miércoles, 30 de julio de 2014

MARÍA JOSÉ RIVERA OYARCE [12.585]


María José Rivera Oyarce 

(Chuquicamata, CHILE    1978)
Abogada en Violencia Contra La Mujer, actualmente radicada en la ciudad de Coquimbo, Ha publicado diversas ediciones : Versos Entre Cuadernos, Universidad Católica del Norte Coquimbo (2000) A Confesión de Parte, Escuela de Derecho, Universidad Católica del Norte (2001), su primer libro “ Mensajes Entre Líneas”, Ediciones Universidad Católica del Norte Coquimbo (2002), Poemas para Neruda En el Centenario de Su Nacimiento, SECH Filial Concepción (2004) Poetas del Desierto, Antología Norte De Chile. La Cáfila, Copiapó (2005), Poetas del Desierto, Antología Norte De Chile, Antofagasta, Pentagrama Ediciones (2005), Albricias, Poesía Femenina Contemporánea del Valle de Elqui Editorial ALOM (2011) y su Segundo Libro” Eva y Su Cuadernos de Gestos”, Editorial Menssage (2014)




VEO LAS LÍNEAS DE MIS MANOS 

Veo las líneas de mis manos 
Y en su profundo abismo
Dios me observa también
Circularmente perfecto
Inevitable y exacto
Germinando de pronto
Desde mi improbable humanidad
Desde mi inconclusa especie repentina
Con una luminosa excusa de eternidad en los ojos
Y a punto de perpetuarse hacia lo infinito

No se si mi puño cerrado es capaz de detenerlo
Por eso dejo escapar de entre los dedos el surco donde me habita
Dios avanza sobre mí en precipitada línea 
Todo huella inclinando universos 

Desde su respirar y en idénticas cifras celestes 
Su nombre transita hacia mí en inacabada ruta develada
Dios reclama mi fragilidad de espuma 
Mi intima esencia de signo sumergido

Yo que nada he sido en blanco camino de las horas
Silaba breve, rumor leve de ensueño
Me descubro divina cualidad en su boca 
Verbo fecundo de palpitante vientre
Inabarcable verso 
en la profundidad de MI sexo







Eva y Su Cuadernos de Gestos”, 
Editorial Menssage (2014)



Vacuidad

Hay veces que duele nacer con el día
Ser una huella perdida y un hambre profundo
Como si respirar llevase consigo una espada en el vientre
Una llama en el pecho que no deja de quemar
Duele reflejarse en los espejos
Y amamantarse de nada en el caos insalvable de ciertos cuartos prestados
De ciertas líneas oscuras
Con una cruz invertida en cada palma y una piedra incrustada en los dedos
Derribando gigantes en cada esquina
Espiando lado a lado para pasar inadvertido
Mientras la nada corroe los huesos
Y los verbos se van estrellando ante ventanas
Ante palomas heridas y dioses diminutos
Duele ser y no ser
Y seguir siendo lo que nunca se ha debido ser
Como si desde el útero hubiesen escrito tu nombre
En páginas en blanco
En tierra de nadie
Como si no hubiese motivo para seguir llegando a ninguna parte
Lleno de vacuidad por dentro
Lleno de vacuidad por fuera
En esta infinita angustia de perecer con la noche
Sin haber alcanzado a descifrarse.




EL ESPEJO DE DIOS

Para Eva o para Dios
Que para el caso es lo mismo
Porque los dos paren hombres…

Eva fiel reflejo de su padre
Y no de Adán ni menos de su costilla,
Infinita repite su gesto paridor 
Su ineludible condición de útero
En divina semejanza con su todo
No obstante los rumores mal intencionados
De su papel secundario en la historia 
Eva siembra su esfinge con evidente sonrisa 
Y en trébol de su vientre el mundo vive
Develada la duda
Es fácil imaginarla preñada de universos
En estado original de gestación esencial 
Irreproducible en otra que no sea Eva
Y su entrepierna profunda 
Eva reclama
Primogenitura de especie
Como cáliz de toda cronología 
Individual o colectiva
A pesar de la negación
Y de ese dedo acusador
Que la señala de siempre
Desde la serpiente 
Y el costado supuesto que no era




UTOPÍA DE DEL BUEN DIOS

Dios se sienta a la izquierda de Dios
y con un pan, gigante pan de mesa infinita
Parte y reparte en iguales proporciones
Pan negro y blanco para el blanco
Pan blanco y negro para el negro
Pan, suave pan, maternal pancito para el niño
que como niño, no sabe de diferencias
y por tanto, doble ración le corresponde
Equitativo pan nuestro de cada día
Dios entrega con exacta y definitiva cuenta
y las bocas alimenta con equivalente maestría
de ábaco inteligente
Dios anticapitalista,
Dios antimaterialista,
Dios de pancarta atronadora
Que va gritando en la protesta “PROHIBIDO EL HAMBRE”
Mientras la masa a sus espaldas, va amasando en justa conciencia
Los futuros panes para la horneada venidera
Para la espiga verdadera que ha repetir su gesto divino
Camarada Dios
Compañero Dios
Comunitario pan entregado,
En porciones semejantes, en trozo justo y debido
Sin diferencias de clases, sin privilegios de pocos a costa de muchas hambres
Marginado del libre mercado por subversiva presencia
Por repartida existencia de libre acceso para todos
Dios se sienta a la izquierda de Dios…
Y con un pan, gigante pan de mesa infinita
Parte y reparte en iguales proporciones




Walking Around II

Sucede que me canso de ser hembra
Sucede que me espío en los rincones
E infinita me descubro en los espejos
Mil veces repetida, mis veces condenada
En la suave oscuridad de mi sexo
En la húmeda incerteza de mi especie
El dolor y paraíso se conjugan en mí
Mientras sangro mes a mes
Mi aterradora condición de útero
Mi incomprendida magnitud de tierra
Acusada del milagro que se oculta entre mis piernas
Como pecado perpetuo de mi género
Sucede que me canso de mi sombra y de mis senos
De mí inculcada pequeñez
Y mí domesticada impaciencia
Sucede que me canso de ser hembra
Sin embargo seria maravilloso 
Incendiar el verbo absoluto con el fuego de mis sangres
O acabar de un golpe con el yugo miserable de mi falda 
Seria hermoso 
Deambular por los caminos con un pezón al viento
Apuntando a los culpables de mi postergado vuelo
No quiero seguir siendo solo vientre
Retenida, aplastada, amarrada como perro
Replegada hacia dentro por el miedo
Solo herida penetrada por la espada
No quiero para mis tantas amarras
No quiero continuar siendo costilla
Solo palabra
Sombra diminuta que se espía
Por supuesto gobernante de mi casa
Por este día de siempre tiembla como la lluvia
Cuando me ve llegar con cara de esclava
Y solloza en su transito de lagrima
Como nave a la deriva
Y da brincos de cenizas arrojas hacia esta hora
Y me empuja a ciertas cavidades
Ciertas líneas oscuras que creía olvidadas
Subterránea, infinita, anhelante
Dulce cuerda palpitante entre mis labios
Hay besos con olor a vino y repetidos ultrajes
Asechando entre las sabanas que más amo
Ataduras y monedas de hambre entre puños cerrados
Hay silencios que debieran ser caricias en mi oído y en mi espalda
Hay cadenas en todas partes y puñales y desiertos
Yo paseo con rabia
Con uñas, con tacones, con pubis, con secretos
Paso, cruzo esquinas prohibidas y veredas marginales
Y oficinas donde reinan solo machos en sillones tutelares
Bigotes, calzoncillos y corbatas
Que ríen roncan piedras y risas




TU LENGUA DIVIDE EL UNIVERSO DENTRO DE MÍ

Tu lengua divide el universo dentro de mí
Y así 
Palpito profunda,
Más profunda a cada instante
Como si toda la tierra temblara entre mis piernas
Como si en cada gemido
Pronunciara el nombre olvidado de Dios




ÚLTIMA PUERTA

Me pinto el rostro con tu sangre,
Para que sepan todos que llevo tu hambre
Atada en el cuerpo...






La Trenza Despeinada

La trenza despeinada
Duerme sobre la almohada
La niña no quiere despertar
Enredada en un sueño sin nombre
Se oculta
Desaparece
Hasta olvidarse de sí misma
Y de sus pesadillas nocturnas.
A su lado
El que nunca fue padre de su carne
Ronca desnudo y borracho su silencio
La niña no quiere despertar
Le duela una mujer entre las piernas






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