lunes, 10 de marzo de 2014

JULIÁN TORÓN NAVARRO [11.187]


Julián Torón Navarro

Nace en la Ciudad de Telde, el día 23 de junio del año 1875, aunque desde muy joven vive en Las Palmas de Gran Canaria, donde se traslada la familia por motivos laborales del cabeza de familia.

Una vez que fallece su padre, Julián asume la responsabilidad familiar, teniendo que dedicarse a trabajar en las instalaciones del Puerto de La Luz, en la oficina de una compañía naviera como escribiente, a fin de cubrir las necesidades familiares.

Fue preceptor de su hermano Saulo, quien también fuera un ilustre poeta de la llamada “Escuela Lírica de Telde”, de la cual se considera a Julián su creador.

Fundó la “Sociedad El Recreo”, donde se producían encuentros literarios y demás eventos relacionados con el mundo de la cultura.

En el mundo de la política, Julián fue consejero del Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria y concejal del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Julián no llegó a publicar ningún libro de poemas en vida y su obra se encontraba dispersa en manuscritos o colaboraciones en revistas y periódicos.

Tenía preparado para publicar un volumen titulado “Fugitivas”, donde recoge su producción literaria entre los años 1894 y 1946, pero le sorprendió la muerte sin poder publicar a tiempo.

No obstante, el Ayuntamiento de Telde, desde su Concejalía de Cultura y de la mano del Cronista Oficial de la Ciudad Don Antonio María González Padrón, publica y edita la obra a finales de 1997.

Julián Torón Navarro fue un poeta no entendido, no gozó nunca de la admiración del público, tal vez por su fuerte expresividad tanto en el amor como cuando trataba el tema de la muerte, la cual le sorprende en el frío del otoño, un 28 de noviembre del año 1947.





 La joven licenciada en Filología Hispánica, Elisa Santana Ojeda, esbozó durante su intervención en el recorrido histórico-artístico de San Francisco una semblanza de la vida y obra del poeta teldense Julián Toro, al que calificó como “bohemio con estrecheces de vida burguesa, político de la idea, heterodoxo en el pensar, amante de valores eternos, juez de su propia existencia pero nunca de las de los demás”. TELDEACTUALIDAD publica el contenido íntegro de la ponencia de Santana Ojeda. 

Intervención de Elisa Santan Ojeda

Buenas noches, Señoras y Señores, sean todos bienvenidos a este tradicional recorrido histórico-literario por nuestro barrio de San Francisco, en la antigüedad llamado Altozano de Santa María La Antigua. 

Saludo al que añado el emocionado agradecimiento al ilustrísimo señor don Antonio González Padrón, hijo predilecto de Telde, cronista oficial de la ciudad y entrañable profesor, en reconocimiento a su ayuda, sin la cual mi aportación literaria al recorrido histórico de este año hubiera sido tarea muy difícil. 

Julián Torón nació rodeado del bullicio y la algarabía propia de la víspera de las fiestas de San Juan, en el número 1 de la calle Tres Casas del barrio de San Francisco, donde pasó su infancia y primeros años de juventud. 



Al cruzar por las calles tortuosas 
Donde pasé la juventud querida 
Voy sintiendo mi alma sumergida 
En el encanto de las viejas cosas. 

Estas pobres viviendas silenciosas 
Como en el tiempo aquel de mi partida, 
Evocan en la mente entristecida 
historias de otras vidas bulliciosas. 

Aquí, una huerta… allá, un rincón perdido, 
Un recuerdo de pronto sugerido 
Por travesuras en la edad lejana… 

Y, hacia el final de una empinada cuesta, 
Sobre el diáfano cielo se alza enhiesta 
La mole de la iglesia franciscana. 



Estos versos son un extracto de su poema “Barrio de San Francisco” que nos acercan al niño feliz que correteaba por sus calles y que maduró con este sentimiento. 

Siendo un mozalbete, Julián se traslada con su familia a Las Palmas de Gran Canaria, ciudad capital en la que tiene sus primeros desengaños amorosos: 



Desgraciado, mil veces desgraciado 
Del que ya llora su ilusión perdida, 
Pues, siendo ella esencia de la vida 
Es muy triste vivir desengañado. 



Pero, finalmente, encuentra el amor, la lealtad y la complicidad, junto a Dolores Blanco Hernández, mujer con la que se casa y tiene varios hijos. 

A los 22 años fallece su padre y es él quien se encarga de cuidar de sus hermanos, y asumir desde la fraternidad la responsable paternidad, que le supuso un gran reto toda vez que quiso hacer de ellos hombres rectos, cabales e ilustres, como correspondía a la saga de los Torón. Hasta tal punto fue su empeño, que comentaba lleno de orgullo que de todos sus versos Saulo fue el mejor. “Mi hermano Julián” decía Saulo, pues jamás lo dejó de intitular “Mi hermano”. Era fácilmente palpable la admiración y el amor que existía entre ambos. 

Su vida da un gran vuelco cuando fallece su hijo Montiano. Buscando refugio en la poesía escribe: 



Me arrebató la muerte lo que yo más quería… 
Su implacable guadaña segó su vida en flor… 
Y el angelito rubio que fuera mi alegría 
Huyó de mí buscando otro mundo mejor. 

¡Oh, escena de mi vida, cruel e inolvidable¡ 
¡herida que en mi alma siempre abierta estarás 
besar pos la vez última su carita adorable 
y pensar: “no he de verle ya más nunca…¡jamás! 



Son años de profunda tristeza de la que, poco a poco, saldrá para dedicarse a actividades socioculturales en las que ayudar a los desfavorecidos era su principal objetivo. 

Parafraseando al querido profesor y cronista de la ciudad de Telde, Don Antonio González Padrón, quiero terminar diciendo que Don Julián Torón fue un luchador incansable de la verdad. Penitente de cruces humanas, dolorido el corazón de tanto amar y sentir, bohemio con estrecheces de vida burguesa, político de la idea, heterodoxo en el pensar, amante de valores eternos, juez de su propia existencia pero nunca de las de los demás. 

Julián Torón Navarro, para algunos el hermano mayor de Saulo, y para otros el viejo entrañable poeta, murió el 28 de Noviembre de 1947, dejando tras de sí una vida cuajada de rítmicas realidades.




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