viernes, 22 de junio de 2012

7121.- MARIBEL FELÍU GÓMEZ




Maribel Feliú Gómez

Holguín. CUBA. 9/12/1963. Poeta y narradora. Obtuvo la primera mención del concurso de cuentos Celestino 1999, así como los premios isla negra 2004, Ámbito 2007, Regino Pedroso 2007 y De la ciudad 2008.





Lo que el río se llevó

Estas no son las aguas
donde Virginia Woolf halló su último sueño
ni tampoco las furiosas olas
donde reposa Alfonsina.
Estoy sobre la turbulencia de otro río
y mi memoria sin barcas no puede
desalojar el miedo, la inexplicable furia del agua.
Un muro que no resiste
es una mancha oscura.
Su signo desaparece tras la puerta.

Un muro no resiste. Afuera llueve. Adentro
la humanidad se viene abajo. El ojo del  río
                                          comienza a partir
y junto a él, naufragan los seres más queridos.
La biblioteca se hunde, Padre mío, se hunde,
sólo mudez y asombro advierto.
Sólo se salvan, Padre, sólo se salvan:
Otras cartas a Milena, La isla en peso,
Afuera está lloviendo y la Biblia
sobre el escaparate
apuntalando el desamparo.







George Tralk

En mitad de la noche
un pájaro canta
y en mi voz hay muchas voces
como rugido de bestias
atraviesa las sombras.
Ahora soy yo la muerta.






El reino de los muros

Explicar con palabras
¿de este mundo?
Que mi cuerpo es una barca
Detenida frente a un muro.







Paranoia

Sellan mi féretro.
Devastación del cuerpo
Rodeado por las aguas.




LA VIDA NO VALE NADA


Padre va a morir y yo prefiero
no mirar hacia esa luz que conduce al hombre
nacido bajo los efluvios de diciembre
Próximo a cumplir 60 años es demasiado tarde
Los labios no podrán festejar el rictus del beso;
padre meciendo a su hija 
y luego el inmutable discurso donde afirma:
La vida no vale nada
mientras existan estos cuchillos en la carne
y el deseo de un salto.
La noche avanza
en caballos que vuelven una y otra vez
y todavía otra
y yo en busca del indicio que lleve a encontrar 
sus ojos idos,
su voz temblorosa su alcohólica sonrisa
y un cigarrillo que dolerá durante todos los inviernos

La vida no vale nada
Tensado el cuello con la cuerda
el intento fallido devolvía la risa:
entonces yo era feliz
dormía sobre su pecho.

Ay, cuánto hubiera deseado gritarle,
La vida es bella, querido mío
Yo puedo regalarte los sueños
de una vida distinta mis credos mis fracasos
y todas mis venturas
La vida es bella, aunque el salto arrebate
en terrible advenimiento. Voy ahogándome
en un cuento de hadas y es difícil, hermano, padre, amigo,
muy difícil armar un lenguaje
y regresar sin que nos salpique la sangre,
asumir que la vida es bella si en el fondo
creciendo como ríos están los muertos
y el tiempo es un hilo finísimo,
apenas un pronóstico.

Ah, si yo pudiera lograr otro discurso
o detener el viaje, o no escucharte, querido mío,
repetir desde el silencio: "La vida no vale nada".

Maribel Feliú. (Holguín, 1963)



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