lunes, 15 de junio de 2015

MANUEL JULIÁ [16.268]


Manuel Juliá 

(Puertollano, Ciudad Real  1954) 

Premio Nacional Clarín de Cuentos 2011 y ex alcalde de Puertollano, publica artículos en distintos medios españoles, como el diario Marca y La Tribuna de Ciudad Real o www.diariocrítico.com. Es escritor de títulos como ‘La gloria al rojo vivo’, una crónica personal sobre el Mundial de Sudáfrica, con 50.000 ejemplares ya vendidos, ‘Cuarenta Latidos’ o ‘Dioses de fuego y aire’.

Asimismo, ha publicado dos libros de poemas, ‘De Umbría’ (1988), y ‘Sobre el volcán la flor’ (2008), antes de esta trilogía, "El sueño de la vida". Poesía Hiperión (2015), "El sueño del amor". Poesía Hiperión (2014)  y  "El sueño de la muerte". Poesía Hiperión (2013), así como ‘Intemporal, entre dos siglos heridos’ (1999), que recoge artículos publicados en Diario 16 y El Mundo, 

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.
Doctorado sobre política comunitaria en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Castilla la Mancha, Departamento de Economía y Empresa.

Publicaciones y colaboraciones

"El sueño de la vida". Poesía Hiperión (2015)
"El sueño del amor". Poesía Hiperión (2014)
"El sueño de la muerte". Poesía Hiperión (2013)
"Dioses de fuego y aire". Editorial Eneida (2012)
"Cuarenta latidos. Una fábula sobre la vida y la muerte". 2ª Edición. Endymion Narrativa (2011)
"La gloria al rojo vivo. Diario sobre una proeza" Editorial Eneida (2010).
Sobre el volcán la flor", poemas. Biblioteca de Autores Manchegos (2009).
"Cuarenta latidos". Primera edición. Almud Ediciones de Castilla la-Mancha (2009).
"Castilla La-Mancha, la luz del Quijote", en colaboración con Dionisio Cañas, Antonio Pérez Henares y con fotografías de Nardo Villaboy. Unión Fenosa (2009)
"Intemporal. Entre dos siglos heridos". Selección de artículos publicados en el diario El Mundo y Diario 16. Ediciones Soubriet (2003).
"De umbría", poemas. Biblioteca de Autores Manchegos (1998).
"Narraciones manchegas". Editorial Intuición (1998).

Columnista del Diario Marca, desde el año 2008.
Columnista Diariocrítico.com, desde el año 2012.
Columnista de La Tribuna de Ciudad Real desde el año 1997.
Columnista del Diario El Mundo, en su edición de Andalucía, desde el año 1997 hasta 2006.
Columnista de Diario 16 (Nacional, Andalucía y Castilla-La Mancha (1981, 1994-1996).
Colaborador habitual de La Gaceta de los Negocios, durante el año 1991, 1992 y 1993.
Crítico de cine y de libros en el Diario de Caracas entre 1981-1982.
Colaborador en la revista Triunfo entre 1976-1977.
Redactor en prácticas del El Diario Vasco durante 1975.
Colaborador de la revista "Poesía Hispánica" entre 1972-1974.
Articulista de Radio Popular de Ciudad Real y de Castilla-La Mancha entre 1999-2001.
Colaborador en el libro "Lecciones de Desarrollo Rural", editado por la Universidad de Castilla-La Mancha, con dos extensos trabajos titulados "Los nuevos reglamentos de la Política Regional Comunitaria" y "Programas del Marco Comunitario en Castilla La-Mancha" (2000).
Colaborador de la Associacao Portuguesa para o Desenvolvimento Regional, en diversos trabajos de carácter comunitario (1998-1999).
Colaborador en el Boletín Situación del BBV (Banco Bilbao Vizcaya), en diversos trabajos de carácter comunitario (1996-1998).
Colaborador de la revista "Boletín ICE Económico", editada por el Ministerio de Economía y Hacienda (1996-1997).
Columnista del Diario Lanza de Ciudad Real (1987, 1991, 1993-1995).
Director Adjunto del semanario El Manchego (1979-1980).




(De: “Sobre el volcán la flor”, 
Diputación Provincial de Ciudad Real, 2009)



HERÁCLITO VERSUS DANTE

Nunca tendremos
otra oportunidad, como dice el viejo Heráclito.
Jamás volveré a ver aquellos ojos de entonces
ni serás otra vez la cantante de baladas en un bar viejo
con el neón más sucio del puerto. Esa manera
de fumar el cigarro apresurada, de última aspiración
no volveré a mirarla dentro de una penumbra azul
al lado de unos cuadros que representan monstruos marinos
y frente a una ventana ilícita de un bar de hachís

pero no me importa, estuve contigo
más por vicio que por amor infinito
y dejé de estarlo cuando fue imposible inventar nuevas pasiones
o conseguir que la historia estuviese siempre segura
de que no habría futuro. En todo caso

de aquello me ha quedado un ansia de recuperar viejas cosas
por ejemplo la ignorancia que expresaba tu belleza
o ese puñado de poemas sin acabar
que se quedaron tirados en la cuneta
del cammin di nostra vita…





de "EL SUEÑO DE LA MUERTE"
Poesía Hiperión (2013)


YA NO HAY VIENTO

Hace mucho que no nos miramos a los ojos
o nos sentamos juntos en un banco
y comentamos que ya no hay viento,
que estamos al final pero algo puede ser un comienzo,
hace mucho que ya no me abrigas
en una noche fresca que aguanta sus luces todavía,
que suelta un vapor de nicotina y niebla
y me siento como un pájaro desnudo
o como un pobre cachorro de sombra futura
que se hiere con las voces lejanas,
y ya no hay viento, 
el día se queda sin poderse mover, preguntándose
por qué nadie sabe la hora de irse de la vida
o de salir al aire después de morir un rato
con el latido de tus cabellos en mis manos,
hace mucho que no nos sentamos
sobre un banco que tengo escondido en la maleza
de un jardín construido con el viento de las arañas
y la luz de las heridas del vacío
ya se está olvidando de nosotros,
hace mucho que no hablamos de tú a tú, como amigos
que desconocen que el futuro está en el pasado
y que el amor en sus labios
sigue existiendo sin que sus labios lo nombren.




NUEVOS OJOS

La ternura de tu esqueleto en mis manos
ahora, resplandeciendo, cuando levantas el rostro
todavía a mi lado, dentro o fuera de la iglesia,
cerca o lejos de todo, mientras mi brazos tiemblan
al rozar tu boca empapada en lluvia y barro
o rozar tu sortija de piedra, y la cabellera negra
que permanece tierna o recién nacida
puede comenzar a existir como una yerba húmeda
que rebosa por la tierra,
limpio tu rostro lleno de puñados de humo
con mis manos, un simple roce que quita la niebla
y te acaricio y tus mejillas se iluminan tan blancas
mientras estás abriendo un libro que escribí sin ti,
que no pudiste leer, del que ni siquiera
tuviste la más mínima noticia,
y mientras lo lees estoy al lado de tus ojos viejos,
sobre tu mejilla que se quiebra de gozo
con la primera lágrima que te sale, ahora lees
lo que no pude escribirte, quizá este poema
que quiere recordar la nicotina de tus uñas, las bicicletas
que no quieren devolver su alma destrozada
porque son el primer momento
de una tarde de domingo, fría,
con tu aliento abrigándome, ahora
la ternura de tu mirada se queda
en la ventana de muchas noches calurosas
y estarás leyendo este poema todo el futuro posible, 
un esqueleto leyendo un libro 
en la orilla de un río muerto, 
y los colores de la tarde resucitan
en el nuevo brillo de sus ojos…




MIRADA

Puedo con todo lo que envuelve tu ausencia, 
con la resina que está en el frío 
de los pinos y con el corazón 
que avanza por la noche detrás de nadie
y ya no necesita luces
para ver toda la llanura llena de pozos vacíos,
puedo con los túneles abandonados 
que ayer tuvieron heridas 
y sonidos desarmados
que sólo decían dolor, dolor, dolor,
puedo con el silencio manipulado en la oscuridad
como historia escrita que mancha
el corazón de negro, y puedo con tus ojos negros
que ahora observo con mi nueva tristeza,
y puedo regresar al día en el que dormí contigo
envolviéndome en tu cuerpo, 
escondiéndome en tu pecho,
puedo con todo lo que ya no es nuestro
porque ya no hay palabras y no hay oscuridades
solo una desolación que no quiere despertarse
por si acaso se pierde tu mirada
y ya no queda ni el dolor,
mientras la ausencia sube llevándose
las palabras que pueden nombrarte.




`El sueño del amor´
Poesía Hiperión (2014) 



V

Cuando me abrazas todo es sereno en mi cabeza dolida
y la angustia se cae de la almohada
al recipiente donde hierve la luz de la ropa sucia,

cuando me abrazas se pierden los voraces pensamientos
y siento que estoy tan dentro de ti amor 
que te consumo a oscuras
mientras se disuelve la nada en la luz que creamos,

y el silencio de nuestros labios encendidos
es un ruido que jamás molesta, 
crea una alianza que es dueña de mi vida,
el corazón permanece latiendo sin aurora
porque en la noche brilla el sol en tus ojos,

cuando me abrazas en la oscuridad
mis palabras cruzan tu cuerpo como una verdad 
despertando un silencio reflexivo,

solo tengo letras para escribir tu nombre sin letras
y mi perenne ocupación es ofrecerte mi ternura
para que consumas la que necesites
y mis elementos fluyan poco a poco por tu sangre
como siervos felices de tu mirada,

cuando me abrazas empujas tu resplandor hacia el mío
y estoy tan dentro de ti amor que ya no dudo de nosotros 
y solo sé amarte para siempre
quizá en un segundo que duerme congelándose
o en un recuerdo definitivo
que descansa sobre tus costillas milenarias
donde encuentro el hambre de la vida saciado

y miro la arena gris del mar que espera las palabras
aturdida porque tus huellas ya no se borran
y los labios de la marea dicen lo eterno.




XXXVII

Me sonreíste con tu cara rosada llena de espinillas
como si supieras qué nueva soledad
comenzaba a moverse por el alambre del vacío
antes de llegar al alma del espacio,

me ofreciste tu fresca mejilla, pusiste tu mano
sobre el cercado de mi corazón,
rompiste el muro que el ultraje de la vida
guardaba dentro de mi carne,
me devolviste los sueños que se desangraban
rechazando el miedo que se acercaba por el vestíbulo
para meterse en mi cama
como una fiera cuya ambición era dominarme,

cuando mi angustia de ciénaga a nadie le importaba
dormiste a mi lado desnuda,

todos los días y todas las noches que se agitaban
con el dolor de un pájaro mojado en mi corazón
fuiste el consuelo que estaba deseando,

me amaste con las últimas frases
que habían sido el remedio a mi negación absoluta
y cuando me quedé a solas con la muerte
aunque no pudiera verte, sabía,
que estabas a mi lado con tus labios ardientes
susurrándome al oído que las hojas marchitas
permanecen serenas en el paladar del universo,

siempre comprendías mi angustia
y el escozor oscuro que los parásitos del vacío 
producían en mis manos

como si hubieses sido tú
quien hubiese creado el amor más grande

que me esperaba al final del túnel más oscuro.



XI

Acaricio tu piel hasta que abandone sus tejidos
y en un relámpago de lucidez
sientas el movimiento del alma entre las sábanas
diciendo un lenguaje de silencio inmortal,

quiero volver alado el espacio con la convicción
de tu naturaleza volátil,

abro tu sostén con la delicadeza del alba que nieva,

con un gesto de amor que en el silencio refleja 
la luz de tus senos apretándome las manos
deseo vivir contigo lejos de los años,

cada beso está plasmado con alma de lluvia
en el papel de tu rostro
como un poema dispuesto a la prueba del mundo,

mis manos rompen la muralla de carne
y mis dedos suenan dentro como un violín
creando belleza en el abismo profundo,

me enamoro de tus deseos que nadie conoce
y consigo que se vuelvan luces de luna, 

abro la puerta más cerrada de tu niebla ennegrecida
para que te vuelvas conmigo al origen
y las serpientes que aman tus muslos
se envenenen con tu belleza. 




El día que me dejaste

…Soy un viejo que mira el reloj a las doce
por si te vuelves un hada dentro de la colonia
de sombras del mundo acabado que me rodea, 
Pero sobe todo, encontré mi poema, 
no lo podía haber descrito mejor:
El día que me dejaste vi el mundo
como una casa imposible de habitar,
vi las nubes como países en los que no amanecería
y los árboles como seres atormentados que hablaban
con nuestras palabras perdidas,

sentí que ya no tenía ninguna vida para dar a nadie
y que tampoco tenía una vida para mí
porque me envolvía una piel de acero
que apretaba mi corazón contra los huesos,

sentí que jamás podría volver a encontrar mi mirada
en el huerto alegre, donde el humo callado
habla con el agua verde de tu corazón misterioso,

el día que me dejaste vi la luz morir en mi puerta
como un papel vacío
que no encuentra su uniforme de mentiras o sombras,
vi los pensamientos detrás de la derrota
como paredes grises que no tienen realidad,

el día que me dejaste me quedé lleno de límites
confusos, con un dolor de espalda
y un estatus de sombra
que espera una cita en un café desierto,
ahora amor soy el epílogo de un libro
al que han robado sus páginas y busca su estantería
para poder morir en paz.





"El sueño de la vida". Poesía Hiperión (2015)


LA ARBOLEDA DE LA VIDA


COCODRILOS

Los dientes se clavan en la carne sin descanso,
hay tanta violencia que los peces huyen por el barro
y el tierno animal se golpea contra las piedras,
ve su sombra abordada por un monstruo desconocido,
el agresor tiene los ojos cerrados, las uñas clavadas
en la piel mojada del ciervo adolescente que tiembla
por un miedo desconocido que se comprime
en la estupefacción de sus grandes ojos castaños,
las gigantescas mandíbulas mueven la presa con fuerza
creando un remolino que convierte 
la sangre en delicia para la especie devoradora,
estoy sentado cómodo en un sofá que me ahoga,
tengo los ojos doloridos por ver tanta sangre
y observo la derrota de la ternura en la selva,
mi corazón quiere esconderse en la maleza de la vida
para huir del dolor que espera agazapado en los ríos,
observo el cuerpo marrón que está sufriendo mojado
lleno de un barro negro que se le mete por los ojos,
no se puede mover, levanta la cabeza hacia el cielo
sin tener otra esperanza que la muerte, me pregunto
si su mirada sorprendida podrá dormir también
donde la aurora no vuelve, los nenúfares
llenos de sangre se revuelven por el barro
arrugándose por la fuerza brutal de las aguas,
ya no son hermosos en la pantalla de color,
un rastro de muerte joven se pierde por el agua,
la angustia de los árboles paragua está clavada
en el largo remolino que sabe a tumba,
siento que algún día yo también cruzaré el río 
como el ciervo desvalido, y que encontraré
en el agua dentelladas que emergen y abren
una visión que primero es roja y luego se vuelve negra,
siento que algún día un remolino de olas sucias
se tragará mis sueños en un temblor de dientes,
al compás del barro, del clamor de una huida, 
del enigma del dolor, del enigma de la vida.




CALLES SOLITARIAS

Recuerdo que hacía muchísimo frío, y una íntima
lujuria exaltaba el manoseo debajo de los abrigos,
hacía muchísimo frío y las farolas inventaban poemas
que cuando se llenaban con el vapor de la niebla
parecían caer del cielo como copos de nieve,
recuerdo una esquina muerta y los balcones solitarios
sobre la plaza helada, las farolas arrastrando
la memoria por los soportales de una plaza blanca
y bandadas de mineros avanzando en la oscuridad
con sus bicicletas musgosas 
para cumplir los turnos de su mundo enterrado,
recuerdo el olor adolescente de su ropa interior,
los labios blancos abriéndose iluminados
por el destello oscuro de los parpadeantes neones,
hacía mucho frío, los bares se recogían en sus esquinas
como niños que han de volver a las caricias,
los parroquianos perdidos que la mina había expulsado
jugaban a las cartas con las últimas sombras
que esperaban un autobús camino del desierto,
recuerdo tu mano masajeando mis mejillas heladas,
los dedos expulsando fuego azul de las ropas,
tu cabeza en mi pecho metida hasta los huesos,
recuerdo un beso abriendo el corazón en plena calle
y un amor que allí había nacido y quería
llevarme desde aquellas calles solitarias
al más hermoso lugar del pensamiento.




PUERTO OSCURO


MIENTRAS DIGO TU NOMBRE

El cielo mira las chimeneas negras del pueblo callado
y las imagina como una madreselva de cemento
que se hiere con su primer espíritu
en los umbrales de la tarde, el cielo es una vida
que pasa por las montañas transportando una llave
de luz que abre las palabras que han amanecido
como una respuesta abrazada a los labios del tiempo,
el cielo abre sus puertas pálidas y enseña una mirada
que ya no es de aquí, porque la muerte está saciada
y los ojos solo miran el camino que sigue esperando
aparecer de regreso en el alba, cuando se ha callado
el rugido del tiempo en la oscuridad, 
el cielo suelta sus secretos como el agua de lluvia
y moja los tejados con silencios que hablan del amor
rodeando las chimeneas negras del pasado
hasta que el aire del ayer sueñe con ellas,
el cielo entrega su calma y levanta la voz de los ríos,
abre el corazón de los árboles para que llenen
con su sangre verde todas las flores pisadas
y los pétalos rotos, para recomponerlos con una luz
que solo nace si los recuerdos ganan su batalla perdida,
el cielo me habla con sus palabras secretas
y lo entiendo mientras digo tu nombre, y el silencio
que me responde dice tu nombre
y todos los colores de la vida, en un instante
vencen lo mortal y lo inmortal con tu nombre,
con una esperanza que no se pierde por las nubes,
el cielo habla de amor cuando la muerte está saciada
y triunfa una vida silente y los manzanos del patio
ya no son de aquí ni de ninguna parte,
porque lugar y sombra son labios
que han aprendido a entender el silencio.




PARTES DE UNA SOLEDAD

Adónde voy en la oscuridad entre los muertos y los vivos, 
bajo el destello de farolas que no son de ningún lado,
con las camisas blancas de domingo que aman el rocío
y los pantalones pegados a un calor que se esconde,
adónde voy mientras esta música que se está muriendo
no sabe si quiere llegar al final del viaje, o quiere seguir
atravesando la ciudad, el campo, las montañas, los ríos,
y todas las rocas muertas que hablan en las cunetas
un lenguaje que quiere acercarse a la belleza,
adónde voy mientras la vida se aleja del principio
y una soledad se acerca para explorar el silencio, 
no quiero terminar el camino que me agota, no quiero
saber que hay al final detrás de esa montaña
o quizá sí quiero para perderme en el mar cautivo
de un barreño que hay en un patio lleno de árboles,
adónde voy dando vueltas por el puerto de la noche,
hablando con el dolor que se esconde debajo
de aquellos adoquines que atrapan su misterio
reflejando en el espejo mojado de una noche,
adónde voy hasta el fondo del aire azul, escuchando 
las canciones de los marineros que me acompañan
en el viaje de un sueño por el mar más amado
mientras van los obreros metiéndose en la tierra
para encontrar la sala de máquinas del tiempo,
también voy con ellos adonde ya no hay nadie,
adónde voy dentro del mar que habita mi edificio,
siento su movimiento adentro y ya no puedo dormir,
solo mirar y mirar la llanura que está dormida
en la hermosura del viento, callada en el horizonte
mientras la vieja patria de la infancia vuelve
para acompañarme en el viaje del que ya no se vuelve, 
adónde voy luchando por entender
si comenzó la luz entonces, o comenzó la oscuridad.




EL SUEÑO DEL REGRESO 
(en memoria de mi madre, que se fue hacia lo más lejos mientras escribía este libro)


BRUMA DE GERANIOS

Ya no quedan padres hermano y cuando la noche cae
unos niños se levantan por todas partes errabundos
y encuentran pasillos vacíos, ventanas cerradas, 
puertas llenas de telarañas que forman un velo áspero
que se va solidificando hasta formar un muro de niebla,
ya no queda tarta de yogurt en la nevera hermano, 
ni discos viejos con su carátula pálida, los juguetes ciegos
andan por los pasillos como viejos abandonados
buscando la puerta que se aleja del calabozo de la vida,
ya no quedan padres hermano solo hay un escenario
en el que se vierte la vida como un actor sin fuerza,
como un torrente de soledad y abandono,
el tiempo se borra del deseo y forja su hueco
con la arena de aquel castillo que hicimos en el mar,
ya no quedan padres hermano y el aire huele
a gasas de penumbra, a geranios oscuros 
que parpadean en la sombra como ojos heridos
buscando su cuerpo y su vital caricia,
el ruido monótono del respirador sigue invadiendo
los umbrales de la angustia, las luces de emergencia
se clavan en el corazón como dardos que traen
una distancia que no se puede alcanzar, 
ya no quedan padres hermano y las legumbres del mediodía
miran el hueco del fuego y saben que se secarán
en una alacena que se devora de ausencia,
los rosquillos son cenizas blancas de relámpago
tirados en una fuente que se va desconchando
como un hule que una agria penumbra destroza,
el merengue deslinda su agonía sin esperanza hermano
y el rostro del chocolate se va endureciendo
en una vasta soledad, los melocotones se pudren
oscureciendo su corazón amarillo,
ya no quedan padres hermano y el dolor
es una cuchilla que raja los ojos 
y la mañana no puede despertarse tranquila,
los caminos de la ciudad se quedan pegados a sus zapatos, 
se van con ella como luces de la memoria
que parpadean por un pasillo que vive sin aire,
ya no quedan padres y los geranios descastados
no tienen el olor de sus dedos, el amor de su mirada,
están helados en su veneno, miran al sur con nostalgia
y siguen llorando debajo de la almohada.



EL OLMO DEL PATIO

Cuando pienso en ti los árboles se adueñan de todo
lo que tiene un lenguaje azul agazapado adentro
solo por imaginar tus canas, y verlas brillando
bajo el agua de la lluvia que atiende a la memoria
y baja desde el alma, cuando pienso en ti,
en tus dedos siempre helados, en tu pequeña nariz,
en tus ojos redondos, cuando pienso en ti,
en tu falda de pespuntes grises que se mueve
como un mar verdísimo por la casa
los juguetes huyen de la muerte malvada
deshaciéndose en el suelo áspero para ser
imagen en la memoria que habla con tu imagen,
cuando pienso en ti las viejas bicicletas
y la alberca helada salen al mar amando la vida,
salen del baúl enterrado que hay en los escombros,
y las moreras vuelven a subir por los muros
agarrándose a la humedad recobrada del río seco,
y las mariposas se desprenden del álbum corroído
para respirar en la noche,
cuando pienso en ti creo, ya para siempre
que estamos juntos otra vez, mirando un vacío,
y sé que no podemos despeñarnos
porque hay una luz rigurosa a nuestro lado
que nos agarra por la cintura y nos sostiene en el aire,
cuando pienso en ti el algodón de los vestidos habla
y recuerda tu dulzura habitando el calor
de los hierros candentes que alisan sus vértebras,
y un silencio duerme encima de la cama
traspasando mi piel con sueños y caminos,
cuando pienso en ti se marcha la niebla de mis uñas,
y el polvo que crece en su propia jaula
canta como un pájaro lleno de voces de la infancia,
y me quitas el ruido áspero de la vida que está cosido
en el jersey de humo que me envuelve, 
cuando pienso en ti otra luz niega la luz que muere
y todo se acerca a mi lado, atendiendo mi dolor,
calmando mi mente para que pueda dormir tranquilo
bajo el olmo del patio.




ESCONDITE

No quiero salir a la calle que hace mucho frío,
quiero seguir oyendo tus pasos acercándose a mi lado,
buscándome en el salón mientras estoy escondido
debajo de la cama y siento que nada puede asustarme,
no quiero salir a la calle, no quiero que el viento
me despierte del sueño de la vida que siento a tu lado,
mientras te veo acercándote a mi escondite,
unos zapatos blancos que tocan suave las baldosas
y una voz que dice mi nombre con su gracia andaluza,
no quiero salir a la calle, y ahora que te has ido
hacia la muerte quiero quedarme toda la mañana
o toda la tarde o toda la noche o toda la vida
oyendo la canción hermosa que tarareas
para que rompa la angustia seca de la casa,
tu voz detiene los termómetros y las sombras nuevas,
recobra las burbujas de las viejas fotografías,
no quiero salir a la ciudad, quiero inventarme vidas,
quedarme en este sillón mirando las paredes,
presentir tus ojos invisibles bañados de horizonte,
quiero complacer el recuerdo de las enredaderas
que huelen el vacío de tus manos
y se angustian en un polvoriento silencio,
no quiero salir afuera, quiero recordarte una y otra vez
y acoger todos los olvidos que viven a oscuras,
sentir mi vida ascendiendo hasta tus cabellos blancos
para dormirse en tus ojos como en una cuna,
no quiero salir a la calle, me da miedo la niebla,
me da miedo el frío, me da miedo la iglesia, me da
miedo una plaza que aún desea verte llegar,
quiero quedarme aquí y devolver su soledad tranquila
al cuerpo desesperado de la nevera,
y mirar las huellas perdidas del rocío que regresa
para que vuelvas a limpiarlo en el escalón amargo,
no quiero salir a la calle, deseo que sigas hablándome
de ángeles, y que me digas que jugaré con ellos,
que seré de su estirpe cuando regrese a tu lado 
sin días que me detengan, cuando al fin solo sea
un trago de humo que sale a dar una vuelta por el patio.







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