jueves, 12 de septiembre de 2013

MARÍA LAURA DECÉSARE [10.500]


María Laura Decésare

Escritora argentina (Rufino, Santa Fe, 1969). Estudió ciencias de la comunicación. Actualmente cursa estudios de corrector literario especializado en textos literarios. 

Publicó:

La letra muda (Ediciones del Dock, 2010)
Vida de gatos (Ediciones del Dock, 2012) 








El guardián de bigotes largos

Me despierta
con su pata sobre mi cara
lo miro de reojo sin entender
el coraje en su mirada.
Será que una vez más
me salva de la pesadilla
para aliviar con su ronroneo
el sobresalto anterior.

De: "Vida de gatos", Ediciones del Dock, 2012





Luna triste

La noche no sueña
y es temprano todavía,
un bocinazo a lo lejos
luces fijas en un punto
docenas de párpados abatidos
deambulan
por espacios habituales
y la luz del hospital
nunca se apaga.
Una leve brisa
balancea las maderitas
del balcón de al lado,
interrumpe
por un instante
el llanto de los gatos.

De: "Vida de gatos", Ediciones del Dock, 2012







Insomnio

Dormirse sin sueño
y despertar a medianoche
sintiendo que un rio
nos separa.
En la distancia de nuestros cuerpos
oigo tu respiración 
que lo dice todo 
y no dice nada.
¿Y la magia de dormirnos abrazados?
Ahora, un lienzo de algodón
es lo único que nos une.
Subo a la almohada de los milagros
y caigo en el torrente  
del día a día que decreta 
el final de la jugada.

De: "Vida de gatos", Ediciones del Dock, 2012




Martes 13

El sol se esconde
detrás del espejo
y vuelan por los cielos
maldiciones y quejas.
Ella no dice nada,
deja hablar al poema
para que diga lo que siente.
Sin pudor esa pequeña voz 
salpica de pureza 
mientras tararea un salmo
que pide indulgencia
a los cuatro vientos.

De: "Vida de gatos", Ediciones del Dock, 2012











“Todos, todos duermen. Todos están durmiendo en la colina”.
Edgar Lee Masters

“Cerró los ojos silenciosos
conservó la costumbre de no protestar”.
Juan Gelman


Amanda Gris

En la placa de mi nicho colocaron una foto
con una frase que decía:
“Aquí yace la mujer más deseada”.
Los que me conocieron un poco van a reírse
al leer tal expresión.
En verdad, mi epitafio debió haber dicho:
“Esta mujer vivió más sola que un perro”.
No logré tener por mucho tiempo alguna compañía,
todos huían al conocer mi temperamento
y ahora estoy en este incómodo y pequeño sitio
rodeada de egoístas!

de La Letra muda, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2010





Lucía Vázquez

¿Alguien vio a mi marido traer flores a esta tumba?
Algunos dirán que lo vieron visitar el cementerio,
pero no estuvo aquí, sino frente al sepulcro de Amanda Gris.
En vida, ese hombre egoísta y silencioso
oscureció mis días.
Mi amor no pudo conquistarlo
y ahora, como si hubiera sido poca la tortura,
me humilla con su desfachatez.
Pero aun en este sitio
seré una sombra feroz.

de La Letra muda, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2010 






Marco Rosso

Descanso aquí, cerca del sepulcro de Amanda Gris,
la única mujer que amé.
Nunca me perdonó que me casara
con su vecina Lucía Vázquez.
Largos años padecí viendo desde mi ventana
su bella silueta inspirando miradas de importantes señores.
Hasta el juez Álvarez Arrieta pretendió desposarla,
pero ella conocía bien su fama de déspota.
En el barrio creyeron que tuve un accidente
y no que hundí el cuchillo en mi pecho
porque no soportaba vivir un minuto
más, sin ella.

de La Letra muda, Ediciones del Dock, Buenos Aires, 2010





Plegaria

En la casilla chorrea
como el agua la desesperación.
Suman tres los días de lluvia y frío,
la ropa húmeda se pega en la piel
y los pibes moquean en la tarde gris.
Doña Elsa palidece al enhebrar la aguja
y mira al santo con esperanza
por un poco de luz
para arropar a la cría
y secar la yerba al sol.
Ahora el trueno
espanta al miedo y un rayo
alienta la ilusión.

Los tres juegan bajo el arcoíris,
sin frío ni hambre, como pájaros
en el jardín de las delicias.






Maridaje

Claramente su lenguaje es otro,
las formas son otras.
Ella va al sillón, se recuesta un rato
mientras él se entretiene jugando en la sala.
Todo sucede sin enojos ni reproches.
El macho decide tomar una siesta,
al paso de las horas
su compañera se acerca,
da vueltas a su lado
y corre al cuarto.
De inmediato, él despierta y la sigue
de un tranco a la habitación,
posa su pata en el cuerpo frágil,
lame su cabeza y ella
tímida le devuelve el gesto.
Así de simple
es el mundo felino
donde se respetan los silencios,
los espacios
y el instante para el amor.






Añoranza

Después de un gran dolor
por desamor
y tras varios desengaños
nunca más
se vuelve a llorar
como la primera vez.






El día del adiós

Amaneció nublado como augurando
la tormenta cercana.
Esa mañana gris
ella estaba un poco más frágil
que de costumbre
y él, como presintiendo lo peor,
se recluyó en el cuarto
para mirar desde lejos.
Pedía una explicación que lo consolara
y yo, no se la pude dar.





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