miércoles, 15 de octubre de 2014

ANDREINA RIVERA DÁVILA [13.690]


Andreina Rivera Dávila 

Maestra-Artista nacida en Moquegua,Perú  el 4 de febrero 1912.

Lúcida y vital  a  los 102 años,  Andreína ha sido maestra (de nivel primaria), comunicadora radial y es poetisa vitalicia.  Es "Hija predilecta" de Moquegua,  ciudad donde nació (del matrimonio del caballero moqueguano Abel Rivera de Alarcón con la dama arequipeña Petronila Dávila Rodríguez), y a la que dedicó el poemario Canto a Moquegua.  Ejerció la docencia por más de 50 años en Arequipa a la par de sus actividades literarias.  Por el año 1980 participó en la fundación del Centro de Escritoras Arequipa y en 1985 en la creación de la Filial Arequipa de la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil.  Ha cosechado múltiples homenajes de instituciones de Moquegua, Trujillo, Cajamarca, Arequipa, nacionales (como la Biblioteca Nacional, el Congreso de la República y el Ministerio de Educación), así como en Cochabamba-Bolivia.  Los nostálgicos aún recuerdan su programa radial  "Poemas del amanecer", que se transmitió durante 17 años vía  Radio Continental.  



Al pie del limonero

Por donde canta el agua de los viejos ríos
iré a encontrarme con mi edad primera

Al sol... al caracol... a la piedra
me quedaré buscando detrás de la tarde
a aquel perro fiel que lloró mi llanto.

De codos sobre la lluvia,
al pie del loimonero,
mi muñeca de trapo llamará de nuevo
a mi niña, niña, niña...
para jugar sus juegos

Estaré en su tiempo de castillos
y molinos de viento
pintarrajearé luceros,
mandiles y cuadernos,
y danzaré en el recuerdo
con mis amigos de colegio

Y rompiendo una lágrima
volveré de nuevo
por el camino viejo,
con mi cuaderno de versos,
y la pulsación del pueblo





Estas manos mías

Estas manos mías,
de color de nácar estando pequeñas
estas manos mías ,
subieron de tono en playas ajenas

Estas manos mías 
adornaron mi vida de muchacha quinceañera
estas manos mías
recibieron caricias de amantes sin espera

Estas manos mías 
supieron de guantes y joyas muy finas
de notas tocas de pianos
y niños mecieron mis manos
en otras primaveras

Estas manos mías
maduras y frías 
cargadas de arrugas y melancolía
ya no son de nácar,
ya no son pequeñas.




Nota periodística:  Andreína, la poeta del siglo de vida

Presentación de su libro "Poemas del amanecer" en la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa , ago. 2013


Andreina Rivera Dávila tiene 100 años, la piel blanca y suave con pecas notorias en las manos, y unos llamativos ojos verdes oscuros. Aún conserva el rostro amigable y ese sentido del humor que ella cuenta tenía en la niñez. Ella ha vivido 100 años entre libros y poemas. Ha recibido distintos reconocimientos nacionales como internacionales siendo nombrada “Hija predilecta” por la Municipalidad de Moquegua, ciudad que la vio nacer el 4 de febrero de 1912 y uno de sus últimos reconocimientos como “Patrimonio Cultural Humano de la Literatura” en mayo de este año en Cochabamba, Bolivia.

La Cuarta  Feria Internacional del Libro de Arequipa quiso sumarse a la trayectoria de Andreina Rivera con un homenaje significativo a sus 80 años de poeta y a su participación como fundadora de varias instituciones culturales, esta actividad se realizó el día 22 de setiembre  en el auditorio “José Ruiz Rosas”, con la presencia del Gestor de la Feria Internacional del Libro  y Director de la Alianza Francesa de Arequipa Marcel Zerr junto a María Elena Rodríguez de Cuba, Directora del Instituto Cultural Peruano Alemán representantes de la Asociación cultural ARTEQUIPA,  quienes entregaron un diploma de honor a la homenajeada.

¿Por qué la poesía entre tantos géneros literarios? pregunté, mientras Andreina  me mira con ojos algo cansados seguramente de tanto leer. -La poesía es muy humana, se coge de aquí y de allá y resulta una creación bonita e importante, con las imágenes humanas que se forman en cada poema resulta muy bonito y muy fácil de repetir- alega la poetisa.
Con sus vivaces ojos verdes que atraviesan el cuerpo, como intentando analizarte el espíritu, Andreina me recita La palabra. Un poema considerado muy personal para ella.



“Que crezca de amor la palabra
Que se arrodille tierna para cantar a las madres
y acunar a los niños
Que asista a las alegrías y a las hambres asista
y deje una rama de olivo como presagio de mejores días(…)
Que se sepulcren sus miedos
pero que no se construya para darse vendida
que diga al PAN ¡PAN! y al vino ¡Vino!(…)
que no duela como llaga por la insidia
que delire y su tránsito eternice
en lo noble lo perfecto y lo divino
que salga de todas las esferas con tono de esperanza positivo
como el sol como el agua como el viento libre multiplicado en fuerzas nuevas
Para los hombres que es decir para las mujeres plenamente libres(…)”




Esta poesía nunca fue publicada, según afirma Andreina. Su sobrino Jorge Luis… ha pensado en reunir los poemas inéditos de la poetisa en una nueva antología, cuya idea ella celebra con entusiasmo.

En su infancia la poetiza se consideraba una niña muy traviesa, juguetona pero siempre dedicada al estudio. Su cercanía a la literatura comenzó a través de los cuentos, novelas y libros de poesía que diariamente solía leer. ¿Recuerda algún libro en especial? -No, no recuerdo ninguno ahora, fueron hace tantos años- dice con algo de tristeza en la voz – yo leía y anotaba las palabras que me gustaban, que indicaban algo muy personal- explica.

Andreina donó su biblioteca con  más de 300 libros a la Municipalidad de Yanahuara, y aunque no recuerde el motivo de su donación, mantiene el aire orgulloso de quien hizo su buena acción por los demás.

Periodismo y enseñanza

Andreina Rivera  se tituló como maestra de primaria en la Universidad de Huancayo en 1932 y ejerció por primera vez su profesión en Tarata, Tacna. Era tanta la dedicación que le prestaba a la enseñanza de sus alumnos que fue apodada “maestra artista” por sus colegas.
-Los eduque de tal manera, que estudie a los alumnos para ver que habilidades tenían y descubrí que mucho podían ser abogados, médicos, etc.- recuerda con alegría Andreina –Enseñe a mis los alumnos a cantar a tres y cuatro voces*, formé un coro, ellos cantaban canciones muy bonitas que ya no recuerdo- sonríe – Pero mis alumnos cantaban muy bonito-.

Andreina se pone a aplaudir con entusiasmo cantando una pequeña composición suya hecha para sus estudiantes, de esta forma ellos aprendieron de manera mucho más rápida las medidas de longitud. Según nos cuenta dibujo la figura de un metro en la pizarra y lo dividió en varios componentes y comenzó a cantarles:



El metro, el metro, el metro
Tiene 10 decímetros
El metro, el metro, el metro
Tiene 100 centímetros
El metro, el metro, el metro
Tiene 1000 milímetros
El metro, el metro, el metro
Yo ya me lo sé…



Sus carcajadas sonoras y los pequeños saltos que dio en su sillón, recordando la canción, conmueven tanto a la redacción como a nuestro fotógrafo y camarógrafa, que la acompañamos con aplausos, pensando que esa composición nos habría servido de mucho, en los tiempos difíciles de colegio.

Andreina no solo fue maestra sino que ejerció también en un tiempo posterior varios roles periodísticos. “Poemas del Amanecer” fue un programa que condujo por más de 10 años en la desaparecida Radio Continental, donde leía y declamaba poesías propias y ajenas con el fin de compartir cultura con los oyentes. Luego fue invitada a dirigir y conducir el programa televisivo “Primer Magazine” en el canal 6TV, durante 10 años donde realizaba entrevistas intelectuales y artistas del medio, y solía organizar recitales y audiciones semanalmente. –“Poemas del Amanecer” era tan conocido que llegó hasta Jauja, donde un colega mío me llamó para felicitarme por el programa diciendo que era un buen trabajo y  que ojalá no lo quitasen de la radio, porque era muy cultural- recuerda Andreina.

El trabajo que la hace sentir más orgullosa fue la fundación del Centro Escritoras de Arequipa(CEA) en 1980, junto a su amiga la maestra Carmela Núñez Ureta – la intención fue compartir con las socias lo que ellas leían y escribían y me puse a reunir esos escritos y todo se publicaba, para que participe toda la sociedad- cuenta. El CEA cuenta con más de 10 antologías poéticas publicadas de los miembros, incluido el poemario “canto a Moquegua” escrito completamente por Andreina, entre muchas otras publicaciones.

Una amiga, una hija

Detrás de una gran mujer como Andreina, se encuentra otra especial mujer  la Sra. Maruja, una mujer madura de ojos negros y piel tostada por el sol,  quien se encarga de los cuidados de la poetisa deshaciéndose en atenciones con ella.

Desayunan, almuerzan juntas y salen a pasear de la misma manera. Quien mejor que Maruja para contarnos las anécdotas graciosas y tristes de Andreina. Ella aparece con álbumes de fotos mostrando las pequeñas mascotas que Andreina criaba como loros y cachorros.

Narrándonos anécdotas de estos 2 años y medio que lleva cuidándola como una hija. Nos pregunta como debería vestirla para el día de su homenaje en la Feria Internacional del libro (FIL), expone cuál es su comida favorita, su música favorita y como Andreina la ayuda con un amigo que la pretende. Son las mejores amigas.

–Cuando mi madre murió la señorita Andreina me dijo que ahora ella había ganado una hija y que mi madre seria como un ángel cuidándonos- dice sonriendo mirándola desde el sofá de la sala con profundo respeto y cariño.

– Cuantos años vivirá, pregúntele a la señorita Andreina para que le cuente un sueño que tuvo con el Espíritu Santo y de paso ella le dé su bendición- me dice conmovida Maruja– El espíritu Santo es mi guardián siempre me cura y me protege- acota Andreina desde su sofá favorito, se considera una persona muy creyente pues para ella todo tiene un sentido espiritual igual que la poesía –Pero, usted ha recibido una revelación de él ¿verdad?- pregunta insistente Maruja. – No lo recuerdo, no sé cuantos años aún voy a vivir, hija- comenta Andreina mirándola algo confundida y con una sonrisa divertida.

-Ojala viva unos 1000 años más- le decimos con alegría. La poetisa da una carcajada al aire -Eso es demasiado tiempo- responde.

Andreina Rivera Dávila sigue siendo la niña alegre y graciosa que cautiva el corazón de quienes la conocen y que todavía tienen el agrado de escucharla recitar poesías y su arrulladora voz durante todos los días como la Sra. Maruja. Andreina finaliza la entrevista con un poema más regalándonos su sonrisa infantil y cómo ve ella su vida a través de Las Manos:



Estas manos mías de color de nácar estando pequeña
Estas manos mías subieron de tono en playas ajenas…
Estas manos mías adornaron mi vida de muchacha quinceañera
Recibieron caricias de amantes sin espera.
Estas manos mías supieron de guantes y joyas muy finas
De notas tocadas en pianos
Y niños mecieron mis manos en otras primaveras
Estas manos mías  maduras y frías
cargadas de arrugas y melancolía
ya no son de nácar
ya no son pequeñas…



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