lunes, 9 de marzo de 2015

ALDEMAR GONZÁLEZ GONZÁLEZ [15.167] Poeta de Colombia


Aldemar González González

Bogotá, D.C. (1975). Es autor de los poemarios: La Ruta del Extravío, Los Años Anegados, El Canto del Náufrago Solar y Coautor de los libros: Las Voces del Río, Libando la Palabra, Versos en la Esquina de la Ceguera y Memorias del Encuentro Literario Caminos y Palabras.
Gestor Cultural. Miembro y Cofundador en el año 2000, de la Sociedad del Poema en Emergencia, en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.
Combina la Pedagogía Musical con el espacio de poesía: Palabras de Abismo, que busca promover dentro y fuera de Bogotá, la obra de poetas inéditos y las más formales voces de la actual poesía en Colombia.



ARTE POÉTICA

La poesía:
lugar para mirarnos
con el origen.

Canto de asombros 
en medio del abismo. 
Ruta de la luz.

Ojo del sueño.
Temblor donde el silencio
es grito y vuelo,

preludio y adiós.
Verano de la noche.
Invierno del ser.

¡Vive su reino!
Observa en él tus muertes
y tus palabras.



EL RELÁMPAGO

es raíz luminosa en el cielo del invierno;
la suma de lo escrito en la tormenta
que algo separa en el tiempo para unirnos;
el estremecimiento de los días
con aquellos poemas que ahora son nuestra brújula.
Él y yo nos servimos del instante.
Su extensión es mi más lento parpadeo;
la parte de un mensaje que hacia el mundo fulgura.
Memoria, pronóstico y llamado del invierno.
Instante de otro instante que quiere señalarnos
lo anterior a su esplendor, lo posterior a su estruendo.



GALERÍA DE ESPANTO

¿Y ahora con cuál cárcel huir?
¿Con qué tiempo puntualizar lo propicio?
¿Con cuánta piel nombrar siquiera una desnudez?
¿Con cuál verdad morir?
¿Con cuál país dejar de ser exilio?
¿Con cuánta hambre sanar nuestra despensa?
¿Con qué ausencia mirarnos?
¿Con qué distancia medirnos?
¿Con cuál angustia hacer el nudo en la soga?
¿Con cuál soledad al fin comprender las presencias?
¿Con cuál muerte sabremos responder?




El oficio de las lágrimas

                                            Nunca que se llora se está lejos
                                                          Luis Cernuda

He crecido entre los frutos del llanto:
Pedrería para las floraciones,
marea para el canto, primicia de la tierra,
lucidez para caer conmigo al universo.

Hice con él aire de las asfixias.
Aprendí con cada herida
a ser el verbal efecto del martirio perdurable;
desnudez para la preservación de alcances
y de horas dantescas.

Así, los rostros de la pérdida
levantan frente a mí sus efectos.
Así trisca mi voz en la hojarasca.
Así cruzan frente a mí, mis cuerpos.
Así ejerzo la ruta que sabe ocupar la destrucción.
Así encumbro la expansión de las noches,
las diversas estaturas vegetales,
la conciencia del hallazgo tras la escena impronunciable.

Opté llevar el tacto y el sello del ardor,
la jornada de las luces derruidas;
forjar inventarios en medio de la nada.

Opté ser el lenguaje del viento en la desolación.







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