sábado, 21 de junio de 2014

ZOILO ESCOBAR [11.978]


Zoilo Escobar

Zoilo Escobar (CHILE  1877 - Valparaíso, 1961). Poeta. Su primer libro, publicado en 1928 por Editorial Nascimento, se titula "Girasoles de papel". Fundador de la revista "Selecta" (1900), del Ateneo de la juventud porteña y de la Universidad popular de Valparaíso en 1907, junto a Víctor Domingo Silva.




MIENTRAS EL SOL VISITA MI VENTANA 

Me siento un millonario 
de sol y poesía; 
y nunca, como ahora, 
mientras lloran las brisas, 
he sentido el deseo 
de llevar la alegría 
a donde están los huérfanos 
de todas las sonrisas .... 




A DONDE VAN LOS HOMBRES 

Hombres de todo el mundo que tenéis la riqueza, 
hombres que sois los dueños de la tierra y el oro, 
bajad, bajad al fondo de la misma pobreza: 
Una vida no es grande contemplando un tesoro! 

Las frentes de los pobres, llenas de esfuerzo y ansia, 
también llevan la nube de los sueños, prendida .... 
En las flores sencillas hay amable fragancia 
y hay inquietud de rimas en donde está la vida! 

La bondad es la lumbre del Sol para los pobres! 
¡Dad lumbre a los humildes, dueños de la fortuna; 
porque a la tierra invaden los dejos más salobres, 
de un odio hasta la muerte, que principió en la cuna! 

Y el odio hasta la muerte, que aumenta en cada hora, 
digámoslo bien alto, que es fiera vengadora .... 
que es el paso más torpe de un ilusorio afán .... 

El amor es la lluvia caída en los desiertos! 
Por sendas tan opuestas, con pasos tan inciertos, 
a dónde van los hombres? ¡A dónde .... a dónde van! ....





CON MI HERMANO EL JARDINERO 

¿Cómo está? Buenos días, hermano jardinero. 
Aquí estoy; vengo a verlo y a cahumarme de encantos .... 
siento un consuelo inmenso, euando con tanto esmero 

lo veo como riega las exquisitas rosas, 
lo veo como arregla las filas de amarantos 
y las rojas camelias de carnes voluptuosas. 

¿No ve como se empina la gallarda amapola? 
Mire al pálido lirio, bardo sentimental 
que se estremece al viento. Repare en la corola 
arabesca y sangrienta del clavel tropical. 

Todas, todos, repiten que usté es hermano mío; 
que en su pecho se clavan los dolores tenaces; 
y que cuida las flores para aliviar su hastío 
cuando recuerda el tiempo de los besos voraces ....





MAR, SOL Y VIENTO 

Me dijeron: no he visto costa más desolada; 
desque se llega a ella, no se ve nada, nada: 
el agua, el sol y el viento fatigan la mirada. 

Mas yo que admiro el agua, que admiro el sol y el viento, 
me encaminé a la playa con el ardor que siento 
por todo lo que brilla y esconde algún acento. 

Me encaminé lo mismo que un amante lo haría, 
escondiendo en su pecho su gran melancolía, 
y evocando sus vivos espasmos de alegría. 

Y, mientras caminaba, pensaba a mi placer, 
que yo con mi quimera: visión, ángel, mujer .... 
vería lo que muchos nunca han podido ver. 

Por fin llegué. Las aguas en los negros breñales 
batían sus espumas, rompían sus cristales 
al són de cajas, trompas, dulzainas y atabales. 

El sol desparramaba su vida en el crisol 
de la inmensa llanura del agua tornasol, 
y entre una y otra ola colocaba otro sol. 

El viento, el viejo amigo y el músico viajero .... 
de su órgano arrancaba, quedas quejas primero, 
y luego fieros ímpetus como choques de acero.... 

¿Cuántas horas pasaron? Decirlo no podría, 
sólo sé que el motivo de la gran sinfonía 
traía hasta mi espíritu su eterna poesía. 

Que el vértigo de todo: luz, vida, marejadas 
y todas las grandezas de cosas ignoradas, 
querían abarcarlas mis ansiosas miradas.. 

Que los sueños, deseos ....que a las almas anima, 
acudían lo mismo que la miel de la rima, 
o las robustas ansias de llegar a la cima. 

De libertad el triunfo más grande y más humano, 
me hablaba el pez, el ave que cruzaba lejano 
y una nube que lenta subía hasta el arcano.... 

De un amor altruísta, me hablaba de igual modo 
el sol -corazón de oro- para quien linfa o lodo 
siempre le da lo mismo; pues se reparte todo..,

También de gloria, fuerza, ensueño; todo en suma.... 
me hablaban mar y cielo, arenales y espumas, 
y el horizonte envuelto con misterios de bruma. 

Y así fué, lo recuerdo, que allá en mi corazón 
cuando dejé la costa, grabé la anotación 
de esta siembra de imágenes blandas como canción. 





ANTE UN RETRATO DE MUJER 

Mujer de aristocracia, rostro lleno de pena 
y de voluptuosidad. No sé dónde te he visto 
con todas las riquezas de tu carne morena, 
y con todo el conjunto de tu carácter mixto. 

Nada sé de tu historia, ni en dónde está tu nido; 
lo que sé es que en tu rostro brilla un fulgor extraño 
que sacude hasta el último pensamiento dormido, 
que alegra y que entristece, que endulza y que hace daño. 

Lo que sé es que el retrato que tengo ante mi vista, 
es un poema abierto, tal si fuera la lista 
de abandonos muy sabios .... que al corazón convida

a trocar las quietudes por violentos excesos, 
y a hundirse en el infierno de la senda florida 
en donde estallan todos los más quemantes besos ....







Girasoles de papel, poemas por Zoilo Escobar


CRÍTICA APARECIDA EN LA NACIÓN EL DÍA 1928-04-01. AUTOR: ALONE

Han dicho que Zoilo Escobar tiene cincuenta años; pero muchos lo niegan, y quienes lean este libro lo negarán terminantemente. Lleva en todo el paso de las escuelas nuevas, empezando por el título; los ultra-modernistas son verdaderos girasoles, atentos al resplandor que viene del oriente poético, y sus obras tienen una artificialidad, una falta de consistencia voluntaria que no los asemeja a las flores naturales sino a las otras.

Por este último lado, Zoilo Escobar se aparta de los jóvenes; carece de la soberbia deshumanizada y tiene condescendencias humildes, bajas de tono, casi realistas, con francas entradas en la prosa corriente. Por ejemplo, cuando habla con su hermano el Jardinero:

“¿Cómo está? Buenos días, hermano jardinero.
Aquí estoy, vengo a verlo…”

En este punto recuerda que no se puede ser tan sencillo y agrega:

“…y a sahumarme de encantos…”

Preferimos no pensar en la mirada que le dará el hermano jardinero, si es un jardinero de verdad. El poeta sigue:

“Siento un consuelo inmenso, cuando con tanto esmero
lo veo cómo riega las exquisitas rosas,
lo veo cómo arregla las filas de amarantos
y las rojas camelias de carnes voluptuosas.
…Todas, todas repiten que es Usté hermano mío.
Que en su pecho se clavan los dolores tenaces
y que cuida las flores para aliviar su hastío
cuando recuerda el tiempo de los besos voraces”.

No hay en la poesía de Zoilo Escobar las filigranas complicadas ni los retorcimientos de imágenes violentas en que se complacen los vanguardistas; sus versos tienen reminiscencias inesperadas de otra edad, ritmos y rimas que asoman curiosamente la cabeza gris y nos hacen un guiño rápido a veces muy expresivo:

“El sol desparramaba su vida en el crisol
de la inmensa llanura del agua tornasol
y entre una y otra ola colocaba otro sol”.

Aquí, y en toda la composición, y en otras varias, el poeta se ha dejado arrastrar indudablemente por el movimiento y el sonido de las palabras; pero las palabras, buenas amigas, en esta y en otras composiciones, aunque no en todas ni siempre, lo han servido con fidelidad.

“El viento, el viejo amigo y el músico ligero
de su órgano arrancaba quedas quejas primero
y luego fieros ímpetus, como choques de acero…”

Estamos por desdecirnos de haberlo considerado modernizante. Y así realizaríamos ese programa de crítica que le atribuían a Faguet y que se resume en tres verbos: “Decir, desdecirse, contradecirse…”






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