jueves, 27 de febrero de 2014

JOSÉ RAMÓN MEDINA [11.100]


José Ramón Medina
      
(Venezuela, 1919-2010)
Poeta y crítico literario venezolano. Fue miembro del grupo Contrapunto (1946-1950) y el más singular de sus poetas, el de mayor constancia en el ejercicio de la vocación literaria, el más espléndido. En su poesía registra con especial delicadeza los sentimientos más íntimos; esa finura es la nota dominante de su hacer, tanto cuando registra lo más íntimo como cuando se duele, en sus últimos libros, al menos desde En la reciente orilla, de todo lo que aqueja al ser humano. El conjunto de su obra puede seguirse a través de Poesía plural (1969) y Ser verdadero (1982). Como intérprete del fenómeno literario, consagro diversos libros al examen de obras y autores de las letras venezolanas, tarea que reunió en su libro mayor en este campo sus, Noventa años de literatura venezolana (1992).





Algo (de Aún en el otoño)

Algo
invisible
vuela
de pronto
frente
a ti
mientras
tu mano dibuja
en el vacío
una inexistente
mañana
que no pudiste
retener
en tu memoria. 






Mientras (de Aún en el otoño)

Mientras
tú hablas
a solas
con tu sombra,
ella canta
como el rumor
del agua.

Mientras
tú escribes,
ella sueña
con lejanías
y puertas
que se abren
a una carrera
de caballos
desbocados.

Mientras
tú duermes,
ella vela y teje
la tela invisible
de la melancolía. 








Enmudece todo el derredor.

Enmudece todo en derredor. La tarde está lejana.
Y la noche es un pastor detenido a los pies de la colina.
De todo lo creado sube Dios, tembloroso,
en el misterio de las luces distantes.
Por el cielo nos llega el clamor de los días
caídos en la antigua caverna de las sombras.
Y el hombre -junco móvil en medio de tinieblas-
pone su corazón al viento, escarba en su pasado.

¿Quién se asoma en esa ardiente nave,
con su poder de intimidad sedienta?
¿Quién se pone ese traje de soledad en el crepúsculo
y mueve las lentas lámparas de su agonía?
¿Quién escapa tan alto, como una queja apenas,
perdido en la nocturna inmensidad de los árboles?

Más, sólo un rostro profundo se mira en el espejo.
Y el amor ha caído vencido por el tiempo.
Y la carne es tan débil como una triste caña.
Y nadie sabe cuánta habita el corazón.











No hay comentarios:

Publicar un comentario