lunes, 18 de agosto de 2014

JULIO MIRALLES [12.892]


Julio Miralles

Julio Miralles (Nació en El Salvador, 26 de septiembre de 1971 - † Iquique, 23 de marzo de 2008) fue un destacado poeta, dramaturgo y escritor del norte chileno.

La mayor parte de su infancia y juventud vivió en Vicuña, en el Valle del Elqui, donde comenzó a dar las primeras señales de su poesía. En diciembre de 1992 publica y presenta su primer libro "De Astros y Confabulaciones" en el Edificio del Parlamento de la Universidad de Carleton, Ottawa, Ontario, Canadá. Se convierte en un profeta en su propia tierra al recibir el reconocimiento de la Ilustre Municipalidad de Vicuña por medio del Premio Gabriela Mistral, reservado a los ciudadanos más destacados de la ciudad en febrero de 1994. Ese mismo año obtiene el Primer Lugar en el concurso de Cuentos del Museo del Huasco, en Vallenar. De ahí en adelante participó activamente en innumerables recitales poéticos y encuentros del mundo de la cultura, en la Sociedad de Escritores de Chile, diversas Ferias del Libro y en la Universidad de La Serena. En junio de 1995 gana el Primer Lugar en el Concurso “Mejor Carta al Padre” de Correos de Chile. Es así como vuelve a ser reconocido en su ciudad recibiendo en febrero de 1996 la Condecoración de la Ilustre Municipalidad de Vicuña por mérito a su trabajo creativo como poeta y escritor connotado. Asimismo en diciembre de 1997 obtuvo el tercer lugar en los Sextos Juegos Florales de Vicuña con su poemario "Fragmentos del Tatuado". Es el año en que también deja el Valle del Elqui y se establece en Iquique, ciudad donde incursiona en la dramaturgia con su primera obra teatral titulada "De cómo me hice sombra" en noviembre de 1998 bajo el auspicio del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes y la Universidad Arturo Prat. En dicha casa de estudios se convierte en Director del Taller Literario "Antawara" durante un período de dos años. También publica un nuevo libro "Las Fórmulas Secretas de la Soledad" en agosto de 1999.

El nuevo milenio recibe a Miralles con la Beca de Creación Literaria del Ministerio de Educación del Consejo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, y participa como expositor en la Escuela de Verano: Conversatorio sobre Literatura del Salitre de la Universidad Arturo Prat el año 2001. Desde ahí en adelante Julio Miralles comienza una etapa de exitosas presentaciones y performances para presentar sus trabajos literarios tomando como espacio propio el Palacio Astoreca en donde realizó una presentación por año incluyendo la poesía mezclada con música en vivo, actuación y elementos audiovisuales de los cuales son testigos sólo quienes asistieron, ya que Miralles siempre prohibió que se guardara registro de ellas.

Fallece en Iquique, el 23 de marzo de 2008.

Obras

De Astros y Confabulaciones (1992).
Marea y necesidades (1993)
Lacrimario Estremecido (1995).
Fragmentos del Tatuado (1997).
De Cómo me hice Sombra (1998).
Las Fórmulas Secretas de la Soledad (1999).
Lo Oscuro y Lo Silencio (2003).
Los Ángeles Prohibidos por el Amanecer (2005).
Memorias de un niño: Microcrónicas (2006).
City Tour (2007).






Poeta del Norte 

Somos poetas de agua en el frío de la muerte
mojados hasta el tuétano de franca rebeldía
guachos somos
sin nombre ni paisaje
el ojo gastado de arena y de miseria.
Los árboles nos asustan
con su terrorífico verde.
La lluvia nos asusta.
Los pájaros los conocemos buitres
y buitre amamos su negra desventura
su paciencia de pompa fúnebre, su hediondez, sus plumas duras.
Música de bombo y bronce
carnaval para mitigar la lejanía.
Duna - desierto - cofradía
flores de latón oxidando la memoria.
Altiplano somos
geografía niuna parte
de un país habituado a negar nuestra existencia.
Poetas somos como agricultores de la nada
haciendo pan de la esperanza,
cultivando quinoa la poesía de la noche,
chupando el alma a la guayaba,
haciendo patria a pura tripa
a puro sol
a mineral fundiendo la palabra.
Con suerte nos nombran a veces…
en la imaginación del sur
somos hermanastros,
hijastros bordeando el mapa,
viudos de toda alegoría,
mitología de bares,
chamullo de puerto.
Peruanos nos dicen
como si nos doliera…
Indios nos dicen
en su europea fantasía.
Nosotros enviamos poemas en botellas
y los arrojamos a la pampa
o a la salitrera nostalgia de la luna.
Nos sentamos a esperar la desgracia
la masacre, el naufragio, el maremoto…
acostumbrados como estamos al hambre y la desdicha.





Lost and Found/Objetos perdidos   

Lanzo una flecha
delante de la noche
a esta nada donde ciberviajas

¿Existes? pregunto a este infinito...

Sé que sí, aunque seas otro animal,
un nuevo animal de los que no hacen ruido.

¿Existes mariposa en el frío polar de los recuerdos?

Sé que sí, estás siempre aquí posada en el pétalo del corazón.

Entonces mi cordillera inmensa
apenas me alcanza
para declarar infinito tu nombre de poeta

¡Gabriela!

le grito al cerro mineral que me acompaña y nubla
y a tientas, como un niño ciego busco a Coquimbo en el silencio
pero se me atraviesan unos valles extraños
y belleza de incalculables ríos
y piedras
y mariposas rotas...

Entonces tampoco estás en el mapa larguirucho y puro cielo.

¿Existes?

Otra vez tus alas han dejado la huella irrefutable de tu irrefutable existencia
y las colecciono aquí en el pecho
por si algún día las emprenden y les dan ganas de volar...






SUICIDIO

Bolsillo roto, 
soga al cuello, 
hombre desnudo 
paseando por la acera. 
se quita la piel 
después la carne; 
de su bolsillo roto 
saca un arma 
se dispara en la cabeza. 
sonríe y se desangra. 
Hombre lo coge y lo tira. 
Hombre sentado en la acera llora.





REPROCHE 

Este mundo cansado de tenerme, 
me reprocha siempre 
que el sentimiento 
sea mutuo. 





POEMA 3 

Haz números 
al borde de la página, 
aquel que esté libre 
de pecado 
perdió la vida recogiendo piedras. 








El pensamiento me entretiene, me mantiene y me mata.
Avatares del yo en la poesía de Julio Miralles 

Por Jorge Etcheverry 


La poesía de Julio Miralles desplegó sus alas por un par de décadas desde esa región de atmósfera aún traslúcida que es el Norte. Triste dio unas vueltas para luego caer prematuramente en el momento más fructífero de su producción. Julio Miralles nació el 26 de septiembre de 1971 en El Salvador. Pasó su infancia y juventud en Vicuña y siempre se consideró un elquino de corazón. En 1994, luego de participar en actividades culturales en La Serena, partió a Iquique donde vivió el resto de su vida. Además de poeta era dramaturgo y artista plástico y fue distinguido por el Ministerio de Cultura por sus actividades culturales y sus premios en concursos de poesía y cuento. Llegó a ocupar la secretaría del Consejo Regional de la Cultura de la Primera Región, puesto que desempeño hasta su fallecimiento.

Si bien publicó sólo dos libros en papel: De astros y confabulaciones (Split/Quotation –La cita trunca, 1992) y Las fórmulas secretas de la soledad (Ediciones Campus, 1999 Universidad Arturo Prat, Iquique), nos dejó bastante producción inédita, libros que he ido publicando en formato electrónico en La cita trunca, incluyendo un tercer tomo que iba a sacar en papel y que no alcanzó a publicar: Los ángeles prohibidos del amanecer. Sus otros títulos son Fragmentos del tatuado; Lo oscuro y lo silencio; Crónica trasnochada de la mariposa y otras mariconadas y las Microcrónicas, este último una colección de breves textos intergenéricos.

Poeta básicamente lírico, en cuanto privilegia una expresión intensa centrada en lo que se suele denominar ‘personal’, no deja de acoger al mundo como correlato objetivo de su interioridad y como escenario. Pero sobre todo invoca a los demás, como familiares, confidentes, interlocutores, amantes, compañeros y semejantes, que aparecen en los poemas como personajes concretos de su vida cotidiana o como seres fantásticos o míticos y personificaciones. Estas dos dimensiones enmarcan y contextualizan el desgarramiento existencial e identitario sobre el que se levanta su poesía. En el aspecto por así decir formal o de estilo, su escritura acoge diversos tipos de discursos e influencias, que se ponen al servicio de la comunicación para compartir esa herida existencial básica. Una de las mayores predilecciones, para no hablar de influencias, de este poeta, es Vicente Huidobro: Ícaro, que es por así decir el personaje principal del poemario Lo oscuro y lo silencio, es de alguna manera un Altazor:


Ícaro
mártir seducido
niño insólito
ovario cautivo en la caída
tal vez también eres un ángel
y tu caída un vuelo inverso


Cuatro de las cinco notas finales de en este libro poema corresponden a citas de El ciudadano del olvido. Los Ángeles Prohibidos por el Amanecer, que fue objeto de una performance suya en la Universidad Arturo Prat en 2006, tiene como título un verso de Altazor, y en él se citan versos de Poemas Árticos, Altazor y Últimos Poemas. Las fórmulas secretas de la soledad, uno de sus dos libros publicados, tiene como epígrafe unos versos en Francés del poeta creacionista y se citan los Poemas Árticos. Esta presencia de Huidobro, aparte del frecuente recurso a la cita o alusión de textos, muestra una tendencia mesurada y contenida al experimentalismo y la vanguardia, un poco de capa caída en estos tiempos de comunicación directa y simple de los nuevos medios. En el caso de Julio Miralles, creemos que la urgente necesidad de expresión atenúa una tendencia presente en su poesía hacia la exploración lingüística, que sin embargo se encuentra presente en algunos caligramas, como en Lo oscuro y lo silencio:

y niño en el pájaro 

                                  c

                                      a

                                          y

                                              e

                                                   n

                                                       d

                                                            o

y caído planóforo incendiado”

donde hay además casos de generación de neologismos. En su obra se dan también otras alteraciones sintácticas y formales del lenguaje estándar, come en esta estrofa de Crónica trasnochada de la mariposa y otras mariconadas:

XI

Faraón - sueña  - sueño - indescifrable.
Sagrada - boca - toca - pétalo - perdido.
Flor - lejos -  desprende - luto.
Muerte - envía - telegrama :
Beso - negro - del - olvido. PUNTO



Lejos de ser un puro regocijo o manipulación exploratorios, o de intentar ampliar los horizontes de la expresión lingüística —una vanguardia de la trascendencia perpetua o el vacío—, estos rasgos experimentales se usan para representar realidades líricas o situacionales. En toda poesía, acaso en toda literatura, uno de los problemas a resolver es el del encuentro y el intento de armonización entre la dimensión del lado ‘de acá’, el del sujeto, y del de ‘allá’, comúnmente mundo. En este caso, la acogida del mundo (natural y humano) da lugar a una pluralidad de diversos discursos sociales que van de lo idiomático a lo culto y lo casi idioléctico, es decir un lenguaje con connotaciones reducidas a un grupo mínimo, en general familiar, pero que se ponen al servicio de una vocación eminentemente lírica. Así, el epígrafe


“El pensamiento me entretiene,
me mantiene y me mata”,


del libro Los Ángeles Prohibidos por el Amanecer alude a una anécdota que circula en el seno de la familia del poeta y el círculo más estrecho de relaciones y amistades: una mujer medio transtornada de la Parte Alta de Coquimbo decía esa frase cuando hablaba de su estado mental con la abuela del poeta. Aquí esta frase se saca de ese contexto y pasa a referirse al emisor poeta, abriendo un libro cuyas otras notas finales a referencias aparecidas en el texto son de Vicente Huidobro. Así, esta poesía abarca en su lenguaje y referencias a lo cotidiano, popular, coloquial, además de fuentes ‘cultas’. Es aterrizada y se vincula con seres, grupos y lenguajes marginales y marginados. Así por ejemplo en Crónica trasnochada de la mariposa y otras mariconadas hay casos de fonética reproductiva y grafismos, manifiestos en la presencia de expresiones subculturales como ‘panky’, ‘fumón’ ‘kumita’ ‘choro’..;. “Shiii aquí estamo todavía los loco”; ‘cacho’; ‘la mermelá’.Pero por otro lado en Las fórmulas secretas de la soledad nos encontramos con la ‘i’ arcaica de la ortografía de Bello y el español antiguo, que aparece en estrofas que parodian el lenguaje español antiguo de los cantares de gesta y los libros de viaje, como en esa parte del poema que lleva por título “El Doncel Relata la Historia de su Vida/i Algunos Viajes i Cosas que Sucedieron en Ellos. En Los Ángeles Prohibidos por el Amanecer nos encontramos con ocasionales representaciones fonéticas del habla coloquial, entramadas con elementos de otros registros: ‘la ciudá’, ‘la realidá’, ‘calamidá’, ‘alas rompidas’, ‘desta soledá’, ‘en doliendo’, ‘en arañando’, ‘y deso vivo’, ‘libertá’, ‘se me le multiplica’, ‘he volvido’, que resultan en un texto que mantiene una estructura más o menos tradicional de verso libre, donde hay una abundante presencia del lenguaje popular y coloquial, pero que a la vez es fuertemente distanciado, lo que es otra de las dicotomías con trabaja, resuelve o intenta resolver este autor:



Mira...

cómo me le crecen
estas alas rompidas
y cómo me le rompen
en la garganta rota
las palabras
desta confesión de-lirio,
de flores y ventanas.



Julio favorece la figura del ángel, de Los Ángeles Prohibidos por el Amanecer, figura que de alguna manera es una máscara o representación del hablante lírico o un personaje que un poco lo encarna y que se pasea por sus poemarios. El ya mencionado Ícaro tiene elementos de este ángel caído, y el Altazor de Huidobro, que se cita, pasa a ser parte de esta serie de personajes autorreferentes de aciago destino. También forman parte de esta constelación El Tatuado, que aparece en los Fragmentos del tatuado, y el Joven Príncipe de Las fórmulas secretas de la soledad; así como el testigo y narrador de Crónica trasnochada de la mariposa y otras mariconadas, que es un vampiro, de alguna manera también un ángel caído y maldito:



Comienza a amanecer…
el hambre nuestro de cada día se vislumbra.
Entonces mejor correr
antes que cierren todos los cementerios
y nos quedemos aquí
viviendo entre los vivos…
pero muertos



Estos y otros personajes se sitúan al centro de un tejido de relaciones, juicios, conjeturas, etc., que hilvanan una escritura en la que otros diversos personajes y entidades personificadas se irán haciendo presentes para ir entregando el sentido a una existencia yecta, arrojada al mundo—en un sentido heideggeriano—, pero no del todo inauténtica, sino envuelta a veces en un negro romanticismo. Pero que el héroe de turno que encarna o creemos como lectores que encarna al autor conoce y a la que está condenado desde su nacimiento.

Este (anti)héroe marginal que puede asumir las alas derretibles y el destino aciago de Ícaro, el Joven Príncipe o el Ángel, es el centro de preocupación o la conjetura de otros diversos personajes que el emisor poético secreta en un afán de definir los contornos y esencia de su propio ser. Así, en Lo oscuro y lo silencio, el personaje central que se define como siendo “A la manera de Ícaro”, es el objeto de la preocupación, registro, investigación y conjetura de caracteres tales como el Entomólogo, el Maestro, la Nodriza, el Célebre Médico, el Astrólogo y la Madre, a todos quienes el héroe responde en la sección de este libro-poema titulada Lo que dijo Ícaro. Más específicamente al Médico, a quien contesta en 

Respondiendo al Célebre Médico



¿Hubo alas?
sí señor, había alas ...
¿Heridas hubo?
profundas llagas

¿Causa de la muerte?
porfía
arrebato
libertad

¿Murió de repente?
de repente
de rapto
de belleza

¿Hora del deceso?
al ocaso
a eso de la noche
que llaman estrellada.

¿Hubo lágrimas?
amargas señor,
tan amargas.



Lo que revela al poema como un post mortem, mostrando a la vez una suerte de narcisismo quizás un poco masoquista, que se manifiesta el cumplimiento de esa común fantasía de ser el testigo de la propia muerte y el efecto de esta en los seres más próximos y en el mundo.

Estas constelaciones de personajes centrados alrededor de los aspectos y avatares de un personaje central antiheroico, pero estetizado, aparecen también en otros poemarios, a veces como interlocutores, delimitando y cualificando el yo poético en un obsesivo autoexamen. Así pasa en Fragmentos del tatuado, donde la madre, el padre, el Ojonauta, el amigo, la mariposa y la poesía son interlocutores que en un contrapunto dialógico van explorando junto al emisor poético sus alternativas existenciales.

En Los ángeles prohibidos del amanecer se recurre a la personificación para ir delineando esta figura central para-heroica: ‘Del Temor’, ‘De Tu Retrato’, ‘Del Sueño’, ‘De la Indolencia’, ‘Del Delirio’, ‘De la Soledá’, ‘De la Paraplejía’, ‘Del Valle’, ‘Del Cerro El Plomo’, ‘Del Carnaval’,etc., son elementos que comprenden lo objetivo, lo calificativo, lo anímico, estados físicos, eventos y actividades procedentes de diversos registros semánticos, y que desde el punto de vista del sujeto—no esta vez de los otros personajes (testigos) —, ayudan en este proyecto o tarea de delimitar la figura del yo, sus cualidades y acaeceres. El punto nodal de todo lo que padece y origina esta identidad fluctuante, angélica, marginal y marginada, que se empecinaba en un autoconocimiento. Para conocer e intentar compartir y trasmitir su esencia y sus manifestaciones.




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