miércoles, 14 de enero de 2015

RAÚL FERREIRO FIGUEROA [14.479]


Raúl Ferreiro Figueroa 

Nace en Madrid en 1959. 

Estudió Humanidades, divididas en dos planes de estudio diferentes (público y privado), Derecho Tributario y Gestión Inmobiliaria. Fue empresario entre los años 1991 y 2001. Tiene publicados cuatro libros de poesía, "Quiero viajar a Pólux" (Cyan, 2005); "Libélulas y río (Ópera Prima, 2008)", "Duendes atrapados" (amazon, 2014); "El tren es un tiro" (amazon, 2014); y el ensayo, “La Burbuja Invisible” (amazon, 2014).



Conversaciones con Dios al alba

Las urracas carraquean subidas sobre vallas,
que separan los trenes de los parques.
El sol se eleva mentalmente por encima de los bloques
de hielo, de un hielo habitado por esclavos del trabajo.
Todos los hombres somos iguales, trabajamos y sufrimos,
madrugamos y tosemos (la culpa la tiene el crudo), 
esperamos un tren de ida.
He dicho "todos los hombres", no todos los demonios:
el mundo se divide en demonios y hombres
(maestros y aprendices).
Todos somos iguales: leemos libros, regalamos rosas rojas,
guardamos la compostura cuando estamos en público,
y solemos llorar (lágrimas de cocodrilo),
y solemos llorar por no gritar,
y solemos llorar (de verdad).
He dicho "todos", con excepción,
hay "hombres-todos" y "hombres-nadie".
¿Algo hay más tangible que un tren? Lo ponemos en duda.
En el tren está el mundo;
danza, vaivén, ruido, sirenas, espera,
movimiento in crescendo, ventanillas indiscretas,
sueño, estrés, túnel del tiempo, velocidad, llegada,
música, silencio, y un perro lazarillo e invisible.




La ineficacia del Estado

Calma chicha. La voz de un hombre al aparato
apenas se distingue del "todo", un momento tranquilo
en esta tarde otoñal, soleada y apacible.
Ruidos metálicos y motorizados, leves, algo lejanos,
rompen con la paz reinante.

Son casi las cinco de la tarde. Un tren ha pasado
como un sueño, uniforme, veloz, distante y sonoro.
Una voz impersonal avisa: ¡[...] VÍA DOS!
Rostros serios, concentrados..., bajan de un tren recién llegado.
Otro tren pasa, rápido como un rayo. Un pájaro
avisa con dos "pitidos", que el bus de las cinco está aparcando. 
La paz se agota, porque más viandantes acuden a los andenes.
La multitud no es consciente de que agrede el silencio.
Mi tercer chakra (como diría un new age) se inquieta.

El hombre anhela armonía, a veces sin saberlo.
El caos altera los nervios, pero se aplican (y se aplacan) remedios:
respiración acompasada. Hay ritmos mundanos que alteran, 
cuando no se aplican (y se aplacan) remedios;
Por ejemplo: el "ta, tra, ta tra, tra, ta, ta, tra, tra..." del vagón del tren;
la conversación ilegible de un viajero, "bla, bla, bla, bla...";
la musiquilla que precede a un "NEXT TO", "PRÓXIMA PARADA...";
la entrada en tromba de un grupo; los pensamientos propios,
que van y vienen, rítmicamente, y se presentan sin permiso,
aunque les pongo límite, pero insisten, son cargantes,
una y otra vez vuelven: es una lucha tenaz
de la conciencia y la subconsciencia.

Toda persona dialoga, no cesa, aún en pleno silencio,
su cuerpo vocifera, el color de una blusa se expresa, 
los rictus platican, los movimientos de un cuerpo,
la belleza o la fealdad, la quietud también habla,
los olores, los gestos y las ausencias de ellos,
todo se manifiesta.

En el tren está el mundo... "Disculpen, tengo veintiún años,
pido para sobrevivir, estoy sin familia, sin trabajo,
sufro la ineficacia del Estado, juzguen ustedes mismos,
soy una chica abandonada por mi madre,
y sin padre (murió de un infarto),
sobrevivo con una pensión de orfanato
de ciento noventa y seis euros, estudié ESO, bachiller,
y hablo tres idiomas..., estoy desesperada,
de acudir a la Iglesia, ONGs, asistentes sociales...,
¿pueden ustedes ayudarme, con alimento o ropa?
Muchas gracias por escucharme... Y acto seguido dice:
¡vienen los guardias!... Se acaba el discurso,
el suyo y el mío.





La patria que me acoge es el silencio

La patria que me rodea nace desde lo que no me rodea: 
mi ser, el existir, esa naturaleza 
es de descripción imposible, mucho menos con palabras. 

La patria que me circunda es la casa donde habito, 
la gata que me acompaña, los seres a quienes quiero, 
la gente que veo a diario en el barrio donde vivo. 

La patria que me permite pisar sus calles, su ciudad,
lugar donde me muevo, donde compro el pan y el vino, 
donde paseo hacia los trenes (la estación), donde me tomo un café
y una cerveza a gusto y en familia. 
La patria, en menor medida ya, en que puedo expandirme, 
viajar en Metro, en autobús o en tren de cercanías; 
la que me muestra la vida en todo su esplendor, 
la miseria, la alegría, la juventud, la fiesta y el bullicio, 
y a la humanidad urbana y cosmopolita, y el progreso 
técnico y tecnológico, y por desgracia también 
la globalización y el nuevo orden mundial: Madrid. 

Reminiscencias de patria: allí me identifico
con su historia y su paisaje, la idiosincrasia de sus gentes, 
y puedo comunicarme en español, y puedo comprender
el amor a una tierra, la que piso: España.

No es patria (un poco, en todo caso, por simpatía) Italia, 
ni Palestina, ni Ecuador, ni México, ni Egipto, 
ni Portugal, y mucho menos eso que llaman CE, 
y muchísimo menos los nuevos proyectos mundiales, 
sionistas y genocidas.

Lo que llamo patria no es mi patria, tan solo es un símbolo. 
Todo son símbolos, un nombre, una bandera, el color de una camisa, 
un himno, escribir un poema o una novela, la palabra hablada 
(un insulto, los conceptos: solidaridad, rey, valor, 
egoísmo, amor, libertad...). Nada es nuestro, todo 
nos viene de fuera. Lo verdadero es la existencia, 
pero decir que es nuestra supone redundancia.

La patria que me acoge es el silencio.





Poesía es una esencia que brota de los sublime

escribo poemas y otras lindezas para mostrarme, con versos y versos, a quienes "odian" a los poetas, a todos esos prosaicos engreídos, racionalistas extremos, que no ven más allá de sus propias estructuradísimas naricillas

escribo poemas y otras lindezas para mostrarme, con versos y versos, a quienes piensan que poesía es exclusividad de los poetas que el sistema ha encumbrado en lo más alto de las listas de ventas

escribo poemas y otras lindezas para mostrarme, con versos y versos, a quienes creen que poesía debe ser recitada en un vídeo o en un audio por el poeta, pero un poema es un óleo, y basta con que lo mires; y si eres capaz de ver más allá de tus ojos, entonces, has llegado más lejos, y en ese caso, lo has comprendido (intuitivamente, por supuesto), que a fin de cuentas es de lo que se trata

escribo poemas y otras lindezas para mostrarme, con versos y versos, a los criminales que gobiernan el mundo (aun siendo consciente de que nunca leerán esto), no me refiero a los políticos, esclavos de los otros, sino a... indagad amigos, quien quiera saber, que vaya a la escuela... de la vida, claro, no a la que manipula a los niños

escribo poemas y otras lindezas para mostrarme, con versos y versos, al sionismo asesino (ojo al dato: no confundamos a esos sinvergüenzas con el pueblo judío)... si alguien no sabe de qué estoy hablando, que investigue... pero cuidado, podría llevarse algunas sorpresas desagradables

escribo poemas y otras lindezas para mostrarme, con versos y versos, a la gente que está más dormida que una marmota muerta; es decir, al noventa y nueve por ciento de la población

escribo poemas y otras lindezas para mostrarme, con versos y versos, a esos poetas (poeta es alguien que escribe poemas) que tal vez piensen que poesía solo está relacionada con la escritura o con las imágenes (poesía visual)... lo cierto es que poesía es una esencia que brota de lo sublime; o sea, de la naturaleza, y nosotros la imitamos, si es que somos capaces de "verla"





BELLEZA

Belleza. Vocablo incontenible.
Vocablo infinito. Profundidad del alma
(nadie sabe qué es el alma).
Belleza, palabra incombustible.
Palabra desprendida, porque mora en la distancia:
la suficiente, la insondable.
Belleza: grito del que sufre, quien se aferra a la armonía.
Anhelo de esperanza y esperanzador anhelo.
Yo pronuncio su nombre: belleza... y un velero
cruza el horizonte sobre la balsa lunar
que acuna un mercurio azul.





DIJE ESPEJO

Completamente inmóvil dije ne... gro,
Contemplando la noche desde un nido
Blando, blanco y barroco: prado de... gro-
Sellas, moras, cerezas...; de cupido
(Dios de la fruta perforada): flecha
Que impacta en las cerezas, fresas, moras
Y grosellas. Y dije verde mecha,
La que prende dos bocas en las horas
De un tiempo que a destiempo es el destino,
Por no nombrar azul, matiz onírico.
Completamente móvil dije espejo,
Y me inquirí los ojos: vi el camino
Que relaciona al épico y al lírico,
Que relaciona al alma y al pellejo





Signos vacíos

¿Qué es escribir, me pregunto?
La respuesta es clara: no lo sé.
No es posible saberlo, hay un mundo ahí fuera,
infinito y lejano (cabe en una partícula:
infinita y lejana), ¿escribimos el mundo?, 
¿lo imaginamos tan solo?
Sobre esa base, es decir, sobre nada,
sobre contradicción pura,
se escriben estas líneas, paralelas y azules,
subjetivas y volátiles, reales, de carne y sangre.
Soy el mundo, y lo dice la palabra:
símbolos ambiguos, nítida contradicción.
La verdad no existe, no es estática,
porque todo circunvala, un ejemplo es la Tierra: 
viaja alrededor del sol, a la velocidad del pensamiento:
treinta, por segundo, kilómetros, aproximadamente.
Te mueres y resucitas, segundo a segundo,
al mismo tiempo en que late un regalo de Dios.
Dios existe y no existe, pero sobre todo es pregunta,
y la respuesta es artificio. 
¿Hay algo más coercitivo que una imposición artificiosa?
Negativa respuesta (réplica disimulada).
Soy libre y esclavo, salvaje y obediente,
persona y humano, y en cada respuesta:
preguntador ingenuo. Si meditas, 
te escapas de un verso, hacia el silencio y la nada,
precedente del mundo (lugar de locos y violencia;
órbita lúcida y sueño).
Conversación con Dios. ¿La muerte es honesta,
porque llega y no pregunta? ¿Te recoge y te lleva
a una incógnita segura? ¿Por qué hemos aprendido
que el tiempo es lineal, si el sol circula
a unos cien mil kilómetros por hora en torno al centro
de un ingenio imposible?, ¿por qué lineal y no cíclico?
Lo cierto es tan confuso, que la verdad es clave:
prohibido hacer preguntas incorrectas.
La muerte es la vida, porque aleja el sufrimiento,
cuando la vida es la muerte. Ya no quedan palabras
convertidas en versos. El espíritu ha muerto
en el automatismo colectivo. Debe de ser un secreto
desconocer secretos. "La vida" es una frase 
vacía, y estos versos son signos... Vacíos.





Tabla réproba

Una persona es la cáscara de un misterio:
a) 
cascarrabias cuando se acerca el misterio
b) 
casca rabias a medio camino
c) 
casi muere de rabia en la treintena
por hallarse en el centro del vórtice
d) 
y rabia de gusto en el gran cambio (en la vorágine)

-se respeta la infancia: lugar de reserva-.

Una persona es un guante dado,
veintiún puntos en un dado,
el giro circular y progresivo
de una espiral abstracta y rítmica
(latente movimiento)
-de dentro hacia afuera (esto es importante):
ellos seducen y abducen(1),
ellos, las manos que juegan,
ellos, los incorpóreos,
ellos, los desalmados;
nosotros(2): Él, vosotros, y en parte también ellos...

Una persona es la voz que pronuncia una persona,
un sustantivo o signo o símbolo
que no significa misterio 
sino máscara o persona
porque aquello tras aquello son las manos que juegan
y en las respuestas eligen;
lo necesario: lo imposible.

Cada persona juega... [...]... al damero maldito
las preguntas son blancas (donde caben los puntos)
las respuestas, abismos (necesidad de nada)
las figuras, sueños, y el movimiento la vida.

Una persona es "cada", y equivale:
a un ¡buenos días!
[y equivale:
a nombre y apellidos
[y equivale:
a dolor
[y equivale:
a desenfreno
[y equivale:
a confusión
[y equivale:
a saber que no se sabe(3).


(1) Abducir en los tres sentidos que recoge la RAE.
(2) En este contexto, "nosostros" ya no es persona, sino misterio.
(3) Idea (según Sócrates, Salomon y Cusa) recabada en Jorge Pérez de Tudela. Historia de la Filosofía Moderna. AKAL, 2001, p.50.





Un poema tan solo es basura

Un poema es un cubo de basura,
y el poe-mundo es un estercolero.

Cada poema expulsa de nosotros
la ruina, aquello que nos hiere,
lo que en una hoja escribimos,
en un papel cualquiera (un posa-vasos,
o higiénico, o una servilleta,
o en el reverso de una factura,
incluso en la palma de una mano).

Un poeta es un basurero:
recoge su propia mierda;
de lo que quiere desprenderse,
y la arroja en descampados,
o la oculta debajo de los muebles,
o la tira por la ventana,
o en madrugadas o en desiertas tardes,
o en albas prematuras.

Un poeta escribe su epitafio
por capítulos, en un relato sin fin,
y lo va depositando
en el país de los desechos,
donde habitan los demonios,
los duendes, las bacterias y los virus
(autóctonos desde siempre),
y también la muerte.

Los poetas son visionarios,
porque saben desprenderse
de la sangre coagulada,
de algún que otro espectro,
de la mala leche y del estrés
y otras lindezas depresivas.

El poeta rasca con su espátula
letras pegadas al mucílago
de sus sesos, y los vierte
sobre toda la podredumbre:
el poe-mundo.

Propaga el bien que anida en su alma:
amaneceres puros, vibrantes estrellas,
aguas cristalinas, voces celestiales...,
y se vacía de amor;
o propaga el mal que habita en su corazón
y se arranca la angustia;
pero lo blanco y lo negro
se confunden en el iris mundano.

El poeta-poeta es sucio,
o es limpio y solo es poeta;
cuanto más sucio más poeta,
más defecaciones expele,
más poemas.

Ni el poeta ni el poeta-poeta
escriben poesía, porque la poesía
no se escribe, se respira,
se barrunta, se intuye, se olfatea;
mora en la rosa, en el dolor,
en los abrazos sinceros, en la luz
y sobre todo en el silencio.

Un poema tan solo es basura,
y la bazofia se tira
cuando la vida es un castigo.



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