viernes, 31 de agosto de 2012

7646.- ÁNGEL FARETTA






Ángel Faretta
Ángel Faretta (Buenos Aires, Argentina, 1953) es un autor de su propia teoría del cine, crítico de cine, escritor, poeta y maestro. Desde 1977 publica, en diferentes medios, ensayos, artículos de análisis y críticas sobre arte, literatura y cine. Para muchos seguidores de su teoría, es "la persona que más reflexionó sobre el cine en la Argentina, y su teórico más lúcido, original e influyente, fiel a su pensamiento y alejado de cualquier moda. " De Faretta, el crítico cinematográfico y guionista Fernando Regueira escribió:
"Faretta es el único pensador con una Teoría del Cine (y una Estética general) propia en nuestra Patria y, mucho nos tememos, en nuestra lengua castellana toda."
Fernando Regueira

Ángel Faretta nació en Buenos Aires el 21 de abril de 1953. Se formó con los padres escolapios en el colegio Calasanz de Caballito, donde hizo el colegio primario y secundario. Según Faretta,
"en esos años el secundario, al menos en ese lugar, era ya una educación completa. Latín, teología, filosofía, literatura, y sobre todo la interacción que se tenía con la mayor parte de los profesores".

Reconoce en su formación a una serie de maestros particulares y anónimos, como Horacio Álvarez Boero, erudito en cine clásico norteamericano. "Cuando charlamos con Samuel Fuller, éste lo mira fijamente y le dice: "Horacio, ¿Cuántos años viviste en Hollywood sin que te conociera?".
Otro centro de su formación sería el aprendizaje noctámbulo de posiblemente la última parte de la existencia de una auténtica bohemia en Buenos Aires. Una vida nocturna donde la bohemia y la aristocracia europea se unían en más de un punto con los maestros iniciáticos de saberes tradicionales, donde Faretta incluye: "...las librerías de viejo. Y las trastiendas de las librerías de viejo. Y los bares, los guindados, las whiskerías como la que Tania tenía frente al teatro Cervantes... Como repito desde ya tantos años: "quien no haya vivido en la Argentina, en el Buenos Aires de esos años no conocerá nunca lo que es la dulzura de vivir".
Ha declarado: "Una filosofía de la historia, por ejemplo, no puede hacerse si no se estudian y examinan, hasta donde sean posibles, las creaciones espirituales de los hombres. Su forma de pensar pero también de poetizar, o mejor ambas de consuno. Es imposible desde hace siglos ir hacia algo llamado historia como si fuera un fósil que nos espera a nosotros en estado de animación suspendida para que por un acto de magia libresca lo hagamos vivo una vez más. Pero si intentamos averiguar cómo imaginó su espacio vital, cómo se temió y se representó ese temor, cómo se continuó reconfigurando la tarea de sus antecesores y cómo una figura, tipo o emblema lo fue reconfigurando en diversas obras poéticas, pictóricas, novelísticas y fílmicas creo que ahí sí logramos no recuperar un fósil sino religarnos con lo vivo del pasado en nosotros. Se hace presente. Claro que para mí era obvio que había que comenzar con la manifestación estética más cercana a nuestras vivencias, el cine. Y de allí extraer una filosofía de la historia y del arte. Y no ir en busca de algo encerrado en museos y cubierto con las telarañas de lo seudo conservador. Porque quien desea conservar algo no lo oculta ni lo momifica. Claro que se trataba de entender no sólo cómo el cine era cine, sino también a aquello y aquellos que necesariamente se le oponen. Su pólemos. Una vez establecido eso, había que ir desde el presente hacia pasado, en flash back, De allí hemos tratado sobre el melodrama en “La pasión manda”, y luego sobre la poética del tango argentino, sobre el simbolismo de la nave, y sobre el mitologema del doble que son los libros siguientes ya terminados o a punto de serlo".
[editar]Cursos y Seminarios
Paralelamente a su actividad como critico cinematográfico, dio cursos, conferencias y seminarios sobre "El romanticismo y la mentalidad romántica", "El cine y el mal", "Introducción a la literatura fantástica", "Sobre el simbolismo tradicional", "Sobre el mito y su relación con el arte", siempre enseñando su propia teoría.
En 1989, Faretta fundó la escuela de cine Aquilea, nombre tomado de la mítica Buenos Aires, llamada Aquilea por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares en la película Invasión, de Hugo Santiago. Debió cerrarla 6 años después, y se dedicó a dar clases particulares.

Literatura

En 1993 publicó Datos tradicionales, un libro de poesía. Luego combinó su actividad docente con la escritura. En este período se dedicó a reorganizar sus escritos, producto de esa tarea lleva publicados dos libros de ficción. Su obra de ficción pertenece casi toda al terreno de lo fantástico:
“El género me apasiona, y es casi un género argentino. Yo quería continuar esta tradición: Borges, Bioy Casares, Marco Denevi. Lo que me propuse es narrar la historia de la Argentina a través de una serie de novelas y relatos de este género, porque este es un país fantástico. No hablo de realismo mágico, sino de literatura fantástica”.
El saber del cuatro (2005), su primera obra narrativa publicada, consta de cuatro relatos que pueden leerse como las cuatro partes de una novela. Puesto que cada uno de los relatos-capítulos es una variante del mismo tema: la presencia del demonio en el mundo contemporáneo bajo diferentes máscaras. Su título remite a la operación básica de la Cábala. También su recorrido cuaternario lo es por cuatro momentos de la historia argentina –incluso dos de ellos en el inmediato futuro- así como cada cual se relaciona con un momento y autor de la literatura fantástica de la Argentina.
Tempestad y asalto (2009) es ya una novela-novela. Intenta ser un relato del origen de la Argentina y al mismo tiempo una novela iniciática. Es también una lectura crítica del romanticismo alemán ya desde el título tomado del “Sturm und Drang”. Claramente dividida en tres partes, su eje es la expulsión y supresión de la Compañía de Jesús en esta parte de América, y en especial de la Argentina, producida en el año 1767. Aunque la novela comienza en los inicios del 1800 y en su segunda parte los hechos narrados refieran a mucho antes de la expulsión de los jesuitas. Así la novela se propone tanto como un relato fantástico y mítico sobre los orígenes posibles de la Argentina, como un recorrido autoconciente por el despliegue de la narrativa fantástica y el romanticismo alemán y los diferentes hitos narrativos desarrollados durante el siglo diecinueve. Este libro, como así también El Saber del cuatro, forma parte de una saga escrita a lo largo de los años, compuesta por relatos, nouvelles y novelas sobre la historia argentina vista, o mejor dicho refractada, por el modo fantástico.

Poesía

Muchos de sus poemas permanecen desconocidos, dado que no se reeditaron las primeras ediciones de su obra poetica. En sus publicaciones en revistas, sin embargo, desliza en medio de una critica o reseña partes poeticas, al estilo del Jorge Luis Borges del inicio de "El jardín de senderos que se bifurcan" o del final de "Nueva refutación del tiempo". Así, en "Guía para perplejos"5 escribió:
(...)cada generación, cada ciclo, avatar de la vida se toma por definitiva y no es mas que una pequena brizna de tiempo, una chispa en la ensoñación universal, un pliegue mas en el velo de Maya, un nuevo simulacro que pasa por atributo, un nuevo pliegue en el abanico de las cosas y los días que se piensan como definitivos cuando no son más que huellas en una playa de verano, hojas secas en un jardín libradas al recurrente viento que las dispersa, cada generacion atiende a su juego con la seriedad del nino que destroza las alas de una mariposa y con el correr del tiempo justifica los repetidos juegos con palabras como entomología. Las cosas, segun se piensan, van perdiéndose. Nombro las catedrales, las agujas del reloj, el tiempo todo y que todo destruye; los miles de senales, letreros, cifras, que marcan caminos en mapas, en planos topográficos, en tarjetas postales que nunca mandamos y que siempre esperamos recibir del otro lado.(...)

Teoría

Su teoría del cine fue definida como "una teoría de la modernidad o del mundo moderno a través del cine." Está expresada en sus libros "El concepto del cine", en las notas de "Espíritu de simetría" y en la que hasta el momento es su última obra publicada: "La pasión manda. De la condición y representación melodramáticas".
Faretta establece una línea de continuidad entre la relación que se estableció en el Renacimiento entre Mecenas y artistas, con la que ocurrió durante la edad de oro del cine estadounidense entre el «sistema de estudios» (Warner, Universal, Paramount, Metro, 20 Century Fox, etc) y los directores: una equivalencia que contradice la idea sobre «déspotas incultos con dinero» y «artistas sensibles».
Tomando como base el origen predominantemente del Imperio austrohúngaro de muchos de aquellos pioneros del cine, Faretta encuentra en esa génesis la razón más probatoria de buena parte de su teoría: "el cine, como expresión específica de la mirada y el conocimiento contemporáneos, fue capaz de desarrollar las expresiones estéticas y técnicas más avanzadas sin por eso estar apoyado en la concepción liberal y atea del mundo."
Según Marcelo Zapata, para Faretta
"aquel Hollywood de inmigrantes austrohúngaros fue un verdadero «alien» religioso en el cuerpo de una potencia política que se vanagloria, sólo gracias a los oropeles de fama, dinero y glamour, de quien, en el fondo, la contradice. Desde luego, para tal concepción, el cine (en el sentido más tradicional) ha venido perdiendo, sin reemplazo, a sus más auténticos artistas."

Libros

Datos tradicionales (poemas, 1993),
El concepto del cine (resumen de su teoría de cine, 2005),
El saber del cuatro (relatos, 2005).
Espíritu de simetría (ensayo, 2008) Recopilación de ensayos publicados en la revista Fierro durante las décadas de 1980 y 1990.
Tempestad y asalto (novela, 2009).
La pasión manda. De la condición y representación melodramáticas (ensayo, 2010).






Tras releer la Consolación de Boecio

No callar una vez, callar dos veces,
La razón enaltece
Al silencio a un tiempo
Y luego lo desdeña
Sabiéndolo su misma entraña y peña,
Y a otro lo abisma
En modo halagüeño
Tornándolo ensueño,
Espuma, mar, figura,
Coto, albergue, clan, llama, nieve, pan,
Lamia, mal; impura forma del hablar
Y errado de creer que todo cura.





Un epigrama

Tal vez no hice lo que debería haber hecho
Cuando era hora.
En cambio hice todo por hacer que el tiempo
Llegara sin demora.





Tríptico crítico

Creer en el destino
Como algo significativo
¡Es tan romántico!

Creer en el ayuno
Como vía de lo puro
¡Es tan ascético!

Creer en lo oscuro
Como si fuere lo arcano
¡Es tan vano!






Lontana

“I ricordi, un inutile
infinito”
Ungaretti

Tú no sabes de Italia
Alguna otra cosa
Que llamarla
O nombrarla.
Apenas escuchas voces
Que la reclaman
Por ti
O para ti.
En vano de alguna de ellas
Transcurre su grito
En moderado silencio;
En vetas preciosas
Se esparce por la tarde.
Al tramonto
Se lo llama
-entre nosotros-
atardecer.






Contraria suerte

“Frappés au flanc tous deux pour
un double mystere”
Gerard de Nerval

Estoy apurado en otro lado
Dice quien se sienta
En esta mesa y en la otra
Bebiendo en la una
Y extrañando a la remota.
Las paredes de esta casa,
Esta tarde, este sillón, el té,
La mesa, la flor cercana
Que en el balcón dicta
Primavera temprana
Eso no está en el presente tuyo,
Es un puente para estar en el futuro.
Así no descansa quien cansa al otro.

Si yo bajo esta escalera
O dibujo esas nubes tersas,
Es siempre en otro tablero
Dispuesto de antemano
En otra sala y otra casa.
Si esta mano toca este lugar
La otra se adelanta en replicar
Tocando el extremo opuesto
Que se dilata hacia el rincón
Oscuro y en penumbras
Donde mi padre espera
Por toda la otra eternidad
Más doméstica y epicena.

Siendo yo el que sale
Y siendo el que entra
A la misma pieza y mira
Por la misma ventana
No es en todo caso
El mismo que ahora siente
El deseo de marcharse,
Irse afuera, caminar,
Estrechar otras manos
Y oír otras voces,
Entrar en otro patio,
Pisar otro empedrado
Mirar la magnolia
En su maceta roja
Que permanece en otro
Patio que fue y es el mío.

Si ahora digo adiós,
Asiento lentamente
E inclino la cabeza
Con delicada humildad
Y muy serenamente,
Es que estoy pidiendo permiso
En otra entrada,
Un umbral en penumbras
Que me recibe y me despide.







Ocasión

Hay una foto de Montale
en la que no sé que tiene
sobre su mano.
Parece sostener un pequeño
pájaro de papel
o alguna cosa similar.
Está junto a un radiador
en un pequeño interior,
las estrías del calefactor,
y un pequeño cuadro
detrás de él.
Viste una camisa a rayas
tal vez una robe o un pijama,
algo para estar en casa;
se adivinan unas pantuflas
o esas zapatillas de fieltro
como las que mi padre
usaba en los últimos años.




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