
es limpiarle la nariz a mi hijo
que ha pescado un resfrío estacional
nada grave
¡Hola otoño!

Estamos soñando
largo y tendido
cuando por debajo de la puerta avisan
que llegaron los vencimientos
boletas a dos tintas con cifras de tres.
El remedio es armar la carpa iglú
dentro del cuarto
salir a la caza de la mejor de las luces
esa que sólo se encuentra
al pasar la traslucencia flúo
de la tela de avión
brasilera.

Con Camilo miramos videos en youtube
tomo su chica mano y lo llevo
de la historia del rock
a la de los peinados.
Él se duerme colgado a mí.
Yo me cuelgo
de palmeras
en la nieve.



Bajadas para llegar a la Costanera.
Usos y costumbres de la zona de barranzas

Las barrancas
caminos de descenso rápido y factible
aún no se prestan escalonadas
y elegir
es igual a sortear una destreza
en su aplicación más plena.

Gurruchaga: pavimentada con subida de autos,
casas, chicos
carnaval bomba seguro.

Maciel: también cementada y final con puente
hay lombriz, señuelo, carnada mosca.

Chiclana: preferida,
es una bajada de pasto ralo
a 45 grados del lecho fluvial.
Nos tiramos gritando su nombre
Y nos confiamos a la buena
del médano verde.

Washington: expediciones.
Las frutas caerán rodando
entre las raíces de los árboles
y llegarán a Colombres
calientes y aplastadas.

Blas Parera es un balcón que da a la nada.

Por Uriarte nos tiramos
en trineos de cartón:
la pasamos bien con quince años.
En un rato iremos a parar a la pileta
otra vez
a limpiar esta tierra
a pulir este estado civil.

Vila: larga escalera
y junto a ella una sutil campiña
donde mujeres jóvenes enseñan inglés
y te entrenan para el First Certificate
con terror al speaking.
Pienso que todo lo haría por escrito.

Castagnino: cuenta la leyenda
que los ciclistas desaparecen.

Las otras bajadas,
captadas por diversos emprendimientos,
se han organizado en la toma de la barranca
para usufructuarla con múltiples fines:
gastronómicos e inmobiliarios fundamentalmente.

Puccio: ¡puente colgante!
El descenso se producirá por la noche
y el ascenso a pleno día.
Las agrupaciones se infiltran
para hacer base en Tijuana,
Tucson I
Tucson II
Pancho Villa.





de Un huracán lento (2016)


Lejanas

Pini: una vez
vos viniste a Rosario
y fuimos todas al bar Berlín.
Luego tarde a la vuelta
yo te iba llevando en la bici
y por esquivar los adoquines de la calle Laprida
hice que te dieras la rodilla
contra un pilar de cemento
en la esquina del Círculo.
Después con los años
yo quise sellar esta amistad que no terminará nunca
poniéndote de testigo
el día de mi unión civil,
día que llegaste al registro
con la boleta del cable en la cartera
porque habías perdido el documento.

¿Y vos Jori? ¿Te acordás de esas madrugadas
que cruzamos 27 sin manos
buscando algo más o menos urgente
que dilatara la hora de las estrellas?
Bueno, ese kiosco sigue estando
pero un día a plena luz mataron a un tipo
y perdura la marca de sangre en la vereda.



Un horizonte

¡Vengo del vibrar zumbado de tu panza de jugo, colibrí!
¿Donde están tus hijos este verano?
Seguro empachados al pie del Juvenil
o volando libres
por los pantanos del Paraguay…
El tarope gira semicircular y amansa pronto en la orilla
la fauna lo saluda:
¡Buenaventura camalotal!
Naves calan como ballenas
vientres de soja
encallan en Puerto Paraná.
El camalote gira y si no,
se acopla.
100 metros cuadrados de jacinto en plancha.
Pasa el montacargas de sabroso tallo
la hoja es rendondita como una hamburguesa.

Eh campeón
a la remera sublimada
todo se le borró.
Buscaba una geometría para la vida, nada menos.
Ahora pues, la uso para dormir.
Como es blanca de pura, es también fresca como una pileta
en la noche del Riacho Carbón Grande.

Benteveo bucólico
de pecho dorado con antifaz de sombra
que bajas planeando sobre el espejo de cloro
levantas unos metros y escupes una piedra…
¡Levanta vuelo y ve a unirte con tu cría, Benteveo!
¡Los Estados latinoamericanos harán guardia a tu nombre este verano!



¡Por siempre estas mañanas!

¡Por siempre esta luz así,
turbadora!
Aún en sueños
me han dicho al alba:
tomarás derecho por Avenida Parlamento Argentino
saludarás a la comunidad de tordos
que anida en la cabina globo de Entel,
un medallón de merluza gigante vendrá a tu encuentro.
Eres la bohemia, la vagancia
y el lumpenproletariado.
¿Qué ves, qué ves?
Alto el río, amigo bagre
sube ligero el barro, sabalito.







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