viernes, 8 de abril de 2016

MATEO ELEJALDE [18.395]

La literatura que no cuentan: poetas afroargentinos


MATEO ELEJALDE  

Poeta afroargentino.

La literatura que no cuentan: poetas afroargentinos

Autor: Omer Freixa*

Existe muy poco interés por la literatura negra de la Argentina debido a los condicionantes indicados arriba, pero también porque no hay obras académicas que traten el tema. Esto último se explica porque gran parte del material publicado por afroargentinos se encuentra en sus periódicos de finales del XIX y principios del XX.

No obstante, se advierte que, si bien los afroargentinos escribieron bajo los cánones de la sociedad dominante y en calidad de minoría, se dio el primer intento de crear un sujeto negro, una nueva identidad, además de la denuncia de la situación desventajosa en que vivían los afroargentinos y sus padecimientos.

Lo anterior se desprende de la obra de unos de los románticos desconocidos, el afroargentino Mateo Elejalde, de quien no se sabe ni la fecha de nacimiento (algunos suponen 1862) ni la de muerte, y cuya obra fue publicada, como la mayoría de los casos, en un periódico negro, La Broma, entre febrero de 1881 y diciembre de 1882.

Si bien la mitad de sus poemas son de amor, como “A ella”, “Suspiros” y “Ausente”, Elejalde tiene uno de los primeros publicados, “Redención” (1881), en donde centra la atención en el modo de superar los padecimientos de los de su estirpe. En sus dos primeras estrofas el poeta escribió:

“Ya sonó la hora anunciada
en que una raza oprimida
empieza a entrar en la vida
de sublime redención.
Por fin… la pálida noche
que nuestro cielo cubría,
nos anuncia un bello día,
de dulce resurrección.

Sí, levantemos la frente,
recibamos sus fulgores.
Y en sus cambiantes colores,
inspirémonos también.
Que templen nuestras ideas,
los rayos que el sol envía.
Y alienten el alma fría
los destellos de su sien.”


La “pálida noche” puede connotar la idea de una Argentina blanca que puso en jaque la identidad negra. El poema es una expresión de deseo, de necesidad de pelear y resistir para conseguir el progreso tan anhelado. El llamado a la resistencia coincidió con la llegada de una década en que la “Generación del 80” exaltaba a toda voz que el afroargentino había desaparecido. Entonces, “Redención” funciona como una exaltación en contra del racismo de época.

http://www.afribuku.com/la-literatura-que-no-cuentan-poetas-afroargentinos/

* Omer Freixa.  Historiador africanista argentino. Profesor de estudios de Asia y África en la Universidad de Buenos Aires y de historia americana y argentina en el Consejo Superior de Educación Católica. Especialista en estudios afroamericanos y docente en posgrado de la Universidad Tres de Febrero. Colaborador free lance en diversos medios gráficos y digitales. Twitter: @OmerFreixa


Un poema sobre el sentir negro en la Argentina del siglo XIX

By: Omer Freixa

Se encuentra en la obra literaria de un desconocido autor negro, Mateo Elejalde, cuyos datos más básicos no se saben, como fechas de nacimiento y muerte. Publicó buena parte de sus versos en el periódico afroargentino “La Broma”, donde apareció su obra entre febrero de 1881 y diciembre de 1882. Ubicada dentro del canon romántico de la época, se reproducen a continuación los versos del poema “La redención” (publicado el 3 de febrero de 1881) que ilustra la marginación de la gente de color en esa época. Además, resulta un enriquecedor ejemplo para pensar en contra de la tesis que propugna el mito de la desaparición de los negros en Argentina, puesto que el poema apareció en un momento clave de la constitución del Estado-Nación argentino, cuando el sentido común y los estadistas daban por sentada la desaparición física del afroargentino, producto de las guerras, el mestizaje, las enfermedades y la propia condición de pobreza.

El poema, donde aparece la noción de progreso como el resultado de la lucha colectiva y la dicotomía entre lo “pálido” (como reflejo de la “Argentina blanca”) frente a lo negro que debe redimirse -en conjunción con el lenguaje religioso-, expresa así:

Redención 
(1881)

Ya sonó la hora anunciada
En que una raza oprimida
Empieza á entrar en la vida
De sublime redención;
Por fin … la pálida noche
Que nuestro cielo cubría,
Nos anuncia un bello día,
De dulce resurrección.

Si; levantemos la frente,
Recibamos sus fulgores
Y en sus cambiantes colores,
Inspirémonos también;
Que templen nuestras ideas,
Los rayos que el sol envía
Y alienten el alma fría
Los destellos de su sien.

Sigamos apresurados
El anchuroso camino,
Luchando con el destino
Y la misma adversidad;
Sigamos siempre adelante,
Lleno de anhelo fecundo,
Que también en este mundo
Hay una posteridad…

Sigamos siempre adelante,
No nos detengan las barreras,
Y sea nuestra lumbrera,
El pensamiento veloz:
Ese alado mensagero
Que cruza espacios y nubes
Y que hasta los cielos sube
Elevando el alma á Dios.

Si; adelante-levantemos
Nuestra mirada, altaneros
No nos abata el pampero
Con su furia sin igual,
Luchemos con fuerte brazo,
Recordando el dulce nombre
Del Hijo Eterno del Hombre
Que salvó la humanidad…

Adelante, sí! adelante,
Cada vez con más constancia…
Odio eterno á la ignorancia,
Amor a la educación!
A la educación divina,
Inextinguible lumbrera
Y celeste mensagera
De sublime redención.







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