sábado, 31 de agosto de 2013

BEGOÑA UGALDE [10.428]


Begoña Ugalde 

(Santiago de Chile, 1984): Es licenciada en literatura Hispánica en la Universidad de Chile. Fue becaria de la Fundación Neruda en el año 2004 y de un taller de narrativa realizado por Alejandra Costamagna en 2008. En el año 2008 fue premiada por el fondo del Libro con una beca de creación literaria por la obra dramatúrgica ABC1 y recibió una mención honrosa en el concurso “Stella Corbalán” organizado por la Municipalidad de Talca por su poemario inédito “Lamerse”. 
En el año 2009 fue publicado su cuento “Rosa Flores” en la Antología de Narrativa realizada por Ediciones Contrabajo. 
En 2010 publicó El cielo de los anmales
En 2012 ha publicado  La virgen de las antenas





1.

Aprendí a arrodillarme
ante delantales pulcros
como si fueran santas,
les habría hecho un altar
con mis velas de cumpleaños,
flores plásticas que simulan
tonalidades ocres de capilla.




2.

Eran demasiado hermosas y violentas
por la inseguridad de ser puras;
nadie más dormirá en sus habitaciones
empapeladas con estampitas de ángeles
y siempre llevarán el pelo perfumado
a shampoo de manzanilla.




3.

Cada recreo nos sentábamos en la biblioteca
la espalda recta en la silla de madera
para mirar
con detención
ilustraciones del Renacimiento.




4.

Tratábamos de entender
esos cuerpos proporcionados, voluptuosos,
que dialogan alegres
con serpientes y granadas al sol.




5.

Queríamos recordar las estaciones
de total ingenuidad
desnudas sobre la maleza
con la lluvia cayéndonos encima
como una bestia que rasguña
para interrumpir el letargo
sin herir la piel.

en La virgen de las antenas, 2011







Sendero Luminoso 

1.

Te pedí virgencita
que no soltaras mi mano
y me dieras de tu agua bendita
para calmar esta sed.
Si no voy a tomarme un resto,
deshacerme en ruedos,
romperme en ruido.


2.

Tomé el último metro
el último bus
el último camino de tierra
que se dibujaba en peregrinación
la noche de las prohibiciones
tomaste mi mano
fuimos hasta los rosales
me arrodillé ante ti
para saludar el ocaso
cantando sin despegar
del paladar la lengua.


3.

Al amanecer sueño con riscos, 
con tus dientes
en mi dientes.
Viene de nuevo el vértigo.


4.

Quise traerte hasta aquí
para mostrarte
cómo puedo adentro de tu pecho
meter mi mano manchada para tocar
los bordes de tu corazón sagrado.
Así regalarte un camino bordado hacia abajo.


5

En la oscuridad de la pieza
con hilos blancos, azules y lentejuelas
hicimos el trazado de lo que no seremos
el uno en el otro.
Yo bordé un corazón rojo sobre tu pecho
y el pedazo de montaña
donde me gustaría deshacerte.
Tú amarraste a mi muñeca
algunas hebras rotas
y un botón dorado para reconocernos
luego del temblor.



Escombros 

Las palabras se comen la noche
Las palabras se comen
La noche como un espiral
Aviones atraviesan la ciudad callada
Callados
Perros rompen bolsas de basura
Ladran a ratos a las sombras
Mientras todos duermen
Y en realidad no todos duermen.
Las palabras nos comen
Caminas
Sobre los escombros que nos obsesionan
Queda un grito
Basura desparramada sobre el pasto húmedo
Cuentas de luz y agua desasiéndose en la vereda
La noche cruzada por aviones que no abordamos






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