lunes, 9 de febrero de 2015

JORGE ARTURO VENEGAS CASTAING [14.794]


JORGE ARTURO VENEGAS CASTAING

(1961-2010)
Jorge Arturo Venegas Castaing, nació Lourdes de Montes de Oca el día 21 de julio del año 1961 y murió recientemente, en San Vicente de Moravia, víctima de un cáncer,  el 15 de abril del año 2010. Sus padres son costarricenses.
Dirigió e integró el Colectivo Kassandra: 1990 y  su sueño fue la revista del mismo nombre donde publicara cantidad de poemas y artículos y Alambique. Esencialmente fue poeta.

Trabajó en la Universidad Estatal a Distancia.


Poeta desgarrado y bohemio, solitario y profundo, profundamente humano. 

LO QUE HA PUBLICADO JORGE ARTURO VENEGAS CASTAING


NOVELA

1. La hoguera verde: 1998
2. Las aventuras de Liu Yuan, capitán de ultramar: 2004

CUENTO

1. Los correos del Diablo: 1999

POESÍA

1. Se alquila esta ventana: 1988
2. Un paraguas llamado Adrián: 1989
3. El blues del aprendiz: 1992
4. Perrumbre: 1994
5. V poemario colectivo: 2000
6. De un solo dado: 2001
7. La casa del tejedor: 2001
8. El país de los ausentes: 2002
9. Dosal gráfica y poesía: 2002
10. La horda del yo. Tríptico: 2005
11. El pájaro del sol: 2010 (canciones, dibujos, poemas y cuentos infantiles)


La primera novela que publicó la llamó La hoguera verde y salió a la luz en el año 1998. No la he encontrado.

La segunda novela la llamó Las aventuras de Liu Yuan, el capitán de ultramar, y la publicó en el año 2004.1

Novela maravillosa, ubicable en el Realismo Mágico, contemporánea. Pertenece al paradigma de la novela polifónica. Se enmarca en las novelas de aventuras más por la forma que por lo narrado. Se asiste a la formación y génesis del mundo desde una visión mítica donde la creación sucede al mismo tiempo que se crea.

Es una novela del ver, del meditar y no del hacer. Éste no cabe en la imaginación desbordante del discurso pero si se analiza con detalle se cae en la cuenta que lo inventado se distingue de lo real más en la forma y los accidentes que en las esencias. Una lista limitada puede servir de ejemplo: un tigre blanco, mujeres haladas, lobos azules, hombres dragones, objetos vivos, estratos sociales similares a los vigentes: reyes, guerreros, guardianes, poderosos y desposeídos, cuevas, fuego, caza, siembra, recolectores, etc. Por más bebidas maravillosas (semilla del agua) y comidas especiales, los seres siguen dependiendo de ellas. El origen proviene de las galaxias y llega hasta el polvo.

El maestro que enseña  y el discípulo que aprende son una escena vieja y las letras sagradas también. Basta recordar el Pancha tantra. Toda religión ha sido creada, salvo excepciones muy calificadas para lograr el poder sobre los otros y la riqueza material, aunque se disfrace de intereses espirituales. Tanto en la novela como en la vida social real las relaciones de los seres son verticales, no de iguales sino de inferiores y superiores, de poder, que terminan en la cúspide. A pesar de que el poder debería descansar en el conocimiento, la sabiduría, la realidad dicta otra máxima: el poder es propiedad exclusiva del mediocre, del ignorante (por lo general).

En la página 85 el  personaje vio un mundo atroz, el nuestro, ahora, y en un párrafo lo describe con certeza y tristeza. Pobres y ricos, violencia, muerte, destrucción, guerras estúpidas (todas lo son) destrucción de la naturaleza, carencia de agua y comida, del aire y de la tierra, de la dignidad de morir. Es un mundo de esclavos, de ciegos con vista, un mundo de cadáveres caminantes.

La novela continúa con viajes diversos de Liu Yuan y los hombres y mujeres pájaro en la región del hielo, los encuentros con Pluma Roja, La mujer Estrella, Lao, convertido en Escorpión, las esferas de protección, hasta llegar a la muerte de los guerreros, la Triada que evoca una especie de triunvirato espiritual, la coronación jocosa de Aotus y el ataque de los Güigüines y la salvación a través de la culebra escalera y el fin del corazón del frío. Se ven otras especies de seres mixtos, habitantes de esos parajes. En realidad no pasa nada en ningún nivel, a no ser excentricidades hiperbólicas y absurdas que ni explican nada ni conducen a otro lugar que no sea una especie de feudo personal, inducido por tribus y clanes de seres estrafalarios, más parecidos a  objetos deformes con poderes sobrenaturales. Lo mismo cabría decir de los sistemas de comunicación primitivos, más cercanos al ruido que a la comunicación. Así el discurso narrativo se convierte en laberinto de acertijos con atisbos seudofilosóficos y símbolos míticos más cercanos a disfraces de lo existente que creaciones originales.

El final de la novela no escapa a la misma tónica. Es la pretensión del encontrarse así mismo en el otro, en la circunstancia, en la búsqueda misma.




alrededor de la casa de mi infancia
siembran puñales

*

en la casa de mi infancia se celebra el rezo del niño
bajo un sol de aguardiente

su cuerpo es un maizal picado de naranjos

yo lo recorro con el corazón partido al medio
como una papaya de luz

a cada paso las cosas me hablan
ignoro lo que dicen pero me regocijo
como un atardecer entre bambúes






TIEMPOS MODERNOS

sabés
viejo charlot
hoy no me bajaré de la cama
aunque afuera se escuchara el estruendo
de algo que se cae
algo como el mundo

(El blues del aprendiz)





PERRUMBRE Editores Alambique, San José, Costa Rica, 1994.
Colección CIGARRA



EL EXPLORADOR

I

me busco como un niño de sal
           mujer
entre tus piernas
y las hormigas que mueven el mundo
soy una jauría de sueños peleándose
por una migaja de pájaros
me busco en los que orinan en la calle
nido de gallos tuertos
pero nunca entre las putas
           no resistiría
belleza tan brutal
           soy mi propia minoría





II

a letty

el sol
no es de sol

                la lluvia es una mujer
                que jadea

mi corazón
la mano de una mujer
desnuda

                     mi voz se otoña
                     y cae

un gato de hojarasca
bajo el aguacero

                       poemas que recojo
                       con este rastrillo de piel




III

escribo
como decir escucho




IV

le pone alas grandes de fuego las agita
y ríe su corazón un puñado de pétalos marchitos
               dioses desconocidos
pero al volar lo deja ciego
en medio de un atardecer en el mar





V

un sitio
alguien me escribe




EL DOMADOR


I

no el látigo
sino la lengua emplumada
no la silla
sino un zapato roto
no las manos enguantadas
ni el bigote arrollado
sino tijeras de piel
no bestias ni aros
sino pájaros de lluvia
y un papel quemándose por rostro
no el domador
sino un hombre un garabato
que amo y lo amaron
la carpa era un paraguas desdentado







II

no para guardar un nombre
que sobrevivirá al ingrato olvido
de la raza humana
Luis Rogelio Nogueras


guardo tu nombre entre amores posibles
para la victoria privada
de mi humanidad
guardo mi nombre de los espeleólogos
de la derrota
pero no de mi hija carolina
ni de todos los hijos del planeta
ni de ninguna piedra del campo
guardo
una muchacha de negro
para que sobreviva al olvido de la raza humana
su nombre y el mío
guardo
la piel como un suicida






III

tus pájaros se me acurrucan
y no puedo tocarlos que se nieblan
una telaraña abrocha tu lluvia
a este bar hundido
nadie me sobrevive
solo el cigarro entre los labios
me empapa un olor a vos
 que no me sé
soy un bocado de perros
que la noche engulle




IV

todo está bien
el girasol es girasol
la calle calle
el cuerpo navega entre miradas
el autobús se tarda
pero te veo
en la repentina ventanilla que siempre va donde no voy
entonces
el girasol es un mordisco en manos de algún ciego
la calle una lápida sobre mi frente
mi cuerpo un mapa de mi que no conozco
y el autobús un túnel sin regreso





HISTORIA


I

a jorge boccanera


debimos hallar un viejo invierno
para reunirnos las manos en el borde
de la piel
—dice mientras busca una moneda de oro en las entrañas—
lecheros del sol
reparten las palabras crudas
—y el enamorado se palpa los bolsillos
buscando una lengua de plata—
no pudimos caminar bajo el murmullo pájara
de cristal del aguacero
nos encontramos y perdimos de mis manos
a tu silencio
—dice asomándose a su garganta—
debimos citarnos en la almohada
reunirnos los labios en la punta de un invierno
 —ella levanta las cejas
 pone a hervir las palabras—
el de la historia se marcha en un murmullo
 de las manos
 a su canto
 luego al mundo
lecheros del día reparten
las gargantas calientes






II

te encuentra y te dice ¿qué hubo viejo?
¿qué se cuenta?
su sombra es un niño de neblina
que corre a media calle
ah los amigos los amigos
digo yo como quien iza
una bandera rota
improvisamos un bar
la mesera
es un beso de vino
mi saca del pecho
una orquesta gigante
moré canta
la tongelele baila
como si se acabara el mundo
saca la mesa de al lado donde nos mira
susurra
una mujer mas bien atroz
y me dice al oído
que no se entere nadie
andamos disfrazados de nosotros mismos

ah el vino
dice mi amigo y yo
como quien alza una mujer rota
la de la mesa de al lado
la que mira y susurra
la mujer atroz




EL INCENDIARIO

a ciertas horas
enciende enciende fósforos
los arroja
a la boca manos tetas de la noche
así juega hasta que de pronto crece
se preocupa asusta
no por la fl aca cajetilla
sino por el chamuscado mirar
de la gran bella
no lo quiere —piensa— lo persigue
prende y prende pájaros lenguas
de su silencio
los arroja
migas
a su boca manos de sus manos
que no pueden ya tanta ceniza roja de pájaro
y en la noche de su niño que juega
a los fosforitos de la vida
se echa a volar





EL JARDINERO

leía a quasimodo y a campana
en el corazón de la noche hay
siempre una llaga roja languideciente
a montale y a ungaretti
mi corazón es el país mas devastado
mientras
la lluvia
sobre la roja techumbre de mi patria
un jardinero
exguarda civil exjornalero
sobre el pasto del jardín
de mi memoria
escupía su mano aporreaba el machete
como una lengua rota
contra el silencio del mundo
un jardinero de teja
frente a los poetas de italia
sin otra cosa que sus manos
y una sonrisa mojándole la cara amigo
son seiscientos pesos
amigo
—me dijo al terminar
y en su estómago corrieron
caballos de ceniza—
cierro los ojos
caigo
de mi mano
como un puñado de arena
sobre la roja
techumbre del alma





FOTOGRAFIAS EN EL PARQUE

un hombre
         saco
            gris
de telarañas
tiene un caballo bajo el brazo
se peina los huesos frente a la vidriera
recuerda
un niño galopa bajo pájaros de mermelada
una niña no entiende
por qué el animal no se camina ni habla
ni mueve la colita
otro niño con los bolsillos muertos a la piel
dirá que es mejor la escoba
para dar vueltas en el carrusel de la luna
el hombre se marcha
crepita por la acera carga
un caballo en llamas bajo el brazo





VECINDARIOS

esa mujer que te pide la plancha
no te pide la plancha sino una madre al rojo vivo
esa mujer que te quiere
para una lámpara no te pide una lámpara
te urge la noche y un guiño de luz
por dónde verla mientras te lame la espalda
esa mujer que clama se está llamando
la que te nombra no te llama
se huye
se está ahogando en el fondo
de una silla vacía





EL ARQUITECTO

me levanto como un perro sin las manos
de un niño me voy para el trabajo
de camino
quizás una mujer me ofrezca sus pechos de naranja
un hijo me regale un soldadito rojo
como las nubes de mi valle
quizás me atropelle un autobús o me escriba un poema
pero si no hay con quien celebrar
no habrá pasado nada no pasará nunca nada
seré como el arquitecto de las manos
llenas de planos piedras argamasa
obreros en busca de un pedazo de hueso
donde edifi car la sangre





ESTEBAN Y LA TIERRA DEL SUEÑO

dizque perdimos las certezas
y nos escupimos por alcantarillas de piel
que la historia se fue entre el lavadero
y ni siquiera tenemos precio en la subasta
dizque la poesía se llenó de telarañas
y es una loca de ancianas mejillas rojas
pero desato el abrazo de mi amigo
y me quedo en las uñas afi lando los besos
después de muertos cargarse al hombro y caminar
botar del pecho al cristo de la sangre derrotada
y devoto de la espina
ser
una cuchara de huesos
para la mañana de azúcar




POEMAS DEL SUICIDA MARAVILLOSO

VIII
cuando muera quiero una tumba verde
y ver caer la tarde
como una hostia
en el silencio de la sangre

(Perrumbre)







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