martes, 13 de noviembre de 2012

LUIS COLOMBINI [8369]




Luis Colombini

Escribo para salir de la piel que nos contiene,
nos encierra en un mundo finito…

Nacido en 1951 en San Nicolás, Provincia de Buenos Aires, Argentina, Luis Colombini reside actualmente en España, en la ciudad de Valencia, desde 2001.Ha publicado su obra personal anterior bajo los siguientes títulos: “Todo Lo Otro” 1983; “Sobre La Mesa” 1987; “De dioses, exilios y otras desesperaciones” 2006; figurando en diversas antologías de poesía: “Nuevas promociones de la Sociedad Argentina de Escritores” 1981; “Antología de la Sociedad Argentina de Escritores” 1982; “Poesía de Buenos Aires” 1982; “Poetas Argentinos de la Fundación Argentina para la Poesía” 1991; “Escritores Nicoleños Contemporáneos” 1996.





TODO LO OTRO

Barricada calle multitudes
y el amor a escondida leve y tranquilo
como la leve y tranquila mano sustantiva
que extirpó la caricia extraña de una cara.

Barricada calle
silencioso pájaro
en las coartadas de un niño que se muere despacio
y no tenemos más que la renuncia a la eternidad.

Antepongo mi animal resuelto
a la misericordia ardiente del mediodía,
y resuelvo el juego cotidiano
los atrevidamente vecinales
la carne durmiendo el cuerpo del insomnio y el aullido
el moverse temporal contradictorio
del constructor del tiempo y la esperanza.

Calle abajo
bocacalle del no encuentro
de la presencia en la constante de todo inventario
y el amor a escondida
leve y tranquilo
como las leves y tranquilas otras muertes.

El grito es una fiesta del instinto
gritemos entonces el instinto,
porque la cordura,
es un cumpleaños a sabienda.

(del libro Todo lo otro,1983)






CONTRAEXILIO

La sombra desdoblada
como un arpegio en la ciudad
va golpeando las paredes de las calles.
Lo paradójico
es que no puede proteger la retirada,
tiré del invierno hasta que pude
para ver si alguien hilvanaba una inmediata primavera
pero no fue así,
crucé el ecuador de las ausencias
y esa noche
junté a mis muertos
al barrio infinito donde creí que todo lo demás era una ciénaga,
y no volví,
la ausencia
circunscribió el contrasentido en un arrabal consentido y erudito
y cada lágrima
tuvo un número, un ítem, un descalabro.

(del libro Trapecio, 2008)







Celebración

Hundida en la hora del reloj que da a mi espalda,
hacia adelante, la lluvia cae hasta nombrarnos.
Hemos decidido acorralar el tiempo que nos falta,
cazar al unicornio del enamoramiento
y celebrar con él
el último disparo.

De: Territorio de caza, 2009








La casa resiste hasta cerrar la puerta y derrumbarse.

Hay otros habitantes en ella
otros carpinteros malogrados y capaces
colgados de los mares que invaden el agua de una lágrima,
talabarteros de horizontes que no descansan
y que de habitarme
la melancolía abrupta como un asesinato traída por el pájaro del desencanto
ha venido hasta mí.

Todo se repite amor.

Dentro de la casa nada está en su lugar
Ni el derrumbe ha sido acomodado.

De: Anotaciones al margen, 2011








Perdí al autor del texto.

Aprieto el timbre entonces de la casa
buscando recrearme con otra vida
y esa vida no vendrá y lo sé.
Se fue a buscar la mañana temeroso
Se fue al hospital a confesar su cuerpo
Se fue al mostrador a suicidar su encanto en una copa.
Así que insisto con el timbre por lo que trae el vacío únicamente
con su máscara de mirar oblicuo el horizonte
que no deja de ordenar la soledad en la amarga escombrera de la decepción.
Sólo la ciudad
como un puñal de empuñadura triste
agita las calles y los vestíbulos
como si fuera un corazón urbano a punto de descubrir su trayectoria
donde en cada uno de nosotros alguien grita
que todos los alrededores se parecen.

De: Profundo otoño, 2012




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