viernes, 6 de febrero de 2015

SIMÓN BERGAÑO Y VILLEGAS [14.725] Poeta de Guatemala


Simón Bergaño y Villegas

Escritor y periodista guatemalteco que vivió en Cuba, donde fundó "El Correo de las Damas", "El Patriota Americano" y otros periódicos. Colaboró en varias publicaciones.

Nació en Escuintla, Guatemala, en el año 1781. En 1794 viajó a México y regresó a principios de siglo como oficial de la presidencia de la audiencia.

Trayectoria literaria

Fue editor de la "Gazeta de Guatemala" y por sus ideas en este periódico, opuestas a los intereses de la Corona y de la iglesia, la audiencia de Guatemala lo acusó de “díscolo, revoltoso, agitador de ideas perniciosas y sedicioso” por lo que fue expulsado hacía España.

Por problemas de salud, no llegó al destino, quedando en el Castillo del Morro, en La Habana, Cuba, el 26 de octubre de 1808 donde desplegó una intensa labor como periodista.

En 1809 colaboró en "El Aviso". Fundó y dirigió en 1811 El Correo de las Damas. Ese mismo año fue acusado por el Obispo de Espada, junto con su socio Joaquín José García, de atentar contra la moral pública en artículos aparecidos en dicha publicación. Fue fundador y redactor del "Diario Cívico" (1812) y director-redactor de El Patriota Americano (1811-1812) y del "Esquife" (1813-1814). En 1814 fue desterrado de Cuba a España. Utilizó los seudónimos Bañoger, Philatelhes y Veritasphilo y las iniciales B., B. y V.

Muerte

Falleció en el año 1820 en España.

Publicaciones

Publicó su obra a través de pseudónimos, su obra literaria fue descubierta en Guatemala después que la corona trató de silenciar a los líderes políticos en la América española. Fue entonces que se reconoció como antecesor de la independencia americana

Al principio, solo se reconoció la autoría de artículos periodísticos publicados en los periódicos cubanos El Patriota Americano y Diario Cívico, y dos poemas editados en Cuba, intitulados El Desengaño o Despedida de la Corte y Elogio de la Vida del Campo. El resto de la obra poética fue publicada en la Gazeta de Guatemala con el anagrama Bañoger de Sagelliú.

Fue uno de los principales propulsores de la independencia de Latinoamérica. Fue hasta 1934 que el periódico El Imparcial publicó, en su edición de conmemoración de independencia, un artículo en donde exponían a luz que había salido apresado hacia España, debido a sus ideas políticas.

La mayoría de sus escritos fueron publicados en periódicos de Guatemala y Cuba. Además, logró publicar fuera de estos medios sus poemas.

Bibliografía activa

"Cuatro piezas poéticas". Guatemala, Imp. de M. Arévalo, 1803.
"La vacuna". Canto dirigido a los jóvenes. Con una silva de Economía Política. Nueva Guatemala, D. Ignacio Beteta, 1808.
"Proclama". Guatemala, Beteta, 1808-1809
Reflexiones sobre la importancia de las funciones patrióticas, y los justos motivos con que los dependientes del Hospital Militar de San Ambrosio de La Habana, solemnizaron en él la colocación de el [sic] augusto retrato del Rey, nuestro señor, don Fernando VII. La Habana, Boloña, 1809.
Manifiesto que publica uno de los Editores del Correo de las Damas, D. J. B... y V.., para sincerar su opinión vulnerada en la «Pastoral» impresa el 2 de septiembre contra el «Rasgo filosófico de Dorila», y la persona del autor. La Habana, Imp. de Pedro N. Palmer, 1811.
El desengañado; o sea, Despedida de la Corte y elogio de la vida del campo. Discurso. La Habana, Imp. Liberal, 1814.


Trabajo Literario

Aunque es conocida su condición de criollo de extracción popular, es de hacer notar que poseía una biblioteca amplia. Durante el tiempo que permaneció recluido se dedicó a leer y escribir. Los versos producidos en esa época reflejan su sentimiento.



Y aunque joven y enfermo
Sin cura ni esperanza
De ver restablecida
Mi juventud lozano
esperes que me turbe
Mi suerte desgraciada,
Que ni yo pienso en ella
Ni es posible me abata

A Fabio (1897-98)



Como defensor y estudioso de las ideas de la Ilustración, lamentaba, tal vez por su condición económica, no haber tenido la facilidad para estudiar ciencia, pero al mismo tiempo declaraba su afición por los libros y su relación con ellos.


Los libros, sí los libros 
A mí jamás me cansan;
Me ensañan mis deberes,
Corrígenme mis faltas.
Me divierten, me elevan, 
A las regiones altas,
Y elevado me olvido
De las cosas humanas.
Entonces no me acuerdo
De las soberbias plazas,
Ni de espléndidos banquetes
Por mi memoria pasan.
Olvídome del oro,
Del teatro y las danzas,
De los ricos vestidos
Y de esperanzas vanas.
Ni le temo a la envida,
Ni a cuantas acechanzas 
Al hombre poner puede
La soberbia ignorancia

A Fabio


Aunque era poeta y de un alma bien templada, según Vela, no se registra que haya estado casado o involucrado en ninguna relación, sin embargo menciona a una figura femenina en sus textos.


ODA III

Díceme los zagales
¿por qué no se marchita
La rosa que en su pecho suele ponerse Elvira?

No visteis, les respondo,
Cuál las nubes sombrías
Se tiñen de encarnado
Si el sol las ilumina.

Pues Así de su rosa
Los colores aviva
Elvira con los rayos
Que arrojan sus mejillas.

La rosa de Elvira


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