lunes, 27 de abril de 2015

CITLALLI H. XOCHITIOTZIN ORTEGA [15.784]


Citlalli H. Xochitiotzin Ortega 

Poeta, ensayista, escritora mejicana. Nació 11 de enero 1957. Puebla México.

Participa en los movimientos sociales y culturales posteriores al 68 estudiantil en los en la fundación de grupos feministas de la Universidad Nacional Autónoma de México y de otras universidades en la provincia de su país. Coordina su actividad como escritora con la de promotora cultural creando instituciones de cultura ITC, y educación; bibliotecas(sistema estatal de bibliotecas públicas de su estado), talleres de literatura, revistas, programas de radio, programas culturales, Editorial Cuarto Creciente, así como movimientos de apoyo por la paz 1991, 2003 y organismos de apoyo y difusión a las garantías individuales: Asociación Casa de la Mujer.1985, creando instituciones dentro del estado así como organismos independientes. Escritora reconocida perteneciente a la generación de los nacidos en los años 50s como se le conoce a su generación de escritores. Ha recibido premios de teatro, poesía, entre los que destaca: Voces Nuevas. XIII Selección.Ed. Torremozas, Madrid España,1999.

Libros: Trece cero. Un homenaje a Nicaragua. Tlaxcala. Ed. Colorín. Tlaxcala, 1981.¿Porqué Mirarnos?. Ed. Universidad Autónoma de Tlaxcala. Tlaxcala, 1987.Geometría de la incertidumbre. Ed. Cuadernos de Malinalco. No. 28. Morelos México, 1991.Soles de Tlaxcala. Ed. Gobierno del Edo. de Tlaxcala, 1992. Tlaxcala. Ed. Azabache, México, 1993. Paisaje, Imagen, Palabra. La expresión Artística del México de fin de Milenio. La Plástica Tlaxcalteca. (Et.al) Publicaciones BANOBRAS. Editado por Danes Edicions D´Arts, México-España, 1993.Historia de un pueblo. Comentarios sobre los murales de palacio de Desiderio Hernández. Ed. CVS. México, 1994. Días del Polvo. Universidad Autónoma Metropolitana. Col. Poesía al Margen. México, 1996. Participa en la coordinación editorial del Libro de arte: Arbol de Vida. Desiderio Hernández Xochitiotzin. 1997. Gobierno del Estado de Tlaxcala. Aviso Clasificado. Novela por entregas. Separata. Suplemento Cultural Jornada de Oriente. Puebla-Tlaxcala. Abril 1997- septiembre 1998.Geometría de la Incertidumbre.1982-1995.Col. de los 50s. Coordinación Nacional de Descentralización. CONACULTA, Universidad Autónoma de Nuevo León, 1998.Memorial de la Sangre. Oscuro Zodiaco.Ed. Universidad Autónoma de México.Col. El Ala de Tigre. México, 1999. Voces Nuevas.XIII Selección.Col. Torremozas, Madrid España, 2000. Premio España. Participa en la coordinación editorial de los libros: Teatro completo de Miguel N. Lira. 2002-2003, Dos tomos. Gobierno del Edo.Tlaxcala. Voces C.D. Seminario de Cultura Mexicana.2003. Juguemos a las Adivinanzas. Tomo I de la a la K. Editorial Cuarto Creciente. 2005.

Incluida en las antologías.Mujeres de Tlaxcala V siglos. Gob. Edo. de Tlaxcala. México, 1992.Poesía de Tlaxcala. Blanco Móvil. No. 53. México, enero 1993. Antología de Teatro Popular. 3 Tomos. INEA-SEP. México, 1994. Congregaciones. Poesía y cuento de Puebla y Tlaxcala. Jornada de Oriente. México, 1995.Las divinas Mutantes. Carta de relación del itinerario de la poesía femenina en México. Aurora Marya Saavedra. Ed. UNAM. México, 1996.Diccionario Bibliográfico de escritores de México. Josefina Lara Valdez. CNIPL, INBA. México, 1999. Voces Nuevas. XIII Selección. Ed. Torremozas. Madrid España, 2000. La mujer mexicana frente al siglo XXI. Francisco Blanco Figueroa. Universidad Autónoma Metropolitana, Ed. Edicol. México, 2001.Mujeres poetas en el país de las nubes. Antología Emilio Fuego y Leticia Luna Ed. Cuadrilla de la Langosta. México, 2000.Tierra Adentro: mujeres en el arte. febrero-mayo 2001.De la A a la Z. Diccionario Universal Bio-bliográfico de autoras que escriben en Castellano. Siglo XX. Silvia Cuevas Morales. Santiago de Chile. Chile. 2007.


Nena

Hay días que salir de la caverna de sábanas es una conquista como subir al Éverest o atravesar el canal de Panamá nadando.

Tomo el pretexto para lanzar las cobijas por el costado
y aplaudo la proeza de aventarme al abismo,
lavarme los dientes y acicalar el cuerpo con una ducha de jabón, agua,                                                                          
y una mueca de alivio en el ánima.

Me miro en el espejo y observo: más lejana a lo que pensé de mí hace años.

Tomo la absoluta resolución de disfrazarme de encuentro con mi pasado                                                                                    y escojo las prendas.

Me abro espacio desde la jungla de mi habitación al estudio                                            
y corro tras la dicha que suele jugar a esconderse,
me apresuro,
         corro,
            tropiezo con algún hilo y desanimo,
                            aprisa abro este libro,                                                                                                   este inmenso libro.

Entonces vuelvo a comprender; escojo leer y amar,                                                                            
                                     escojo parecerme al cielo,
miro los ojos de mis hijas entre sus renglones,
recuerdo mi mano de niña,
                     las palabras leves de mis nietos llegando,                                                                                 siento su dulce palabra.

Y vuelvo.
                 Retorno;  finalmente el día deposita luz sagrada en mí propia casa. Acepto soy el crisantemo, la flor,
                             el águila, la luz, siempre caricia,
                                                                                    finalmente recuerdo quien soy.




Esgrafiado
                                                                                    Para él, con lápiz

Acaso en ti me miro 
               observo, beso y acaricio 
                             y mirar no basta. 
Siglos tomé tu aliento entre mi cuerpo 
                             y mi cabello.
Años tomé la palma de tus manos 
               y tatué las líneas de tus pasos 
en el aroma que fulgor estalla 
          y, en cada hueco de tu alma 
                         ahí, 
                         ahí yo estaba.

Te miré en la primera noche de los tiempos 
                 en el primer tremor del cuerpo. 
En las manos confundidas 
                               de la oscuridad 
busqué el perfume y extinguir, sin encontrar tu forma 
                en la luz de las calles 
                     donde sin encontrar tu nombre, 
busqué, 
           busqué sin ser mirada.

Escudriñé en la huella de mi nombre, 
en la pronunciación de la belleza, escapa, 
en el mirar de las cúpulas de oro 
           peregriné buscando ser mirada.

En los buques errantes; puentes de la noche blanca.

Pescadores profetas ebrios de fe ocultaron tu nombre, 
          el mío, el tiempo, 
                       esta terca esperanza.

En la luz de miradas absortas; miradas sin mirar no son miradas.

En los grandes riscos de espejos; barrios sordos, 
Ruidos de saxofones ebrios de soledad y ceguera.

En los surcos de la infancia.

Y ahí te miro, 
        latir de corazón de ala, en las plateadas fronteras del espasmo, 
                                     silencia el anima.

Toca el cuerpo en el secreto de burilar en ti, 
                calor inconfundible: 
                      mi mar 
                        mi mar de tanto ser mirada.






Cuanto conocemos nuestro corazón. Un músculo, un sistema de fusiones sobresalientes del cuerpo, un mito de impactos, un emblema, un emperador de los ejercitos de las fuerzas y funciones del cuerpo, un día de comercio; San Valentín. Una iconografía, tal cómo el corazón de las bellas esculturas de Praga. Una casa natural de las formas del amar. Una chiquillada de risas.
Todo esto y más; la propia definición de si, sal o azúcar, miel o vinagre. La pimienta de la vida.
Corazón ó pimienta? Digamos que pimienta en forma de corazón!




Para Amelia Boynton Robinson
18 Agosto 1911- 26 agosto 2015

Ninguna obscuridad ablanda tu fuerza, 
buscar el justo camino florecer en tu tez Amelia Boynton Robinson. 
Ninguno enmudece el camino de tu voz, vocablo entre los riscos de América. 
No toda palabra agolpa hierros; 
                        todos los ojos vistos deletreando 
-¡No será permitido! Gritaron; Voz, llaga de sus cadenas,
y venciste Amelia Boyton Robison.

No todos los recuerdos secretos de tu corazón en la marcha del sueño son grilletes en tu alma. 
No todo el tiempo de tu existencia sujeta el odio de tu opuesto;
tu floreces de amor, 
              diseminas lo posible amurallas tu sueño, 
                  enamora la vida en tus brazos Amelia Boyton Robinson, 
                       en cada barrio, colina, cada ciudad.
El puente donde los que marcharon, sus huellas son ecos.
No toda la vida en el grito, en días sangrientos, 
y ahí en tu grandeza sembrada en heridas de niña, 
en tu trayecto con tu ciento cuatro años, mujer justa; 
inmensa devoción por tu epidermis; tu Dios, nación y pueblo.

Amelia Boynton Robinson ¿quién recuerda el nombre de quien te persiguió para impedir escribir la historia?¿quién recuerda el puño anónimo, el golpe, qué manto desdibujado? 

Decenas de años de dolor se pierden en tu inconmensurable vuelo; 
escribir el perdón, la libertad en si misma. 

Tu inmenso camino como piedra erige tu obra. 
Ya nadie recuerda la pesadilla, transformaste en alas gigantes del águila los sueños, clemencia Amelia Boyton Robinson.

Ya todos sueñan con los ojos abiertos, 
ya todo predicho esta sobre las colinas de Martin Luther King. 

Ya el sueño de Dios se mira en los brazos, siempre otros brazos.

La libertad de los que tienen el ébano en la piel te eleva a Dios Amelia Boyton Robinson.

Citlalli H Xochitiotzin 



For Amelia Boynton Robinson
18 August 1911-26 August 2015 

No darkness softens your strength, 
searching for the just path to flourish on your skin Amelia Boynton Robinson. 
No one silences the path of your voice, 
word among the crags of America. 
Not all words rust iron; 
all eyes are seen judging 
“It will not be allowed!” they shouted; voice, sore from its chains,
you overcame, Amelia Boynton Robinson

Not all your heart’s secret memories in the dream’s march are shackles on your soul. 
All the time of your existence is not held down by your opposite’s hatred; 
you flourish with love, 
you spread possibilities, you protect your dream, 
make life fall in love in your arms Amelia Boynton Robinson, 
in every neighborhood, hill, every city. 
the bridge where they marched, their steps are echoes. 
Not all existence in shouts, in bloody days, 
and there in your greatness sown in wounds as a girl, 
in your trajectory of one hundred and four years, a just woman; 
immense devotion to your skin; your God, nation, and people. 

Amelia Boynton Robinson, Who remembers the name of those who persecuted you to hinder your writing history? Who remembers the anonymous fist, the blows? What hazy cloak? 

Decades of pain are lost in your immeasurable flight; 
to write forgiveness, freedom itself. 

Your long path like a stone raises your work. 
Now no one remembers the nightmare, you transformed dreams and mercy into giant eagle wings, 
Amelia Boynton Robinson.

Now we all dream with open eyes, 
now all foretold is on the hills of Martin Luther King. 

Now God’s dream sees itself in arms, always in other arms. 
The freedom of those with ebony skin lifts you to God, Amelia Boynton Robinson. 

Citlalli H. Xochitiotzin 
Tlaxcala, Mexico 26 August 2015


Traductor, Adan Coom, prof de la Universidad Morris de Minnesota










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