jueves, 23 de agosto de 2012

BETINA EDELBERG [7.511] Poeta de Argentina



Betina Edelberg


[1921-2010]
Nacida en Buenos Aires y reconocida como una de las más exquisitas poetas y escritoras argentinas, Betina Edelberg ha dedicado su vida a la actividad literaria. 

Sus poemas reflejan una intensidad poco frecuente. En sus versos la poeta revela la búsqueda de lo universal a través de lo cotidiano. Esa bien podría ser la clave de su obra. 

Alternando con su producción poética, Betina Edelberg ha sido profesora de Literatura Francesa en la Universidad de La Plata; en la Universidad de Buenos Aires fue secretaria del Instituto de Historia de la Cultura Española Medieval y Moderna, también de "Los Cuadernos de Historia de España" y más tarde, secretaria del Instituto de Literatura Francesa. 

En 1960 viajó a Europa becada por el Fondo Nacional de las Artes para realizar estudios sobre poesía contemporánea. En Francia e Italia entrevistó a los principales poetas del siglo XX. El año siguiente visita Londres invitada por el British Council, y guarda frescos recuerdos de la provervial cortesía británica y de la riqueza cultural de la ciudad que fue el teatro de Shakespeare y de inolvidables actores de la Literatura.

Betina Edelberg ha realizado trabajos de investigación y ha dictado cursos y conferencias sobre poesía.
Además de haber obtenido numerosas distinciones por su obra (Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores, Premio Fondo Nacional de las Artes, entre otros), Betina Edelberg también ha sido reconocida por sus pares (integró la Comisión Directiva de la S.A.D.E. -Sociedad Argentina De Escritores- de 1952 al 54 y de 1955 al 57, también integró la Comisión del Centro Argentino del P.E.N. Club Internacional). 

Amiga de Jorge Luis Borges, Betina Edelberg compartió con él momentos mágicos, inteligentes conversaciones y tuvo el privilegio de haber escrito en colaboración el ensayo 'Leopoldo Lugones' (1955). También compusieron juntos un original ballet, una parodia hablada de las dictaduras (basada en el caudillismo peronista que Borges aborrecía), obra a la que dieron por título 'La imagen perdida' (1953) y que aún permanece inédita debido a la actualidad en Argentina del mal que denuncia. 






SALVACIÓN POR LA PALABRA

Y sin embargo
en el comienzo de la mentira
en el movimiento ciego y apurado
y sin asilo
en el falso espejo de la palabra
está nuestra morada
y nos consume
y aprisiona con su palma de siglos. 

Aceptar esta muerte morosa
el imperio de esta lenta podredumbre
y sin hoguera 
sin resurrección acaso.
Aceptar la soledad de una frase
que destruye el mundo que rodea
en una imagen sin recuerdo
sin ojo.

Aceptar el altivo exilio de nombrar. 
Aceptar 
la débil esperanza de la profecía
y del oráculo 
que nadie entendió.

(Del libro 'MUTACIONES' , Ed. Francisco Colombo, 1964 ).





SÁBADO A LA NOCHE

Porque sobreviven felizmente los lugares comunes
y no hacemos otra cosa que repetirnos
y la frase majestuosa nada inaugura
se vive entre cuatro paredes
se busca el sol el aire
y nos movemos entre cosas feriados
hablamos referimos
la familia nos contiene como un vaso
algún amigo nos traiciona
algún amigo hasta la muerte 
milagro y maravilla del cuerpo
creer todavía en el alma. 
Estamos entre los que no mandan
en un importante país olvidado y desconocido
pensando ya para nunca
en una ciudad dormida y destruida y excavada y reconstruida
somos su respiración. 
Porque todo esto es cierto
como el sol o la luna o el amor
creer en el sábado a la noche
sin despertador
sin lunes todavía
y en casa o en la calle
y con y solamente conmigo y nuestra memoria y nuestro recuerdo
y nuestra imaginación y nuestro olvido
y con las historias que inventamos 
porque entonces no existe la muerte que sorprende.

(Del libro “MUTACIONES” , Ed. Francisco Colombo, 1964 )







'BUENOS AIRES 1980' *

Buenos Aires me canta y ríe
con su gran colmillo blanco 
mientras camino por los hervideros de Corrientes 
autos y autos
la calle es un movimiento de largo tren
y me deja en los andenes
y el que fuera monótono rebaño fantasmal
de gentes disecadas
y su niebla
humeante cara de invierno somnoliento
ha invadido con sus cuerpos
que fueran imaginarios y adormecidos
ha brotado como soleadas burbujas
con su violenta plenitud
con sus ropajes entreabiertos
con los colores encendidos hacia la cúpula de esta primavera 
la poesía y su lava de presagio
me invaden esta mañana
porque imagino 
y no miro el grito de los diarios
sueño 
quiero estarme indolente
a la sombra de esta ciudad
que me he susurrado toda mi vida
como un interminable poema
como una ceremonia de repetidos gestos
y palabras de fuego
momentos de contemplar insaciable
que son arenas de resurrección 
cruzarme como un grito de pasión a la otra vereda
y salir al esplendor de tanto regocijo
la gran mirada invencible de mi ciudad me desafía
devuelve el amor de años que le digo
un idioma necesario desde siempre
silencio o ruido que contempla mi embriaguez
y resbala por esta piel arrodillada
ventanas y cristales vuelan
flotan a mi alrededor
tañen y copian luces en mi homenaje
mientras contemplo impregnados escaparates
estoy entre gorriones
y lento vuelo de palomas
tengo ráfagas de tiempo generoso para dar
torrentes que regala este suelo del Nuevo Mundo
esos momentos que añoran los que se han ido
y caminan apurados
el paisaje aparece y se apoya en mi hombro
o me sostiene
y de pronto una palmera y su mansa araucaria
largo viaje de plátanos y de color jacarandá
se me instalan dulcemente 
ninguna ceniza puede apagar esta hoguera inasible
este latido bienaventurado y minucioso
con secreto mensaje 
todo esto ocurre 
o es presagio casi tendido sueño o exorcismo
mientras desde el hambre de las palabras
estallo en plegarias 
ante la abrasadora fuerza de vida
que me da esta ciudad que es mía
un aire antiguo me vuelve
asoma desde el color madera de mi río en la bajada
aquí están tus calles de antaño y de siempre y las otras
aquellas que has ido a encontrar a repasar 
en medio de irresistibles mutaciones
oleaje de floristas y sus pequeños museos como ráfagas
centelleantes 
es la estación del jazmín y su olor a fruta insolente
ya llegaron con su modesta brasa tus cautivas flores de campo
y su nostalgia de hierba 
ningún lejano país
te puede dar esta juventud de todo por hacer
levadura que te nutre de tu suelo
sedienta mano abierta 
en donde has puesto extrema vida
necesitaste las estrellas de tu cielo
volver a reconocerlas
una dádiva de familiaridad
barrio lenguaje noticias
necesitaste un lugar de cálidas personas sobrevivientes
atravesar la prueba de la mentira y de la traición
y de tanto sufrimiento
y locura de tinieblas
hoy quisiera entregar al mundo nuestra salvación
camino y camino 
y transporto mi pesada garganta de gozo
voy por el viento norte
voy a encontrar el cariño entrelazado y protector 
y sin desavenencias 
de amigos
voy a encontrar compañía
aquí todavía tenemos tiempo
y oficio de alta amistad
estoy pensando a través del argumento incesante de los días
hablo una vez más a solas
con labios de encuentro y saludo
y mientras camino y camino
por esta ciudad tan mía
mientras camino y la miro
me digo
palabra a palabra
no he podido dibujar esta idolatría
el antiguo fervor
que me llega con sus licores de hechizo hasta los huesos
y con sus vínculos
y con el gran oleaje de sus milagros
que tantas veces vino a salvarme
de páginas y páginas malheridas 
durante años
palabra a palabra he buscado un lenguaje
que cante la gloria de este lugar que es mi destino
y que me pertenece
de este Buenos Aires que nada reemplaza
de este Buenos Aires que permanece con su calma
inmortalidad
invulnerable a todo apocalipsis. 


* Poema incluido en el libro “Buenos Aires y Nosotros "CINCUENTA Y SEIS ESCRITORES Y QUINCE ARTISTAS PLASTICOS" con motivo del IV Centenario de la Segunda Fundación de Buenos Aires.
Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.
Ed.: Osvaldo Colombo- Buenos Aires, 6 de Junio de 1980






'PATRAGATHIA'

A los 70 años de mi padre
Quédate un momento
detenido
como en una larga sobremesa,
con tu nostálgica sonrisa,
la mano apacible
caerá hasta dormitar sobre el mantel, 
siempre oyendo
mientras la mirada se aleja...
la espalda arqueada,
el escaso pelo, 
la voz creando los atributos de tu bondad. 
Así te veré mañana
cuando te festejemos.
Así te pienso
en medio del tiempo que me devora,
el tiempo me aleja,
me separa, 
envuelve, 
y sin embargo te pienso siempre
y mansamente vuelvo a la infancia,
al lugar junto a la mesa,
a tu venerada presencia.
Vuelvo a la voz,
a las palabras
y voy desentrañando su dibujo
y voy cayendo al pie de mis raíces. 
Así te veré mañana
sin haberte merecido todavía. 

(Del libro “Crónica Menor”, Ed. Botella al Mar, 1956) 







El tiempo de los niños

Para Bárbara

Corre con tu pequeña sangre
y tu manojo de temblores
y tu tibieza.
Así quiero recordarte
alrededor de los mayores 
- siempre solemnes,
en medio de cartas 
y fechas
y fotografías -,
con tu pelo cayendo por la espalda,
mientras cantas y ríes,
dorada, 
ajena a los días,
en un país
donde breves juguetes se desmenuzan.
Así, 
por el aire y la hierba
inventando tus pisadas, 
así, 
con tus llantos 
y tus pobres palabras,
con el grito
en la lentísima noche,
en medio de los gatos del terror
o devorada por las claridades, 
entre pájaros y cintas y baberos,
así, 
purísima,
mientras una vez más lejana
compones 
los gestos y un perfil hereditario,
así, 
antes de que el tiempo te descubra. 

(Del libro 'Crónica Menor', Ed. Botella al Mar, 1956)









'LOS MENDIGOS'

Somos la triste opacidad de nuestros espectros futuros.
Mallarmé 

Aquí, 
atravesados por gatos 
o entre hermanos perros, 
rodeados de lluvia, 
de sol, 
lento gris, 
sobre todo de solemnes familias, 
pero también muy solos 
o soñando amor 
y amistad 
y una lastimada esperanza, 
cubiertos de espléndidas cenizas, 
de prolijos anacronismos, 
casi extintos, 
mendigando presente, 
tiempo 
para vivir vagamente vida, 
salvar acaso una delgada vida insustituible, 
algo sin importancia, 
antes de que sea muy tarde 
y todo termine 
en ausencia 
en la tristísima dignidad de volver al polvo. 






CONTRAPOSICIONES



Me llamo esta cara que me precede
y un nombre
y una voz más allá que no es la mía.
Me llamo
mañana tengo que levantarme temprano
y no me alcanza el tiempo.
Ir y venir,
otra vez irme
-esa tritísima impresión de renuncia,
de estar yéndose de todas las cosas-,
y de pronto un amigo.
Pero también soy
algún sueño que me dibuja,
la noche
que me pesa hasta tropezar con mi piel, 
el blanco sol de invierno
despertándome a la dulzura.
Soy
cada última esperanza,
el minuto ansiosamente perdido
-de pronto demorarse a pesar de-,
el ocio aunque breve,
recordar flores, hojas, algún momento,
lo que acaso pueda salvarme
de una ciega costumbre, 
de los inevitablemente muebles
que se organizan y dibujan esta casa
con la apariencia de para siempre.
Alguien,
a veces pienso que ya todos
sienten esto mismo,
y no sé cómo encontrarlos
-no sé dónde están-,
aunque existen y un día huyen.
Pero hay que volver, 
repetir pacientemente lo mismo,
pensar que así debe ser:
estrechar manos, entregar saludos, sonreír, 
atravesar la palidez de ciertas fechas, 
cartas de mi mayor consideración...


Quizás aquel hombre veloz por la vereda, 
un hombre acompañado de alguna pared,
un hombre perdido en una hilera de hombres,
asomado a una ventana, a veces al río,
un hombre que mira vagamente hacia arriba...


Me entrego a este mundo
que me llama de algún modo,
que me clasifica,
me adorna
y destruye
sin preguntarse:
¿Qué ocurre detrás de una cara?

de Imposturas, Selección Emecé de Obras Contemporáneas, 1960






RITUAL DE LA CALUMNIA

Y estoy mirando y este  mundo es mío,
volverme sin embargo
y tratar de sonreír
aquí,
entre amigos,
nuestras rengas meditaciones entre paredes culpables:
la realidad revolotea torpemente
más allá,
inaccesible al sonoro ritual de la calumnia.

Y de pronto,
en medio de nuestras mansas postergaciones,
podríamos tristemente morir
y después de todo es para siempre.
Ni siquiera mordisquear un resto de vida
desde una última cama
o aceptar la sumisa corrosión
purificada por inútiles palmas y coronas.
Así nomás morir,
acaso sin merecerlo.
Ya era triste el porque sí de una bala
que desdeña el heroico cuerpo a cuerpo.

Contemplo el festejo augural de todas nuestras muertes,
el bellísimo hondo de la desaparición,
yo, espléndido residuo de opulentos colores,
cumpliendo el éxtasis de las descripciones,
repartiéndome vagamente entre mis monstruosos descendientes,.

Ninguna canción
ni la falsa historia podrían memorarnos,
no somos irritados héroes nacionales.
Apenas puedo jugar…Rolando…Orlando…
y morir salpicada por la erudición.
Apenas hombres arrasados por oleadas de penurias,
por oleadas de irreparable ciencia,
acaso resignados,
acaso indiferentes,
todavía cantando para resistir el miedo de siempre.

Me rebelo,
gruño a los buitres solemnes y agrietados
que deciden por mí, por nosotros,
no quiero confiarme, delegar,
este mundo es mío y asumo su peso.

Me rebelo
Y miro distraídamente mis futuras uñas marchitas

Así.

(de “Imposturas”, 1960)



1 comentario:

  1. Estos textos fueron copiados de la web de la poeta Betina Edelberg [www.Betina-Edelberg.net]

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