jueves, 30 de abril de 2015

ALICIA MILLÁN [15.813]


Alicia Millán 

(1981, Madrid, España)





la nieve me cae encima
se deshace, no se posa
-no puedo ser un tejado-
será porque él me dijo
tienes el cuerpo blanco
y caliente

"poemas sin lugar"





UN DÍA NACÍ INVOLUNTARIAMENTE…

un día nací involuntariamente
durante un tiempo
no recuerdo
hay sonrisas en las fotos
y un niño gritó
¿quieres salir conmigo?
y salí
corriendo

mi abuelo tenía una bandurria
y música y pájaros en las lágrimas
y lloraba yo
si se marchaba mi madre

un tío lejano de repente me dijo
que ya me había caído de la cama
reía, yo no sabía
pero me gustaba sonreír
y sonreía
todos reían
-después pregunté-
(qué importancia tan grande dan
a que los pechos crezcan)

y ya adulta
leo camino me quedo pensando
y aún a veces vivo
involuntariamente
-no hoy-
aunque el sol se haya ido
a otro poema






zurcir
pellizco un trozo de piel
introduzco
no la aguja, la palabra
la palabra alivio pasando diciendo
-no es tu culpa- 
mírala caída por todos lados
casi, mendigando ser recogida
la ilusión
-no la visceral-
la ilusión mental de oasis
y ya 
no huele a ti
algún día podrá oler a otro
a
otro sí
vuelvo
empujada a la orilla
como por un extraño al bajar del tren
-no creas
que tropiezo-
son muchos trompicones
mucho 
tartamudeo de alma
antes 
de caer a la boca
-se me olvida-
yo iba a zurcir no a desgarrar
(unir)
los pedazos
como si encontrara colmillos 
de gatos bebés por el suelo
antes
de que les salieran
pedazos de futuro -morder-
para sobrevivir
-no- amar
yo sigo amamantada

del poemario A partir de blanco.






cuando llueve, qué le pasa al río



tengo un tren en la boca
que nunca se pierde

y un ruido de amapolas

susurrando el blanco
con la herida




me he adiestrado para no recordar
(no es olvido: no recuerdo)
como un animal que mira al fuego
tengo la mirada llena de cenizas

si acaso las pavesas llegarán
a alguna parte
-yo

no lo sé-

he olvidado dormir
sin apretar los dientes
y la manera respirar despacio
me pesa la boca
y

no me la puedo quitar

*


la espera
(duerme un niño boca abajo)
presientes el latir de su sueño
y ahí reside

eres tú mismo
antes de despertar
al llanto de árboles
que
tantas ausencias susurran
(o aveces gritan)

la existencia se torna
curva que no quieres torcer

pero el cuerpo finalmente
sigue

(acaso tenga inercia
la esperanza)

*


para decir el blanco
no basta mirar a la palabra de reojo
el silencio

está lleno de precipicios

*


qué hay por dentro de un rostro
que deja de pestañear

qué hay por debajo de mi cara
más allá del hueso y de la sangre

qué tipo de conejo negro
persigue allí la mente

qué queda dentro, en la mudez
qué hace al cuerpo

volver a moverse

a veces un reflejo en la piel de un animal
(llega humo de la chimenea de otra casa)
o

un intento de sonrisa
de alguien que sufre

*


demasiada pólvora en el pecho
los ojos miran un rostro que llora en silencio
y estalla y rompe

*


si el sufrimiento fuera por la escarcha
la dureza de los días se desharía fácil con el sol
pero no
algunos días

contienen dolor como piedras

*


sigo escribiendo para quitar peso
es altruista elegir no morirse

-a veces me sorprendo-
hay gente con poco peso

recuerdo que alguna vez
tuve un cuerpo más liviano

un fin a cada instante

(tomo aire
el corazón hacia otro, -en esa dirección-
queriendo bombear el latido
dar calor o luz)

*


depende de cómo incide
(¿choca o repercute?)
la luz
¿alumbra

o es?

*


nadie puede quitarte
cuando te vistes
de una maleta vacía

y traes la sonrisa
para antes

y después de la decepción

*


que alguien se quede
(adónde del latido)
por dentro

y que se mueva como una branquia
por la que entrar

*


así, como te acercas a unos ojos nuevos
que ya has visto por última vez
tengo cerrado

-adentro-
la caja de música se rompe

*


se me ha posado una sombra de árbol en la tripa
(empieza

a filtrarse por la piel)

al útero triste -desganado-
le salen brotes

*


acércate a mi vértigo
-bésame-

como si te cayeras

*


todas las sonrisas
me fueron abriendo
-parecían ser puertas-

pero eran pájaros

*


hoy tengo un recuerdo de mañana
recuerdo
cómo te precipitarás
-volando-

hacia esos mares

*


no hace un día para escribir la lluvia
cuando se persiguen así los pájaros

(no sé por qué me empeño
en querer mojarlo todo)

*


a veces los ojos no soportan tanta nitidez
y lloran

no quiero que sea tan nítido el día
parece que todos pudieran verme más
y yo

verme

es tan cruel a veces el sol
mostrando todas las cicatrices

como agua de un arroyo que comienza
pero que no me bebe

*


en el espejo
la bombilla se aferra 
a ser estrella en la pupila
y parpadeo

parpadeo para ver si puedo

hacerla fugaz

*



en este momento
cae del cable al trigo
una cortina de pájaros





Malva. Rojo. Verde.

MALVA


mira cómo tiemblan las sombras
-no me fío de la luz-

*


la gota que resbala

-por el cristal 
o por la pierna-
¿quién puede

darme su caer?

*


¿qué emoción?

una inútil
que se asemeja más
al cansancio 
que al amor
una emoción de caja de música
sin cuerda
o de trastero nuevo
invadido por ratas

*


tanto tiempo callada
que la miraban los perros

como a un ladrido inaudible

*


se me deshace el cuerpo entre las manos
puede que no estés cuando llegues

(o que no te veas)

*


y de repente un día
me levanté sin ojos
y ya, no comprendí la luz

*


y todo roto, arrancado de las paredes
comido por el perro
y los ojos rotos también
ahora su niña ve grande al papá
(aunque puso el ojo morado a su madre)
le gustaban sus abrazos fuertes
-y a su madre al principio-
cuando las promesas eran de color azul
y todas las princesas habían muerto
menos ella y sólo ella
preparaba su cuerpo
para la mayor de las roturas:
la de dejar de ser

*


ROJO

y en el abrazo 
de pechos desnudos
(imagina lo que hace el agua
cuando introduces un dedo)
-así los corazones-
el mío quedó desplazado
hacia afuera
como si no le importara
abandonar mi obscuridad


*


de tanto anhelo
se me hace invisible la espalda
-me ves-
quedo abierta
ansiando
tu cuerpo encajado
la luz

*


sentarme sobre ti
acercar mi pecho
a tu poema

*


-entras-

miles de flores
a velocidad de flecha
suben por la tripa
por las costillas
se escinden
hacen arcos en mis pulmones

de súbito
intensamente
un viento zarandea la persiana
-entra-

todos los pétalos
se hacen lluvia
salen

por los vértices de mi cuerpo

*




VERDE

-desconocidos miran-
qué absorben
qué buscan
qué encuentran

a veces usurpan 
un silencio de cuerpo
del que no soy consciente
tengo manos tengo pies tengo pechos

algunas miradas tocan demasiado
y no te las puedes quitar de encima
hasta un tiempo después
cuando incluso ya no hay ojos

y veo donde me miran
para mirar los residuos
de un posible pensar

-pero sólo hallo el mío-
y sabes
cómo es mi pensar

es como una caja de cartón que alguien
pide para hacer mudanza
aún con restos
de migas de pan 
de a saber qué trigo de origen
qué tierra

y divago hacia dentro
me vuelvo semilla
retorno a la mano 
que la esparció
(desconocida)
recorro
las grietas 
(una mano 
que ha tocado mucha tierra)
y me tumbo en ella
como en un mar

*


de repente sólo quería apoyar
mi cabeza sobre el hombre
de hombro -un extraño-
(ni siquiera el rostro)
-no había necesidad-
sólo de olvido

*


No sé si ando
o es quien tengo enfrente 

a veces la vida se cree vivir
por el movimiento de otros

*


esta mañana
comenzó así:
con un cielo indecible


*


antes había taquicardia

corría para alcanzar trenes
ahora
he aprendido a esperar
-veo a gente chocar y tropezarse-
y veo 

a los que esperan

*


no sé si quiero ser pájaro o sauce
(los pájaros no contienen árboles)

*


apaciguar
las horas que no tienen nacimiento
verter el prisma
sacar los ángulos

la parte convexa

de lo que nos irrita

*


absorber el viento

dejar que penetre el cielo por los ojos
-enmudecer todos los gritos-

que el silencio regurgite 
el misterio de seguir







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