martes, 3 de febrero de 2015

JOSÉ ANTONIO ÍÑIGUEZ [14.666] Poeta de México


José Antonio Íñiguez 

(Estado de México, 1991). Radica desde el año 2000 en Cancún, Quintana Roo. Sus poemas han sido publicados en diversas revistas y suplementos literarios como Revista El Humo, Síncope, Ombligo, Químicamente impuro, Tropo a la uña (segunda época), El mollete literario, entre otros. Recientemente su trabajo poético ha sido incluido en las antologías Los caminos de la lluvia: muestra poética de Cancún (Ediciones Del lirio, 2013) y Los volátiles: poetas de los ochentas y noventas (Juanita Cartonera, Chile, 2014). Es autor del poemario Fuga (de próxima publicación). Actualmente forma parte del comité del encuentro Cruzada Poética Peninsular, y trabaja para el Centro de Creatividad Literaria de Cancún en el área de Servicios Editoriales de la editorial Letramar. 




Birkenau


     Silencio, sangre y humareda. El remolino del terror cruza despacio. Los nombres impronunciables de los muertos ceden apenas.  Sus rostros, bajo toneladas de cemento y podredumbre, crujen, rechinan, se sonríen.

     Hoy, acaso son una ventisca que recoge en su camino: tiempo, memoria y palabras. Pero ayer, bajo el pulso del acecho, no fueron ni el milagro de la casualidad. Nadie, entonces, pudo aconsejarles que huyeran de su propio fin. Nadie pudo decirles que el olvido, tarde o temprano, sellaría sus cabezas.

     Hambre, hornos y locomotoras no fueron necesarias nunca para aniquilarles el espíritu. Antes Jehová aplaudió —recostado sobre su lecho, con una varilla de paja en la boca— al ver la procesión del crimen. 




Contradicho

Nos dicen
esto es la felicidad
esto el deseo perpetuo
esto la esperanza
y esto la inmundicia

Luego nos obligan 
a obedecer a rajatabla
Así –nos aconsejan- 
debemos entender el mundo

La palabra 
–según el patriarca supremo-
es un cascarón amarillo
y el concepto 
una yema podrida

Para nadie entonces 
pareciera útil
lo que hoy 
escribo en esta hoja

Pero decir aquí
esto es la muerte
esto la infelicidad
esto es el poema

es apenas 
inicio de palabra.




Compensación Patriótica

Cuando muera este país
dice el señor presidente
que al menos una fosa 
será bien recordada
al final de esta masacre

y si no ocurre de esta manera
dice además estar convencido 
que en otro país igual a este
sí habrá alguien que nos honre
embalsamando sus cadáveres

al menos
para ilustrar nuestra idea de matanza
cada domingo de museo.





VERANO

(Fragmento)


IV

¡Silencio, grillo!,
quiero escuchar tan solo
si vuelve el fresco.


V

Cielo sereno:
solo las aves surcan
irreverentes.


VI

Ni hojas ni lluvia:
la brisa sólo trae
polvo de ayer.


VII

¿Solo mi sombra
ha quedado de la noche?
Sol despiadado.


XII

Bebo del agua
que me ofrece un riachuelo:
¡quisiera el río!


XIII

No se detengan,
pájaros. Aleteen…
mientras descanso.


XIV

Bebí del mar
o mi propio sudor;
ya no recuerdo.


XVII

Luna, ¡retírate!:
tu luz, a media noche,
trae el verano.


XIX

Cae una gota
del grifo. ¿Dónde está?
Tierra sedienta.


XX

¿Andar? ¿Vagar?
¡Dime, oruga paciente,
de qué sol eres!


XXIV

Nadaré mucho:
puede que en lo profundo,
invierno sea.


INVIERNO

(Fragmento)

I

Cielo cerrado:
ni siquiera la luz
calla la lluvia.


III

Nunca es tan cierto
el rayo en mi ventana,
si no lo escucho.


VII

Detente, lluvia,
el árbol del jardín
me dice: ¡basta!


VIII

Ladran los perros;
entre la lluvia, un trueno:
nadie lo escucha.


IX

No llores más,
árbol de mi ventana:
la nube pasa.


XI

Pasa en silencio,
y no arruines la niebla,
sol invernal.


XII

Sobre el estanque,
nada una hoja reseca,
¿o surca el cielo?


XIII

Furioso río:
en sus corrientes lleva
mis ojos quietos.


XV

Todo es inútil.
Ante el brasero acerco
mis manos crudas.


XVIII

Pobres urracas,
¡si su canto pudiera
romper el frío!


XXIV

Ya volverás
a llover, triste nube:
siempre volvemos.


De Instante





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