viernes, 13 de marzo de 2015

LUIS DE SANDOVAL Y ZAPATA [15.198] Poeta de México



Luis de Sandoval y Zapata

Muy poco se sabía de Luis de Sandoval Zapata (1620 -1671) hasta que Alfonso Méndez Plancarte, prácticamente, lo descubrió y dio a conocer en su artículo de la revista Ábside.“Don Luis de Sandoval Zapata (siglo xvii)”, Ábside I (1937), 37-54. 

Desde entonces, bastante se ha avanzado en el conocimiento de este singular poeta. Hoy sabemos, gracias a las investigaciones de Ignacio Osorio Romero, “Luis de Sandoval y Zapata: poeta de dos ingenios”, Sábado, suplemento del periódico Uno más uno, 22 de marzo de 1986, que fue hijo de Jerónimo de Sandoval y Zapata y de Bernardina de Porras. 

Nació entre 1618-1629,José Pascual Buxó cita la noticia de Félix Ossores y considera como fecha más probable de nacimiento 1619 (Luis de Sandoval Zapata, Obras, ed. y estudio de J. Pascual Buxó, México, Fondo de Cultura Económica, 1986, p. 7), casi con seguridad en la ciudad de México. 

Hacia 1640 casó con Teresa de Villanueva, con la que tuvo cuatro hijos. Según Félix Ossores. Noticias bibliográficas de alumnos... del Colegio de San Pedro y San pablo y San Ildefonso de México, México, Viuda de Bouret, 1908, pp. 231-232., “vistió la beca de seminarista de San Ildefonso de dicha ciudad [México] desde 1634; hizo progresos rápidos en sus estudios y muy sobresalientes en Bellas Artes”. 

Murió en la ciudad de México el 29 de enero de 1671.

Fue un poeta muy reconocido en su época. Carlos de Singüenza y Góngora lo llamó el “Homero mexicano”;En el triunfo parténico (1683), premiando la participación de un hijo de Sandoval Zapata, Francisco de Sandoval Zapata (Triunfo parténico, ed. J. Rojas Garcidueñas, México, Eds. Xóchitl, 1945, p. 173). 

Otro contemporáneo suyo, el padre Francisco de Florencia, “Fénix inmortal del América” y agregó: “excelente filósofo, teólogo, historiador y político, y un espíritu poético tan alto que pudo, si no exceder, igualar a los mayores de su edad”.Estrella del norte (México, 1688); apud Méndez Plancarte, art. cit., p. 40. 

De su obra, ya en 1688, el mismo padre Florencia decía que no quedaban “Más que las cenizas de algunos poemas”.Loc. cit. Durante mucho tiempo, su celebridad se debió casi exclusivamente a un soneto guadalupano.“A la transmutación admirable de las Rosas en la peregrina Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe...”, publicado por el padre Florencia en Estrella del norte (p. 199), reproducido después por Antonio de Mendoza en la Vida de Nuestra Señora (Amsterdam, 1725) en la ed. de 1729 de La octava maravilla de Francisco de Castro.Según Beristáin, publicó en México unas Poesías varias a Nuestra Señora de GuadalupeJ. Pascual Buxó (op. cit., p. 8) considera que podría tratarse más que de un volumen, de un conjunto de composiciones sueltas sobre el tema; en cualquiera de las dos formas, se trata de textos hasta hoy perdidos, y un Panegírico de la paciencia (México, 1645).Esta obra fue descubierta y publicada por Gerardo Torres: “Un texto desconocido de Sandoval y Zapata”, Vuelta, núm. 102, mayo de 1985, 11-17.

Hasta antes del artículo de Méndez Plancarte de 1937, además del soneto guadalupano, se tenía noticia de las siguientes obra: un romance y un soneto a la Inmaculada Concepción, premiados en el Certamen poético de la Universidad (México, 1654); un soneto, unas octavas y un romance, también a la Inmaculada para el certamen Empresa métrica (México, 1655); un romance titulado “Relación fúnebre a la infeliz, trágica muerte de dos caballeros [los hermanos Ávila]”, publicado por Niceto de Zamacois en su Historia de México.Historia de México desde sus tiempos más remotos hasta nuestros días, Barcelona-México, 1878, t. 5, pp. 745-759. En 1937, Méndez Plancarte da el campanazo con el hallazgo de los veintinueve sonetos, conservados en un tomo manuscrito misceláneo. Finalmente, en 1985, Gerardo Torres publicó el Panegírico de la paciencia, y dio noticia de otras dos composiciones: un soneto y una décima “Al autor” publicados en las preliminares del libro de Francisco Corchero Carreño Desagravios de Christo.Desagravios de Christo en el triumpho de su cruz contra el judaísmo. Poema heroico, México, Juan Ruiz, 1649. La noticia de estas composiciones está en Gerardo Torres, “Apostillas y pavesas”, Vuelta, núm. 109, diciembre de 1985, 61-64. A lo encontrado, hay que añadir lo perdido (por lo menos hasta ahora), de cuya existencia da testimonio el mismo Sandoval Zapata. En primer lugar están las obras mencionadas en el prólogo del Panegírico:

[…] Con la censura de este gran ingenio me atrevo a prometer a la curiosidad las Misceláneas castellanas, muchos versos humanos y divinos, la Apología por la novedad, la Información panegírica por Orígenes, el Epicteto cristiano, y sobre todo algunos opúsculos latinos, como el de Magia, Examen vanitatis, Doctrinae Gentium et haereticorum y las Quaestiones salectae…Gerardo Torres, “Un texto desconocido...”, p. 12.
En segundo lugar, está su producción teatral. En su artículo “Documentos para la historia del teatro en la Nueva España”, de 1944, Julio Jiménez Rueda presentó algunos documentos inquisitoriales en los que consta que Sandoval escribió las siguientes obras de teatro: Lo que es ser predestinado (cuya representación prohibió el Santo Oficio), El gentil hombre de Dios (“representada este año próximo pasado de 59 en la fiesta de Corpus Cristi, e impresa”),Apud ibid, p. 11 dos comedias de santa Tecla y dos autos sacramentales, Los triunfos de Jesús sacramentado y Andrómeda y Perseo. Así como puede verse, el unánime reconocimiento del que gozaba Sandoval en su tiempo se apoyaba no en unas cuantas participaciones en certámenes, sino en un conjunto de obras, del que ahora, por desgracia, tenemos más ausencias que presencias.




Los emblemas que confluyen en el tejido de los sonetos de Sandoval Zapata nos hablan de la incidencia de estos magníficos repertorios emblemáticos en el arte de la poesía y también del contexto cultural y libresco que lo rodeó en su nativa Nueva España, pero también y sobre todo nos revelan un temperamento inquieto, inquisitivo e inconforme con las simples premisas dominantes del quehacer poético de su tiempo.
Los sonetos 10 y 11 están dedicados A una garza remontada y Al mismo asunto, como consta en sendos títulos. Ambos sonetos se relacionan directamente con cierto emblema de la tradición petrarquista tal como la recibió la poesía barroca hispánica.
Se trata del emblema de la mítica Ave del Paraíso o Manucodiata, aludida ya sea directamente o sustituida por otra ave, la garza, que comparte en el poema las características del ave fantástica; esto es, volar siempre hacia los cielos y nunca posarse en tierra.


A una garza remontada

Tú que rompiste esa ciudad del viento
trepando al sol, alcázares de nieve;
que por enamorada, si por breve,
ya fuiste girasol, ya pensamiento.

Ya tu ambición al párpado sediento
paciendo en tanto espíritu no muere,
y cuando en golfo imperceptible bebe
le paga en parasismos el aliento.

En dos alas espíritu embarcado,
si por ardiente de tan grande abismo
voló planeta de erizada espuma,

no descienda tu espíritu elevado,
pase a constelación tu parasismo,
quédate estrella, ya no bajes pluma.



Al mismo asunto

Ave que te llevó tu fantasía 
a vagarosos piélagos del viento,
al sol, cuando calzaste el ardimiento,
las plumas del espíritu del día.

Conceden tanto mar de argentería,
entre respiración y movimiento,
cuando encendido, inmóvil, el aliento,
fuiste centella de su abismo fría.

Te derretiste, tan de luz avara,
que cuando un Mongibelo desataste,
no volviste señal de una centella;

porque la emulación no te intentara
apagar el ardor, más afectaste
perderte polvo que bajar estrella.



En el soneto 16 Sandoval parece valerse también de una imagen emblemática tradicional: la de la mariposilla que vuela en torno a la llama. El título Riesgo grande de un galán en metáfora de mariposa nos conduce aparentemente a una interpretación de este soneto como un ejemplo más, de un sinnúmero, del tema del amor humano, encandilado por aquello que desea al punto de morir destruido por el objeto de su pasión.


Riesgo grande de un galán 
en metáfora de mariposa

Vidrio animado que en la lumbre atinas
con la tiniebla en que tu vida yelas
y el breve punto del morir anhelas
en la circunferencia que caminas.

En poco mar de luz ve oscuras ruinas,
nave que desplegaste vivas velas;
la más fúnebre noche que recelas
se enciende entre la luz que te avecinas.

No retire tu espíritu cobarde
el vuelo de la luz donde te ardías,
abrásate en el riesgo que buscabas.

Dichosamente entre sus lumbres arde,
porque al dejar de ser lo que vivías
te empezaste a volver en lo que amabas.



El soneto 7, titulado Una dama se vio en una calavera de cristal, describe cómo una hermosa mujer mira su propio reflejo, pero en este caso no se trata de un espejo, sino de una calavera esculpida en cristal de roca.


Una dama se vio en una calavera de cristal

En calavera de cristal se vía,
en el espejo docto escarmentaba
la que, cuando belleza se miraba,
luz mortal de belleza se atendía.

Cuando secreto fuego introducía,
una diáfana Troya se quemaba
y polvo cristalino sospechaba
la que luciente eternidad ardía.

¡Ah, dice, cómo en el cristal diviso
a lo que más eterno resplandece:
puede ser escarmiento de ceniza!

La muerte ha de morir, que como se hizo
de cristal, que a la vida se parece,
quedó la misma muerte quebradiza.




Belleza a un balcón del ocaso

Iluminando al occidente estaba
quien para oriente de beldad nacía,
para detener lo que a expirar corría
la esfera de este ocaso el sol buscaba.

Yo que en el occidente luz rondaba,
en un morir enamorado ardía;
el último período de mi día
luna era que mi vida madrugaba.

Desde occidente estás al sol ganando,
él da heridas fatales, fugitivo,
tú das inmóvil de salud heridas,

Orientes para piras está dando
y tú desde el ocaso, sol más vivo,
estás enamorando para vidas.



Sandoval Zapata trasciende notablemente en su soneto después de retomar la mayor parte de los motivos mencionados. Veamos el soneto de Sandoval:


Iluminando al occidente estaba
quien para oriente de beldad nacía,
para detener lo que a expirar corría
la esfera de este ocaso el sol buscaba.

Yo que en el occidente luz rondaba,
en un morir enamorado ardía;
l último período de mi día
luna era que mi vida madrugaba.

Desde occidente estás al sol ganando,
él da heridas fatales, fugitivo,
tú das inmóvil de salud heridas,

Orientes para piras está dando
y tú desde el ocaso, sol más vivo,
estás enamorando para vidas.



A la Transustanciación Admirable de las Rosas
en la Peregrina Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. 
Vencen las Rosas al Fénix

Por Luis de Sandoval y Zapata
(Mediados siglo XVII)



El Astro de los Pájaros expira,
aquella alada eternidad del viento,
y entre la exhalación del monumento
víctima arde olorosa de la pira.

En grande hoy metamórfosis se admira
mortaja, a cada flor más lucimiento:
vive en el Lienzo racional aliento
el ámbar vegetable que respira.

Retratan a María sus colores;
corre, cuando la luz del sol las hiere,
de aquestas sombras envidioso el día.

Más dichosas que el Fénix morís, Flores:
que él, para nacer pluma, polvo muere;
pero vosotras, para ser María.





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