miércoles, 28 de agosto de 2013

JULIO MIGNO [10.390]


Julio Migno
Julio Migno Parera fue un poeta argentino. Nació en San Javier, provincia de Santa Fe, el 6 de octubre de 1915 y murió el 5 de diciembre de 1993 en la ciudad de Santa Fe Fue una persona de un lenguaje sencillo y sensible que lo llevó a destacarse como poeta, su poesís abarcaba la naturaleza salvaje de su tierra, las soledades y silencios de los pobladores isleros, el mensaje humano.

Desde su niñez convivió con los descendientes de los indígenas de la última reducción que existió en la República Argentina, en lugares agrestes en la zona del cántaro, en el postergado nordeste de nuestro país. 


“Soy de tus islas un timbó cualquiera; 
y en tus zanjones, curupí a los vientos; 
sauce embrujado de cualquier barranca, 
y un llanto colorado entre tus ceibos, 
y soy, por una herencia de la suerte, 
con mi lanza en la voz, sanjavielero”


Cursó sus estudios secundarios en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe, a los 16 años escribió su primer libro "A los nuestros" -muy pocos lo conocen- dedicado a Félix Villasur Gutiérrez, un condiscípulo suyo fallecido en el histórico establecimiento educativo de los jesuitas.
En 1943 publicó su primera obra de aliento "Amargas", donde se revela un poeta profundamente conmovido por el paisaje indígena de su terruño y la idiosincrasia de su gente.


“Con tener una “muda” pa esperar las aclaradas,
unos cuantos “baratos” p’ahumar sus cavilaciones,
un retacito ‘e tiempo pa enyenarlo de sueños,
una chinita dulce y un parejero a campo,
se daba por cantento...”



Cuatro años después le siguió "Yerbagüena, el mielero", libro que marca el momento clave en su carrera literaria; su personaje, un imaginario cantor hijo del pago, mereció un elogioso comentario de la BBC de Londres, que la compara con la obra mística de Bunyan.



“Timbó, laurel, curupí,
lindos ceibales en flor,
pago del indio mocobí
San Javier donde nací
no hay otra tierra mejor.”


Obra

En 1932, con sólo 17 años de edad, publicó su primer libro titulado “A los nuestros”. En 1943 publicó su primera obra titulada "Amargas". En 1947 publica Yerbagüena, el Mielero, considerada una de sus principales obras. Otro de sus trabajos, "Chira Molina", editada en 1952, presenta el testimonio de un paisano valiente e incomprendido, víctima de la injusticia. Dos décadas después, en 1972, Migno Parera editó "Michiquises", con dos recopilaciones antológicas: "Cardos y Estrellas" y "De Palo a Pique", donde señala la madurez del canto en el ciclo criollo argentino. En 1987 publicó "Summa Poética".





Pájaros

Pájaro el canto que vuela
pájara el ala que canta;
¡dichosos son los que tienen 
un cielo y una esperanza,
y los que saben volar 
con un canto en la garganta!
Canoero viejo

Canoero viejo, crioyo del pago
que por caminos de marejadas
quebrada el ala de tu sombrero por una brisa
te vas bogando... 
Canoero viejo sentao a popa
con tu escopeta de un solo caño,
que en los temblores de las variyas
prendés el ojo con el fijazo...
Canoero viejo que andás en ancas
de tiempos gënos y tiempos malos,
que ponés curvas de sentimientos
cuando no hay otras, de taco a taco...
Silgador triste de la esperanza,
nubero bravo que vas yevando
rumbiando a estreyas, pa la ranchada,
una provista pa la patrona
y unas masitas pa los muchachos...
Canoero viejo que en los zanjones
cuando se cansan los juertes brazos
tirás el grito p´al horisonte
como un chuchazo...

Espinelero de media noche
que jugás risas a los remansos,
y vistiás de humo las mosquitadas
y a perdigones, yacaresiando,
te hacés silencio, cayás la pala
sobre las cintas de los arroyos del lindo pago...

¡No andés tan solo canoero viejo,
yo te convido con unos tragos,
con mi guitarra pa entretenerte,
mientras rezonga mi mate amargo... 
mi mate amargo...!

Canoero viejo, crioyo del pago
que por caminos de marejadas
quebrada el ala de tu sombrero por una brisa
te vas bogando... 
Sos tan islero, 
sos tan baquiano,
que cuando yegue t´último viaje, 
sobre la popa de tu canoa
por los sanjones desconocidos
dormido y todo, canoero viejo
te irás paliando...

Canoero gaucho, tu embarcación,
yeve esta güelta por los sanjones sanjavieleros
una provista del corazón...








Si tenés cachorro

En este punto se oyó
suspiro de hembra en la rueda
y a la voz de su patrón
secretiándole las cuerdas:
“Si tenés cachorro,
esperá que crezca
pa' verlo costero,
rumbeador pa' el pago,
mocobí enterito,
y esperá que cambie
su voz pa' que cante:
no hay en todo el mundo pago como el mío,
porque hay esperanzas
en todos sus montes
y cielos estrellas 
toldando sus nidos; 
porque sus zanjones
cantan cuando lloran,
lloran cuando cantan
sus rezos en indio.
No hay en todo el mundo
Pago como el mío...

Si tene´s cachorro
-Dios te lo conserve-
llevalo a tu río;
tocá su moyera
con agua fresquita
pa' darle bautismo,
y busca dos guenos 
cantores del pago
y hacelos padrinos;
que ella sea calandria;
costera orgullosa
con miel en el pico,
y él, zorzal islero
payador matrero
bien sanjavierino.
Si tenés cachorro
-Dios te lo conserve-
llevalo a tu río;
tiralo de panza
por los arenales;
del pelo en las aguas
de golpe sumilo;
tumbalo de oreja
sobre las corrientes
pa' que oiga el canto indio
y hacé que su mano
s' estire a la estrella
y el ojo al lucero saliendo del nido
Si tenés cachorro 
-suerte del destino-
que sepa al hermano
mirar con cariño;
que arda en la querencia
como un trafoguero; 
que sea aguay altivo
de raíz en las islas
con sombras pa' tuitos;
pa' que cuando vaya
pa' las capitales
no te lo encandile
cualquier lucerito,
pa' que no se tiente 
con bailes extraños
quebrando caderas 
con el hembrerío.
¡Que aprienda guitarra¡
que lleve pañueloo
de galleta al cuello;
que chamamesée
pegando alaridos;
que sea tape puro
de golpe en la boca,
costero derecho,
mocobí enterito,
de esos que al cacique
de raza dijunta
le alzaron la lanza
quebrando su punta
pa' hacer sus cuchillos.
Que firuletée
con las acordeonas;
que a "latagá" puro
se le queme el pecho;
qu' encienda de noche
su todo escondido
p' hacer un incendio
cada madrugada
y ansí, amanecido,
que se espine a lo hombre,
que suba barrancas
y robe esperanzas 
pa' echarlas cantando
sobre el lomo 'el río...
Que fije pacuses;
que popée en el taco
del timbó más gaucho;
que cruce en agnada
por el Veroncito;
que trence un asiento
su mano embrujada;
que robe a l'avispa
l'azuca del pecho
de un ceibo florido,
y que entrampe nutrias
y que chifle polkas
y coma capincho...
Si tenés cachorro,
que la carne 'e potro
le engrase el hocico;
que ase los macases;
que abra por el lomo
los sábalos gordos
alzaos en horquetas
sobre el braserío.
¡Que grite en paisano¡
Que asiente a chiflidos
las garzas ariscas,
que baile con chinas,
que torée milicos,
que a boca cerrada
llame yacareses
y que a bola de uno
les pegue en el "caique"
pa' que panza arriba
boyen en el río...

Si tenés cachorro,
con punta de lanza
marcale la frente;
con ala 'e paloma
y a miel de panales
cruzale la boca
los oídos y el pecho
diciéndole: hijo mío
doblá la rodilla
de frente a tu río;
rezá con tu padre
la oración costera
de los pagos indios;
juro ser un tape
de los de alarido;
juro ser un ceibo
pal manso conmigo;
juro ser arroyo
pa' canoa en apuros,
tigre pal contrario;
zorzal pal amigo,
y entrar a la muerte
como entre a la vida:
de vincha y de lanza,
¡bien sanjavierino!...

Dios te lo conserve
si tenés cachorro,
porque es una suerte 
vivir floreciendo...









Romance del Indio gringo

El indio tenía una china 
celosa a más no poder; 
en cuanto había viento norte 
no le daba de comer. 

Cuando él llegaba a las casas 
pa dentrarle al locro guacho, 
ya la china se lo había 
comido con los muchachos. 

De las juntadas del máiz, 
de maní y el algodón, 
llegaba lustroso el indio 
y con plata a discreción. 

Se empezaba a entumecer 
y flaco de cuerpo y plata, 
otra vez cardo y cicuta 
por culpa´e la china ingrata.

La china tenía poder 
en yuyo y trapo rezao; 
el indio jué a verlo al cura 
pero no dió resultao. 

Le pegó pa la farmacia 
y el " botica " muerto´e risa 
le dijo: ! lo que le falta 
es una güena paliza ! 

Se le prendió al latagá 
y desmaneó la sin hueso, 
pero ella, con la conversa 
le ganó a medio pescuezo:

" Ya ´tás desgraciao demás, 
nos tenés abandonaos; 
no tráis un par de alpargatas 
ni cortesito jloriao !"
"! No se te puede ni hablar, 
´tas demás adotorao !" 
..! date con pueglera blanca 
con tal que quedés callao ". 

El indio tenía una flauta 
pa entretención y sosiego:
"! Que tanto tocando´e balde !" 
- le dijo - y se la echó al fuego. 

De cuatro gurises, uno
salió de pelo dudao;
ganándole ella el tirón 
ansí se lo había achacao:
"! Tanto saludar la gringa
me has enrubiao la tropilla !"
( el indio tragó el carozo
duro para ser semilla ).

Cuando la china le dijo:
"! yo no te queriendo máj !"
él se lo contó a la flauta
y la flauta al latagá.
" Tontoyogos ", " sarandises "
y " bravos ", en soledad,
la cáida ´el sol esperaron
pa lanciarlo sin piedad.

Se jué cuando ya la noche 
se le hizo negra demás.
Un caminito de sangre
dejó la flauta en su andar,
hasta que un día de tantos
en una juntada ´e máiz,
vido una mazorca rubia
junto a su pecho asomar;
ojos azules llorando
lágrimas de hiel y sal,
boca tajeada en un: "! Pagre !"
y en el medio del maizal,
llenó su bolsa nochera 
con sol de felicidad.

Mocoví firme, adelante,
y mocoví rubio, atrás;
en el medio iba la flauta
dele cantar y cantar.

Misterios tiene la sangre
que náides puede explicar. 
Gringo se lo dió la vida,
Gringo lo viene a cuartiar.
! Cuasi con la noche encima
le vuelve el sol a brillar !

Miel lechigüana en la flauta
y un mocoví conversar:
"! Patrón… pa dos indios puros,
dos vasos de latagá !"







¿Qué tendrás pago?

Chiflando una tonada en las totoras
y peinando el sauzal, retoza el viento
rempujando las crespas marejadas
que entre esquilas de espumas van muriendo.

Como pa' hacer brillantes ñanduceras
están las tres Marías en el cielo.
Se ha fundido una estrella y cae su chorro
como lágrima en arco entre el estero.

No pica; con plomada o sin plomada,
de espinel o pateja, da los mismo.
Van hablando en temblor las correntadas
y se duerme la liña entre los dedos.

Hay plata en el zanjón, en las escamas,
en la ristra brillosa 'e los anzuelos,
en el cuchillo de cortar carnadas,
y en esa "bola de uno" del lucero
que se ha ceñido al corazón arisco
pa' que levante luces en el pecho.

¡Qué tendrás pago, que te quiero tanto
con tus chajás, tus brujas y tus esteros,
con los vellones de tus garzas blancas,
con el pico plateao de tus boyeros,
con tus garcitas moras que se visten
en tus jacarandases y tus cielos,
con tus torcazas llenas de ceniza,
con Juan Soldao, el de la brasa al pecho;
¡qué tendrán tus calandrias que me llaman,
tus chororoses y tu tordo islero,
y tus viuditas tristes y esa chispa
que dió el fogón pa' la brasita 'e fuego,
y qué tendrás, que entre mis noches pasa
siempre un arisco cardenal ardiendo!
¡Esos son tus gualichos en mi amargo,
ésa es la brujería que me has hecho,
ése es el espinel que le has tendido
pa' prender en sus ganchos al Mielero!

Soy de tus islas un timbó cualquiera,
y en tus zanjones, curupí a los vientos;
sauce embrujado de cualquier barranca,
y un llanto colorado entre tus ceibos,
y soy, por una herencia de la suerte,
con mi lanza en la voz, sanjavielero.

¡Muchas gracias, patrona doña vida,
que me has hecho zorzal. Estoy contento!








A MI TIERRA SAN JAVIER

Timbó, laurel, curupí,
lindos ceibales en flor,
pago de indio mocobí;
San Javier donde nací;
no hay otra tierra mejor.

Timbó, laurel, curupí...

Sanjavielito y Verón
en mi sangre van marchando,
desato mi corazón,
lo pongo de embarcación
y lo cruzo navegando.

Sanjavielito y Verón...

Ronquidos de marejadas,
corridas de surubises,
y abriendo las madrugadas
nubarrón de crestonadas
y un silbar de siririses.

A pala corta la proa
dolorida correntada
y descansa la canoa
mientras se hace la ranchada.

Relatos de aparecidos,
política lugareña,
la crónica de un silbido
y el llegar como perdido
del que salió a buscar leña.

Cielo abierto, mosquitada,
chanzas, postas de pescao,
y al revolear la liñada
la preferencia anotada:
"pa' la boca de una dorao!".

Corre plomo derretido
en la vena del zanjón,
y un camalote perdido
va cabeceando dormido
a dar contra un albardón.

Juega su plata la luna
sobre carpeta de estero
y se la copan los teros
a orillas de la laguna...
Por la lomada cebruna
relincha en arco un bagual,
pasa lerdo un pato real
al sesgo y a lo matrero,
y lo encandila el lucero
que asoma entre el totoral.

Silencio de narradores,
quejumbres de gallinetas,
relevo de cebadores
y un rodear los asadores
de cuchillo y de galleta.

Como anticipo de soles
en las mañanas triunfales,
cuajarones arreboles
van flamenado tomasoles
los isleros cardenales.


"Color de guitarra vieja"
salta un zorzal andariego.
La ocurrencia en la madeja
la tejió don Goyo... Cejas
mientras atizaba el fuego.

Calandria en cristalería,
boyero meciendo acentos,
pasan en la tierra mía
con sus gauchas juglarías
de emplumados instrumentos.

Amigo de mis ausencias,
de lo mejor que me queda,
aquí vengo a la querencia
y haciendo acto de presencia
pido mi trago en la rueda.

Paisanas: "sanjavielero 
pa' lo que gusten mandar",
de aquellos que al saludar
como queriendo sembrar
van empujando el sombrero.
Paisanas, sanjavielero.

Todo del indio Mariano
y del flautista Paikí
donde es chuza de baqueano
el alarido temprano
de Miguel Lavanderí.

Timbó, laurel, curupí,
lindos ceibales en flor,
pago de todo mi amor
San Javier donde nací
tierra de indio mocobí
borracho al atardecer,
timbó, laurel, curupí
no he de morir sin volver
y he de volver a morir
en tus costas, San Javier.

Cúmplase así mi destino
después de cruzar errante
loco caballero andante
los más inciertos caminos,
sintiendo todos los trinos

con mi tumba en la barranca,
cajón de madera blanca
de timbó sanjavierino
y en tardes ensangrentadas
Sanjavielito y Verón
rezándome una oración
en sus blandas marejadas.







Vibra, armonioso cántaro

Vibra armonioso cántaro de barro
Tu melodioso colmenar rimado,
Tu destino es vibrar a la caricia
O al golpe del guijarro…
Vibra armonioso cántaro
Tu pregón cadencioso en las borrascas
En métrico tallazo,
tu tienes una llama, haz una antorcha
Para alumbrar tus pasos;
Tienes la oculta clave,
¡Pues encauza en las órbitas celestes
Los forzados atlantes del espacio!
Tienes simiente,
¡Siembra para cosecha de astros!;
derrama tus licores musicales
con un órfico rito silenciario
ajustados a citaras y flautas (…)

Tu melodioso colmenar rimado
Vibra, armonioso cántaro
Cuando esté exhausto tu panal sonoro
Habrá un brutal derrumbamiento de astros.





1 comentario:

  1. un poeta nuestro de su tierra es posible escucharlo en la voz un cantor santafecino Orlando Veracruz

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