domingo, 3 de agosto de 2014

GLORIA FUERTES [12.628]


Gloria Fuertes

Gloria Fuertes García (Madrid, 28 de julio de 1917 - ibídem, 27 de noviembre de 1998) fue una poeta española y autora de literatura infantil y juvenil.

Gloria nació en Lavapiés, en la época, un modesto barrio del Madrid antiguo. Su madre era costurera y sirvienta; su padre, bedel. Poco se sabe de su vida familiar, a lo que ha contribuido que la escritora siempre guardara celosamente su intimidad.
Asistió al Instituto de Educación Profesional de la Mujer, pero sus aficiones eran muy diferentes a las propias de las mujeres de su época. Su interés por las letras comenzó a la temprana edad de cinco años, cuando ya escribía y dibujaba sus propios cuentos. Empezó a escribir versos a los catorce años, a los quince los leía en Radio España de Madrid y a los diecisiete dio forma a su primer libro de poemas, Isla ignorada, que sería publicado en 1950. Se ha especulado sobre su homosexualidad, que aparecería sutilmente declarada en poemas como «Lo que me enerva», «Me siento abierta a todo», «A Jenny», etc.
Aunque ella siempre se definió como «autodidacta y poéticamente desescolarizada», su nombre ha quedado ligado a dos movimientos literarios: la generación del 50 y el postismo, grupo literario de posguerra al que se unió a finales de los 40 y del que formaban parte Carlos Edmundo de Ory, Eduardo Chicharro y Silvano Sernesi, y en el que también colaboraron Ángel Crespo y Francisco Nieva.
Del Postismo quedó para siempre en Gloria Fuertes una actitud poética desmitificadora por vía del humor; el humor en Gloria Fuertes es una forma crítica de deconstruir la realidad y descubrir la verdad de las cosas. La Guerra Civil dejó una profunda huella en ella. El antibelicismo y la protesta contra lo absurdo de la civilización están presentes en su poesía de forma categórica. Como ella misma declaró, «sin la tragedia de la guerra quizá nunca hubiera escrito poesía».
Como secuela de su experiencia bélica, la obra de Gloria Fuertes se caracteriza por la ironía con la que trata cuestiones tan universales como el amor, el dolor, la muerte o la soledad. Todo ello aderezado con curiosas metáforas y juegos lingüísticos llenos de encanto, frescura y sencillez, que dotan a sus poemas de una gran musicalidad y cadencia cercana al lenguaje oral.
Entre 1940 y 1953 comenzó a colaborar en revistas infantiles, Pelayos, Chicos, Chicas, Chiqunitito, y los suplementos infantiles de "Flechas y Pelayos" (Maravillas) y del diario Arriba, para el que publicó las historietas de Coletas y Pelines, una niña de nueve años y un niño de seis respectivamente, que alcanzaron una gran popularidad entre los lectores infantiles.
Paralelamente a su dedicación a la literatura infantil en las revistas, obras teatrales y poemas escenificados, fundó en 1947, junto con María Dolores de Pueblos y Adelaida Lasantas el grupo «Versos con faldas» que organizaba recitales y lecturas de poesía por bares y cafés madrileños, colaboraba en revistas para adultos como Rumbos, Poesía española y El pájaro de paja y creó y dirigió la revista poética Arquero entre 1950–1954, junto a Antonio Gala, Julio Mariscal y Rafael Mir.
De 1955 a 1960 estudió biblioteconomía e inglés en el International Institute. En 1961 obtuvo la beca Fulbright en Estados Unidos para impartir clases de Literatura española en la Universidad de Bucknell, además de recibir en 1972 la Beca de la Fundación Juan March de Literatura Infantil.
A mediados de los años 70 colabora activamente en diversos programas infantiles de TVE, siendo Un globo, dos globos, tres globos y La cometa blanca los que la convierten definitivamente en la poeta de los niños. Recibiendo en cinco ocasiones el Aro de Plata de este medio informativo. A partir de estos años la actividad de Gloria Fuertes es imparable: lecturas, recitales, homenajes... siempre cerca de los niños; publicando continuamente, tanto poesía infantil como de adultos. Su fama es tal que cómicos como Martes y Trece parodian su figura en programas de humor. En 1996 un grupo de poetas jóvenes, entre los que destacan, Sergio Rodríguez Prieto, Pablo Méndez o Alfonso Berrocal le rinden un emotivo y multitudinario homenaje en el forum del Fnac de Madrid.
Falleció el 27 de noviembre de 1998, víctima de un cáncer de pulmón, en Madrid. Fue enterrada en el Cementerio Sur de Madrid.
Más apreciada y estudiada en el extranjero que en España, la mayoría de los trabajos críticos sobre Gloria Fuertes proceden del hispanismo norteamericano (Debicki, Mandlove, Sherno, Persin, Capuccio, Browne…), y es escasa la crítica literaria española sobre esta poeta. Camilo José Cela reconoció en su día la injusticia cometida con Gloria Fuertes, a la que denominó «la angélica y alta voz poética a la que los hombres y las circunstancias putearon inmisericordemente».

Obra literaria

Literatura para adultos. Poesía

Isla ignorada, Madrid, Ediciones Musa Nueva, 1950; Madrid, Ediciones Torremozas, 1999.
Antología y poemas del suburbio, Caracas, Editorial Lírica Hispana, 1954.
Aconsejo beber hilo, Madrid, Arquero, 1954.
Todo asusta, Caracas, Editorial Lírica Hispana, 1958.
Que estás en la tierra, Barcelona, Seix Barral, 1962.
Ni tiro, ni veneno, ni navaja, Barcelona, El Bardo, 1965.
Poeta de guardia, Barcelona, El Bardo, 1968; Barcelona, Lumen, 1990.
Cómo atar los bigotes al tigre, Barcelona, El Bardo, 1969; Madrid, Torremozas, 2002.
Antología poética (1950-1969), prólogo y selección de Francisco Ynduráin, Barcelona, Plaza & Janés, 1970.
Sola en la sala, Zaragoza, Javalambre, 1973.
Cuando amas aprendes geografía, Málaga, Editorial del Curso Superior de Filología, 1973.
Obras incompletas, Madrid, Cátedra, 1980.
Historia de Gloria: (amor, humor y desamor), Madrid, Cátedra, 1983.
Mujer de verso en pecho, Madrid, Cátedra, 1983.
Pecábamos como ángeles, Madrid, Ediciones Torremozas, 1997.
Glorierías (para que os enteréis), Madrid, Ediciones Torremozas, 2001.
Glorierías (la voz y la palabra de Gloria Fuertes), Barcelona, Discoplay, 2001.
Garra de la guerra, Valencia, Media Vaca, 2002.

Literatura infantil: Poesía

Canciones para niños, Madrid, Escuela Española, 1952.
Villancicos, Madrid, Magisterio Español, 1954.
Pirulí, Madrid, Escuela Española, 1956.
Cangura para todo, Barcelona, Lumen, 1968.
Los protagonistas de estos cuentos son casi todos animales. Su estilo es fluido y sencillo, las frases cortas y los diálogos vivos. Este cuento fue galardonado con el diploma de honor del Premio Internacional de Literatura Infantil Hans Christian Andersen, en 1975.
Don Pato y Don Pito, Madrid, Escuela Española, 1970.
Es uno de los libros más famosos de Gloria Fuertes. Con él han aprendido a hablar muchos niños cantando sus cuentos en verso.
Aurora, Brígida y Carlos, Barcelona, Lumen, 1970.
La pájara pinta, Madrid, Editorial Alcalá, 1972.     
El camello cojito - Auto de los Reyes Magos, Madrid, Escuela Española, 1978.
Quién no ha oído o leído el cuento del camello cojito que «se pinchó con un cardo del camino». La historia está llena de humor e ingenio. Todo el libro tiene poemas referentes a la Navidad y la llegada de los Reyes Magos.
El hada acaramelada, Madrid, Escuela Española, 1973.
Es uno de los primeros libros infantiles que publicó Gloria Fuertes en la editorial Escuela Española. Lleno de cuentos en verso y canciones tan populares como la que empieza «Cu-cú, cantaba la rana; cu-cú debajo del agua...» de la que conocemos incluso la música.
La gata chundarata y otros cuentos, Madrid, Videosistemas, 1974.
El dragón tragón, Madrid, Escuela Española, 1978.
Contiene entre otras las historias de los conocidos cuentos «El pulpo mecanógrafo» y «La gata Chundarata». Cuentos relatados en prosa, llenos de situaciones fantásticas y curiosas. Una vez más los animales protagonizan sus relatos.
La Oca loca, Madrid, Escuela Española, 1978.
«La Oca loca toca la Ocarina y prefiere el lago a la piscina...» Fue uno de sus libros más vendidos en su tiempo. Con este libro Gloria Fuertes también pretende enseñar a los niños a dibujar. Una preocupación que se va repitiendo en diversas obras. Clara muestra de su afán pedagógico.
La momia tiene catarro, Escuela Española, 1978.
Nos encontramos en Egipto, donde vive la momia dentro de su pirámide. Una vez más la imaginación de Gloria Fuertes nos desborda y nos lleva a lugares exóticos y situaciones fuera de toda lógica. Es como si construyese su propia realidad, que nada tiene que ver con la que ha vivido.
Las tres reinas magas (teatro en verso), Escuela Española, 1978.
¿Por qué no iban a ir las mujeres de los Reyes Magos a ver al Niño? Esto fue lo que se planteó Gloria Fuertes al escribir esta obra donde nos propone escenificar una divertida obra de teatro, fácil de representar por los más pequeños. Al final del libro hay unas indicaciones de cómo se pueden hacer los trajes, el camello, la estrella...
Tres tigres con tigro, Madrid, Yubasta, 1979.
El libro loco. De todo un poco, Madrid, Escuela Española, 1981.
No se puede ser más explícito en el título. Adivinanzas, acertijos que recogerá posteriormente en otras obras, «Dos avisos con cariño para el conductor y el niño», canciones como el pasodoble infantil «La araña» son algunos de los relatos que nos encontramos en «El libro loco».
Así soy yo, Madrid, Emiliano Escolar, 1980.
Los meses: poemas, Madrid, Graficer, 1980.
Monto y Lío montan un lío, Zaragoza, Montolío, 1980.
La ardilla y su pandilla, Madrid, Escuela Española, 1981.
«Las aventuras de Antón el Dragón», «Picatoste», «La ardilla y su pandilla», «Doña Escofina», «El fantasma Pocacosa llenan las páginas de este libro». Unos son cuentos, otros están escritos en verso o en forma de diálogo para que la puedan representar los niños.
Monto y Lío se encuentran a su tío, Zaragoza, Montolío, 1981.
Monto y Lío se meten en el río, Zaragoza, Montolío, 1981.
Piopio Lope y el pollito miope, Madrid, Escuela Española, 1981.
Todas las historias protagonizadas por animales tienen un punto de ternura y en esta ocasión la del pollito miope nos enternece especialmente ya que todos los demás pollitos y niños se reían de él.
El perro que no sabía ladrar, Madrid, Escuela Española, 1982.
Aquí tenemos cuentos, versos, juegos, acertijos, villancicos...
El monte y su aula abierta, Sevilla, Editorial Monte de Piedad y Caja de Sevilla, 1982.
Coleta la poeta, Valladolid, Miñón, 1982.
Coleta es una niña de pueblo que se va a Madrid, a servir, en lugar de ir al colegio, y aunque es una niña normal le pasan situaciones sorprendentes: pinta unos burros y los alquila como cebras amaestradas, pone una peluquería, visita el Polo o gana una carrera de caballos. Sus amigos son, entre otros, el pingüino Marcelino y Trompi el elefante volante.
El domador mordió al león, Madrid, Escuela Española, 1982.
El tema del circo es bastante recurrido por parte de Gloria Fuertes. Son muchos los poemas, incluso en su poesía adulta, que tienen como tema central el circense. Además de esta rocambolesca historia de circo, encontramos el cuento de «El niño raro» «que no crecía porque no leía». Es una historia fantástica que invita a los más pequeños a que lean para «crecer».
Donosito, el oso osado, Madrid, Emiliano Escolar, 1982.
El abecedario de don Hilario, Valladolid, Miñón, 1983.
Don Hilario nos va definiendo varias palabras ordenadas alfabéticamente. Las palabras seleccionadas no son nada habituales ni corrientes, son escogidas por la imaginación y el ingenio de la autora.
Coleta payasa, ¿qué pasa?, Valladolid, Miñón, 1983.
Ya conocemos a Coleta que quería ser actriz, niñera, periodista y patinadora, y ahora quiere ser payasa, porque para ella «hacer reír» es una obra de caridad. En este libro Gloria Fuertes nos ofrece la «Canción de los amigos de Coleta», que tiene letra, pero no música, que la tiene que poner el lector.
Yo contento, tú contenta, ¡qué bien me sale la cuenta!, Madrid, Escuela Española, 1984.
Las cuentas salen porque aprendemos las tablas de multiplicar con versos divertidos e ingeniosos.
Coco-loco. Poco-loco, Madrid, Escuela Española, 1985.
Cocoloco era un niño que estaba un poco loco, pero como algunos locos era inteligente y curioso. Esta curiosidad le lleva a conocer al viejo más viejo del mundo. En este libro también conocemos el cuento de las princesas traviesas. Un divertido cuento que se puede representar.
Pelines, Valladolid, Miñón, 1986.
Pelines es un niño de seis años que «vive con su tía Paca y su abuela Manuela». Este libro nos cuenta lo que le pasa a Pelines en doce historias cortas que le ocurren a lo largo del año.
El pirata Mofeta y la jirafa coqueta, Madrid, Escuela Española, 1986.
Esta jirafa era tan presumida, que llevaba su largo cuello lleno de collares. Los mismos que desea arrebatarle el perverso pirata Mofeta. A partir de aquí vamos a vivir una serie de aventuras en la selva. Además el libro se completa con cuentos en verso, obras de teatro, nanas, canciones...
Calixto, el calamar listo, Madrid, Editorial del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1986.
Doña Pito Piturra, Madrid, Susaeta, 1987.
Este libro está lleno de poesías sonoras, alegres, pegadizas, así como frases importantes e inolvidables. El poema que da título a la obra es una de las composiciones más conocidas de Gloria Fuertes. Algunos de sus versos y estrofas se cuentan entre los más clásicos y conocidos de la literatura infantil.
Plumilindo, Madrid, Escuela Española, 1988.
Plumilindo era un cisne que quería ser pato. Se escapó del estanque y huyó río abajo, libre y sonriente.
Animales Geniales, Madrid, Escuela Española, 1989.
La noria de Gloria: Lecturas I, Madrid, Magisterio Español, 1990.
Como un libro «divertido, gracioso y hermoso» lo define su autora en «Carta de Gloria» con la que comienza esta colección de relatos, escritos tanto en prosa como en verso. Gloria nos enseñará «Cómo se hace un camello» o «El juego de Aravaca (para tener memoria)», incluso el cuento de «El hada Acaramelada» se recoge en esta obra.
La noria de Gloria: Lecturas II, Madrid, Magisterio Español, 1990.
Paca, la vaca flaca, Madrid, Escuela Española, 1990.
La poesía no es un cuento, Madrid, Bruño, 1990.
Con alegría. Antología. 50 años de poesía, Madrid, Escuela Española, 1991.
Cuentos de animales: La pata mete la pata, Madrid, Susaeta, 1992.
Es la historia de la pata patosa que metió la pata en una poza. Los animales una vez más son humanizados y protagonizan los fantásticos cuentos que nos relata Gloria Fuertes.
Chupilandia, Madrid, Susaeta, 1992.
El título del libro pone una vez más la capacidad de sorprendernos con su ingenio. Porque ¿qué es Chupilandia? Según Gloria Fuertes, «un cuento de dulce» y ahora veremos por qué.
Cantamos con Gloria Fuertes, Madrid, Ediciones San Pablo, 1992.
El mundo encantado de Gloria Fuertes, Madrid, Editorial Villa Rica, 1995.
Versos fritos, Madrid, Susaeta, 1995.
Este libro va dirigido «a los niños del mundo, sobre todo a los niños de España», esto nos dice su autora en la dedicatoria que abre esta obra llena de «personajes de verdad» y de «cuento».
Chupachús, Madrid, Susaeta, 1995.
Libro variado donde los haya. Con chistes para que los niños se diviertan, acertijos para que se rompan la cabeza y canciones a las que se le puede poner la música.
La selva en verso, Madrid, Susaeta, 1995.
El libro es presentado por la propia autora y nos explica todos los animales a los que les ha dedicado un divertido poema: el oso perezoso, el oso goloso, Bartolo en el polo, la pulga Federica o la golondrina que comía potitos.
Un pulpo en un garaje, Madrid, Susaeta, 1995.
Las preguntas y respuestas de Gloria, Madrid, Susaeta, 1997.
Las preguntas que todos nos podríamos haber hecho cuando éramos pequeños, son ahora contestadas de la manera más original y ocurrente que podríamos pensar.
Diccionario estrafalario, Madrid, Susaeta, 1997.
Gloria Fuertes hasta ahora había escrito cuentos, poesías, teatro, pero no un diccionario. Claro, que este no es un diccionario corriente, es un diccionario «desaliñado, despeinado, espontáneo y diferente».
Definiciones ingeniosas como la de «abuelos», «caramelo».
Aquí paz y además Gloria, Madrid, Susaeta, 1997.
Profesiones de ayer y de hoy, Madrid, Susaeta, 1997.
El cuarto del bebé, Madrid, SM, 1997.
Cuentos de risa. El perro Picatoste y otros cuentos, Madrid, Susaeta, 1997.
Pienso mesa y digo silla, Madrid, Susaeta, 1997.
«Poesías, rimas y disparates» es el subtítulo del libro. Historias llenas de ternura e ingenuidad, que se pueden prestar a una segunda lectura, la de la enseñanza cívica que intenta transmitir con la rima sencilla.
¡Qué patas tiene el tiempo!, Madrid, Susaeta, 1998.
La naturaleza, Madrid, Susaeta, 1998.
Las adivinanzas de Gloria Fuertes, Madrid, Susaeta, 1998.
Los buenos salvajes, Madrid, Susaeta, 1998.
Animalitos amigos, Madrid, Susaeta, 1998.
Versos de Gloria para jugar con los más pequeños, Madrid, Susaeta, 1998.
Versos ingeniosos, Madrid, Susaeta, 1998. 
Trabalenguas para que se trabe tu lengua, Madrid, Susaeta, 1998.
Agenda Escolar, Madrid, Susaeta, 1998.
Tanto amas, tanto vales, Madrid, Susaeta, 1999.
¿Te atreves? Pues cuenta hasta nueve, Madrid, Susaeta, 1999.
Genialidades de Gloria sobre los animales, Madrid, Susaeta, 1999.
La genialidad de Gloria ocupa aquí el contenido y hasta el título. Con versos cortos, apenas pareados va describiendo los animales, la cosas, la naturaleza, las profesiones y las partes del cuerpo. Una vez más sus fantásticas asociaciones de ideas son cuanto menos sorprendentes.
Cuentos enanos para personajes extraordinarios, Madrid, Susaeta, 1999.
Gloria Fuertes llama «personajes extraordinarios» al pirata Patapalo Malapata, al hombre que sabía volar... pero también encontramos a «personas corrientes» como Coleta a la que ya conocemos.
Cuentos para 365 días. Antología, Madrid, Susaeta, 1999.
El gran libro de los animales, Madrid, Susaeta, 1999.
Este libro de animales está ordenado por orden alfabético. En cada letra encontramos los protagonistas cuyo nombre empiece por esa letra. En la «A» tenemos la historia de la araña, de la abubilla y la avutarda; en la «B» al búho y la búha, el burro...
Gloria Fuertes os cuenta cuentos de animales, Madrid, Susaeta, 1999.
Versos con moraleja, Madrid, Susaeta, 2000.
Cuentos, cuentos, cuentos, Madrid, Susaeta, 2000.
¿Qué será, será?, Madrid, Susaeta, 2000.
Poesía, rimas y disparates, Madrid, Susaeta, 2000.
Lo primero es lo primero. Lo primero es el Belén, Madrid, Susaeta, 2000.
Cuentos de humor, Madrid, Susaeta, 2000.
¡Viva el mundo al revés!, Madrid, Susaeta, 2000.
Poesías para todos los días, Madrid, Susaeta, 2000.
Acertijos, chistes y canciones, Madrid, Susaeta, 2000.
Versos para jugar al teatro, Madrid, Susaeta, 2000.
Como sabemos Gloria Fuertes dentro de la literatura infantil cultivó todos los géneros: cuentos, poesía, teatro... Buena prueba de ello es esta obra que invita a los más pequeños a iniciarse dentro del arte de la dramaturgia, con sencillos versos llenos de humor e ingenio.
Vidas chistosas y curiosas, Madrid, Susaeta, 2000.
No deja títere con cabeza, ni siquiera los santos se libran de la pluma ingeniosa de Gloria: San Isidro Labrador, patrón de su ciudad natal, o Santa Teresa son algunos de los personajes que llenan estas páginas.
Cuentos sorprendentes, Madrid, Susaeta, 2000.
Es uno más de los numerosos títulos publicados por Susaeta en estos años. No dejan de sorprendernos las historias que les ocurren a los animales a los que da vida esta autora, como el mono que está en la jaula, el travieso pez espada que dio un salto tan grande que se metió en la playa, o la del gato dentro de la lavadora.
Un cuento y diez nanas para leer en la cama, Madrid, Susaeta, 2000.
La tabla de multiplicar en verso, Madrid, Susaeta, 2001.
Con este título han sido reeditadas las tablas de multiplicar que Gloria compuso y que fueron recogidas en 1984 con el título de Yo contento, tú contenta, qué bien me sale la cuenta. Aquí os mostramos otra tabla.
365 días con los animales de Gloria Fuertes, Madrid, Susaeta, 2001.
Cuentos de risa, Madrid, Susaeta, 2001.
365 glorierías infantiles, Madrid, Susaeta, 2001.
Querer es poder, Madrid, Susaeta, 2001.
En este libro tenemos nuevamente la historia de Plumilindo, que es como el cuento del Patito Feo pero al revés, el bello cisne quería ser pato; «El ciempiés ye-yé», o la canción de «Pan de Higos (Grupo musical)»...
El libro de las flores y de los árboles, Madrid, Susaeta, 2001.
Este libro está dedicado a diferentes elementos de la naturaleza: los pavos reales, los pájaros, las flores, los árboles... La obra se divide en dos partes «Las flores de bellos colores» y «Los árboles altos y grandes».
Versos para dibujar, Madrid, Susaeta, 2002.
Gloria nos va a enseñar cómo ingeniosamente podemos dibujar un gato, un niño, un indio, un loro, un castillo o hasta una tormenta. Sólo hace falta seguir las instrucciones rimadas que nos va dando.
Bajo el sol y sin abrigo, Madrid, Susaeta, 2001.
Aquí vamos a conocer el romance entre la Brisa y el Viento y hasta su casamiento. O el poema «¡Qué llueva!» que nos recuerda inevitablemente a la canción popular infantil: «¡Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva...!
«¡Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva...!
Animales en familia, Madrid, Susaeta, 2001.
La pájara Pinta y el pájaro Pintón, la cigüeña, la rana y el rano, la Oca loca o el pollito miope son algunos de los protagonistas de estas tiernas historias de animales que viven en familia con sus padres o solo con la madre.
Cuentos de niños, Madrid, Susaeta, 2001.
Son cuentos para niños y protagonizados por niños. Gloria sentía especial debilidad por todos aquellos niños necesitados de ayuda, desvalidos, desprotegidos o «diferentes» como son los que encontramos en estas historias.
Animales trabajadores, Madrid, Susaeta, 2001.
Si ya sabemos cómo viven los animales en familia, ahora los vamos a ver trabajando «en el campo de sol a sol» o «en el mar de ola a ola».
Antología, Madrid, Susaeta, 2001.
Una selección de las mejores composiciones de Gloria son recogidas en este libro: canciones, cuentos, poemas, acertijos... señalando en cada una la procedencia del mismo aunque a los conocedores de su obra no les va a resultar nada complicado adivinarlo.

Literatura infantil: Teatro

Canciones infantiles, Columbia.
Navidad; Las cinco razas; El brillante del turbante; Premio del cielo. La niña del mar, 1940.
La princesa que quería ser pobre, 1942.
Prometeo, 1952.
El chinito Chin-cha-té, 1955.
Petra: un señor pregunta por ti, 1970.

Literatura infantil: Música

Canciones infantiles, Columbia.
El carpintero. El camello. Cuando de nombre, Ismael, Odeón.
Cantos de amor y paz, Sorozábal, Zafiro.
Cantamos contigo, Pax.
La Casa de San Jamás (La niña que no quería mentir), Agua Viva, Zafiro.
Han herido al herido, Acción, Grupo 67. (Premio Mejor Letra. Canción de la paz, 1972, Valladolid).
Venimos de lejos, Zafiro.
Los unos por los otros, Música de Paco Ibáñez, Sonoplay.
La gata chundarata y el pulpo mecanógrafo, Audio Libre, CVS.
Aquí donde nos ven, Gambino, CFE, Zafiro.
Canciones infantiles, Editorial Música Española Contemporánea, 1987.
Taller de música teatro «Glo... glo.. gloria», Agada.
Un cuento, dos cuentos, tres cuentos... os cuenta cuentos Gloria Fuertes, Audio, 1995.
Candelita, Unión Gráfica, 1973.





¡POBRE BURRO! 

¡Pobre burro! 
El burro nunca dejará de ser burro. 
Porque el burro nunca va a la escuela. 
El burro nunca llegará a ser caballo. 
El burro nunca ganará carreras. 

¿qué culpa tiene el burro de ser burro? 
En el pueblo del burro no hay escuela. 
El burro se pasa la vida trabajando, 
tirando de un carro, 
sin pena ni gloria, 
y los fines de semana 
atado a la noria. 
El burro no sabe leer, 
pero tiene memoria. 
El burro llega el último a la meta, 
¡pero le cantan los poetas! 

El burro duerme en cabaña de lona. 
No llámar burro al burro, 
llamarle "ayudante del hombre" 
o llamarle persona. 





CUANDO TE NOMBRAN

Cuando te nombran, 
me roban un poquito de tu nombre; 
parece mentira, 
que media docena de letras digan tanto. 
Mi locura seria deshacer las murallas con tu nombre, 
iría pintando todas las paredes, 
no quedaría un pozo 
sin que yo asomara 
para decir tu nombre, 
ni montaña de piedra 
donde yo no gritara 
enseñándole al eco 
tus seis letras distintas. 
Mi locura sería, 
enseñar a las aves a cantarlo, 
enseñar a los peces a beberlo, 
enseñar a los hombres que no hay nada, 
como volverme loco y repetir tu nombre. 
Mi locura sería olvidarme de todo, 
de las 22 letras restantes, de los números, 
de los libros leídos, de los versos creados. Saludar con tu nombre. 
Pedir pan con tu nombre. 
- siempre dice lo mismo- dirían a mi paso, y yo, 
Saludar con tu nombre. 
Pedir pan con tu nombre. 
-siempre dice lo mismo-dirían a mi paso, y yo, tan orgullosa, tan feliz, tan campante. 
Y me iré al otro mundo con tu nombre en la boca, 
a todas las preguntas responderé tu nombre 
-los jueces y los santos no van a entender nada-





LOS PÁJAROS ANIDAN

Los pájaros anidan en mis brazos, 
en mis hombros, detrás de mis rodillas, 
entre los senos tengo codornices, 
los pájaros se creen que soy un árbol. 

Una fuente se creen que soy los cisnes, 
bajan y beben todos cuando hablo. 

Las ovejas me pisan cuando pasan 
y comen en mis dedos los gorriones, 
se creen que soy tierra las hormigas 
y los hombres se creen que no soy nada. 






YA VES QUÉ TONTERÍA

Ya ves qué tontería, 
me gusta escribir tu nombre, 
llenar papeles con tu nombre, 
llenar el aire con tu nombre; 
decir a los niños tu nombre, 
escribir a mi padre muerto 
y contarle que te llamas así. 
Me creo que siempre que lo digo me oyes. 
Me creo que da buena suerte. 
Voy por las calles tan contenta 
y no llevo encima más que tu nombre. 




SOMOS TAN... 

Somos tan... crueles 
que prefieres estar unas horas con quien quieres 
que toda una vida con quien te quiere, 
- o al revés-.





DESDE QUE NACÍ EN LOS DIARIOS 
SIEMPRE VIENE UN PARTE DE 
GUERRA

No sé por qué... recuerdo, 
que hace años por la noche, 
yo rezaba un padrenuestro 
para no soñar cosas de miedo. 
Después cuando la guerra, 
rezaba para que no sonara la sirena... 
Después seguí rezando 
para que no nos detuvieran; 
luego, para que Equis me quisiera; 
para que mi análisis no diera leucemia, 
para que se acaben los líos de fronteras, 
para que este país... y vuelta y vuelta. 
(Desde que nací en los diarios siempre viene un parte de guerra.) 
Variando la retahíla, 
mezclando personales peticiones con otras peliagudas y extranjeras, 
(que si este amor que si la paz que si la pena) 
sigo y sigo pidiendo con la fe de una pieza. 
Temo tener a Dios cansado de monserga. 







H es para hortensia. 
Hortensia la horripilenta, 
la horrible maleducada, 
fea glotona, pasmada... 
Se comió cuarenta plátanos 
en una fiesta invitada. 
...Y dejó una alfombra de tonos dorados 
para que se escurrieran los invitados. 







SOY ALEGRE 

Soy alegre y afable en el invierno, 
en el verano piso por la playa, 
en el otoño pliso los visillos, 
estoy como una cabra en primavera. 

La ciudad me da asco. 
No así el río. 
Los ojos mudos de los hombres pasan.

Sólo se cose a mí este silencio 
que disfruto cuando las bestias duermen. 

Soy más bien buen carácter, 
y nadie dice 
que desde que nací yo duermo sola. 






AUNQUE NO NOS MURIÉRAMOS AL 
MORIRNOS 

Aunque no nos muriéramos al morirnos, 
le va bien a ese trance la palabra: Muerte. 

Muerte es que no nos miren los que amamos, 
muerte es quedarse solo, mudo y quieto 
y no poder gritar que sigues vivo. 







EN LOS BOSQUES DE 
PENNSYLVANIA

Cuando un árbol gigante se suicida, 
harto de estar ya seco y no dar pájaros, 
sin esperar al hombre que le tale, 
sin esperar al viento, 
lanza su última música sin hojas 
—sinfónica explosión donde hubo nidos—, 
crujen todos sus huecos de madera, 
caen dos gotas de savia todavía 
cuando estalla su tallo por el aire, 
ruedan sus toneladas por el monte, 
lloran los lobos y los ciervos tiemblan, 
van a su encuentro las ardillas todas, 
presintiendo que es algo de belleza que muere. 




LA GENTE DICE 

La gente dice: 
«Pobres tiene que haber siempre» 
y se quedan tan anchos 
tan estrechos de miras, 
tan vacíos de espíritu, 
tan llenos de comodidad. 

Yo aseguro 
con emoción 
que en un próximo futuro 
sólo habrá pobres de vocación. 







SUCESO

Marinero sin tierra 
náufrago sin velamen 
huérfano de puerto 
nave sin timón. 
Rodeado de agua y sediento 
rodeado de pescado y hambriento 
rodeado de olas y sin saludos 
rodeado de dólares y desnudo. 





SE SUICIDÓ LA ESTATUA DEL 
DICTADOR

Se suicidó 
la estatua del dictador. 
La estatua vivía en el centro del estanque. 
Una noche de viento 
la estatua se lanzó al agua. 
La estatua del dictador 
murió ahogada. 

Sólo las gaviotas la echaron de menos. 







TODO EL PASADO

Todo el pasado se quiere apoderar de mí 
y yo me quiero apoderar del futuro, 
me dislocan la cabeza para que mire atrás 
y yo quiero mirar adelante. 

No me asustan la soledad y el silencio, 
son los lugares preferidos de Dios 
para manifestarse. 

Mi eterna gratitud a los que me quieren, 
siempre les recordaré a la hora del sol. 

No puedo detenerme, 
perdonad, tengo prisa, 
soy un río de fuerza, si me detengo 
moriré ahogada en mi propio remanso. 







Adivina, adivinanza... 

Adivina, adivinanza... 

Adivina, adivinanza... 

Adivina, adivinanza: 
va montado en un borrico 
es bajo, gordo y con panza, 
amigo de un caballero 
de escudo y lanza, 
sabe refranes, es listo. 
Adivina, adivinanza... 
¿Quién es? 

(Sancho Panza) 





ORACIÓN

Que estás en la tierra, Padre nuestro, 
Que te siento en la púa del pino, 
En el torso azul del obrero, 
En la niña que borda curvada 
La espalda, mezclando el hilo en el dedo. 
Padre nuestro que estás en la tierra, 
En el surco, 
En el huerto, 
En la mina, 
En el puerto, 
En el cine, 
En el vino, 
En la casa del médico. 
Padre nuestro que estás en la tierra, 
Donde tienes tu gloria y tu infierno 
Y tu limbo; que estás en los cafés 
Donde los pudientes beben su refresco. 
Padre nuestro que estás en la tierra, 
En un banco del Prado leyendo. 
Eres ese viejo que da migas de pan a los pájaros del paseo. 

Padre nuestro que estás en la tierra, 
En la cigarra, en el beso, 
En la espiga, en el pecho 
De todos los que son buenos. 

Padre que habitas en cualquier sitio, 
Dios que penetras en cualquier hueco, 
Tú que quitas la angustia, que estás en la tierra, 
Padre nuestro que sí que te vemos 
Los que luego hemos de ver, 
Donde sea, o ahí en el cielo. 





NIÑOS DE SOMALIA

Yo como 
Tú comes 
El come 
Nosotros comemos 
Vosotros coméis 
¡Ellos no! 






LOS PAJAROS NO TIENEN DIENTES 

Los pájaros no tienen dientes, 
Con el pico se apañan. 
Los pájaros pescan peces 
Sin red ni caña. 
Los pájaros, como los ángeles, 
Tienen alas. 
Los pájaros son artistas 
Cuando cantan. 
Los pájaros colorean el aire 
Por la mañana. 
Por la noche 
Son músicos dormidos 
En las ramas. 
Da pena ver a un pájaro en la jaula. 





EL CORAZÓN, LA FRUTA DE MI 
PECHO

El corazón, la fruta de mi pecho, 
cada día se pone más sabrosa. 
Yo creo que la luna es una rosa 
que huele por la tarde a mar. 
Aún cuando te veo, me emociono. 
Esto dura mientras la noche pasa 
-lo feo, que tu casa no es mi casa; 
y sólo nuestras bocas tienen color de sangre-. 
Yo te estaba mirando ya hace tiempo, 
y tú en ti me llevabas desde entonces; 
qué belleza tenía por el borde 
del beso aquel que supo a cualquier cosa. 
Mi cuerpo descansaba junto al río, 
cuando en el firmamento de tu pecho 
temblaban y brillaban cuatro lunas. 
La luna sin espejo de la noche 
la noche sin misterios por la luna, 
entonces me di cuenta, tienes una 
espalda tan hermosa como un ciervo. 






NACÍ PARA POETA O PARA MUERTO

Nací para poeta o para muerto, 
escogí lo difícil 
-supervivo de todos los naufragios-, 
y sigo con mis versos, 
vivita y coleando. 
Nací para puta o payaso, 
escogí lo difícil 
-hacer reir a los clientes deshausiados-, 
y sigo con mis trucos, 
sacando una paloma del refajo. 
Nací para nada o soldado, 
y escogí lo difícil 
-no ser apenas nada en el tablado-, 
y sigo entre fuxiles y pistolas 
sin mancharme las manos. 





POEMA A LA EÑE 

Todo tiene eñe en España, 
¡hasta España! 

Eñe el coño o la cigüeña que nos trae, 
eñe la cizaña o la guadaña que nos lleva, 
eñe la niña que nos enfría, 
eñe la leña que nos calienta. 

Eñe la caña con que pescamos, 
eñe del paño que nos alienta, 
eñe de moño que aún baila jota, 
eñe de maña que maña ostenta, 
eñe de uña que nos araña, 
eñe extremeña. 

Eñe de caño de fuente, 
eñe de cuña que injerta, 
eñe de añicos, 
eñe de mierda 
o eñe de niño, que somos todos, 
los que aún latimos con un poema. 






Desesperación con escayola 

Liviandades portuarias; 
recíprocas caléndulas, 
insensatas desnudeces 
-suicidios en embrión-. 

Eso es todo, 
y tal vez 
¿Por qué no Dios? 






EL NIÑO SOMALÍ 

( dedicado a los mayores ) 

Hoy tengo la gripe, 
pero no me duele la espalda. 

Hoy sólo me duele la mirada, 
de ese niño somalí. 

Es un niño que no tiene nada. 
Niño sin juguetes, sin comida, 
sin agua. 

Estuve allí, 
y le dije al niño somalí: 
- te traigo unos cuentos. 
y el niño me dijo con la mirada: 
- yo no estoy para cuentos 
ni para nada. 

Hoy tampoco estoy para versos 
porque me duele la mirada 
de ese niño de Somalia. 

Es un niño que sólo tiene moscas 
en los ojos y en los labios secos. 
(son de esas moscas 
que sólo pican a los muertos). 





Gloria Fuertes: la poesía como alternativa femenina ante lo establecido

Dr. Emilio Ramón, Ph.D.

Además de la sobradamente popular faceta infantil, las vertientes temáticas en la obra de Gloria Fuertes (Madrid 1917-98) abarcan de lo metapoético a lo metafísico y de lo divino a lo social y solidario. En todas ellas su creación constituye un testimonio confesional y autobiográfico que la misma poeta reconoce tanto en Obras Incompletas como en Historia de Gloria. Sin embargo pese a que en sus comienzos, apoyada incondicionalmente por Jaime Gil de Biedma, la poesía de Gloria Fuertes había despertado la admiración de gente como José Manuel Caballero Bonald, quien dijo de ella que “hay que empezar por aludir a sus ingenuos y sorprendentes esquemas expresivos. Pocas veces unos poemas tan particularmente despojados de preocupaciones de estilo me han producido una más penetrante sensación de originalidad estilística” (5), su poesía y su figura nunca han sido sino motivo de parodia. Quizás, como apunta Debicki, por su relación con el mundo de los niños, o porque ella vino de la clase obrera y nunca tuvo estudios universitarios, como sugiere Cappuccio, el caso es que nunca gozó de mucho reconocimiento en España, incluso pudiera ser también porque su figura resultaba incómoda a más de uno. Ella misma se quejaba de su situación en el siguiente poema:

Maletilla de las letras
Por los caminos de España;
sin hacer auto-stop a los catedráticos,
ni a los coches oficiales
ni a las revistas que pagan...
-sólo a los camioneros y a las tascas-;
... y no me dieron ninguna 
oportunidad
por ser nieta de puta y bastarda.
Ya toreo por mi cuenta,
Sin permiso salto vallas,
Siete corridas ya tengo toreadas
-quiero decir siete libros 
igual que siete cornadas-
maletilla de las letras
por los atajos de España (OI 168)

Deja aquí patente que lo que había conseguido, lo había hecho sin ayuda de nadie, metiéndose a bregar entre las clases bajas, de donde venía y de donde se sentía. La izquierda la ignoró tal vez por su colaboración con el franquismo, aunque fuera únicamente en calidad de secretaria y mecanógrafa del Ministerio de Información y Turismo, o quizás porque en su último libro dedica un poema “Al barrio Fortuna”, dura crítica al falso socialismo que tan alegremente se llenó los bolsillos, a “ciertos capitalistas socialistas” (MVP 51) en clara alusión a los escándalos derivados de la corrupción política y económica del gobierno socialista de Felipe González. Su sexualidad y su actividad contestataria podrían constituir los motivos por los que el gobierno de la derecha tampoco la apreció demasiado. A este respecto el poeta Pere Gimferrer también apuntó que entre las causas de su olvido encontramos “algunas no desinteresadas omisiones, la relativa incomodidad que derivaba de su cordial y sólida personalidad humana y por paradoja mayor su éxito como autora para niños” (23), viniendo a coincidir con las opiniones anteriormente citadas. Su faceta infantil como motivo de su eclipse en el ámbito poético español también la señaló José Infante, quien tras su muerte no tuvo reparos en afirmar que

Ahora que se ha marchado algunas voces se han dejado oír colocándola en el sitio de honor que merece en la literatura española, pero también se han oído voces disonantes que no han sabido distinguir entre el cliché fácil del personaje televisivo y la gran poeta que era, autora de libros esenciales y con absoluta seguridad la voz lírica más cercana y comunicativa de nuestras letras. (56)

Y es que justamente esa cercanía al mundo de los niños resulta ser un aspecto derivado de su visión femenina e incluso, a veces, maternal de la poesía de Gloria Fuertes. Ella juega con la subversión de géneros y de temas sociales, pero sin llegar nunca a una trasgresión abierta, frontal, por lo que a más de uno le ha parecido una poesía simple y naif. La gama de palabras y de registros usados son los propios del lenguaje de la calle y del mundo de los niños, entremezclado con el de las cartas oficiales, el de las oraciones religiosas y un sin fin de registros más. Al mezclar el lenguaje cotidiano con el formal, al usar clichés junto a frases populares, lo que crea es un desplazamiento del significado que hace que las palabras pierdan su significado original. La ambigüedad de sus poemas, que suelen venir con cierto tono de humor, enmascara y planta cara a la vez a la soledad y a la crueldad de la vida desde un punto de vista tremendamente femenino. Sus poemas, como apunta Benson,

celebran y desmitifican tanto el amor de la taberna como el amor idílico romántico, tanto los clichés populares como los excesos de la literatura, tanto los excesos orales como los escritos, tanto la cadencia de las conversaciones entre mujeres como las definiciones de los diccionarios y los ejercicios gramaticales de la escuela (213)

y deshace con ellos los clichés que el discurso tradicional ha creado alrededor del amor y de las grandes verdades de la vida. Pese a la fácil categorización a la que ha sido expuesta más de una vez, su poesía, que para algunos es de un humor simple, oculta bajo un engañoso coloquialismo, un sentimiento catártico y lleno de emoción, lleno de amargura y de soledad así como de un profundo ansia de liberar y liberarse de ellos. Como si de una sacerdotisa o una doctora se tratase, su poesía es la de una “poeta de guardia” (OI 141) que vela por sus semejantes.

En toda su obra puede apreciarse el tema de la soledad y del dolor, como si la propia vida fuese motivo más que suficiente para estar asustado, Todo asusta, si bien no faltan los poemas que celebran un optimismo que se sobrepone a ese dolor asumido, todo ello disfrazado de una aparente superficialidad que no es sino, apunta Browne, el uso de la técnica de la poliglosia, en donde se ve una “fascinación por los lugares comunes orales y escritos del pasado y del presente, en un contexto conceptista y a menudo irracional, todo a base de un marco discursivo y autorreferencial” (Benson, 214), en donde yuxtapone entradas orales y coloquiales con elementos irracionales y otras formas cultas. Lo cierto es que lejos de ser un mero juego lúdico, la poética de Fuertes se vale de lo que Umberto Eco denomina double coding, ya que se presta a que un lector aprecie una sencilla, triste o alegre, relación de cosas, mientras que otro pueda aproximarse a ella desde una perspectiva más profunda y culta. Fijémonos por ejemplo en los siguientes versos como muestra de lo que es su obra poética: “Gloria Fuertes nació en Madrid/ a los dos días de edad/ pues fue muy laborioso el parto de mi madre/ que si se descuida se muere por vivirme... ” (Antología 75). El paso de una forma refinada, en tercera persona, como si de una noticia periodística de se tratase, hacia una primera forma más personal denota un conceptismo al estilo clásico que rompe la primera sensación de ingenuidad. Teniendo influencias que van desde autores del Siglo de Oro, como Góngora o Sor Juana, hasta otros más coetáneos, como Gil de Biedma o Ángel González, pasando por Rosalía de Castro o Machado, la poesía de Fuertes goza de una poliglosia que desdice lo que parece mostrar en una primera lectura, requiriendo del lector una lectura más acompasada, casi exigiendo su estrecha colaboración para crear el significado del mismo. Otros poetas pueden haber conseguido una mayor perfección formal, apunta Benson (219), pero no se debe negar que su poesía ataca los clichés y las frases aparentemente ingenuas al mezclarlos y yuxtaponerlos de manera dispar, a veces hasta inusitada. El uso del lenguaje coloquial viene ya desde Bécquer y posteriormente se aprecia también en Machado y en Alberti (Olivio Jiménez 18-9) y su manera de presentar las cosas como si de una enumeración caótica se tratase puede ser, como apuntan algunos, influencia de su pasión por el mundo de los niños, si bien también hay quien apunta, como Browne, que puede tener su origen en la obra de Mallarmé (40) o en la escritura automática asociada con el surrealismo (54-5). En cualquiera de los casos, su poesía presenta esa doble capa de lectura que da lugar a interpretaciones menos ingenuas de lo que aparentan.
La alta cultura y la baja cultura interactúan de manera tal que sus fronteras resultan porosas y dan lugar a nuevos significados, rompiendo con las múltiples capas de significado al no dar primacía a ninguno de ellos, rompiendo, como le gusta a Linda Hutcheon, las verdades monolíticas y abriendo el camino a múltiples interpretaciones. A este respecto, Marjorie Perloff afirma que la poesía contemporánea no sólo combina varios géneros diferentes sino que, de manera sistemática cuestiona el orden establecido y la naturaleza y el orden de los textos originales que son recortados de su contexto original y pegados sin el menor reparo en el nuevo texto, desprovistos de su contexto y de su significado anteriores (158). Por medio de estas nuevas combinaciones, apunta Perloff, no sólo se presentan los procedimientos que siguen las investigaciones científicas y literarias, sino que además “serve to illustrate the procedures by which they conceal antagonisms, prejudices and disunity” (16). Gloria Fuertes hace justamente esto con el fin de subvertir los valores vigentes en la sociedad, mezclando géneros, trozos de otros textos, rompiendo clichés y descolocando sus significados, dando lugar así a nuevas interpretaciones (vease Mandlove), e incluso rompiendo con la noción de una voz poética central, que era para Bajtin la que diferenciaba a la poesía de otros géneros (284-97), puesto que renuncia a su voz monolítica para perderse entre las otras voces, desmitificando así la voz centralista típica de la sociedad patriarcal. El sujeto cartesiano se descompone y desaparece de su producción.
Al mezclar voces y perder al sujeto poético tradicional en sus versos, Fuertes desmitifica tanto la poesía como los valores más tópicos y típicos de la sociedad. Mientras que, por una parte, la hace más cercana a las masas, puesto que, como ella misma comentó en la entrevista concedida a Pamela Carmell, quería que el público sencillo la entendiera y, por ende, debía hacerse más fácil de leer, (5-6), por otra logra unas capas de significado más profundas que requieren de un lector más culto. Pese a ello, la propia autora afirma que no se adscribe a movimiento alguno: “a ningún rebaño pertenezco” (OI 212). Su poesía se aproxima al silencio vindicativo “in which women´s voices have gone unheard” (Gubar, 305), de lo cual era consciente la autora pues expresa que “en mi pueblo/ no dejan escribir a las mujeres” (OI 72). La suya es, por tanto, una voz claramente femenina dado que “hasta en el dolor/ se manifiesta el sexo” (HG 118). Si hacemos caso a lo que expresaba José Agustín Goytisolo en su poema “La mujer fuerte”, la voz femenina, más intimista, es quizás la que mejor podría romper con la rigidez de los sistemas tradicionales al responder a la pregunta del poeta respecto a

¿Quién cantará algún día con profundas
palabras, quién, quién será el poeta
de los hechos cotidianos y anónimos y
los encumbrará
desde su pequeñez a los más altos
vuelos? (12)

Gloria Fuertes se presenta como tal, como una mujer que habla de los hechos cotidianos de manera sencilla y dotándoles de un nuevo significado, de una nueva esperanza, dándo un toque femenino a las interpretaciones de la sociedad, de sus valores, sus miserias y sus esperanzas. Ella escribe “Por la punta del monte de mis senos/ por la punta del lápiz va la lava” (OI 254) y escribe “de ovarios” (HG 254). Se presenta así misma como la hija de una costurera, una hija de obreros que

Mis primeras cuartillas,
Escribí en la cocina,
En la máquina Singer
A los catorce años (OI 369)

Recuerda también con pena lo que supone perder a una madre, ya que “cuando empiezas a quererlas, se te mueren” (OI 342), por lo que quizás sea ésa la causa de autodenominarse “madre de todos los niños del mundo” (HG 280). Le hubiese gustado tal vez ser algo diferente, pero es, ni más ni menos, una mujer:

Soy sólo una mujer y ya es bastante,
con tener una chiva, una tartana
un “bendito sea Dios” por la mañana
y un mico en el pescante.
Yo quisiera haber sido delineante
o delirante. Safo sensitiva
y heme,
aquí
que soy una perdida
entre tanto mangante.
Lo digo para todo el que me lea,
quise ser capitán, sin arma alguna,
depositar mis versos en la luna
y un astronauta me pisó la idea.
De PAZ por esos mundos quise ser traficante
-me detuvieron por la carretera-
soy sólo una mujer, de cuerda entera,
soy sólo una mujer, y ya es bastante (OI 256)

Una mujer que se preocupa por los demás y que quiere repartir paz, no grandes verdades esenciales desde una torre de marfil o desde la seguridad que da pertenecer a un rebaño; una mujer que, cual misionera, se mete por los peores sitios para llevar sus versos a quien quiera que los necesite. Poemas de esperanza son los que ella da a la gente. Su mundo es el mundo de los obreros, el mundo de la clase baja que sufre la explotación y que necesita ser cantada para llamar la atención sobre su problemática, el mundo de donde ella salió, como en su poema “El vecino”:

El albañil llegó de su jornada
con su jornal enclenque y con sus
puntos.
Bajaron a la tienda por harina,
hicieron unas gachas con tocino
pusiéronlo a enfriar en la ventana
la cazuela se cayó al patio.
El obrero tosió
-como Gloria se entere,
esta noche cenamos Poesía (OI 116).

El obrero y las personas más desfavorecidas de la sociedad son aquellas en las que se fija, pero no con un aire de pesimismo existencial, como suele ser el caso de la poesía de tipo social, sino admirando en ellas lo que mejor tengan, rompiendo los moldes, como es el caso del mendigo en el siguiente poema, “Melancolía del mendigo”:

He mirado el mendigo mucho más que otras veces,
lo mejor del mendigo es su pelo y su mano,
su mano se desliza por el aire cuchillo
y se clava en tu pecho y te pincha temblando.
El mendigo del puerto tiene sabiduría,
en esa mano larga que te tiende cortante,
él ya sabe la frase, según vengas o vayas,
a unos: por el amor de Dios... Y a otros: salud, hermano
-según te ve el pelaje-.
El mendigo en su choza tiene discos antiguos,
un reloj sin manillas y un ave disecada;
el mendigo es un ente sabihondo y profundo
y tiene una querida que llorar al recitar (OI 83)

Es gracias a las imágenes coloquiales como la autora nos presenta a una persona cuya sabiduría respeta, pues está a medio camino entre ser profunda o ser sabihonda. La suya es una sabiduría de calle, de andar por casa, necesaria para sobrevivir, y al afirmar que lo mejor de él es su pelo y su mano, que se mueve como un cuchillo, nos da la idea de que se trata de un movimiento mecánico, preciso y eficaz en su cometido. Si no fuera porque en el mismo poema se habla de su sabiduría y de sus lágrimas, bien podría parecer que se trata de un acto violento, pero el uso de términos tan dispares, como ya comenté anteriormente, no es sino una técnica de Fuertes para llamar la atención sobre su poema, rompiendo el horizonte de expectativas del lector. Su posicionamiento siempre junto al que sufre resulta del todo inequívoco y es que, como ya apunté, ella tiene muy claro de dónde viene y para quién escribe:

Vengo de abajo
Quizá por eso nunca dejaré a los del
barrio
Tiro hacia arriba,
La pupila del pobre me tiene viva.
Salud, trabajo,
Es todo lo que pide el que está abajo.
Le doy cultura
Que aún no sabe leer.
Con su estatura
Le leo versos
Al hombre más sencillo
del universo. (OI 79)

Gloria es pues la que se pre/ocupa por/de ellos, es una de ellos. Pese a erigirse en su voz, no lo hace desde una óptica paternalista y condescendiente, sino con humildad y cercanía pues “nací para puta o payaso” (OI 160). De la misma manera, su labor de escritura, lejos de ser algo que le venga de las musas o sin esfuerzo alguno, lejos de sentirse acomodada en una torre de marfil, le cuesta lo suyo, lo tiene que trabajar como un obrero más, como ella misma nos cuenta:

Escribo estas cosas por la noche.
Hay madrugadas,
Que no sé si levantarme de la mesa para ir al
lecho
¡o irme a la leche! (OI 116)

Aunque no siempre es la humildad lo que se aprecia en sus poemas, sino un elemento más diabólico y subversivo, como por ejemplo la mala leche de la voz poética de “Cabra sola”, pues ella, cual cabra sola, no pertenece ni a persona ni a grupo alguno:

Hay quien dice que estoy como una cabra;
lo dicen, lo repiten, ya lo creo
pero soy una cabra muy extraña
que lleva una medalla y siete cuernos.
¡Cabra! En vez de mala leche yo doy llanto
¡Cabra! Por lo más peligroso me paseo
¡Cabra! Y escribo en los tebeos.
Vivo sola, cabra sola
-que no quise cabrito en compañía
cuando subo a lo alto de este valle
siempre encuentro un lirio de alegría
Y vivo por mi cuenta, cabra sola;
que yo a ningún rebaño pertenezco
si sufrir es estar como una cabra,
entonces sí lo estoy, no dudar de ello. (OI 212)

Imagen esta de la cabra que evoca no sólo al lenguaje coloquial que sugiere la falta de cordura de la persona, sino que a otro nivel de lectura evoca imágenes propias de la literatura medieval en las que se solía hacer mofa de las mujeres que, por el motivo que fuera, no eran del agrado de la sociedad, por lo que se les acusaba de dominar las malas artes y de poseer atributos del diablo, como los cuernos, reforzando así la imagen de mujer fuerte que no necesita de los demás en este valle por el que se pasea, digan lo que digan los demás (Ramón 26). La imagen tradicional de la mujer, dependiente de alguien, queda así desecha. Para que estas lecturas lleguen a buen puerto, necesita, como he comentado ya, la complicidad de los lectores, a quienes les llora y por quienes llora, pues sin ellos su escritura no tiene razón de ser, por lo que les pide excusas cuando las cosas no salen tan bien como ella desearía:

Queridos lectores:

Os pido excusas y excusados
y os insinúo que me perdonéis
por esas entregas diurnas
que vengo entregándoos últimamente
Más siento yo que vosotros
que mis versos hayan salido a su puta madre (OI 293)

Sin reparo alguno por dar luz a versos que se parezcan al estereotipo que peor se le puede achacar a una mujer, el de puta, recuerda al lector que éstos han sido paridos pues su poesía, como poesía de mujer que es, tiene que ver con su cuerpo, incluso con funcionas propias del excusado. En sus Obras Incompletas confiesa que escribe “A los que no compran libros (porque allí no llega el libro, o el dinero o la alfabetización), yo, humildemente, les llevo mi libro, en mi voz, cascada y tota, en mi cuerpo, cansado y ágil” (31), lo que hace, lo hace por ellos, sin ánimo de gloria, y es que concibe la poesía como un acto de amor, no de moral ejemplarizante escrita por una voz omnisciente, sino por una voz que a veces incluso desconcierta, pero que lo hace con ironía y con amor:

Este libro está escrito día a día,
a ratos perdidos,
a amigos perdidos.
Los poemas (¿son poemas?)
no tienen ni orden ni concierto,
-sé que e veces desconcierto-
pero están escritos con cierto
                                     amor.
Esto no es un libro, es una mujer. (HG 116)

Al escribirlo a ratos perdidos se aproxima a la manera en que se escriben, por ejemplo, los diarios, que están más cercanos a lo que se suele considerar femenino. El poeta abandona su papel de gran intérprete de la vida y se dedica a denunciar lo que no le gusta de la sociedad, temerosa de que “un día te borren de la nómina” (OI 115), pero dispuesta a darles una voz y un punto de vista femenino a todo aquel que, como le ha ocurrido tan frecuentemente a la mujer, sufre, yendo desde los bajos salarios de la clase obrera hasta los eufemismos con que la educación reviste las cosas, especialmente la educación que se le daba a las niñas:

AUTOBIO
Pronto me di cuenta
Que era una errata eso
De que los niños venían de París
A los seis años cambié la ese por erre.
Los niños vienen de Parir
-escribí en la pizarra de las monjas-
Y me echaron (HG 78)

La expulsaron por cuestionar las verdades que la sociedad le imponía y ante eso, lejos de amedrentarse, se erige en la voz femenina de la vida, pese a saber que esa labor le iba a resultar harto ardua:

Nací para poeta o para muerto
escogí lo difícil
-supervivo de todos los naufragios-
y sigo con mis versos
vivita y coleando.
Nací para puta o payaso
escogí lo difícil
-hacer reír a los clientes desahuciados-
y sigo con mis trucos
sacando una paloma del refajo.
Nací para nada o soldado
y escogí lo difícil
-no ser apenas nada en el tablado-
y sigo entre fusiles y pistolas
sin marcharme las manos (OI 160).

Teniendo que escoger entre ser poeta o morir, como si de una consigna política se tratase, escoge la difícil tarea de crear poesía pese a los múltiples quebraderos de cabeza que le ocasionará. La dificultad mencionada en el poema, escrito a modo de lira, se ve incrementada por el uso repetido de la conjunción o, que da lugar a múltiples oposiciones, a múltiples opciones en la vida de la autora que la llevan, al comienzo del último verso, a definirse como soldado frente a la posibilidad de ser nada, una nada femenina que prefiere ser un sujeto activo en la vida y en una sociedad llena de estructuras propias del patriarcado. Sujeto que se autodenomina como “fabuloso desastre”, tal vez por su calidad de mujer lesbiana y poeta o porque no tiene reparos en asumir cualquier papel que la sociedad le pueda encomendar como mujer, siempre y cuando, claro está, pueda desempeñarlo con su poesía:

Yo,
remera de barcas
ramera de hombres
romera de almas
rimera de versos
Ramona,
pa´ servirles (OI 223).

Llegando a ser incluso ramera, prostituta, cuando se trata de los hombres, mientras que se convierte en peregrina cuando se trata de almas, sin distinguir si éstas vienen de un sexo u otro. Se enfrenta a los hombres en cuanto a seres sexuados dominantes en una sociedad patriarcal pero, al mismo tiempo, se pone a disposición de cualquier alma, sin distinciones, que la pueda necesitar a ella o a su poesía. Ayuda a todo el que lo necesita sin distinciones, ya sea “en las tabernas/ también en los tranvías/... en los teatros/ y en los saldos.../ Hago una vida extraña”. “Desde siempre” dice “mi alma cabalgando al revés” (OI 247), pues su voz, lo sabe bien, recuerda muchas veces a una “isla ignorada del océano eterno” (OI 22), y sin embargo no ceja en su empeño de ponerle buena cara a la vida “en este juego de cartas que es la vida/ gana el que más sonrisas ponga sobre el tapete” (OI 170). A fin de cuentas la vida, como el amor y como el arte, es una mezcla de risas y de lágrimas:

La vida es una mezcla
de día noche
risa llanto
trabajo descanso
bienestar tormento.
El arte es una mezcla
de blanco negro
alegre triste
abstracto real
vulgar genial.
El amor es una mezcla
de ternura odio
libertad esclavitud
diálogo incomunicación
verdugo víctima
entrega infidelidad
placer dolor
aseveración contradicción (HG 195-6)

Vida por la que, pese a saber de antemano que “nada es seguro” (OI 273), merece la pena luchar. Al fin y al cabo el mundo, como buena variable, es al mismo tiempo el todo y la nada y, ante la inseguridad que le puede llegar a embargar a uno, la poeta ofrece el siguiente remedio:

Para el vértigo interior
para ahogar el soliloquio
¡Salta!
¡Salte de ti mismo!
.................................
¡Salta, salte
que te esperan
ella o él! (OI 141-2)

Lo mejor es darse sin miedo a los demás, aunque nada sea seguro. Vale más darse a todo lo que valga la pena, como afirma en “Afiliada soy a todo lo afiliable/ lo feo lo bello lo dulce lo amargo/ lo común lo horrible lo cursi lo raro,/ lo esto lo otro lo tinto lo blanco” (OI 229), puesto que lo único que de verdad merece la pena para ella es, el querer, como expresa por medio de la imagen tradicionalmente femenina de la mujer que cose: “Guardo para el final las dos puntadas/ te-quiero, he de coser cuando me muera” (OI 217-8). Su obra y su voz se hallan al servicio de las personas, le hagan caso o no:

me pagan y escribo
me pegan y escribo,
me dejan de mirar y escribo
veo a la persona que más quiero con otra y escribo
sola en la sala, llevo siglos y escribo
hago reír y escribo (OI 293)

Frente a lo que a veces les hacen los hombres a las mujeres -mirarlas, pegarlas, irse con otras- la poeta se muestra impertérrita brindando su risa al mundo, pese a su soledad, como la madre de todos los niños que afirma ser, siempre con la sonrisa en la boca para todos. Para ella, la gente no es mala per se, sino que “es enferma”, incluso “el opresor sufre regresión” (HG 86); la gente no es mala, sólo sufre de “náusea psíquica seca/... peor que arcada y vomitona” (HG 86).
Su poesía se define ante todo y sobre todo como un canto a la vida en la tierra, si bien no olvida la tradición religiosa, tan recurrente en su obra, y así se lo hace saber a Juanito, tal vez el sempiterno nombre de los chistes, en su poema “A San Juan de la Cruz”

Querido Juanito,
No.
Si poseer poseo
el entendimiento del amor
lo que no alcanzo
ni con amor ni con oración ni con bondad ni con
poesía
es ser por el amado correspondida.
Está mi alma cautiva
y al paso está cautivada
por una esquiva mirada
que ni miro ni me mira.
Y si salgo de vuelo
o me voy por las ramas
sólo es para dar a la Caza caza
me remonto y bajo rauda
porque aún es la tierra mi sitio
mientras que me quede un ala. (OI 220-21)

El poema hace un recorrido por los versos que San Juan de la Cruz le dedicaba a su amado, a Dios, y los desmitifica al ponerse ella a hablar con Juanito y contarle que todo aquello que San Juan quería, no es posible para ella, pues la tierra es su sitio, donde está su gente. Fuertes crea su figura poética por oposición a la figura mística de San Juan de la Cruz y por poner los pies en la tierra, puesto que para ella Dios no es una entidad omnisciente y todopoderosa, símbolo inequívoco de la sociedad patriarcal tradicional que basaba sus cargos más prominentes, empezando por los reyes, en mandato divino, sino, tal vez como en la canción, no sea más que uno más de entre nosotros; one of us:

Lo más triste de Dios
es que no puede creer en Dios
Ni ponerse el sombrero nuevo
para ir a misa como tú y como yo
Tampoco puede dar gracias al Señor
ni hacer novillos
ni tirar una piedra a un farol
¿qué sería de Dios sin nosotros? (OI 225)

Uno más que sin los hombres perdería su razón de ser, una voz como cualquiera de las muchas que pueblan su poesía, como la suya misma que a veces también se pierde. Desmitifica así también la religión de formas de la gente para quienes ir a misa requiere ponerse un sombrero, no algo más profundo, quedándose en las formas y olvidándose del contenido real de la misma. Para ella “Dios no es problema/ Dios es un paisaje sin niebla;/ para mí/ está claro” (OI 220), y por ello le escribe una carta, manteniendo su línea de anclaje en el mundo real, como si fuera una persona más:

Muy Señor mío:
Hace mucho tiempo que debía haberle escrito,
espero que sabrá perdonar y comprender mi tardanza
cuyo motivo,
Usted bien sabe.
Deseo que al recibo de estas líneas
se encuentre bien en compañía de su Sagrada Familia
y demás Santos de la Corte Celestial.
Servidora está bien,
como Usted bien sabe;
-quitando esos arrechuchos de tristeza que a veces
me dejan baldada-
como Usted bien sabe;
................................... (OI 287-8)

La repetición de como Usted bien sabe resulta del todo irónica teniendo en cuenta de que se trata de un ser omnisciente. Ella, por el contrario, ni tiene una familia ni una corte, sino que se siente sola y de vez en cuando le entran arrechuchos de tristeza. Al recurrir a la forma epistolar, epístola que además ha tardado en escribir, parece darle un tono más distante y formal, como queriendo dejar constancia de que ella sí que quiere establecer una comunicación con él. Al mismo tiempo, no se debe olvidar que la carta ha sido el medio de expresión por excelencia por muchísimo tiempo. Y es que la vida y Dios van entrelazadas en un sin fin de injusticias, aunque, al igual que ocurre con su petición de sonrisas, también ve la esperanza en otros. Esperanza ésta apreciable en “Siempre pasa”:

Cuando estamos ahogados de ceniza
y nos crujen los huesos de la espalad
y nos riñen los jefes sin mirarnos
Cuando estamos dispuestos para todo
y hacemos letanía del suicidio
Vemos, que el silencio ha bajado,
que nos tienden un cable
que nos peinan el pelo
que suenan campanillas
que nos besan los brazos,
si también os sucede, alegraos amigos
hay una especie de ángel
sentado con nosotros (OI 109)

Frente a la opresión social y a los demás sinsabores de la vida, que adquieren tintes de letanía religiosa del tipo del lacrimarum valle de la oración de la Salve, ella opta por ver ángeles entre nosotros, personas que nos hacen un bien, que miran por nosotros, y que nos evitan esa tendencia al suicidio, ya que sigue habiendo motivos para reír, para alegrarse. Es una religión de calle, de andar por casa, no de ir a misa los domingos, de apostar por hacer el bien y de dar motivos para sonreír, y por eso se refiere a Jesucristo como alguien que le cae bien. La religión, al igual que la vida, es motivo tanto de gozos como de sombras, y lo que más le preocupa es hacer reír, si bien se encuentra más de una vez con ciertos achuchones de soledad que le preocupan bastante, soledad de quien es paradigma la virgen María, fácilmente discernible en “A Nuestra Señora de la Mayor Soledad”

Solísima Sola
¡qué sola quedaste,
con tu Hijo muerto
ahí de estandarte!
Viudísima Viuda
de tu San José
¿Qué te queda ahora?
Espinas y sed.
Solísima Sola
Vos, no os apuréis
Yo también soy sola
y acompañaré
vuestra Soledad.
Vivimos muy cerca.
Yo os visitaré
porque vuestro Hijo
me caía bien. (OI 361)

Y es que Jesús sí que estuvo del lado de los hombres, en la tierra, andando entre ellos, y dejándose la piel por ellos, como hace ella; por eso le cae bien, como también le agrada la imagen de la “Virgen de la Leche” “palomita valiosa de museo del Prado” (OI 225) quien da leche de vida como ocurre en las cantigas de Gonzalo de Berceo. Pese a todo, la vida, como los ríos que van a parar al mar de Manrique, a veces no es sino motivo de soledad:

Para pasar el río frío y seco
para cruzar el mar mayor de Ausencia
para este trago malo,
gargarismos de fe.
La soledad de hoy para anteanoche
como no hay mucha luz en el presente,
gocemos precozmente del futuro,
para hoy las sonrisas de mañana.
Robemos los racimos,
los han puesto al alcance de la mano
-y la Esperanza tiene más alcohol que la uva-
Para pasar el río frío y seco
¡Venga alegría
señores venga alegría...!
¡Emborrachémonos
para la travesía! (OI 149)

Incluso la Soledad, asociada, como he comentado ya, a la Virgen María, toma tintes claramente femeninos, pues “La Soledad que yo tengo/ es una mujer fatal, buena -como buena puta-/ me lo dice y va y se va (...) ¡qué divina está esta noche/ la zorra de la Soledad!” (OI 186) asociándola con los peores estereotipos femeninos, los más recurrentes en la sociedad patriarcal, ironiza sobre ellos. La soledad y la sensación de no valer para nada, de ser un deshecho que precisa del excusado, es un síntoma propio de lo que Gilbert y Gubar explican que sufrían las mujeres escritoras en tiempos pasados: “struggled in isolation that felt like paralisis to overcome the anxiety of autorship that was endemic to their literary subculture” (51).

En su caso, no obstante, ante la soledad y los tragos amargos de la vida, Fuertes propone disfrutar de las alegrías venideras, emborracharse, si es necesario, gozar. Es decir, asumiendo que es un lacrimarum valle pero optando por un carpe diem, a fin de cuentas, la vida, revela en otro poema, es una rifa, algo propio de la feria, del juego de los niños y los no tan niños, y lo mejor que se puede hacer es afrontarla con amor:

En la vida
ya he hecho un poco,
pero me queda mucho.
En el amor,
ya he hecho mucho,
pero me queda un pozo.
En la Rifa,
Todo lo perdí...
-pero me tocó un cueceleches (OI 177).

Por muy mal que la vida nos trate y pese a que no nos ofrezca más que medias tintas y premios de poca monta como en una rifa, lo mejor que podemos hacer es dar amor, aunque a cambio recibamos un pozo, un agujero. A fin de cuentas, la vida es un continuo “parir o desnacer” (OI 253) y más vale “morir pariendo como las olas/ para que el mar perdure” (OI 176), recordando así al lector que tanto el acto de nacer como el de morir son parte de lo mismo, al tiempo que declara una vez más cuál es su lugar, como mujer y escritora, en la rifa de la vida. El amor que destilan algunos de sus poemas es al mismo tiempo que necesario y positivo, una fuente de dolor y de tragedia (Acereda 232). Lo ve como algo necesario, detalle éste que se puede ver en “Cuando muera” donde no pide llanto tras su muerte sino la unión de los cuerpos: “Cuando muera/ no te eches a llorar/ échate la siesta con tu amante de turno” (HG 165), pero no deja de ser también motivo de ironía, como cuando afirma que “El amor tiene vocación de santo pero no pasa de mártir” (Poemas). El amor es “un globo que te sube/ es un globo bien ganado” (MVP 129) pero como tal también es algo que se puede deshinchar y puede bajar, por lo que no extraña el verso anterior en que se refiere al “amante de turno”. El amor, de hecho, te trae a veces los sinsabores del adulterio, y ante eso también canta con ironía que

Me encuentro más favorecida,
me he quitado el flequillo
y afeitado los cuernos;
han despenalizado al adulterio
y una no va a ser menos (OI 109).

El sistema patriarcal tradicional que ve el amor como algo perenne y monógamo, es algo a subvertir, como se percibe en “Legalmente soltera”: “No merece la pena quemar todo tu caudal/ para dar claro a un ser/ al que únicamente interesas/ a veces/ a brotes/ a días” (HG 201). Y pese a ser el amor motivo de alegría, pero también de soledades posteriores, de globos que suben y luego se deshinchan, no por eso es menos meritorio, pues, a fin de cuentas, la poeta se tiene a sí misma y eso, y el amor que siempre reparte, le es recompensa suficiente: “Nadie me quiso tanto/ como yo quise./ Siempre gané amando” (MVP 71). El amor es motivo de celebración pese a todos los sinsabores que pueda traer consigo, y es también motivo de búsqueda de nuevas avenidas que se salen de lo tradicional patriarcal, como dice en los siguientes versos:

Intenta tentativas. 
Experimentos
Transformaciones
escapes descargas
huidas
liberaciones.
Intenta
Meditaciones
Cambios
Mutaciones
hasta que te gustes a ti mismo
y en el trozo de espejo que rompiste
te veas desnudo
envuelto
en un sudario de paz.
Intenta (MVP 49)

Y es que para Gloria Fuertes el amor no debe ser algo organizado por la sociedad, sino que debe ser algo natural, algo de lo que disfrutar con la persona que quieras, puesto que lo único que importa es el disfrute, el carpe diem, pese al dolor que le provoca el saber que es algo pasajero:

Lo que me enerva es,
Saber que estás de paso,
y aún así,
no acariciar bastante
atardeceres cuerpos,
risas,
manos,
muslos,
senos,
hombros,
brazos (HG 307)

Y este amor lésbico en el que abiertamente desea acariciar los senos de su amante, pero que ve que como todo es pasajero, le lleva a quejarse de que se siente “sola y una/ como una sola luna/ -por ser igual a todas las mujeres/ y no parecerme a ninguna-,/ me siento sola y una” (HG 198).
Su manera de entender el amor y de simpatizar con los que por una u otra manera son diferentes en la sociedad también le lleva a cantarles a los homosexuales, quienes “irán al Reino de los Cielos” (MVP 63) y a los travestidos, como se ve en el siguiente poema:

Nadie le ayudó,
Pero él se hizo mujer.
Cantaba cantaba,
era la preferida de los hombres
del night-club.
Me dijo:
-En toda mi vida
Sólo he leído un libro,
El tuyo.
Entonces...
Le acaricié de verdad
Sus pechos de mentira (MVP 105).

Esta idea que ya había expresado anteriormente en su poema “Mis amigas los hombres (Con comprensión y ternura)” en donde les canta a lo/as “Travestís operadas... imitantes de estrellas.... soledad con familia” (HG 354), en donde hace también hincapié en el sempiterno tema de la soledad. Teniendo en cuenta la tesis de David W. Foster acerca de las relaciones con la ideología hegemónica de la heterosexualidad compulsiva sustentada por el patriarcado, y que es también aplicable a la dimensión de lo lésbico, se puede afirmar que la poesía de Fuertes linda con lo subversivo tanto a nivel social como sexual. La apertura pública en la literatura española no se ha dado muy frecuentemente, “siendo acaso Andrea Luca (Madrid 1957) la primera autora que abiertamente expresó su motivación lesbiana” (Acerada 229) y que se ve constantemente “al borde” (OI 42, 228) y que está “desde siempre... cabalgando al revés” (OI 74), mostrando su inconformismo con el orden establecido, lo que Kristeva ve como la función revolucionaria de la mujer en la sociedad (en Sherno, Carnaval 373). La propia orientación sexual de la autora puede quizás ayudarnos a comprender mejor el dolor y la subversión que se disfrazan de humor en su poesía. Orientación que, por otra parte, no debe confundirse con una deliberada y abierta postura feminista en el sentido más radical de la palabra, sino con una opción más bien moderada que busca una mejora social y una actitud solidaria para con los que, como ella, salieron de las capas humildes de la sociedad, ejemplificado en su poema “Yo soy así” (Mujer de verso en pecho) donde confiesa que “Soy más pacifista que artista/ más humanista que feminista” (32). Su amigo Francisco Nieva, al prologar Mujer de verso en pecho, la describe afirmando que

Parecía en todo una mujer nueva, enfrentada tiernamente a los hombres, tan brutos ellos. No era la maestrita repipi, sino un compañero lleno de gracia y de ternura, perteneciente a un tercer sexo que nos igualaba más a todos en la diversidad del mundo y de la cultura de nuestro tiempo. Significaba como un avance antropológico que considerábamos muy certero. No se vistieron, anduvieron y peinaron así las poetisas de otros tiempos, sino los poetisos. Hay que saber captar el matiz (19).

Luis Antonio de Villena comentó tras su muerte que Fuertes “Fue una vanguardista ingenua, una mujer que, sin alharacas, defendió la heterodoxia de su amor (su amante norteamericana la llevó como profesora un tiempo a Estados Unidos) y estuvo siempre al lado de los oprimidos y los pobres” (58), a quienes dedicó su poesía. La poesía, para Fuertes, “es un milagro… es un misterio” (OI 53) que cura las heridas del alma y que subvierte las injusticias del sistema usando una mirada femenina, “pomada necesaria” HG 362), “aspirina inmensa (que, si cura) será poesía de verdad” (HG 228). Aspirina que cura la soledad de la vida y las injusticias de la sociedad y que, bajo una aparente ingenuidad, mezcla la alta y la baja cultura rompiendo las verdades monológicas de la sociedad desde un punto de vista femenino. Vindica la voz y la figura de la mujer, su posición en la sociedad y su cuerpo, desde cuyos ovarios y senos escribe. Poeta que se autodenomina madre de todos aquellos que sufren ya sean éstos obreros, mendigos, travestis, homosexuales o prostitutas. Poeta que canta, ante todo, a la vida desde su propia femineidad.

Obras Citadas

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© Emilio Ramón 2006
Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid







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