viernes, 18 de mayo de 2012

MARIE-CLAIRE BANCQUART [6.875]


Marie-Claire Bancquart

Nacida el 21 juillet 1932 en Aubin, FRANCIA es ensayista, poeta, crítica y novelista francesa.

Profesora de literatura contemporánea en las universidades de Rouen, de Nantes, y de la Sorbona de París (de la cual es profesora emérita ganadora de varios premios literarios. La antología de sus poemas (hasta el 2001) se titula Ritual de l'Emportement, que podría traducirse como Ritual del arrebato (o impulso, cólera, enfurecimiento). Así se ha traducido el título de la novela de Margeritte Duras, El arrebato de Lol V. Stein, una novela clave de esa autora, sobre la cual ha trabajado Jacques Lacan. Sin embargo, en francés esa obra, escrita en 1964, se titula Le Ravisssement du Lol V. Stein, traduciéndose ese término (Ravissement) como 'encanto, embeleso, éxtasis'.

Autora de ensayos sobre el surrealismo, sobre Anatole France, sobre Maupassant. Casada con Alain Bancquart, músico y compositor.


Publicaciones:

Poésie

Mais, Vodaine, 1969
Projets alternés,Rougerie, 1972
Mains dissoutes, Rougerie, 1975
Cherche-terre, Saint-Germain des prés, 1977
Mémoire d'abolie, Belfond 1978
Habiter le sel, Pierre Dalle Nogare, 1979
Partition, Belfond, 1981
Votre visage jusqu'à l'os, Temps Actuels, 1983
Opportunité des oiseaux, Belfond, 1986
Opéra des limites, José Corti, 1988
Végétales, Les cahiers du Confluent, 1988
Sans lieu sinon l'attente, Obsidiane, 1991
Dans le feuilletage de la terre, Belfond, 1994
Énigmatiques, Obsidiane, 1995
La Vie, lieu-dit, Obsidiane en coédition avec Noroît (Canada), 1997
La Paix saignée, précédée de Contrées du corps natal, Obsidiane, 1999
Voilé/dévoilé, éditions Trait d'Union, Montréal, 2000
Avec la mort, quartier d'orange entre les dents, Obsidiane, 2005
Terre énergumène, Le Castor Astral, 2009
Explorer l'incertain, Amourier, 2010
Violente vie, Le Castor Astral, 2012

Romans

L'Inquisiteur, Belfond, 1980
Les Tarots d'Ulysse, Belfond, 1984
Photos de famille, François Bourin, 1988
Elise en automne, François Bourin, 1991
La Saveur du sel, Bourin / Julliard, 1994
Une femme sans modèles, éditions de Fallois, 1999

Essais

Paris des surréalistes, Seguers, 1973
Maupassant conteur fantastique, Minard, 1976, rééd. 1993
Anatole France, un sceptique passionné, Calmann-Lévy, 1984
Images littéraires de Paris fin de siècle, la Différence, 1979
Poésie française 1945-1970 (sous la dir.), PUF 1995
Fin de siècle gourmande, 1880-1900, PUF, 2001
Écrivains fin-de-siècle, Gallimard, 2010



FUERA

 Infinitiva y suave

 habla del bosque
 vendimia de jugos en la tierra.

 Entre resina y sangre

 el sol se enternece con las hojas
 filtra a través de un largo sueño sobre estos verbos
 cuyo susurro
 sin pasado ni futuro
 un acto sin defecto:
 bebiendo
 viviendo
 uniendo el cuerpo de uno con las agujas de los pinos.

 Tendido mitad fuera de sí mismo

 uno es un instante de dicha de los árboles.



TÁCITO


 Fiel al verdor que vela en la cereza

 nuestros corazones
 lavados en la tarde
 hibernan sobre el enigma.

 No comenzamos con los himnos.


 Esperamos que la noche exalte el pan sobre la mesa

 para recoger el sabor del verano.

 En una oscuridad de boca

 todos los rumores se reúnen.

 La pimienta fresca del olivo

 deviene ofrenda
 para el dios presentido.



SIN LUGAR SINO PARA NUESTRA ESPERA*


 La semilla se abre

 en el lugar exacto de toda semilla.

 El mirlo en su nido

 se fija en espacio palpable.

 Mas nosotros a la deriva

 nuestras manos unidas sin palabras para el rezo
 separadas en lo alto
 dejando pasar un gran cuerpo de ángel timonel.

 Nos deslizamos detrás suyo

 sin lugar sino en nuestra espera.

[* l'attente puede traducirse tanto como espera o esperanza

o expectativa]


HACIA EL ORÁCULO


 Cada mañana volvemos a partir hacia los dioses despojados.


 Vestimos uno, muy modesto,

 dios de la cerradura del pan fresco.

 Buenos días, nuestra felicidad del gran saco remendado.


 Tú retienes los deseos de un Lázaro en su sudario:

 una palmera en el cuarto, un huevo en el centro del lienzo
                                                                [finamente plegado,
 el ansia de beber en el vientre inmenso de la ballena.

 Nos palpamos todo el día aquella pequeña dulzura de vivir

 de paso
 al oráculo.


JARDINERO


 Detrás de la puerta

 lo invisible lame
 la menor fruta, el sol ordinario.

 Sin milagro, sin grito,

 la corteza se levanta sobre la vibración de los insectos
 para decir: cuerpo, viejo árbol
 escucha los tambores de su sangre incolora.

 Mezcla tus manos con el jardín.


 Teclea los segundos. ¡Ábrete!



FUENTE


Michael Bishop. Women's Poetry in France, 1965-1995. Wake Forest Univ. Press, 1997. 

Al ser una edición bilingüe, encuentro facilitada una traducción más fiel al castellano. Casi podría asegurar que Marie-Claire estaría satisfecha con estas versiones de su preciosa, delicada, sensorial y algo extraña poesía.

http://inutilesmisterios.blogspot.com.es/





Lo desconocido

Camino por la soledad de los libros:
mi corazón helado
con estas memorias heladas.

El viento golpea las contraventanas.

Noviembre.

Ha sido necesaria toda una vida para que el crujido de la madera
suscite una espera esencial.

Más allá del jardín
más allá del tiempo ante nosotros
están los erizos caídos de las castañas
el fuego de las hojas en la bruma
las ventanas violetas.

Puntualmente noviembre.

Cada cosa en su sitio.

Sin embargo lo desconocido está próximo
como un pájaro inquieto.

(Traducciones de Ángela Serna)




L´inconnu  

Je marche dans la solitude des livres:  
mon coeur gelé 
avec ces mémoires gelées.  

Le vent tape au volet. 

Novembre. 

Il a fallu toute une vie pour que le craquement du bois  
suscite une attente essentielle.

Au-delà du jardin 
au-delà du temps devant nous 
il y a les bogues tombées de châtaignes 
le feu des feuilles dans la brume 
les fenêtres violettes. 

Exactement novembre.

Toute chose à sa place.  

Cependant l´inconnu est proche 
comme un oiseau inquiet. 

(Del poemario Sans lieu sinon l´attente, Editions Obsidiane, 1991)


Mis propiosos comienzos

Mis propios comienzos: en un mundo que no era el de hoy.
Sin frigoríficos, sin lavavajillas ni lavadoras; la colada
se hacía en grandes barreños, en cuyo centro
una alcachofa metálica escupía agua. Los autos se arrancaban con
manivela. Los textos se escribían enérgicamente en máquinas
de escribir mecánicas.

Nos hablábamos con naturalidad. No teníamos tanto miedo unos de otros. Tocábamos las cosas. Por la noche, no dudábamos en coger un tren de cercanías, un metro interminable.

Billetes de metro olvidados
que resbalan inesperadamente de la tapa de un libro
con el agujero perforado hace treinta años
por un revisor envuelto en confeti (amarillos para “segunda”, verdes para “primera”)

billetes entregados entonces maquinalmente
y que el tiempo cubrió de extrañeza
rehabilitándolos como reclamos para productos desaparecidos.

El olor del metro en pleno verano no es el mismo,
y los pasajeros de esa línea, transformados en fantasmas
la mayor parte

se alejan
en un puerto distante de nuestra memoria.

No se trata de añorar ese mundo desaparecido.
Sino de decir, según la expresión de mi abuela. De decir
que hemos sido insertados en una cadena. Ya es bastante insólito
haber nacido:
para además nacer totalmente desprovistos de historias y de historia.

(Traducciones de Ángela Serna)





Mes propres débuts: dans un monde qui n´était pas celui d´aujourd´hui. Sans réfrigérateurs, sans machines à laver la vaisselle ou le linge; et la lessive se faisait dans les hautes bassines, aux centres desquelles un champignon métallique crachait l´eau. On mettait en marche les autos à la manivelle. On tapait durement les textes sur les machines mécaniques. 

On se parlait plus volontiers. On n´avait pas tellement peur les uns des autres. On touchait les choses. On n´hésitait pas à prendre la nuit un train de banlieue, un métro à n´en plus finir.

Tickets de métro qu´on négligea  
glissant soudain de la couverture d´un livre  
avec leur trou percé voici trente ans  
par un poinçonneur entouré de confetti (jaunes pour les «seconde», verts pour les «premières»)  

tickets alors machinalement tendus  
et que le temps marqua d´étrange 
restituant des réclames pour produits disparus. 

L´odeur du métro en plein été, ce n´est plus la même, 
et les passagers de la rame devenus fantômes
pour la plupart  

s´éloignent  
dans un port distant de notre mémoire  

Ce n´est pas pour regretter ce monde disparu. 
Mais c´est pour dire, selon l´expression de ma grand-mère. Pour dire qu´on a été inséré dans une chaîne. C´est bien assez bizarre d´être
né:  
s´il fallait être né tout nu d´histoires et d´histoire! 

(Del poemario Qui voyage le soir, in Rituel d´emportement 
(poèmes 1969-2001), Obsidiane & Le temps qu´il fait, «Les analectes»,
2002)



La paz sangrada

Invasión o inundación? El papel cuelga sobre el muro.
El marco guarda mal una fotografía de pariente difunto.
Ella se bambolea sobre el yeso mojado.
La muerte va a moverse en su tumba.
Tú retienes tu aliento. Te acuerdas de los tiempos de guerra
durante tu infancia. Casas abiertas
sobre las cicatrices de los muebles.
La paz firmada, tú atravesabas en tren
la mitad de Europa que levantaba muñones de muros sin fronteras.
No hay más paisaje
que esta cólera en ruinas. Ningún dios
sino estos lares mutilados, que vuelven aquí
cuchicheando que la herida
está de guardia siempre en carne viva, en el cielo
lista para descender sobre los hombres.
La paz sangrada.


Vie de quelqu´un

Au lieu de parler
de son métier, du lieu de sa naissance
il se présente à son voisin
comme de rhésus négatif, aimant
les bouledogues nains et les graminées,
les statues dans les squares et les quatalogues des
librairies culinaires.

Civilisé, disert,
il glisse toujours dans la poche intérieure de sa veste
une pierre aux propriétés magnétiques
dite pierre à bonheur par ces ancêtres montagnards.
Dans certaines contrariétés de la vie
il la tâte furtivement
elle qui peut-être appartient
au tapinois des origines.

Des fois il s´installe
à l´intérieur d´un mur.
Le nez sur des coquillages fossilisés dans les pierres
il respire des pourritures ténues, anciennes.
Les cheveux maçonnés
les paupières fermées sur l´obscur
son corps tout debout
tient bon, un mètre au-dessus de la terre.

Il est
l´oeuf du mur

il sent
des vibrations qui parcourent le monde, pierres et lui,
devenus par leur assemblage
juste un peu à côté
de l´habituel : rien d´incroyable, au fond.

Alors il compose sur son portable
son propre numéro
et longuement écoute le signal "Pas libre".

Passage, passage !

L´attend, dit-il,
un autre périple, plus heureux, dans l´encre des seiches
et les floraisons.

éditions L´Armurier : IMPOSTURES (collection Thoth)


COMME SI LE MATIN SERVAIT TOUJOURS

Les statues assises
accueillent
dans les tombes étrusques.

Des paroles d'amie malade
traversent les murs.

Pourquoi ne veux-tu pas t'habiller de noir; un peu en avance ?
Pourquoi ne pas dire aux autres de venir au repas de mes funérailles,
que je présiderai ? Ce sera une manière de m'habituer à l'absence.
- Mais il ne viendra personne, répondons-nous. Ils savent déjà que
tu n'es plus au monde.

-Crève donc, dit-il
en lisant les annonces funéraires du journal.

Il n'aime pas les morts
leur manière de ne plus souffrir
de ne plus attendre
dans l'entre chair et peau
la tumeur gonflée, ou dans les os
cette vrille intermittente, qui creuse.

Peuh, les morts !
Lâchés dans leur trou
ils ne patientent plus sur un banc de métro
ils ne farfouillent plus au rayon « poésie »
pour trouver un recueil pas trop cher
ils ne demandent plus
s'il vaudrait mieux, comme en espagnol, un point d'interrogation
avant comme après la phrase en énigme.
Peuh, les morts !

Doucement
un rat monte depuis l'égout
marqué au même nom que la rue où ricane
le lecteur du journal, en route sans savoir
vers le mortellement correct de sa chronique à lui.
______

Cette impression râpeuse qui nous prend
d'équivalence
entre le beau tableau et la courtepointe en patchwork.

Nous sommes râpés fin nous aussi

nous nous souvenons des doubles vitres des maisons russes

entre elles
des insectes crevés
miettes
le long des rainures

nous :
des fragments
enfermés
dans la mince atmosphère.

______

Maquille
tes meurtres menus

répondeur en marche
quand un ami triste téléphonerait

oubli de l'herbe
tellement exilée
entre deux pierres, sur un trottoir de ville.

Le couteau crisse sur
ta pomme quotidienne
transverbérée par les micro-ondes.

Tu manges sa mort.

Future mangée
tu méprises, tu heurtes ?

Une clarté te vient
de dessous l'imposture.
Le soir, seule, tu fais tes comptes de massacres.
______

Tu déplies ta robe comme un autre moi
qu'on pourrait prendre à bail

mais la pluie sèche de la solitude
tambourine tellement sur ta peau !
tu te bouches les oreilles et te jettes nue
visage contre lit

comprimant tes paupières
pour voir au moins quelques signes pourpres
à travers la vie.
______

Le sommeil, le bonheur
On les agace aussi
d'un tiroir ouvert, qui grince
et montre au dormeur éveillé
les lettres malveillantes avec les chères photos
conservées pêle-mêle
et
finalement
comparables entre elles
dans la débandade des minutes.
______

Le matin,

chatte, tu peux
frotter ton nez contre le mien.

Je t'envie.

Ta chance
Moïse même ne l'eut pas, avec son Dieu à lui.
_______

Au début mars
les racines fendent la peau des graines

la fenêtre
libère
une mouche engourdie.

Nous recommençons
comme si nous n'avions pas été moulus jusqu'aux os

comme si le matin servait toujours
avec son fragment de ciel entre les maisons.

Nous ignorons une fois de plus l'autrefois
pour croire ces heures
à l'aventure










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