miércoles, 15 de octubre de 2014

TEÓFILO VILLACORTA CAHUIDE [13.670]


TEÓFILO VILLACORTA CAHUIDE

Teofilo Villacorta Cahuide (Aija – Ancash, Perú   1966). Artista polifacético que ha optado por incursionar en terrenos diversos, como la plástica, la poesía y la narrativa. Estudió en la Escuela Nacional Autónoma de Bellas Artes del Perú (Lima) y en la Escuela Superior de Formación Artística de Ancash. Como artista ha expuesto sus obras en diferentes lugares del Perú y del extranjero.
En el 2007 obtiene el Tercer Premio Nacional de Poesía “Escribas Muchik”, el 2009 el Segundo Premio Nacional de Novela Corta “Premio Horacio 2009” y el 2010 el Primer Premio Nacional de Cuento “Horacio 2010”.
Reside en la localidad de Huarmey y se desempeña como profesor de Artes Plásticas.

OBRA:

-Gaviota Gris - Poemario - Ediciones Grupo Literario Qarwanchi
-Aventuras en Marea Caliente
-Una Confesión para todos  -plaqueta de cuatro poemas- 
-Fiebre de la desidia
-De color rojo
-Marea de sombras azules
-Volver al mar como en los sueños
-Flores en mi Celda (1999) -Poemario-
-Nostalgia desde los Escombros (2001)-Poemario-
-“Conversaciones con el mar” (Ornitorrinco editores, 2012).




El imperio del amor


a una muchacha que no tiene nada de poesía
sólo sus labios hirviendo en mi boca
y su piel ardiendo en mi cuerpo


Amo a la muchacha que tiene la piel del mar
con sus vaivenes con su serenidad y su arrebato
(amor con sal amor salado)
La misma que revuelve su cuerpo en la dulce arena invernal
(amor helado y dulce)
Amo su cuerpo de agua con su temible inmensidad
donde floto
                donde navego
con mis escoriados remos que son mis propios huesos

Amo a la muchacha que tiene la piel del mar
y un nombre de sangre y carne encendida
que grita que jadea que sueña 
que tiene un camino un pueblo una ciudad
un parque desolado donde reír o llorar

Amo a la muchacha que no existe y que existe a la vez
en la germinación más pura de la palabra
en la sensación más escandalosa de la piel (que no es del mar) 
y la elevación de un alma blanca como una arma blanca
que se hunde
en el desencajado y turbio cerebro
de quienes sueñan con los ojos afilados de rabia
en tanto me sumerjo en mí
en esa inmensidad onírica lleno de astros y cielos coagulados
formando una rosa sempiterna con nuestros rostros 
rostros rebeldes de tanto amar

Amo a la muchacha que no habla
y hace cosas oscuras con su cuerpo ondulante
mientras algo bello y duro se introduce en él.
Amo a la muchacha subversiva que desgarra su piel
de donde brotan ráfagas heladas.
Amo a la muchacha de Culebras, del Perú, de América y Occidente

Amo a la muchacha de Oriente que escribió el poema más 
                                                                    hermoso 
con la sangre de sus entrañas
entre cuerpos inflamados y vaginas desolladas
por la invasión de un imperio bastardo

Amo con el corazón ardiente de un joven guerrero saudí
entre geranios y kalachnikovs
donde las torres gemelas de sus senos arderán en mi boca
y nuestros corazones estallarán como dulces granadas de rosas
y nacerá de las cenizas un nuevo imperio
el imperio absoluto del amor





Epístola a una muchacha que en sus ojos 
tiene la lucidez del mar

Y he esperado tanto tu regreso
con los ojos flotando en la leve luz de la distancia
buscando el fruto insomne de tus labios horadados por el viento.

He esperado tanto que en la cavidad de la memoria, a cada instante
aletea la blanca baraja de tu sonrisa
entre severas aguas destilando su esencia subterránea
en el fondo de mi alma inerme.

Y en los remolinos sanguinarios de ese mar
que tiene el cristal efervescente de un primer beso arrebatado
he vuelto a percibir tus ojos transparentes y tu cuerpo
como una fresca sustancia vaporosa.

El tiempo ha deslucido ostensiblemente el azul ultramar 
donde fundimos nuestros cuerpos en bellas imágenes argentadas
y las aves cual pequeñas partículas van desintegrándose
en el pálido cielo, detrás de esa caleta terriblemente desolada.

Se han arrugado los días, como papeles que guardan el sabor
de una confesión desesperada.
Recorro tus huellas sobre la inmensidad del mar
y desde el confín de un quebradizo muelle aspiro tu regreso
la brisa de tus labios frescos bebidos hasta el hartazgo
y tu cuerpo de algas flameantes ardiendo bajo el agua
mis manos cual peces resbaladizos descubriendo su encanto
a la inescrutable manera del dios Nik.

He esperado tanto para que nuestras ventanas se abran
entren y salgan las llamas devoradoras del amor
con la sustancia liquida de nuestros cuerpos
destilando entre la sangre y el fuego
un sentimiento donde aun no existo
mas que en el vaporoso insomnio de tus labios
donde se deshacen mis besos burbujeantes.




Nostalgia en las húmedas calles de Lima

Expulso mi tristeza
bajo este sucio cierzo de Lima
entre bocanadas de nostalgia
evaporándose con la fatiga de mis zapatos 
huyendo entre aullidos desesperados
y navajas enardecidas.

El sol es una suerte de baraja
a veces se retuerce del crudo invierno
de esta ciudad a todas horas desnuda
desnuda de pudores y viejas formalidades

El mar viene a mi memoria como un vino agrio
dormito en un taciturno bar de la Colmena
su rumor como una tonada
se filtra a través de un bolero
enmudezco
un llanto seco se ahoga
en el rostro del cantinero
noble muchacho evita la costumbre
de quedarse con el cambio
mira
bebe
bebe de su propio veneno
y se esfuerza por comprender
el rostro nostálgico de la vida (en mí)
que lo sostiene
que lo detiene
que lo hace pensar que el amor no existe
sólo un recuerdo
que al amanecer será polvo
expandiéndose con el viento




Otra vez el brillo desgastado

Otra vez el brillo desgastado del tiempo
destemplando nuestros huesos desesperados
entre desgajadas sombras
de unos cuerpos aterrados
que ordenan su futuro y su pasado
con un hedor de palabras arruinadas
en unos labios petrificados

Otra vez nuestras manos desvalidas
hurgando en la helada boca del mundo
una voz audible que llene el vacío
de un sueño irredimible
de seres terriblemente desesperados

Y la realidad continúa su camino de espinas calientes.
Espíritus hirvientes que no sienten las punzadas
de alguien que orina en el altar de los dioses
y pontifica en vasijas de vino
pútridas confesiones de culpa
de alguien que ahora es vestigio humano
esqueleto de fuego ardiendo
en los oscuros espejos de la noche

Otra vez las horas hervirán en nuestros labios
y se unirán las noches y los días
como dos amantes lejanos y desvelados
como dos columnas incólumes e infinitas
sobre la perversa destrucción del tiempo y el espacio





El amor se recoge en un sueño

Hoy que todo el amor se recoge
en un sueño diseminado
desde donde tus ojos alcanzan el mar
nuestras manos como flores de viento 
se estremecen
y como aves temblorosas que detienen su vuelo
nuestros labios se aprisionan
con la esencia más extraña de un beso irreal

Sin embargo nuestros cuerpos ausentes 
intentan trepar la pared del silencio
silencio que se rompe
con una dulce confesión final.
Y detrás de esas palabras de flores fragantes
me llevo tu cielo y tu mar
desde el lúcido trazo de un pincel
hasta el fuego y la sangre
de un amor irremediablemente irreal






"Una confesión para todos" 

"Una Confesión para todos", es una plaqueta de cuatro poemas de amor, donde el autor se devela, como "el pasajero de la alegría" y "el pasajero de la tristeza" y además dice: "Yo seré una costra más dispersado bajo la tierra".

Cahuide por aquel entonces, -serían los años 90- escribía entrañables poemas de amor, castizos versos que endulzaban la vida de sus lectores.

Transcribimos uno de los poemas:


CUANDO ME BUSQUES

Cuando tus ojos quieran seguir el camino
lacerante de mis huellas.
Cuando atrapar mi palabra quieras en tu recuerdo...
Las gaviotas de mi pecho martirizado
se habrán mudado
a las orillas del olvido.
Cuando tus ojos anhelan alcanzar
la fresca luz de mis ojos.
Cuando tus labios suspiren en las noches
mi ausencia...
No habrá camino para mis pies.
Cuando tu piel sea libre de tus presiones.
Cuando en tu ventana las aves cesen sus lamentos...
Yo seré una costra más
dispersada bajo la tierra.
Sin pena ni gloria.
Sin llanto ni sonrisa.
Sin nada ni nadie.
Sin tí
sin mi.






Marea de sombras azules



PRESENTACIÒN

Teófilo Villacorta Cahuide no solo es un pintor reconocido si no también narrador y poeta. Ahora nos entrega un poemario que tiene como titulo Marea de Sombras Azules, planteado como una sola y única sección que inicia con un epígrafe sugestivo y revelador del gran poeta chileno, premio novel de literatura, pablo Neruda. Sugestivo porque el poeta no habla de formas directa sobre su trabajo sino espera que el texto desnude al autor; de esta forma, Villacorta se exime de contestar sobre qué trata el libro y conserva su integridad como creador y revelador, por que en este tono en que se desenvuelven sus textos, influenciado por el Nobel Chileno en sus mejores trabajos. Y no solo se puede rastrear esta influencia sino que hay también una huella de los simbolistas franceses y de los expresionistas alemanes, como por ejemplo George Traki, lo que podemos ver en estos versos de “El amor se recoge en un sueño”.


“hoy que todo el amor se recoge
En un sueño diseminado
Desde donde tus ojos alcanzan el mar
Nuestras manos como flores de viento
Se estremecen
Y como aves temblorosas que detienen su vuelo
Nuestros labios se aprisionan
Con la extraña esencia de un beso irreal…”.


Marea de sombras Azules es un libro que trata sobre el amor, la mujer idealizada y carnal. Aunque aquí hay que diferenciar que el poeta no ve a esta literariamente, sino con la retina de un pintor, ubicándola en un paisaje que es por momento tórrido y en otros seco (arena y mar), recreando su entorno externo y interno. Más que un peregrinaje, es un viaje onírico no exento de la realidad castrante de la urbe que todo lo destruye y que solo el amor intenso salva. Con trazos fuertes e imágenes que se suceden una tras otra, logra intensidad y altura, como diría Vallejo. Y vemos pasar el tiempo, la nostalgia, el presente, las cicatrices, el espacio rural, el irreconciliable universo del poeta y el mundo exterior. Asimismo, la caleta de culebras discurriendo lenta o vertiginosamente como si fuera una realidad mítica creada solo através de la palabra del poeta. De esto se compone el libro de Villacorta Cahuide, auspicioso y generoso como su arte y su narrativa, instalándose en la poesía peruana como una voz sugerente y sublevante, mientras esperamos los nuevos frutos de su talento.
Domingo Ramos.




Pequeña Oda al cebiche

Comer un cebiche es tan placentero
Como hacer el amor

Y los peces transparentes de culebras
tienen los colores de la luz.
de piel deliciosa, blanca, dorada
fosforecen en el pálido filo de un cuchillo.
cada trozo como un hielo hirviente
cae en el zumo del limón,
fuego liquido que arde dulcemente
en el riguroso paladar
Y sabe a ardiente cópula
En la tibieza del mar.





Hundimiento azul

Para seguir en este hundimiento azul
me has traído el dulce beso del mar
y las gaviotas de agua en tu pecho
tienen el perfume de los abismos.

Del vasto reino de la memoria
huyo hacia esas barcas
que en las tardes desoladas
trae el seguimiento de tus pasos
con el anuncio de tu lejana presencia.

Esta hundimiento m
que no es más que la celebración
de esa lejanía que cae
con la sombra espesa de las cosas,
el tierno latido de tu piel
y el brillo inviolable de tus ojos.






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