martes, 27 de marzo de 2012

6382.- ADELA SAINZ ABASCAL



Adela Sainz Abascal (Saro, CANTABRIA 1965) estudió Periodismo en la Universidad del País Vasco y ha trabajado en diversos medios de comunicación regionales y en el Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Santander. Posteriormente estuvo vinculada al mundo de la fotografía y en la actualidad su vida laboral transcurre por derroteros que nada tienen que ver con lo poético, o sí, nunca se sabe, como son los trámites administrativos.
En los años 95 y 96 obtuvo los accésit del Premio “José Hierro”, publicando los poemarios Página en Blanco y En Clave de Azul.
En Marzo de 2002 apareció, en la colección GUIOMAR, Al final de las horas muertas su primera publicación en solitario. En 2005 apareció “Cartografía del silencio” en la editorial DEVENIR.
Poemas suyos aparecen en diversas antologías, como “Voces poéticas de Cantabria (1977-2002)”. Madrid, 2003 Devenir, “Voces poéticas de Cantabria (1977-2004)”, Madrid, 2005, Devenir, “Poesía del medio siglo en Cantabria (1950-2000)”. Santander, 2006 Estudio, “25 Años de creación poética en Cantabria”. Santander, 2006 Parlamento de Cantabria.
Ha participado en las publicaciones colectivas Historia y Antología de la Poesía femenina en Cantabria (1997), Nueve novísimos de la poesía en Cantabria (1998), Poesía española del medio siglo: La Isla de los Ratones (1999), En homenaje a José Hierro (1999) , Solsticio (2000), En Homenaje a Ana María de Cagigal (2001) “Poesía española del medio siglo-Encuentros/98”. 1998, Santander, Caja Cantabria, “Versos, colores, sabores” 2004 Santander, Gobierno de Cantabria,“Tiempo de poesía-la creación poética en Cantabria” 2004 Caja Cantabria,“Alucinaciones 2004” Museo de Bellas Artes de Santander, “José Hierro (1922-2002) La torre de los sueños” 2004, Santander Museo de Bellas Artes. Ayuntamiento de Santander-Gobierno de Cantabria, “El legado de Juan Ramón Jiménez en la poesía española contemporánea” 2007, Madrid, Devenir Ensayo, “Cantabria, el color y la palabra”, 2008 Cantabria Tradicional.









X. Escena de otoño


Y la tierra, las hojas y el árbol
sangran todos con rojo fulgor
y parece que el mundo desnudo
palpitase como un corazón.
José Luis Hidalgo. Rojo Otoño
Puede que tu memoria infantil no registre el recuerdo
de aquellas tardes en las que, cogido de mi mano y la de tu abuela
íbamos, entre hojas y bolizos, a recoger castañas
arriba, en el vivero, o en el rincón del río donde habitan,
misteriosos y señoriales, los castaños grandes.
Eras, eres aún pequeño
como lo fui yo, como hemos sido todos,
y da vértigo pensar que cuando leas esto
ya no serás tan niño. Tan mío como ahora.
Yo también he vivido tardes rojas de otoño
pisando el fruto espinoso para arrancarle su tesoro,
y apenas si recuerdo breves sensaciones que vuelvo
a recobrar gracias a ti, el asombro de tus ojos cuando,
después de la pelea con las espinas, aparece al fin
reluciente, tersa en su piel marrón, la castaña, el trofeo
buscado, y luego, quemándonos los dedos, seguimos peleando
por saborear al fin nuestra victoria, el dulce sabor, el dulce aroma
de las castañas asadas y el calor de la lumbre.


Cartografía del silencio (Devenir, 2005)












Sabes que acabaré escribiendo
ridículas cartas de amor que no serán
para ti, serán de todo aquel
que quiera perder su tiempo intentando
comprender un poema.
Sabes, y lo muestras, que el camino
es endurecer las pupilas…
El camino es atrincherar el amor
en la certeza de la muerte.
Sabemos que nadie puede salvarnos.
Nada”


(“Cartografía del Silencio”)



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