viernes, 19 de octubre de 2012

AMY LEMMON (8127)





Amy Lemmon (Estados Unidos), es la autora de los libros de poesía, Fine Motor (Sow's Ear Poetry Review Press, 2008) and Saint Nobody (Red Hen Press, 2008) y coautora, with Denise Duhamel, of ABBA: The Poems (Coconut Books, 2010) and Enjoy Hot or Iced: Poems in Conversation and a Conversation (Slapering Hol Press, 2011).

Sus poemas y ensayos han aparecido en la revista Rolling Stone, Letras Nuevas, Prairie Schooner, Verso, Marginalia, y otras revistas. Su poema "Karyotype" fue nominado para un Premio Pushcart por los editores de Barrow Street y publicado como edición limitada (creado por el artista Amber McMillan) por el Centro para las Artes del Libro. Ha contribuido con opiniones y artículos referentes a nuevas letras, la enciclopedia Greenwood de Poetas Americanos y la poesía. En 2006 fue galardonada con el Ruskin Art Club Premio de Poesía por Red Hen Press.

El trabajo de ABBA: The Poems, una secuencia escrita en colaboración con Denise Duhamel, aparece en la Revista Birmingham, Revista Literaria Paterson, y en lafovea.org . Es editora de poesía de la revista literaria en línea Ducts.org.

Amy tiene un doctorado en Inglés / Escritura Creativa de la Universidad de Cincinnati y es profesora en el Departamento de Inglés y Lenguaje en el Fashion Institute of Technology en New York City.




Versión de Natalia Carbajosa 



Las pestañas de Keats


                        ¿Tan pálida estáis, quien tan dulce fuera
                               Y feliz en los prados? ¿Cómo así?
                        JOHN KEATS, Endymion


Su máscara mortuoria se guarda con esmero
para quien a su hogar de Hampstead peregrine. Suspendidos los labios
bajo el cristal como para un último beso,
el rostro casi a punto de hablar o respirar.
Mas son lo más extraño las pestañas–demasiado largas,
para el cepo del yeso demasiado frágiles.

Chico muerto, doctor muerto, demasiado bien sabía
que tenía poco tiempo. ¿Comenzó la tos temible
reclinado mientras Hayden le aplicaba las capas?
El aceite primero, luego el yeso, suavemente vertidos,
luego lenta la presión sobre el molde,
respirando por cañas. En apenas cuatro años

otra máscara se hizo, esta vez desecada. Severn,
que había dibujado el lecho de muerte, se encargó.
También había visto la sangre que su joven amigo escupía
al toser: mi sentencia de muerte. Los ojos
perdieron su célebre chispa, la boca ancha y lábil
se aflojó. ¿Por qué tener el rostro adentro?

En el recuerdo, su joven y blanco rostro se disuelve
en el tuyo, pálido por el té y el tabaco.
Aguardamos en Holborn al primer tren del día.
Pestañas, largas hasta el absurdo, ocultan ojos grisáceos
en los que no puedo entrar del todo. Llega el tren.
En Londres emprende su diario paseo la mañana.

                                                           (De Saint Nobody, 2009)




Keat's eyelashes

Art thou so pale, who wast so bland
And merry in our meadows? How is this?
                    -JOHN KEATS, Endymion


His life mask has been lovingly preserved
for pilgrims to his Hampstead home. Lips poised
beneath the glass as if for one last kiss,
the face appears about to breath or speak.
But strangest are the eyelashes–too long,
almost too fragile to be trapped in plaster.

Dead boy, dead doctor, all too much aware
his time was short. Had the dread cough begun
when he reclined for Haydon’s layering?
The oil first, then plaster, gently poured,
then slowly pressing down into the pan,
breathing through nostril-straws. In a scant four years

another mask was made, breath-drained. Severn,
who’d sketched the deathbed, saw to that.
He’d also seen the blood his young friend spat
when he coughed: my death warrant. The eyes
lost their famous spark, the wide and labile mouth
went slack. Why keep this face indoors?

In memory, his young face dissolves
into your face, pale from tea and smoking.
We wait at Holborn for the day’s first train.
Lashes, absurdly long, hide pale gray eyes
I can’t see quite into. The train arrives.
Morning takes its daily walk through London.







Margins

Self-awareness is intimately associated
with the possibility of becoming someone else.

Jean-Jacques Rousseau

 
El autoconocimiento va íntimamente asociado
a la posibilidad de convertirse en otro.

Jean-Jacques Rousseau

I wish print shaded slowly into darkness—
blurred margins are more true than clean white rows
dividing words from edges of the page,
false mirror of a false dichotomy.

The body has its questions: where does hip
turn into leg, rib into waist? What point
is it where shoulder becomes neck?
Fingers, hand: which is a part of which?

I live this blur in swimming back from dreams,
especially when the sky is neither dark
nor light-the margins of the day. Just then,
I am myself, another, everyone
at once-both the outstretched, hope-filled hand
and the hand that grasps for it, then tumbles free.





Márgenes

Quisiera que la tinta se disolviera lenta en el blanco—
son los márgenes borrosos más veraces que las filas blancas y limpias
que separan las palabras de los bordes del papel,
falso espejo de una dicotomía falsa.

Tiene el cuerpo sus preguntas: ¿dónde pasa
la cadera a ser pierna, cintura la columna, en qué punto
se convierte en cuello el hombro? 
Dedos, mano: ¿cuál es parte de cuál?

Vivo esta imprecisión de vuelta de la orilla del sueño,
sobre todo cuando el cielo no está oscuro
ni con luz–los márgenes del día. Justo entonces
soy yo misma, otra, todas
a la vez–tanto la mano extendida y colmada de esperanza
como la mano que a ella se aferra, para soltarse después.





Vespers

A radio chorale of spellbound singers
chants in Russian harmony, then fades
as if embarrassed by the earth’s groaning,
the cries of insects in dry, wild grasses.

We are spellbound by our voices’ timbre,
the color of our eyes in the mirror, the smell
of our own breath in the night. Even when
we pick at a toenail, we are worshipping,
paying homage to the dense regeneration
our epidermis proves. Skin dully grows,
replaces, sheds, replaces, each new layer
one second older than the last. And yet
these so-called cycles aren’t quite round-they have
brick-sharp corners, as when we find the first
eye-line, or blue veins, hair-fine, scribbled
on a newly thickened thigh. These corners poke
us from our spell until we chant it back.
We are in love with this persistent death.
Daring it to stop —or quicken— we revel,
entranced, in our fabulous decay.






Vísperas

Una coral de radio de embelesados cantores
canta en rusa armonía, luego se desvanece
como avergonzada por el gruñir de la tierra,
los gritos de insectos en la seca hierba silvestre.

A todos nos embelesa el timbre de nuestra voz,
el color de nuestros ojos en el espejo, el olor
de nuestro propio aliento en la noche. Incluso cuando
manoseamos la uña del pie, adoramos,
rendimos homenaje a la densa regeneración
de nuestra epidermis. Obediente, la piel crece,
repone, muda, repone, cada nueva capa
un segundo más vieja que la anterior. Y aun así
estos que llamamos ciclos no son perfectos–tienen 
bordes cortantes, igual que al descubrir la primera
pata de gallo, variz o vello ralo garabateados
sobre un muslo más grueso ahora. Estos bordes
nos sacan de nuestro trance hasta que respondemos.
Amamos esta muerte persistente.
Atreviéndonos a frenarla —o acelerarla— nos recreamos,
extasiados, en nuestro fabuloso deterioro.

de Saint Nobody (Red Hen Press, 2009)

Traducción: Natalia Carbajosa




No hay comentarios:

Publicar un comentario