martes, 15 de enero de 2013

LEONARDO GARCÍA PABÓN [8975]




Leonardo García Pabón
Nació en La Paz, Bolivia, en 1953. Poeta, ensayista, crítico de cine y guionista. Estudió en las universidades Mayor de San Andrés (La Paz), Católica de Lovaina –donde obtuvo su licenciatura en Literatura– y la de Minnesota, donde obtuvo su doctorado. Como guionista y crítico cinematográfico recibió varios premios. Su video “Recorrer Esta Distancia” (guión y codirección), basado en la novela Felipe Delgado de Jaime Saenz, recibió el premio “Ciudad de La Paz” en 1988. Sus poemas han sido traducidos al francés y al portugués. Es profesor de Literatura latinoamericana en la Universidad de Oregon.
Sus publicaciones de crítica literaria incluyen El Paseo de los Sentidos. Estudios de Literatura Boliviana Contemporánea (Comp., 1983) y artículos en revistas como Poesía, Revista Iberoamericana, Revista de Crítica Latinoamericana, Ideologies and Literature, Hispanic Issues, Caravelle. Fue editor general de las revistas Hipótesis (La Paz), Ideologies and Literature (Minneapolis) y Ediciones Altiplano (La Paz). Un ensayo suyo sobre el cine de Jorge Sanjinés fue publicado, en inglés, en la revista estadounidense JumpCut. Su obra en prosa más reciente en Bolivia es La Patria Intima, Alegorías Nacionales en la Literatura y el Cine de Bolivia 
(Plural, 1998).
Entre sus libros de poesía figuran Paso Cerrado (La Paz, 1979), Discurso de tu Imagen y tu Presencia (La Paz, 1981), Río Subterráneo (La Paz, 1984) y Agua, Palabras, Arena (Valencia/Minneapolis, 1988), Sol de Invierno (La Paz, 2000).



Poemas extraídos todos de Paso Cerrado 
(Ediciones “Piedra Libre”).



Larga, larga la espera

Larga, larga la espera. Mis largos cabellos se
desdibujan de olor. Las intenciones nacidas
una noche de lejanía perdonan a mi cuerpo y
el reposo se aproxima.
Dime tú: ¿aún saltan los pájaros?
¿por qué?
¡No! No no quiero saber por qué
dime, más bien, cómo lo hacen, cómo.
Quiero saber cómo se lleva el vestido de la
ceremonia, cómo se viste el acorazado para su
canto vespertino, cómo se engalana el rey ante
la muerte de su sangre.





A veces ocurre

A veces ocurre.
Con qué placer sentimos en nosotros la mira-
da oculta de unos ojos perdidos en la multi-
tud, cuando temerariamente nos muestra un
pequeño mundo de insinuaciones y nos pre-
guntamos cómo ese pequeño rayo verde pue-
de crearse en medio de un torbellino tan an-
gustiante y oprimente como la calle.
Y allí, solamente allí
nos es posible reconocer la transfigurada ima-
gen de un delicioso caminante, que con nues-
tros ojos en su espalda, no vuelve, no vuelve.
¿Acaso alguna vez pensamos que lo haría?
No. Ni siquiera deseábamos que así lo hiciera.
Sólo nuestros ojos en su espalda pedían la ho-
ra de un sufrir similar al de ese siempre desco-
nocido visitante.






En alguien

En alguien, y a veces, los ojos tienen el herir
continuo de las palabras que se dicen. Y las
manos son papel que cubre su retirada. Con-
fundidos los analistas del rostro: puede ser un
sonrojo a duras penas dominado.







Un ojo en la frente

Un ojo en la frente
otro en la boca.
Cuando la paloma rota
se pose
en un labio
un ojo
de cristal se cerrará
al brillo del día.
Anotaciones del cuerpo de la usurera
Anotaciones del cuerpo de la usurera. Su men-
te aún hacía objeciones a la muerte. Cada vez
menos.
Las manos se volvían inquietas al frío cuchillo
entre su ropa y su carne.
¿Vida o...?
¡Ahora! ¡Rápido!
Los ojos de la usurera se cerraron un poco y
un asombro extraño asomó entre sus cejas.
¡Libre!
Libre para sus hijos
para aquél
que llevaba en el vientre
libres en la noche
de cargas, preguntas y angustias
Comer reír beber
tres niños y una mujer embarazada
felices por primera vez única vez.
¿Después? ¿Mañana?
¿Qué después? ¿Qué mañana?
Los gatos bajan al olor de la sangre.





Indolente lejano

Indolente lejano
el adolescente de los ojos negros negros cabellos
bajo arcos y guiños
arrastra
una cortina.
Lo vela todo como un cirio.
Crío de los pájaros
espacio sin espacio
huecos negros de ausencia
ojos cabellos.
Nacido de un pantano
humus y petróleo
rayo triste y fuego fatuo
la piel blanca
negro negro.
Adolescente enamorado velado
envuelto en seda traslúcida
magneto cerrado
ola descarriada.







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