viernes, 21 de septiembre de 2012

7886.- MARÍA QUIROGA VARGAS


MARIA QUIROGA VARGAS
(Cochabamba, Bolivia, 1898 - 1981).- Poeta.
Discípula de Adela Zamudio. Se desempeñó como maestra de literatura y filosofía en escuelas y colegios. Galardonada, entre otros eventos, en los Juegos Florales de la Sociedad ‘27 de Mayo’ de Cochabamba (1923). Fundó y dirigió la revista ‘Anhelos’, junto a Mercedes Anaya.
Porfirio Díaz Machicao ha definido a la autora con los siguientes términos: "María, en su valle de aromas y penas, de rosas y de espinas, comenzó también a vivir la orden irrenunciable del destino. Cantar, cantar siempre, en las horas doradas en ese cielo que acaricia las rosadas mejillas de la ciudad cochabambina, donde las campanas hablan, y las gentes rezan, en el atardecer, en atmósfera y patria de charangos dolientes. En tierra de ceibas y flores azules, en dónde lógicamente, es difícil cantar bien, frente a Dios y a la Naturaleza".

LIBROS
Poesía: Transverberación (1938); Véspero (1958); Cantos de mi valle de lágrimas (1973).




GRACIAS SEÑOR

Gracias, Señor, por todos los bienes que me has dado, 
por mi angustia sin límites y mi ansiedad celeste, 
por esta pena gris y este dolor y este 
recuerdo torturante del tiempo que ha pasado.
Gracias te dan humildes mi corazón 
llagado y mi espíritu iluso de multicroma viste. 
Haz Señor, que mi alma soñadora se apreste a abandonar la ruta 
por donde ha caminado.

Gracias Señor, por todo: esperanzas y sueños, 
cansancio de la vida, inútiles empeños, hondo desasosiego 
de no alcanzar lo ansiado.
Señor, te dan las gracias mi carne dolorida,
y mis ojos llorosos de contemplar la vida tan pequeña... 
¡Tan grande que yo la había soñado!







INEXORABLEMENTE

Ímpetu, soñador, ansía encendida 
resplandeciente luz, ala quebrada,
ilusoria esperanza concebida 
en frágil mariposa amedrentada.
Orden inexorable que es cumplida, 
tortura el corazón su racha helada, 
que azota la inclemencia de la vida 
señalando la ruta de la nada.
Huracán que desgaja los ramajes, 
tempestad que borrando los cejales 
deja el cielo en abismo convertido.
Mano negra que borra los paisajes,
transformando los huertos florecidos, cruel y tenaz, 
en muerte y en olvido.







AMOR

Mézclate con la tierra, entrégate al gusano
que te absorban las plantas y te hagan florecer
que te transformes íntegro en su solo momento
ya que todo momento vive en la eternidad.

Ríte de la carne pues la carne duele
te limita la forma, te tortura el dolor
brillarás en la estrella, te apagará la sombra
y serás todo y nada... ¿Qué más quieres amor?







2 comentarios:

  1. Muy buena publicación, se necesitaba leer un poco más de esta escritora...

    ResponderEliminar