sábado, 26 de marzo de 2016

FABIÁN SÁNCHEZ MOLINA [18.311]


Fabián Sánchez Molina

Poeta. Bogotá (Colombia)



La salud de los poetas

A Adriano Corrales

Cuando un poeta enferma
toda la ciudad se desfigura
Es todo un caos
Así es que a los hospitales arriban hombres de todas las calañas
Llegan uno tras otro
el rumbero que fue trasnochado a puñaladas
el anciano que una vez más parlotea a solas
con la muerte Y aunque suene insólito
llegan también las mujeres a parir sus hijos
Y todo esto porque el poeta enferma

Sin embargo todo vuelve a su justo orden
cuando desgraciadamente el poeta se salva
El hombre baila y su rostro cicatriza
Los ancianos persisten en sus rincones sin rastro
y las madres ven partir a sus hijos
una vez más

Cuál será el destino que para el mundo depara el poeta?
Es incierto
El poeta es un hombre de salud mediocre





Riesgos y posibilidades

Pobre hombre Soy un pobre hombre
que ante ustedes canta hoy su desencanto
Que debe soportar muchas cosas
y asumir muchos deberes
bastantes responsabilidades
Pobre hombre Soy un pobre hombre
Debo decirle mamá a una mujer para
que no olvide ésta que es mi madre y para
recordarme cada tanto que yo soy su hijo
Porque debo simular el amor cuando lo hago
y arrebatarle poco a poco al miedo sus descansos
Porque cuando me llaman por teléfono en las tardes
debo decir que sí estoy aun cuando francamente
dudo de la veracidad de mi respuesta y
porque debo comer para no pensar en el hambre
que me invade – cada que no tengo algo que beber

Y porque con el otro debo ser ingrato
para que este no me agreda con su ingratitud
Es por ello que debo anestesiar mi alma
con un poco de dolor antes de cada sonrisa

Soy tan pobre que debo escribir poemas
para expresar mi llanto y no logro más
que enlutar mi verbo y darme cuenta que soy pobre
Pobre como un poeta
que no viaja a Estocolmo
ni dicta clases en postgrado
ni ha publicitado a honorables presidentes de la república
Como un poeta que no ha muerto
y no obstante deambula de botella en botella
aun sabiendo que desearía hacerlo de brazo en brazo
para ir alivianando su carga poco a poco
de manera bien distribuida

Soy un pobre hombre porque si llego a los 40
no serán ni 39 los poemas que pueda
yo cantar
Triste y pobre
pero al fin y al cabo hombre
porque de cara al dolor
siempre lo engaño con caricias
Soy un pobre hombre que no se consuela
con saber que su última lágrima
será la soledad



*


El esfero me raya la mano
Él ya no quiere tocar el papel
Se resistió tanto como yo a tan blanca pureza
Lector:
estás leyendo las líneas de mi mano



*



Todos vienen como opinando algo
Como queriendo que se les opine algo
Vienen me dejan un pan amargo y se van
Nunca podrían quedarse
En mi casa solo duermo yo
Como el hombre que aprendió a vivir entre los hombres
Resguardando un poco de soledad para cada uno
A cada cual lo suyo
En inexplicable equilibrio
Y tú hoy me pides que te ame?






En tierra de ángeles

Un ángel caído del cielo
posó sus pies en la tierra de los hombres
y con melancólico timbre de voz gritó:
“ Dios No existes…”
Inmediatamente
se esfumaron las alas del pequeño ángel
Una madre sonrió
y se escuchó angustioso el llanto
de un triste bebé






Encuentros con un abuelo

Estabas sentado en una tienda bebiendo lo que se podía
Unas cuantas cervezas y tres copas de un licor regalado
Los ojos de la eternidad se posaban todos sobre tu arrugado cuello
Soldado fuiste en otros tiempos
y los habitantes de los pueblos te daban plátanos cada cosecha
Empuñabas mujeres y abrazabas las armas
Traicionaste y fuiste respetado
Pasaron los años y fuiste olvidado
Ahora tiemblas y tu cerveza se derrama
Escucho tus andanzas y veo como cojean tus pies
Sobre tu vida se anclan las pestañas de la intimidad
Viejo estás solo Pero descuida
La soledad es un niño que mira al cielo






Pequeña tristeza lumínica

Una lágrima trabaja para el sol
suplantándolo en las noches
Su brillo se encarna cotidiano en las mejillas
y sus rayos son suspiros que anidan pensamientos al vacío

En el principio de los tiempos

Mi pene llora lágrimas blancas
que te entristecen la vagina
Ahora entiendo por qué nuestros hijos
nacen llorando
Todo será muy triste






Presente de cumpleaños

Hoy ya se cumplen 22 años para mi retardada muerte
y no soy más que la espera de los años que han dejado de pasar
Sé que no me presento ante tan magno acontecimiento
con las más distinguidas galas ni los más sinceros deseos
Vengo con la piel curtida las ropas llenas de polvo
y como siempre con las manos vacías como un libro
Pues qué puedo yo ofrecerme hoy
que la vida me reclama implacable las noches que tomé
y la muerte se me acerca al oído y me dice: “¡Cobarde!”
Nada hay que alguien pueda darme
Siempre miradas a diestra y besos a siniestra
Sólo les pido
Lloren sobre mi tumba
Sus lágrimas endulzarán mi boca
y sus gemidos me permitirán conciliar el sueño






Los amigos esperan

Llegan los amigos a la casa del amigo
y piden que les abra
Pero regularmente el amigo no abre
porque está desnudo
Los amigos se desesperan
Gritan: “Pero si soy tu amigo…”
Y el amigo no responde
Sólo observa atrás de las cortinas
Golpean como en la puerta de una caja fuerte
esperando que alguien salga y les abra
Como si tocaran en el corazón humano
esperando que alguien salga y les abra
El amigo nunca sale
No está cubierto y teme
pues sabe que la amistad
es la falsedad desnuda






Los espejos de Lesbos

Si pudiera ser toda una mujer
me enamoraría de ti
para besarte donde no me alcanzan
ni los labios ni la malicia
Te rastrearía con mis manos lejanas del dolor
y cosechadas en invierno

Todo fuego sería un proverbio si nos abrazáramos mujeres

Sería el párroco más pederasta de la diócesis
en este templo de sábanas
Desconcertados nos observarían todos cuando despertaran
de su eterno matrimonio con la vid
y nos encontraran abrazadas como un par de niñas locas
ángeles de cantina filósofas del beso
Si pudiéramos las dos ser todas unas mujeres
engendraríamos un hijo bello
como el recuerdo
El más macho de todos los hijos entre mujeres

Si pudiera ser mujer toda una mujer
me enamoraría de ti
Pero encuentras mi naturaleza
demasiado femenina
y mi viento no logra ahuyentar al relámpago






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