lunes, 10 de octubre de 2016

TERESITA FERNÁNDEZ [19.245]


Teresita Fernández

Teresa Fernández García (Santa Clara, 20 de diciembre de 1930 - La Habana, 11 de noviembre de 2013) fue una trovadora, narradora y pedagoga, es conocida como la cantora mayor por ser la cantautora más destacada en la creación musical para niños cubanos de varias generaciones. Muchas de sus composiciones constituyen himnos al amor y a la cubanía. Su formación empieza en su hogar. Comenzó a cantar desde los cuatro años en la emisora radial santaclareña. Ha contribuido con letra y música al acervo musical cubano. Sus creaciones reúnen sonoridades de antiguas baladas y del folclore campesino, entre las que no faltan musicalizaciones de textos de José Martí o Gabriela Mistral.

En el panorama de la canción para niños de Latinoamérica, ella completa un triángulo de grandes maestros, cuyos otros vértices son el mexicano Francisco Gabilondo Soler y la argentina María Elena Walsh.

Su obra abarca la canción infantil y un rico repertorio que se inspira en la patria cubana, en la naturaleza, en el amor, y que se apoya en la musicalización de obras paradigmáticas de autores latinoamericanos como las Rondas, de Gabriela Mistral o el Ismaelillo, de José Martí.

Trovadora (Juglar mediaval), narradora y pedagoga cubana, cuyas canciones para niños han permanecido en el gusto musical de los cubanos de varias generaciones.

Nacida el 20 de diciembre de 1930 en la ciudad de Santa Clara, capital de la antigua provincia de Las Villas, prefirió la guitarra en lugar del piano. Comenzó a cantar a los cuatro años en la emisora radial CMHI de su ciudad natal, en el programa Hora Martha que dirigía su madre Amparo García. Sus primeras actuaciones tuvieron como marco su tierra natal, cuando cantaba, acompañada de su guitarra, canciones suyas, en fiestas familiares. Su formación se debe considerar autodidacta.

Yo soy una maestra que canta es su biografía escrita por la periodista Alicia Elizundia Ramírez, en la que Teresita expresa que a ella le interesaba la poesía tanto como la música y que es la canción la que une a ambas manifestaciones. Para su formación buscó a un trovador para que la instruyera. A los doce años conoció a Benito Vargas, un tabaquero y trovador que por las noches se dedicaba a dar serenatas y que le enseñó los acordes esenciales de la guitarra. Ella misma expresó que su temperamento no le permitía desarrollarse en el piano, pues le parecía muy aburrido.

Pedagoga y luchadora cívica

En 1948 se graduó de maestra en la Escuela Normal de Santa Clara en la que también trabajó. Su ingreso en las aulas coincidió con una huelga general realizada en Cuba en 1958 contra la dictadura de Fulgencio Batista. Sus alumnos fueron a la huelga y ella los acompañó en la protesta cívica. Poco después de aquellos sucesos y por la incomprensión de sus intereses artísticos en el medio predominante en Santa Clara, por entonces caracterizado por un pensamiento y una proyección profundamente conservadores, Teresita optó por emigrar hacia la capital cubana. En 1959 obtuvo el título de Doctora en Pedagogía.

Creadora musical

En La Habana decidió entregar su vida de forma íntegra al arte de hacer trova, con la misma vocación de aquellos maestros ambulantes de los que hablara José Martí.

Sus primeras canciones datan de la década de los cincuenta, entrando a la vida musical cubana de la mano del dúo de las Hermanas Martí, voceras generosas de su arte que llegaron a interpretar su canción Canto a mi bandera, cuyo texto demostraba la sencilla belleza de la poesía trovadoresca:


Como si fueran tan pocas las bellezas de los campos,
me dieron una bandera para aumentar sus encantos,
mariposa contra el viento, tricolor rosa cubana,
al darme a mí esa bandera me encadenaron el alma.


El primer intérprete que asumió en su repertorio una canción de Teresita Fernández fue Ramón Veloz, conocido exponente de la música de origen campesino en Cuba, que interpretó el corte titulado Cubano mira tus palmas.

Teresita empezó a dedicarse de lleno al arte de componer y cantar sus propios temas.

Popularidad

En los años sesenta se iniciaría la popularidad de Teresita Fernández, según expresa en sus Ensayos voluntarios, el estudioso de la cancionística cubana Guillermo Rodríguez Rivera. Se trataba de una popularidad limitada a círculos de conocedores, pues nuestros productores de radio y de televisión fueron tímidos para promover una expresión musical, para ellos poco espectacular. Por su originalidad teresita era una autora rara que reunía sonoridades de antiguas baladas y de nuestro folclore campesino en sus canciones muy personales, entre las que no faltaban musicalizaciones de textos de José Martí o Gabriela Mistral.

Las Hermanas Martí, Berta y Cuca, le facilitaron sus primeras presentaciones en la capital de tal modo que el 20 de julio de 1965 la sala Arlequín, uno de los sitios pequeños de La Rampa habanera, donde se presentaban muestras del teatro más exigente de aquella época, abrió sus puertas para el debut de la trovadora villaclareña. Al decir de la propia Teresita, sentados en primera fila tuvo a dos grandes figuras de la música cubana de todos los tiempos: Sindo Garay y Bola de Nieve.

Meses después, Ignacio Villa (Bola de Nieve) demandó la presencia de Teresita Fernández en las noches del afamado restaurante Monsigneur en la esquina de 23 y O en el Vedado, un espacio conocido en esa etapa como chez Bola. Bola propinó el más hermoso piropo a esta trovadora indetenible: "Usted no necesita más adorno que la canción".

Luego empezó a tener un espacio propio en La Rampa, en el pequeño club Coctel ubicado en 23 y N, un sitio cuyo nombre permanecería asociado para siempre al suyo, aún después de que ella tomara otros rumbos. Al decir de Marta Valdés, allí acudían los jóvenes pues las canciones versaban principalmente sobre la realidad.

Nueva era en la canción cubana

Teresita tendió la mano, desde el club Coctel, a un trovador trashumante: Silvio Rodríguez, un joven desconocido todavía que no encontraba un sitio fijo para entregar sus canciones justo al comienzo de una nueva era en la canción cubana. La amistad duradera entre ambos trovadores ha ofrecido frutos en las múltiples ocasiones en que han tenido la oportunidad de coincidir sobre los escenarios.

En 1966 los fundadores de la revista artístico literaria El Caimán Barbudo la abrazaron con su homenaje en la sala teatro del Museo Nacional de Bellas Artes (Cuba). Así reconocían en ella a su juglar cómplice.

Por entonces, los medios de comunicación difundieron un par de composiciones suyas, No puede haber soledad y, sobre todo, Cuando el sol, una suerte de balada pop que en la voz de la vocalista Luisa María Güell captaba la atención de una zona de la audiencia musical cubana.

Comunicadora

Teresita condujo los programas radiales Musa traviesa y De regreso. Asimismo, su primera incursión en televisión fue en 1960, al inaugurar el programa La casita de azúcar, junto con los títeres Pitusa y Eusebio, que se transmitió durante buena parte de la década. Entre finales del decenio de los años sesenta y stenta, Cuba se vio inmersa en proyectos económicos como el cordón de La Habana y la zafra de los diez millones, Teresita se unió a José Antonio Méndez y a César Portillo de la Luz, para ser protagonistas de una larga gira nacional, que llegó por igual a los obreros de una mina que al campo abierto.

La Peña de los Juglares

En 1974, al cesar su trabajo en la televisión, con un grupo de sus amigos más afines y por iniciativa de Celia Sánchez, bajo las yagrumas del Parque Lenin se creó La peña de los juglares. Este espacio, que muchos llamaron «la peña de Teresita», se fundó con la ilusión de dar un sentido muy especial a las mañanas de domingo, con la trovadora como anfitriona. Puede asegurarse en la actualidad que pocas iniciativas han logrado el nivel de convocatoria que ella y sus amigos alcanzaron entre la gente que, desde cualquier punto de Cuba o del resto del mundo, acudía a su llamado cada domingo por espacio de quince años. Entre muchos nombres importantes que desfilaron por la peña, caben mencionarse los de Alicia Alonso, Antonio Gades, Onelio Jorge Cardoso, Cintio Vitier, Fina García Marruz, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Marta Valdés, Francisco Garzón Céspedes, Tania Libertad, Tony Sariego y Dany Rivera, entre otros.

Este espacio, junto a Francisco Garzón Céspedes, narrador y pedagogo, constituyó un importante aporte a la Narración oral en Cuba con la narración escénica de cuentos, que fue una experiencia oral, comunicadora y escénica, de integración de las artes, que generó otros eventos como La Peña del Brocal, fundada en 1987, en Camagüey.

A guitarra limpia

El espacio A guitarra limpia, creado en el [www.centropablo.cult Centro Pablo] para difundir la obra de los trovadores en su segundo año de existencia se honró con el concierto No puede haber soledad, de Teresita Fernández, trovadora de los niños y de los mayores que se resisten a dejar de ser niños; conversadora incansable, globalizadora de la ternura, martiana y cristiana, contemporánea e indagadora en los misterios del futuro. Llena, un espacio insustituible en el panorama de la canción cubana: lo ha hecho con perseverancia y con amor, con poesía y con humildad. Y al mismo tiempo llenó, ha llenado, los pequeños, enormes espacios de nuestras vidas personales.

Teresita universal

Desde 1988, Teresita se ha presentado en diversos escenarios internacionales entre los que se destacan sus actuaciones en la Jornada Dariana en Nicaragua y en el II Festival Iberoamericano de Narración Oral y Escénica de Monterrey, México, en el que obtuvo el Premio Chamán. En el panorama de la canción para niños de Latinoamérica, ella completa un triángulo de grandes maestros, cuyos otros vértices son el mexicano Francisco Gabilondo Soler y la argentina María Elena Walsh.

Lauros

A lo largo de su extraordinaria carrera ha obtenido innumerables reconocimientos:

Disco de Plata de la EGREM, 1980.
Premio EGREM, 1988, con el LD Mi Gatico Vinagrito.
Orden Por la Cultura Nacional.
Orden por la Educación Cubana, Rafael María de Mendive.
Medalla Raúl Gómez García.
Medalla X Aniversario de la Nueva Trova.
Orden Félix Varela, 2002.
Premio Pablo de la Torriente Brau, 2000.
Premio Nacional de la Música 2009 por el conjunto de toda su obra.
Réplica del machete de Máximo Gómez.
Miembro de Honor de la APC y de la UNEAC.
Premio Nacional de Cultura Comunitaria, 2002.
Orden Juan Marinello, 2001.

Discografía

Álbum Mi gatico Vinagrito.
No puede haber soledad (editado por el Centro Pablo).
Teresita canta a Martí (editado por el Centro Pablo).
Vamos todos a cantar (homenaje de varios trovadores a la creadora ideado y producido por Jorge García para el sello EGREM).
Teresita en nosotros (Bis Music, 2007), un intento de rescatar en las voces de Sara González, Silvio Rodríguez, Liuba María Hevia, Amaury Pérez y la propia Teresita, algunos de sus temas para adultos que no habían sido grabados con anterioridad.

Canciones

Infantiles

Tía jutía
Canta pajarito
Mi gatico Vinagrito
Dame la mano y danzaremos
Tin, tin, la lluvia

Lírica íntima

La gaviota,
Pinares de Mayarí
Posee una extensa obra para adultos, desconocida por muchos, que incluye boleros, poemas musicales, villancicos, habaneras y canciones.



Titiritero (o A una flor)

Eres más bella que la luz del día,
eres más bella que toda mi ilusión,
eres más bella que mi fantasía
y de tu perfume brota el amor.

Titiritero, tu fantasía
fue la alegría
de mi niñez.
Y echo a navegar
mi barco de cristal
de letras al revés y calle abajo.

Titiritero, tu fantasía
trae la alegría
de un amanecer.
Recortas mariposas
y grillos de papel
y una rana llena de melancolía.

Como los niños
cuento las estrellas
y ya sin huellas
no temo a mi vejez.
Y me pongo a cantar
y tu títere a bailar
y los niños a soñar con cosas bellas.

Titiritero...



EL GATITO VINAGRITO 

Vinagrito es un gatito 
que parece de algodón, 
es un gato limpiecito, 
enanito y juguetón. 
Le gustan las sardinas 
y es amigo del ratón, 
es un gato muy sociable, 
mi gatito de algodón. 

Yo le puse Vinagrito, 
por ser feo y chiquitito, 
pero tanto lo cuidé, 
que parece Vinagrito, 
un gatito de papel . 
Miau, miau, miau, 
con cascabel. 

Estaba en un cartucho, 
cuando yo lo recogí, 
chiquitito y muerto de hambre, 
botado por allí. 
Le di un plato con leche 
y se puso tan feliz, 
que metía los bigotes, 
las patas y la nariz. 

Yo le puse Vinagrito, 
por ser feo y chiquitito, 
pero tanto lo cuidé, 
que parece Vinagrito, 
un gatito de papel. 
Miau, miau, miau, 
con cascabel. 

No sube al tejado 
porque no sabe subir, 
sentado en la ventana 
mira la Luna salir. 
La Luna es un queso 
metida en un mar de añil, 
y mi gato se pregunta 
si habrá sardinas allí. 

Yo le puse Vinagrito, 
por ser feo y chiquitito, 
pero tanto lo cuidé, 
que parece Vinagrito, 
un gatito de papel. 
Miau, miau, miau, 
con cascabel.



Canción del mar nº 1

No sientes que tiene el mar
lo que yo quiero
azul de un matiz
que copia el cielo,
gaviota que al volar,
los remos que al cantar
arrullan el amor
que sueño.

Por eso si he de vivir
sin el consuelo
de ver cada mañana
el mar que anhelo
yo tengo que lograr
que el pecho al palpitar
sea un ave
que levante el vuelo.

Así podré llegar
muy cerquita del mar
tan sólo con mirar
al cielo.




Con acero de tu alma

Con acero de tu alma
te has hecho un puñal
que reflejo de luna
me vino a clavar
en la herida amor
que en el pecho me abrió
tu desdén.

Puede ser que esta herida de amor
la cierre en el olvido,
puede ser que en mis noches tranquilas
me alejen de ti,
pero espero serena y callada
si puedo olvidarte
que algún día aunque tarde,
muy tarde,
te acuerdes de mí.

Pude ser que mi boca sedienta
no busque tus besos
puedes ser que mis ojos se cierren
cansados de ti
pero espero serena y callada
si puedo olvidarte
que algún día aunque tarde,
muy tarde,
te acuerdes de mí.




Cuando el sol

Cuando el sol, ilumina la tarde y Dios
me recuerda que soy, soy, como un ave sin rumbo,
que ha perdido un amor.
Y si el verde, verde campo aromado duerme,
pienso que también tú, tú, más tarde dormirás
sobre mi alma que es fiel,
por amor, por tu amor.

Y mi canto, que hace poco era sólo llanto,
se parece a una estrella,
que brillando serena,
va dejando su luz,
como tú, como tú.



Cuídame tú

Mírame Dios como una rosa,
como el plumaje de la paloma.
Mírame Dios, cuídame tú,
mi corazón perfumado y sencillo,
cuídalo tú.

No es que el amor me haya cubierto de espinas,
no es que los ojos que amé se me empañaron,
no es que lo falso del mundo me haya engañado,
pero cuídame Dios,
cuídame tú.
Pero mírame Dios,
cuídame tú.

No es que el amor me haya cubierto de espinas,
no es que cansada y sin luz persiga el llanto,
no es que los ojos que amé se me empañaron,
pero cuídame Dios,
cuídame tú.
Pero mírame Dios,
cuídame tú.



El carretón

A ver como me quitan mi cariño
a ver como me quitan el amor.

Me río, yo me río de la gente
que a mí no me gobiernan en amor,
me río, yo me río de la gente.
que en eso sí es verdad que mando yo.

Si quieren llevarme lo que tengo y lo que soy,
si quieren yo misma les consigo el carretón.

Si cuando me muera se me acaba la canción
que quien la quiera, por lo menos la lección.



El conejito majadero

Un conejito
muy chiquitico
por poquito se pierde,
busca que busca
su zanahoria
entre la hierba verde.

Cuando saltando
el conejito
por el camino va
siempre el camino de su casita
a él se le olvidará.

¡Ay, qué conejo
tan majadero,
siempre se olvida
de su llavero!




El grillito acatarrado

Un día estuvo en mi cuarto
un oscuro grillito,
la noche era fría
y el pobre grillito
cantaba muy alto
su triste canción.

Yo soy un grillito
y tengo catarro.
La noche está fría
y no tengo ni un jarro
en donde yo pueda
tomarme un café.

Detrás de una puerta
me duermo empolvado
y así es que amanezco
todo acatarrado
hasta que una escoba
me viene a sacar.

Yo sentí mucha pena
de ese pobre grillito
que estaba llorando
siendo tan chiquito
y del suelo lo alcé,
y en mi almohada
dormí yo con él.





El zunzuncito

Voy a contar, mi niño, una canción, mi amor, de un pajarito,
es el zunzún, mi niño, es el zuzún mi amor, el zunzuncito.
Vuela de flor en flor buscando el néctar, mi amor,
y lleva pegado el sol en las alitas, mi amor,
es el zunzunzunzunzunzunzunzunzunzuncito.

Es el zunzún, mi niño, es el zunzún mi amor, una joyita,
diamantico que vuela, arco iris de plumas chiquitico.
Pregunta qué es tornasol, qué cosa es rojo rubí,
azul y verde limón, el amarillo, mi amor,
es el zunzunzunzunzunzunzunzunzunzuncito.

Cuando cumple un año, cuando cumple un año el zunzuncito
le salen plumas rojas, plumas rojas, mi amor, de sombrerito.
Vuela de flor en flor buscando el néctar, mi amor,
lleva pegado el sol en las alitas, mi amor,
es el zunzunzunzunzunzunzunzunzunzuncito.

Cuando hace el nido vuela rápido el albañilito.
¡Qué albañil se vuelve cuando hace el nido el zunzuncito!
Pide lana a la ceiba, algodoncito en rama,
su calor al sol, el néctar a la flor
es el zunzunzunzunzunzunzunzunzunzuncito.

Con telaraña, mi niño, y pedacitos de árbol pegaditos
así decora el nido, así decora el nido el zunzuncito.
Pide lana a la ceiba, algodoncito en rama,
su calor al sol, el néctar a la flor
es el zunzunzunzunzunzunzunzunzunzuncito.

Es muy cubano y es un pajarito
y es muy chiquitico, ya te lo conoces bien
es el zunzunzunzunzunzunzunzunzunzuncito.





Lagartijita verde

Lagartijita verde esmeralda,
delicadita, fina y gentil,
sales de compras por la mañana
a buscar flores y a presumir.

Tu sombrillita es una violeta
de las que crecen en mi jardín
y contoneándote muy coqueta
luego regresas para dormir.

Pero yo no comprendo tu modo de ser,
pues te he visto el porte perder.
Una vez yo te vi por el patio correr,
más o menos la hora era ya de comer.
Y volaba inocente una pobre mosquita,
zumbaba, zumbaba, zumbaba, volando cerquita.

Yo que siempre pensé que eras buena chiquita,
asombrada quedé al ver que a la mosquita
le metiste un porrazo con la sombrillita…

Yo que siempre pensé que eras buena chiquita,
asombrada quedé al ver que a la mosquita
le metiste un porrazo con la sombrillita.
Y ahora zumba, que zumba, que zumba
en tu barriguita.




Lo feo

En una palangana vieja
sembré violetas para ti
y estando cerca del río
en un caracol vacío
cogí un lucero para ti.

En una botella rota
guardé un cocuyo para ti
y en una cerca sin brillo
se enredaba el coralillo
floreciendo para ti.

Basurero, basurero
que nadie quiere mirar
pero si sale la luna
tus latas van a brillar.

Alita de cucaracha
llevada hasta el hormiguero
así quiero que en mi muerte
me lleven al cementerio.

A las cosas que son feas
ponles un poco de amor
y verás que la tristeza
va cambiando de color.




Vinagrito (o Mi gatico Vinagrito)

Vinagrito es un gatico
que parece de algodón.
Es un gato limpiecito,
relamido y juguetón.
Le gustan las sardinas
y es amigo del ratón,
es un gato muy sociable,
mi gatico de algodón.

Yo le puse Vinagrito,
por estar feo y flaquito,
pero tanto lo cuidé
que parece Vinagrito,
un gatico de papel,
miau, miau, miau, miau,
con cascabel.

Estaba en un cartucho
cuando yo lo recogí,
chiquitico y muerto de hambre,
botado por ahí.
Le di un plato de leche
y se puso tan feliz
que metía los bigotes,
las patas y la nariz..

No se va para el tejado
porque no sabe subir.
Sentado en la ventana
mira la luna salir.
La luna es un queso
metida en un mar de añil
y mi gato se pregunta
si habrá sardinas allí.



Muñeca de trapo

Muñeca de trapo soy,
muñeca de trapo,
juguete de mi corazón
que yo puse en tus manos.

Juega, juega conmigo
que soy de trapo
y si lloro son lágrimas
de aserrín.

Si te preguntan di
que no has visto mi alma
que todo te lo di
por un poco de nada.




No puede haber soledad

Me has dicho que me quieres,
y estoy llorando.
Pudiste, gota a gota,
traer la dicha a mi corazón.
Me hiciste en el torrente beber
de tu alma pura.
No quiero que estés triste
si tu alegría la tengo yo.

No puede haber soledad para ti
mientras yo exista;
no puede haber una tarde tan triste
que hiera tu alma y me haga llorar.
Yo quiero ser para ti una flor
que perfume tu desengaño,
ala de cisne más blanco
que ha hecho volar tu corazón.

Es que te debo la risa,
es que te quiero tanto,
pétalo suave de lirio que supo secar
todo mi llanto.
¿Cómo estás triste si fue tu encanto
quien puso brillo de amor en mi soledad?




Peppy (payaso)

Payaso, amiguito mío,
tú eres igual que yo:
con poca cosa tú bailas,
con poca cosa me alegro yo.

Frágil vida de payaso,
música breve y bonita,
me enseñó esta cancioncita
por no dejarme llorar.

Tu graciosa figurita,
prisionera del cristal,
salta como mi alegría
que igual que viene, se va.

Pintado de mil colores
quieres hacerme reír.
Encerrado y sin amores
¿cómo puedes ser feliz?

Payaso, amiguito mío,
cuando yo te diga adiós
sé que vas a estar muy triste,
triste y callado igual que yo.





Pitusa y Eusebio

Mi pedacito de zanahoria,
rayito de sol,
mariposita anaranjadita de cartón.
Pitusa chiquitica,
capullito en flor.
Mi corazón te quiere mucho.
Muchísimo te quiero yo.

Todos, todos los niños
te quieren mucho
y han de cantar alegres
esta canción.

Eusebio muchachito,
negrito de mi amor,
mi pastillita de chocolate
te llamo yo.
Mi corazón te quiere mucho.
Muchísimo te quiero yo.

Todos, todos los niños
te quieren mucho
y han de cantar alegres
esta canción.

Pitusa chiquitica,
capullito en flor.
Mi corazón te quiere mucho.
Muchísimo te quiero yo.

Mi corazón te quiere mucho.
Muchísimo te quiero yo.



PORQUE TENEMOS EL CORAZÓN FELIZ
  
Amiguitos vamos todos a cantar
porque tenemos el corazón feliz,
feliz, feliz, feliz, feliz, feliz...

Si por el día con alegría
el sol de oro vemos salir,
el nuevo día con sus colores
es quien nos pone el corazón feliz.

Amiguitos vamos todos a cantar
porque tenemos el corazón feliz,
feliz, feliz, feliz, feliz, feliz…





Señora Manatí

Señora Manatí, sirenita del mar,
mi historia te pinta de plata y cristal,
cantando canciones con dulce ulular,
te acompañan guitarras de rojo coral.

Ulí, ulí, ulí,
ulí, ulí, ula,
ulí, ulí, ulí,
ulí, ulí, ula.
Cantando canciones con dulce ulular,
te acompañan guitarras de rojo coral.

Señora Manatí, gordiflona del mar,
si vas a salir te debes abrigar.
Del mar hacia el río, del río hacia el mar,
del mar hacia el río, te gusta pasear.

Ulí, ulí, ulí,
ulí, ulí, ula,
ulí, ulí, ulí,
ulí, ulí, ula.
Del mar hacia el río, del río hacia el mar,
del mar hasta el río, te gusta pasear.

Señora Manatí, reina linda del mar,
que bordas la espuma de un blanco pañal,
cantando canciones con dulce ulular,
tú cantas la nana del fondo del mar.

Ulí, ulí, ulí,
ulí, ulí, ula,
ulí, ulí, ulí,
ulí, ulí, ula.
Cantando canciones con dulce ulular,
tú cantas la nana del fondo del mar.




Tanto como te amé

Tanto como te amé
y estoy tan triste.
Tanto pájaro que solté
y ya te fuiste.
Tanto como esperé
de tu fina inteligencia
que no existe.
Tanto barco por mi sueño,
tantas rosas en mi lecho,
tanto verso en mi mar azul,
de hielo azul,
de fuego,
en mi mar.

Álzala hasta mi canción
colirio silvestre
tirada como un piedra
imantada y celeste.
Álzala gorjeador,
verso libre,
pájaro libre.
Pájaro azul mi canción
va arrancado a mi (tu) corazón
más que ausencia
pavorosa esclavitud
por la belleza,
más que amor.



Tía Jutía

En una casita verde
metida en el verde campo
vivía tía Jutía
en el tronco de un gran árbol.

Andaba tía Jutía
con lindo delantal blanco
llenito de romerillos,
cundiamores y aguinaldos.

¿Señora dónde es la fiesta?
los niños le preguntaron,
ella dijo que la fiesta
le duraba todo el año.

En una manga amarilla,
cajita de orito blando,
conservará la dulzura
guardada de todo el año.

En una guayaba verde,
esmeralda de su patio,
pomito de mil olores
con que perfumarse el rabo.

Y tiene lindos bigotes
y un vecino que le encantan,
vecino que vive enfrente
alto y cerca de una palma.

Señora tía Jutía
si en amores usted anda,
le decimos hasta luego
que volveremos mañana.

Mañana la encontraremos
con su chaquetica parda
sentadita entre las flores
nerviosa y enamorada.

Adiós tía Jutía…
Hasta mañana…





Tin tin… la lluvia

Tin, tin…la lluvia cayó,
ella juega conmigo y con ella yo.
Tin, tin… la lluvia cayó,
con su frescura el aire se perfumó.

Tin, tin… tin, tin…

La lluvia es una niña de cristal azul,
para que juegues tú con ella,
para que juegues tú.

Tin, tin… la lluvia cayó,
ella juega conmigo y con ella yo.

Tin, tin… la lluvia cayó,
con su frescura el aire se perfumó.

Tín, tín… tín, tín... tin, tin...





Vicaria

Vicaria es la lechucita
que sale al anochecer,
no habla porque medita
y está aprendiendo a leer.
Va soplando las estrellas
con aire de sus alitas,
teniendo los ojos grandes
la luz la pone cieguita.

Vicaria es la lechucita
que sale al anochecer.

Cuando vuela por la noche
parece un barco velero
y se despierta jugando
la luna fría de enero.
Vicaria es tan misteriosa
que parece una brujita,
y cuando llega la noche
ella se queda solita.

Vicaria a veces intenta
cantar una cancioncita,
le sale la voz tan fea
que tal parece que grita.
Y cuando Vicaria canta
se espantan las bijiritas,
todo el mundo coge miedo
de la pobre lechucita.




Vinagrito (o Mi gatico Vinagrito)

Vinagrito es un gatico
que parece de algodón.
Es un gato limpiecito,
relamido y juguetón.
Le gustan las sardinas
y es amigo del ratón,
es un gato muy sociable,
mi gatico de algodón.

Yo le puse Vinagrito,
por estar feo y flaquito,
pero tanto lo cuidé
que parece Vinagrito,
un gatico de papel,
miau, miau, miau, miau,
con cascabel.

Estaba en un cartucho
cuando yo lo recogí,
chiquitico y muerto de hambre,
botado por ahí.
Le di un plato de leche
y se puso tan feliz
que metía los bigotes,
las patas y la nariz..

No se va para el tejado
porque no sabe subir.
Sentado en la ventana
mira la luna salir.
La luna es un queso
metida en un mar de añil
y mi gato se pregunta
si habrá sardinas allí.




Zafirito

Zafirito se llamaba
porque era como el mar,
como el cielo azul,
azul, azul, azul, azul…

En una bola de cristal
vivía un pececito
lindo como tú.

Zafirito se llamaba
porque era como el mar,
como el cielo azul,
azul, azul, azul, azul…

Zun zun,
duendecito del mar,
mariposa de seda azul.

Tú que has visto las conchitas,
dime cómo es
su blanco y fino hilar.

Donde el secreto del nácar deja
su fino encaje
de luz y cristal.




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