lunes, 12 de noviembre de 2012

MANUEL LIENDO SEMINARIO [8.362]




Manuel Liendo Seminario

Manuel Liendo Seminario nació en Lima en 1959. Poeta, crítico literario y profesor. Estudió Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Educación en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima.

En 1988 publicó De partisanos y otras mudanzas (prólogo de Enrique Lihn) y en 1999 publica en Boston la primera edición de Tanto enamorarse para morir. En el 2004 se edita el poemario antológico del mismo nombre. En el 2007 salió a la luz Leopoldo relata y en el año 2009, Tubular Bells.
Manuel Liendo ha participado en diversos encuentros, congresos y festivales de poesía, tanto nacionales como internacionales.

Ha sido invitado a las universidades de Harvard, Tufts, Complutense de Madrid, así como Boston College, Biblioteca Nacional de Francia, Instituto Cervantes de Nueva York y Casa de las Américas, entre otras prestigiosas instituciones académicas.


de sus libros Leopoldo Relata y Tubular Bells. disfruten de su poesía.


V

(Ommadawn)

Avanza mi cuerpo y apenas toca esta tierra porque soy tu silbo mi amor
Depauperado de la oscuridad excluido fulgura mi recuerdo que estoy donde crecí
Todo lento se acorta la luz de mi mente y en ardor distinto de este aire sereno
Camino devolviendo mis pies al seráfico sosiego torreznero
Muertos fueron todos y alumbraron sus almas en mi conciencia
Me place mi barrio reflejado la cerca inútil de los jardines encarnecidos
Está abierta la puerta principal y hechuras no de averío contemplo
Todos vueltos de la muerte festejan mi regreso ornamenta mi comedor grande
Platos vacíos lucían llenos vaciedad se llevan a sus bocas
En cámara lenta en alegría lenta, en algarabía lenta almuerzo lento como memoria
Espaciosa la tertulia remisa la emoción que atraganta ambos pulpejos
Los violines hablan por ellos y recodan la sublime calidez del ágape
Sus acordes familiares se desvanecen en guturales simulacros
Algo se entroniza para engastar los dientes algo superior y magnífico
Flamean las lenguas familiares
"Te esperábamos hace años" "No me digas" "qué de tu piel de durazno"
"es que hijo" "bebe lo ya bebido" "a todos conocemos" "vaya por eso"
"familia muy decente" "habrasevisto"
sin haberlos tocado en mis manos está también esa cicatriz del amor
ese aire sanatonino que te enseña un paraje en el mundo
donde invoco el secreto de las sangres
"escucha a tu padre" "esta buenaza la ensalada" " me has servido así, un poquito más
cholita" "Vas a reventar" "hijo sirve más vino" "baja el volumen para conversar"
nosotr querr os fu ssssssi ahhh uum va va
los violines producían largos runrunes inundaba con premura
inmutable la mesa brillante sordas convulsiones para muertes laboriosas
ya no me imaginen mi alma estruja su corazón
sobre qué tradición he posado que sedujo
el liviano ambiente donde mudan los semblantes
acojo la muerte y arrojo los hilos para que brote la necedad
no agitaré más los ecos familiares pondré mis manos en la arena
porque nada sabré nada más aunque esperaba algo más
que una visión memorable de unas aves amarillas
cruzando en bandadas las lilarosadas del crepúsculo



LEOPOLDO Y VERA SABEN ALGO DEL AMOR


I

Para Leopoldo el calor del amor es el mismo
teniendo en cuenta que prendió
su primera fogata cuando empezaba
a ser un adolescente. Terminando así
la oscuridad de muchas noches.
Avivando fuegos distintos fue creciendo
y comprendió que el amor son palabras,
rostros, lugares quemándose en su centro.


II

Para Vera le producía temores
y trataba de cubrirse el rostro,
sin dejar de poner los ojos
en los designios del amor.
Lo ayudaba con su cuerpo
y le prestaba su voz
para su difícil
y perniabierto asunto.


III

Ambos tenían una idea complicada
del amor. sólo por darse el gusto
de morder una misma fruta.
Leopoldo y Vera saben algo del amor.




LEOPOLDO Y SUS AMIGOS

Si mis amigos fueran hechos de anécdotas donde el placer recuerda
sería olvido forzado del mito memorioso el reversible camino
de las palabras bien pronunciadas, sombras que saturan
los bolsillos de un escenario alquilado.

A ti te gusta el juego, la baraja infantil de los héroes matinales,
el primero de una gran cola de metáforas
donde todos abrimos los ojos por primera vez para no perdernos
porque aun cerrados recordamos la presencia de cada uno
la costumbre de extrañarnos, la carga esencial, la gravidez de la correspondencia
y mas metáforas se repiten esperando su turno para recordar.



LOS ROSTROS DE LEOPOLDO

Leopoldo pide un rostro para vivir
sabe que con él, recibirá o perderá
la mayoría de sus deseos.
En la entrega, del rostro, la gente
pasa indiferente y Leopoldo
siente que está ante un acto íntimo
Con el rostro a cuestas, Leopoldo
muestra su vida.
Al final del día su corazón
hace una liquidación
de lo que ganó o perdió.
Sólo así los actos íntimos
cuentan con la asistencia
asombrosa de Dios.



LEOPOLDO Y EL MAR

De vez e cuando lo extrañas
así como detestas el respeto
que infunde porque siempre
te sorprende con la misma
metáfora distinta.
De él no tienes
mucho que decir
aunque es un ser apasionado
que siempre pregunta
y nunca responde
que se acopla
a cualquier historia
desde su indiferencia
hasta la provocación
del color
de cada corriente
el gesto de su rostro
La existencia a punto
Exacta lubricación
Así debe ser Leopoldo
Nunca falla
Mar adentro
o mar afuera
o en su entraña
donde levanta el vuelo
el día o la noche.





Manuæl Vital, libro de poesía de Manuel Liendo Seminario


Su poesía es un discurso que perturba y vocifera lo incontrastable, recoge la tradición erótica a través de periplos translúcidos de quietud, hartazgo y pasión. Es una poesía marginal y transbarroca que incomoda la quietud verbal y subvierte la cotidiana existencia de nuestros sentidos.  

La poesía de Manuel Liendo es uno de los secretos mejor guardados de la Generación Poética del 80 en el Perú. Marginal a su modo, ha desarrollado libro tras libro un lenguaje personalísimo, audaz, cautivante, que en tono de “clitorock” descontrola los nervios de sus lectores y los lleva a alturas y carnalidades que solamente un verdadero virtuoso del lenguaje sabe alcanzar. Manuæl Vital es una muestra palmaria de ello. Los 22 poemas-prosa que lo conforman significan un viaje por la experiencia erótica en todas sus dimensiones, enriqueciendo así no sólo el imaginario de una tradición literaria ya bastante desenfadada, sino también los registros de un lenguaje poético transbarroco que expande las fronteras del idioma castellano en el Perú y en cualquier parte.

José Antonio Mazzotti, poeta.
(Universidad de Tufts, Estados Unidos)

Con 22 poemas en los que comparecen la violencia y el grito, la pureza y la mancha, el amor y el miedo, Manuæl Vital crea una sinfonía barroca, exultante y magnífica, que pone en juego la consistencia de una lengua. Quienes queremos a Manuel Liendo aguardamos por años este libro que se ubica sin más entre lo más alucinante e indesmentible de la poesía latinoamericana de hoy.    

Raúl Zurita, poeta. 
(Universidad Diego Portales, Chile)



Un poema de Manuel Liendo


VIII

Serás mi guía el lenguaje exacto el níscalo geográfico un periplo de pruebas formará
un lunar mirado por astros desconocidos para instantes ambiguos de    plurales rarezas 
de piedras que caen eufóricas y tiranas    nos calza vestimentas y el límite es perfecto libidinosa es la inconfesable aparición escinde el cosmos para escuchar lo que nadie    escucha porque muecas a tus gentes para girar como planetas y no ser heroicos
ser asonancias negando los signos en el fondo clandestinos    lejos lo encrático
lejos las esferas vecinas como rivales    como guerreros alzando la regla el deseo
expectación de interiores somos lo discontinuo la atopía de una falsa oposición
pulsa lo divino la náusea del enlace la melodía muda no tenemos nada
palabras ajenas robamos en el grito del hueco que somos    zona ulterior
de la sustancia neutra    fotogenia parásita    flotamos en las rutas de la euforia 
a nuestro lenguaje le pasa algo irremplazable que no marca el tacto sino el reparto
de las fuerzas diseminadas    incita mi amor el reflujo de las pérdidas
aritmética de nosotros y los astros    sonríe inquieta el lenguaje de los otros
somos los primeros fantasmas que se tocan    anudamos soslayos para decretar el exceso deshacidos en halos conocemos la fuerza de la desdicha    función social    parcela el placer arroja tus perros al amor expulsado de mi cuerpo que muerdan con vigor mi corona
déjala sin desvelos    su purísima piedra te hará estirpe de mi trono    decoro de todas
las poses para mi antorcha ciega    sabor de luces trifásicos anchan venas    recaen
las pertenencias de signo maldito que fisura la lógica del miedo
la sordina rechina eslá    eslá    zaaaaaaa    suuuuuuu    ahhhhhh flameo en tu viento cursi
me acerco al sonido que nadie escucha para adentrarnos sin marchitez sin el rostro
de otrora imaginario para dos arcos hacemos puentes donde camina la angustia
la impasible negación del castigo    brusco anochecer que no deja ver tu higo abierto pelipedingudito    cachituerto y sudito    suculencias    sus ramas metidas en el ojo
hacerlo comúnmente para ser otro    trepan trepan para quedar encaramados
nómina de órganos bañados en sangre    echados sobre un lienzo de barcos hundidos
tocas farallones para levitar enrojecida    bruma que destella desde el pozo
recibe estos náufragos del último Arión que ahoga sus voces    arrechura infernal que trepida en los nidos salinos    doblega la redondez del calcio y evita la pavura del gozne
así nacimos en aceitoso ajuste en dispar lozanía    envueltos en tormentas de sangre
encona los bulbos dulces disfuerzo del pistilo esbelto    casi punta fina langa para tu ñoco distancia es desvío    preconiza tundras acampados desdenes    siluetas atroces
en otros cuerpos brillarán por nosotros y no estarás y no estaré    seremos amagos
del gran encendido    desiertos invadidos    ahora vientos en sus faldas danzan
al centro alza su cubierta de sal    a punta de ritmo    fruslería en la túnica del beso 
levanta mi cuello para levantarte    para pesar tu alma y comérmela todita. 








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