miércoles, 9 de abril de 2014

ELISA FERRADA [11.503]




Elisa Ferrada

Rica en dones y experiencia, Elisa Ferrada es una verdadera embajadora cultural de Chile. Nacida en la sureña ciudad de Los Ángeles, Región del Bio-Bio, desde 1948 vive en la ciudad de Maipú, Santiago de Chile, donde desarrolla una fecunda actividad cultural y desde donde se proyecta a otros países de la región, Europa y Japón, países que también ha visitado y enriquecido con su obra y su presencia. Entre las múltiples distinciones y premios obtenidos destacamos: Medalla de Oro y Vecina Ilustre de Maipú, Premio a la Excelencia Artístico Literaria, Premio Permanencia Medalla de Oro, Rosario de Santa Fe; Primer Premio Poesía en el Concurso Internacional “25 Años del Diario Hoy Canelones”.

Sus obras: Niño Mágico; 25 Poemas de Amor y una Canción de Esperanza (en lenguaje Braille); Improntus, ( Premio a la trayectoria Libro de Oro, impreso en Santa Fe, Argentina); La Batalla de Maipú; Adagio; Yo soy un Niño Chileno; la Vida, un Girasol ( novela impresa en Uruguay).



EL JARDÍN DE MI INFANCIA

No era la hortensia, ni las dalias, ni las margaritas; no era el rosal, los manzanillones ni las clavelinas. Blancos crisantemos, rosada azucena, chinas amarillas... no eran. Lirios, tulipanes, lobelia azulina; hiedra, enredaderas, calas, violetas..., en particular ninguna de ellas. Sí el jardín en pleno, ¡qué fascinación!, un conjunto de flores, cada cual privilegiando una estación del año; unas al lado de las otras, adelante o atrás, al medio o en las orillas – sabia y rica naturaleza – mezclando aromas, matizando colores, transformando no tan sólo el entorno, sino que los días, los meses y los años en una permanente fiesta natural, con un contagio de alegría visual capaz de penetrar suave y dulcemente hasta el núcleo mismo del alma, desbordándola de felicidad.
Y porque vi tantas flores contribuyendo con su hermosura a la maravillosa vida vegetal de aquel jardín, este se ha transformado a través de los años en un recuerdo inolvidablemente amado, instalado en el lúdico tiempo de mi niñez.

Reflexión: así es como aprendí que en el jardín humano, hay quienes no quieren “crecer” junto a los otros porque temen ser opacados. Ellos siempre quieren ser “uno” y resaltar como tal. Así también desaparecen, sin quedar en la memoria de nadie. ¡Qué desencanto produce el conocer uno de ellos!



DEL DESIERTO FLORIDO

Regresando del Sur, es posible que acudas, presuroso, a la feliz convocatoria de los duendecillos que habitan el Desierto. Entonces, sabrás que son ellos los que jugando con el viento, esparcen sobre los arenales el gran semillerío.
De ahí las añañucas, las copiapoas, los huillis, los cenecios, los dedales. Y los quiscos y los grandes cactus columnares, cual vigías del cielo, todos, por millares y miles de millones florecidos ante tus deslumbrados ojos de NIÑO MÁGICO enternecido. Tanto así, que en un clima desértico, puede que inmerso en tal encantamiento...¡sientas frío! Y otra vez, para tu crecimiento espiritual estarás asistiendo a un evento natural esplendoroso: "el etallido en flor de nuestro DESIERTO FLORECIDO".
¡Enhorabuena, pequeñito!

(Del libro NIÑO MÁGICO, dedicado a Jaime Tomislav Toledo)











2 comentarios:

  1. Necesito encontrar el libro de Elisa Ferrada,Rosario una flor de primavera.Si alguien sabe donde lo puedo comprar porque no lo e encontrado. Gracias.

    ResponderEliminar