lunes, 12 de noviembre de 2012

NIKOS GATSOS [8.348]


Nikos Gatsos 

Nikos Gatsos nació en Atenas en 1915. Estudió en la Escuela Filosófica de su Universidad y comenzó a publicar sus primeros poemas en las revistas Nea Estía y Rit­mo, sin llegar aún a tener contactos con la vida literaria de la ciudad. En 1936 co­noce a Elytis y será des­de entonces miembro asiduo de las tertulias literarias de la época, especialmente la del ya de­saparecido Café de Lumidis.

Gatsos publicó un so­lo libro de poe­mas, Amor­­gós (1943), vinculado estrechamente al su­rrealismo y a ciertos tonos de la poe­sía po­­pular griega. Considerado como uno de los mejores libros surrealistas, influyó de­ci­si­va­men­­te en una nómi­na importan­te de poetas jóvenes.

Con el tiempo, Gatsos publicaría so­la­men­te tres poemas: “Ele­­gía” (en la revista Anuarios Filológicos, febrero – marzo de 1946); “El ca­ba­lle­ro y la muer­te” (en la re­vis­ta Pequeño Cuaderno, enero de 1947) y “Canción del tiem­po an­ti­guo” (en el pe­rió­dico Tachydromos, 2-XI-1963). Su admiración por Federico García Lorca quedó plasmada no sólo en el poema que presentamos, sino también en su traducción de Bodas de sangre, cuya representación teatral consiguió en Grecia formidables éxitos. En adelante, se dedicaría ex­clu­­si­va­men­te a componer letras de can­ciones que serían musicadas por com­positores de la ta­lla de The­odo­ra­kis y Ja­tzidakis, entre otros. 

Murió en Atenas en 1992.




El mejor surrealista

Nikos Gatsos debe incluirse, por derecho propio, al movimiento surrealista griego. Pertenece indiscutiblemente, en este marco de la literatura griega contemporánea, a la llamada Generación de los años 30, que, entre muchas otras corrientes literarias (poesía pura, influencia de Eliot y Pound, poesía social) consiguió sacar a la poesía del estancamiento producido por los seguidores de Kariotakis, durante los años 20, y llevar a cabo la adaptación a la lengua griega del movimiento surrealista europeo.

En 1935 publica Andreas Embirikos su libro Ypsikáminos (A­­ltos Hornos), que pro­vocaría el mayor escándalo literario acaecido a lo largo de toda la historia de la litera­tu­ra grie­ga, por su adscripción for­­mal y evi­den­te al movimiento surrealista.

Las pri­me­ras noticias sobre el mo­vi­mien­to habían aparecido en Grecia tardíamente. Estaban con­te­nidas en tres artí­cu­los de Dimitris Mentzelos en la revista O Logos (La Palabra) de 1931, que só­lo con­­si­guió despertar el interés de muy pocos poetas, especialmente el de Ely­­tis. Así, no debe re­sul­tar extraño que, en situación semejante, el libro de Em­­birikos fue­­se atacado desde todos los án­gulos y posicio­nes. Por lo demás, el pro­­pio Em­bi­ri­­kos, en ese mis­mo año de 1935, pronuncia en Ate­­nas la primera con­­ferencia so­bre el surrealismo y organiza en su propia casa la primera exposición de pin­tura su­rre­­a­lista. Encadenado también al surrealismo, tanto en pintura como en poesía, Nikos Engonópulos realiza su primera apa­ri­ción en 1938 y 1939 con Prohibido hablar con el conductor y Los cla­vi­cor­dios del si­len­cio, respecti­va­mente.

E­n efecto, cuando llegamos a 1940, se habían sentado definitivamente las ba­ses de la reno­vación poética. Sin embargo, a consecuencia de la guerra en Al­ba­nia contra los ita­­lianos, mo­rirá Yorgos Sarandaris; Elytis conocerá la cercanía de la muerte; Theotokás se verá obliga­do a abandonar la lucha. Tras la invasión ale­ma­na, la poesía se desarro­lla en la clandestinidad, pero las tertulias ocasionales y los grupos po­é­ticos siguen ali­mentando la llama de la creación.

Bajo semejantes perspectivas, ya en 1943, aparecen el libro de Nikos Gatsos, Amorgós, y El sol primero de Ely­tis, al que se­guirá El canto heroico y fúnebre por el subteniente caído en Al­ba­nia. Pero todo ello no es obstáculo para que lo más granado de la producción po­é­tica de la Generación se continúe tras la guerra alemana. Libros como Bolívar de Engonópulos, los Dia­­rios de a bordo II y III y El tordo de Seferis, To axion e­stí, El árbol de la luz y Ma­ría Nefeli de Elytis, Testimonios de Ritsos, y otros mu­chos, aparecerán más tarde.

[José Antonio Moreno Jurado]



Amorgós

Fragmento

Ὰπόσπασμα


En el patio del amargo no brilla el sol
Sólo salen gusanos para reírse de las estrellas
Sólo crecen caballos en los hormigueros
Y los murciélagos comen aves y orinan esperma.

En el patio del amargo no reina la noche
Sólo el follaje vomita un río de lágrimas
Cuando el diablo pasa cabalgando a los perros
Y los cuervecillos se zambullen en un pozo de sangre.

En el patio del amargo se han secado los ojos
Se ha helado el cerebro y se ha petrificado el corazón
Cuelgan carnes de ranas en los dientes de la araña
Saltamontes en ayunas se lamentan a los pies de los espec­tros.

En el patio del amargo crece la hierba negra
Sólo una tarde de Mayo pasó la brisa
Con un andar ligero como temblor del campo
Un beso del mar adornado de espumas.

Y si tienes sed de agua exprimiremos una nube
Y si tienes hambre de pan degollaremos un gorrión
Sólo falta un instante para que se abra la ruda silvestre
Para que brille el negro cielo para que florezca el gordo­lobo.

Pero fue una brisa y se desvaneció una alondra y se perdió
Fue el rostro de Mayo la blancura de la luna
Con un andar ligero como temblor del campo
Un beso del mar adornado de espumas.
   



Στοῦ πικραμένου τὴν αὐλὴ ἣλιος δὲν ἀνατέλλει
Μόνο σκουλήκια βγαίνουνε νὰ κοροϊδέψουν τ´ ἄστρα
Μόνο φυτρώνουν ἄλογα στὶς μυρμηγκοφωλιὲς
Καὶ νυχτερίδες τρῶν πουλιὰ καὶ κατουρᾶνε σπέρμα.

Στοῦ πικραμένου τὴν αὺλὴ δὲ βασιλεύσει ἡ νύχτα
Μόνο ξερνᾶν οἱ φυλλωσιὲς ἕνα ποτάμι δάκρυα
Ὃταν περνάει ὁ διάβολος νὰ καβαλήσει τὰ σκυλιὰ
Καὶ τὰ κοράκια κολυμπᾶν σ’ἕνα πηγάδι μ’αἶμα.

Στοῦ πικραμένου τὴν αὺλὴ τὸ μάτι ἔχει στερέψει
Ἔχει παγώσει τὸ μυαλὸ κι ἔχει ἡ καρδιά πετρώσει
Κρέμονται σάρκες βατραχιῶν στὰ δόντια τῆς ἀράχνης
Σκούζουν ἀκρίδες νηστικὲς σε βρυκολάκων πόδια.

Στοῦ πικραμένου τὴν αὺλὴ βγαίνει χορτάρι μαῦρο
Μόνο ἕνα βράδυ τοῦ Μαγιοῦ πέρασε ἕνας ἀγέρας
Ἕνα περπάτημα ὲλαφρὺ σὰ σκίρτημα τοῦ κάμπου
Ἕνα φιλί τῆς θάλασσας τῆς ἀφροστολισμένης.

Κι ἂν θὰ διψάσεις γιὰ νερὰ θὰ στίψουμε ἕνα σύννεφο
Κι ἂν θὰ πεινάσεις γιὰ ψωμὶ θὰ σφάξουμε ἓνα ἀηδόνι
Μόνο καρτέρι μιὰ στιγμὴ ν΄ἀνοίξει ὁ πικραπήγανος
Ν΄ἀστράψει ὁ μαῦρος οὐρανὸς νὰ λουλουδίσει ὁ φλόμος.

Μὰ εἴταν ἀγέρας κι ἔφυγε κορυδαλλὸς κι ἐχάθη
Εἴταν τοῦ Μάη τὸ πρόσωπο τοῦ φεγγαριοῦ ἡ ἀσπράδα
Ἓνα περπάτημα ἐλαφρὺ σὰ σκίρτημα τοῦ κάμπου
Ἓνα φιλί τῆς θάλασσας τῆς ἀφροστολισμένης.

© Nikos Gatsos (1943) (herederos). Traducción: © José Antonio Moreno Jurado




Gatsos and Hadjidakis

MARÍA FARANTOURI CANTA A NIKOS GATSOS

Το όνειρο καπνός

En tu jardín sembré césped
para que vengan los pájaros por la noche.
Ahora, ¿qué luna se te ha llevado
que del mundo se ha vaciado el abrazo?.

En el balcón de la noche el cielo se congela
y el amor se vuelve polvo y el sueño se vuelve humo.
Ha vuelto la juventud al río
Y el tiempo se ha convertido en subida.

Fui caña en el viento
fuiste mimbre en la tempestad.
En el balcón de la noche el cielo se congela
y el amor se vuelve polvo y el sueño se vuelve humo.




Το όνειρο καπνός

Έσπειραν στον κήπο σου χορτάρι
να ‘ρχονται το βράδυ τα πουλά.
Τώρα ποιο φεγγάρι σ’ έχει πάρει
κι άδειασε του κόσμου η αγκαλιά.

Στης νύχτας το μπαλκόνι παγώνει ο ουρανός
κι είναι η αγάπη σκόνη και τ’ όνειρο καπνός.
Κύλησαν τα νιάτα στο ποτάμι
έγινε ο καιρός ανηφοριά.

Ήμουνα στον άνεμο καλάμι
ήσουνα στη μπόρα λυγαριά.
Στης νύχτας το μπαλκόνι παγώνει ο ουρανός
κι είναι η αγάπη σκόνη και τ’ όνειρο καπνός.





Rosewater 

When you reach that other world, don't become a cloud, 
don't become a cloud, and the bitter star of dawn, 
so that your mother knows you, waiting at her door.
Take a wand of willow, a root of rosemary, 
a root of rosemary, and be a moonlit coolness
falling in the midnight in your thirsting courtyard.
I gave you rosewater to drink, you gave me poison, 
eaglet of the frost, hawk of the desert. 



Song Of Old Times 

For George Seferis


Times change, years pass
the river of the world is muddy
but I go out on the balcony of a dream
to see you bent over your clay
embroider ships and swallows.
The sea is bitter, our land small
the water in the clouds dear
the cypress wrapped in bareness
the grass burns to ashes in silence
and the hunt of the sun is endless.
And you came and carved a fountain
for the old shipwrecked man of the sea
who vanished but a memory of him
remains
a gleaming shell on Amorgos
a salty pebble on Santorini.
From the dew that shakes on a fern
I have taken the drop of a pomegranate
so I can in this notebook
spell out the longings of a heart
with the first star of a fable.
But now that Holy Tuesday arrives
and Easter will come slowly
I want you to go to Mani and to Crete
with your company there perpetually
the wolf the eagle and the asp.
And when you see the shooting star
from another time shine on your face 
secretly with delicate twinkle, stand up
bring back again a spring
that wells up in your own rock
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Times change, years pass
the river of the world clouds over
but I go out on the balcony of a dream
to see you bent over your clay
embroider ships and swallow


ΤΡΑΓΟ ΥΔΙ ΤΟΥ ΠΑΛΙΟΥ ΚΑΙΡΟΥ

Γιὰ τὸν Γιῶργο Σεφέρη

λάζουν οἱ καιροὶ περνᾶν τὰ χρόνια
ῦ κόσμου τὸ ποτάμι εἶναι θολὸ
μὰ ἐγὼ θὰ βγῶ στοῦ ὀνείρου τὰ μπαλκόνι
γιὰ νὰ σὲ ἰδῶ σκυμμένο στὸν πηλὸ
βια νὰ κεντᾶς καὶ χελιδόνι.
Τό παγο πικρὸ κι ἡ γῆ μας λίγη
καὶ τὸ νερὸ στὰ σννεφα ἀκριβὸ
κυπαρίσσ ἡ γύμνια τὸ τυλίγει
ὸ χόρτο καίει τὴ στάχτη του βουβὸ
κι ἀτέλειωτ ο τοῦ ἥλιου τὸ κυνήγι.
ἦρθες ἐσὺ καὶ σκάλισες μιὰ κρήνη
τὸν παλιὸ τοῦ πόντου ναυαγὸ
ὺ χάθηκε μὰ ἡ μνήμη του ἔχει μείνει
χύλι λαμπερὸ στὴν Ἀμοργὸ
ὶ βόσαλο ἁρμυρὸ στὴ Σαντονίν.
Κι ἀπ᾿ τὴ δροσιὰ ποὺ σάλεψε στὴ φτέρη
α κι ἐγὼ τὸ δάκρυ μιᾶς ροδιᾶς
ὰ νὰ μπορῶ σὲ τοῦτο τὸ δεφτέρι
αημοὺς νὰ συλλαβίζ τῆς καρδιᾶς
ὲ τοῦ παραμυθι&
ῦ τὸ πρῶτο ἀστέρι.
τώρα ποὺ ἡ Μεγάλη φτάνει Τρίτη
κι Ἀνάσταση θ᾿ ἀργήσει νὰ φανεῖ
ω νὰ πᾶς στὴ Μὰνι καὶ στὴν Κρήτη
μὲ συντροφι
σου ἐκεῖ παντοτιν
τὸ λύκο τὸν ἀητὸ καὶ τὸν ἀστρίτη.
ι ἄμα θὰ ἰδεῖς κρυφὰ στὸ μέτωπό σου
νὰ λάμπει μ᾿ άπαλὴ μαρμαρυγ
τ᾿ ἀλλοτινὸ πεφτάστε
ο σηκώσου
ά ζωντανέψ& #949;ι πάλι μιὰ μηγὴ
ποὺ καρπερεῖ στὸ βράχο τὸ δικό σου
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
οἱ καιροὶ περνᾶν τὰ χρόνια
ῦ κόσμου τὸ ποτάμι εἶναι θολὸ
μὰ ἐγὼ θὰ βγῶ στοῦ ὀνείρου τὰ μπαλκόνι
γιὰ νὰ σὲ ἰδῶ σκυμμένο στὸν πηλὸ
βια νὰ κεντᾶς καὶ χελιδόνι. 

Nikos Gatsos









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