lunes, 19 de noviembre de 2012

VALERIA MELCHIORRE [8449]




Valeria Melchiorre
Nació en Buenos Aires, ARGENTINA  en 1970. Es profesora y licenciada en Letras por la UCA, y tiene una maestría en poesía argentina por la Universidad de Paris 8. Escribe desde hace muchos años, pero recién ahora se atreve a sacar todo a la luz. 






DE  Los dictados de la moda



VERANO 2001-2002 

Un Chanel se contonea por Callao  
lleva 
el aire de su origen parisino 
parsimonias de la seda y el brocato 
un ojal para una flor  
pespunte rojo 
que le marca los dobleces a los frunces 
la solapa redondeada 
y en los bordes 
una cinta de chantung. 

Un Chanel se contonea por Callao 
va arrasando su perfume con la siesta, 
imponiéndose al del humo del 60 
al del vino en tetrabrik de los borrachos 
al del pútrido excremento en la vereda, 
tolerando la inclemencia en las esquinas 
del desague o el desangre del diluvio, 
esparciendo sobre baches y baldosas 
una sombra tan ciclamen como el crimen, 
esquivando ropa de outlet o de feria 
uniformes de mucamas y de obreros,  
sometiendo los andrajos al oprobio, 
reclamando la epojé de las vidrieras,  
suscitando la lascivia en las corbatas 
y el arrojo de bocinas en trompeta. 

Un Chanel se contonea por Callao. 
El fru fru de la pollera torna el ruido 
soporífero de autos y sirenas 
en orquesta filarmónica 
en concierto 
en ensamble de John Cage 
en heavy metal. 
Suple el forro alternativo  
percusiones  
los botones del bolsillo  
campanitas 
y del cinto penden perlas como címbalos 
prediciendo la impudicia del compás. 

Un Chanel se contonea por Callao. 
A su paso tornanse todas las cosas, 
y su andar en cambio solo 
profetiza 
ningún cuerpo que lo pueda soportar. 






FLOREADO 

Otra rosa 
no la prístina 
que expande su perfume 
en la mañana 
se derrocha 
no la cifra suma 
o clave 
que de tanto ser nombrada 
persevera 
la otra rosa 
de estación 
la tendencia que de a ratos se evapora 
y a pesar de ser caduca 
se reitera  
serial vasta dibujada 
diferente innumerable…






ANIMAL PRINT 

Qué dirá el salvaje tigre 
de Bengala 
el que mancha sus mandíbulas de sangre 
y aún hambriento va por más 
con la sed a cuestas  
por el bosque tropical 
o el que aquí a la vuelta 
bosteza en el zoo 
y sostiene la jungla 
en el ojo  
impenetrable 
qué dirá  
su sombra tan nombrada 
el oro que fulgura y resplandece 
en cuanta página  
haya escrita sobre  
tigres 
sospecharán tal vez 
su piel sobre otra piel 
su rítmico meneo 
en el andar felino 
de esas caderas 
verán un ápice  
de sí  
en el feroz mundo 
que en su girar agrega 
otra y otra mancha al 
tigre? 










EL RÉGIMEN

Desacuerdo, sí
con que aquello que entumece
de la tripa el filamento
pueda luego someterse a los consumos
de la masa,

sobre todo si la dieta recomienda:

carnes magras prominencias
desprovistas de tubérculos
calorías
que no sean combustibles
agua y tragos
de los poco espirituosos
bocadillos
en lacónicas porciones
y anorexia en la materia
que supone
finas hierbas
para el verbo
en expansión








Hay dietas que te
proponen
asumir el placer propio
de la manera debida:

coger
con moderación
en la mesa o en la cama
evitarse los excesos
de abstinencia o transgresión
no privarse de los coitus
aunque sean interruptus
por elípticos silencios
seguir
al pie de la letra
-en los pies está la clave-
la pirueta conveniente
y acatar
con acrobacia
la postura ya aprobada
con la lengua
no llegar a desbocarse
y llamar con eufemismo
a la pasión

no tentarse
con erótico onanismo
que entre dimes y diretes
se dirime

la receta del amor de los amados








Hay regímenes
basados
en vaciar
a las palabras
de su contenido
graso:
ponga a prueba
un verbo llano
no incremente
con picantes
el sabor de lo decible
salpimente
con mesura
si se le hace agua la boca
cierre el pico
y adelgace
que no hay verso
más ligero
que el que en silencio
se escribe






No tolero los regímenes de masa: 

sin levadura ni huevos 
la mezcla bien tamizada 
así se evita el desborde 
y una vez todo en el molde 
se consigue 
mucha pasta 
para armarse 
con discursos  
saturados de decibles  
lo indecible nunca le hace 
el caldo gordo  
al que empaqueta 
las premisas enlatadas 
preparados prelavados 
así entonces 
se los tragan 
magros y perfectitos 
los bocadillos 
ya listos 
para su consumición 
y con guarnición a gusto 
la sartén bien por el mango 
del que domina la cosa 
así entonces se deglute 
tras cocción a fuego lento 
condimentado a piacere
por el dueño de la olla,  
así entonces se atragantan 
con raciones indulgentes 
vastas listas promoviendo 
la carne en su combustión 
más que bajas calorías 
puro huesos  
hacen cola  
forman fila 
se amontonan 
igualitos parejitos 
en la fosa 
Todo cuerpo sometido 
a una dieta balanceada 
vuélvese comida magra  
el día de su defunción.  





ACCESORIOS 



Pendían tus collares 
 como cuentas 
suman minutos 
fijan la hora 
en que uno puede salir 
o colgarse 
según le venga en gana.

Colgaban tus carteras 
con el peso 
de cuentas que sumabas 
y te tenían pendiente 
del hilo 
de la vida. 

Y cuando en el invierno 
rodeaba al fin tu cuello 
un echarpe gris 
pensabas en ahorcarte 

y te envolvías tibia 
en la mañana. 





II 

Una cosa lleva a 
 la otra 
 el tailleur azul 
 por ejemplo 
 a la cartera negra zapato al tono 
 y un châle de raso blanco 
para cortar un poco 
 lo oscuro y sus sombras 
en caso de lluvia 
un impermeable rojo 
que deje lejos 
las torrenciales gotas de la piel 

y cuando brilla el sol 
frenar sus rayos 
o combinar con crudo, 
anteojos de carey 
por si las moscas  
osan posarse en tu mirada 

es inútil que todo  
haga juego con todo, te dicen 
cazadora de sueños 
o ave de rapiña en el shopping mall.  






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