lunes, 29 de abril de 2013

MARIO MARTÍNEZ MARTÍNEZ [9711]



MARIO MARTÍNEZ MARTÍNEZ

Venido al mundo en Alfaro (LA RIOJA) el mes de Febrero de 1949, Mario Martínez Martínez, se siente alfareño de nacimiento y de espíritu. Cursó en el Instituto de esta Ciudad el Bachillerato Laboral y su profesión actual poco o nada tiene que ver con el oficio de las letras. Trabaja en una conservera como encargado de mantenimiento, aunque ahora ya disfruta de una jubilación parcial. Por eso se considera a si mismo un autodidacta en esto de escribir.  No se precia de haber leído demasiada poesía en el pasado, aunque ahora lo hace más a menudo. Sus poetas preferidos son los clásicos, Machado, Miguel Hernández, Lorca y los satíricos de Quevedo, a quien intenta emular a través de alguno de sus poemas en unos versos ácidos e irónicos. Se vale para escribir de su fértil imaginación, dotes de observación y sobre todo, de su desbordada e inagotable afición a la lectura desde su ya tan lejana infancia, cualquier papel con letras era bueno para satisfacer su curiosidad de lectura.

Además de la lectura y la escritura, de siempre ha sido aficionado a los deportes, antes lo fue del fútbol sala, los años le han hecho cambiar este por el de la bicicleta, afición que practica los fines de semana. También le gusta el fútbol, el cine, el teatro y todo lo que sean manifestaciones artísticas, culturales o deportivas, aunque se siente muy hogareño.

Se considera una persona tímida e introvertida y la palabra hablada no es su fuerte, se defiende mejor con la escrita.
Casado y con un hijo y una hija (y ya con un nieto), sus primeros versos se remontan a los años setenta y surgen como evasión a la rutina del servicio militar y una forma de comunicación con las personas queridas. Tras un largo paréntesis, retoma la rima en los ochenta. Más tarde comienza a publicar y también a ganar algún Certamen literario. 
   
Su poesía, sencilla y de fácil lectura, se decanta  por la consecución de la rima y la musicalidad en los versos (aunque en estos últimos tiempos escribe también polimétricos y verso libre), y toca temas a veces puntuales, pero siempre cercanos y cotidianos en ese triángulo de inspiración que forman la Vida, el Amor y la Muerte. 

Es colaborador habitual desde hace años de la revista de su Ciudad “Crónica de Alfaro”, donde mensualmente publica.También es socio fundador y presidente de la Asociación “Amigos de la Poesía de la Rioja Baja”, colectivo dedicado a la difusión de la poesía en sus diferentes formas de expresión. Desde hace años también publica poemas a través de Internet en varios Foros  poéticos, en los que ha ido progresando y puliendo su forma de escribir a base de leer y escribir en ellos.
  
Su forma de hacerlo ha ido poco a poco evolucionando, para pasar de escribir casi todo en Arte menor, a base de heptasílabos y octosílabos en la mayoría de sus poemas, a desarrollar más el Arte mayor, con los endecasílabos y alejandrinos de sonetos, décimas y otras composiciones poéticas. Ahora se decanta más por la polimetría y el verso libre.

El año 2004 publicó un libro de poemas titulado “Árbol de Rimas”, cuyos poemas eran una selección de los publicados en Crónica, relacionados con la vida y costumbres de Alfaro.
  
En el 2007 publica “Huellas de paso”, su segundo poemario en solitario. El tercero, “Nido de sonetos”, se publica en el 2009, enteramente de sonetos. En 2012 publica su cuarto poemario “Navegando silencios”.
   
Ha colaborado también en “Poemas de mar a mar”, una Antología  conjunta de “Amigos de la Poesía” con poetas chilenos.
   
Así mismo tiene poemas en “Experimento poético”, “Vida de perros” y de nuevo con “Amigos de la Poesía de la Rioja Baja” participa en la Antología, “Encuentros” en la que se dan cita 16 poetas riojanos y en el 2011 con “Editorial Alaire”, Asociación poética de Internet, colabora en la Antología, “Árido umbral”.
   
A nivel provincial ha conseguido los siguientes premios literarios:

-Primer Premio “Ciudad de Alfaro” de Poesía, años, 1998, 2001, 2003, 2008, 2009 , 2010, y numerosos accésit de diferentes años en esta localidad.
-Primer Premio “Esteban M. de Villegas” (Nájera), años,1997, 2000, 2001, 2003  2007 y 2010.
-Primer Premio “Bretón de los Herreros” (Quel), años, 2001, 2002 , 2003 y 2004.
-Segundo Premio “Villa de Autol”, año 2002.
-Primer Premio “Alfaro” de Cuento, año 2003. 
-Y algún accésit más en Narrativa, tanto en Alfaro, como en otras localidades de la provincia.
-Segundo Premio en “Voces de mujer” en dos ocasiones.
-Premio Internacional de poesía “Los tesoros del agua” Expo 2008 de Zaragoza. Comunidad Europea. 





APACENTANDO MALES

No sueño en prolongarme tiempos inmemoriales,
que me perdonen esos que a la vejez aspiran
sabiendo que los años se quiebran si se estiran
y los pedazos cortan igual que los cristales.

No quiero ser longevo apacentando males,
sitiado por achaques que nunca se retiran,
siendo sólo la carga tras la que siempre giran
trastornos que conllevan daños colaterales.

Prefiero estar lo justo sin imponer presencias,
mientras mis manos valgan y la razón funcione,
mientras mi vida tenga para alguien un sentido.

El día que me sepa reducto de impotencias,
y del vivir sus fines sin tregua me cuestione…
¡Ven a buscarme, muerte! Me iré sin hacer ruido.





 SOMOS AGUA

(1er. Premio Los Tesoros del Agua.- Expo Zaragoza 2008)

Eres gota de lluvia, fuente, río,
mar que bañando costas las seduce,
hielo a perpetuidad que guarda el frío,
nieve que en altas cumbres blanca luce.

Niebla al amanecer, vapor, rocío,
llanto que la tristeza nos produce,
amniótico lagar, nido sombrío
donde albores la vida reproduce.

Recurso natural que Europa cuida
sabiendo que al hacerlo se humedece
la red de sus tejidos esenciales.

Molecular presencia compartida
por todo cuanto nace, vive y crece.
Que de agua estamos hechos los mortales.







LOS LIBROS DEL VENCIDO

Las palabras que el viento no se lleva
van quedando grabadas en la noria
de la noche del tiempo, y la memoria
a histórica creencia las eleva.

Las mentiras que ya nadie desmiente
y que narran los libros por verdades,
degeneran en necias vanidades
que acostumbran del odio ser simiente.

Y nosotros, retoños de posguerra,
que nos dieron revuelto o confundido
el término ganar y su sentido,

sabemos de la trampa que esto encierra.
Por eso repudiamos cada guerra,
y oímos la versión del que ha perdido.






MARES

No hay gaviotas, ni sal, ni marejada,
ni arenas que bañar, ni litorales,
ni existen negros fondos abismales
ni tempestad de calma disfrazada.

Aquí no encuentras velas desplegadas,
ni peces que pescar, porque no hay tales,
ni arrecifes henchidos de corales,
ni playas al bullicio destinadas.

Lo que sí podrás ver entre el paisaje
es su verde cambiar a un oleaje
que el viento danzarín mueve consigo

en la llanura extensa y ondulada
donde flota la espuma ya espigada
de un silencioso y bello mar de trigo.







NO ES LA ROSA

No es la rosa serena porque alzada
sobre su grácil tallo luzca espinas,
ni porque en su corola la alborada
deje lágrimas de oro matutinas.

No es por esa fragancia que en el viento
derrama lo fugaz de su textura,
ni por su perfección, que es el intento
de aunar fragilidad con hermosura.

Ni tampoco lo es por la armonía
de la bella paleta de colores
con que pintan los dioses sus fachada.

Es serena la rosa porque envía
a los ojos humanos con temores
un mensaje de calma sublimada.







SOÑAR

A veces un sueño dura
lo que dura un parpadeo,
la largura de un deseo
o el instante de una duda.

Disfrazado de cordura
te hace cómplice en su juego,
y suele dejarte luego
transformarse en amargura.

Pero existen ilusiones
que en contadas ocasiones
toman vida al despertar.

Aunque no haya más razones,
sólo por las excepciones,
vale la pena soñar.







VIVIR

“… Y aventará la muerte
cual polvo los recuerdos”

La vida es un lugar, una posada
donde llegamos, vemos y partimos;
una rosa fugaz que perfumada
hiriéndonos está mientras la asimos.

La vida es un pasar, jamás morada
donde arraigar los goces que sentimos,
una selva de amor tan despiadada
que se traga las flores que quisimos.

Vivir es nada más que un espejismo,
una fútil visión, esa quimera
con que ofusca la muerte los sentidos.

Y sólo nos redime del abismo
de oscuridad o luz que nos espera
los  sueños que dejamos concluidos.







SONETO A LA TIERRA

 “A mis padres,
que amaron y sufrieron la tierra”

La tierra que laboras, campesino,
es vientre de semillas engendradas,
cosecha de promesas alcanzadas
y delicado cáliz de buen vino.

La tierra es caminar, nunca camino,
es un atardecer con alboradas,
sudor de frias gotas derramadas,
rosal alguna vez y siempre espino.

Es esclava servil, aquien tu arado,
desnudo violador de acero armado,
ragándole la piel, siembra y mancilla;

y a veces recolectas sólo enfado,
pues harta de mirar para otro lado
le niega el nacimiento a tu semilla.





ESTATUAS

(En la muerte de Ángel González)  

No se deshace, no, la piedra pura,
la rocosa verdad de la palabra
esculpida en un verso
con cincel de esperanza y de memoria.
No la lacera el viento del olvido,
ni la lluvia mudable y corrosiva
de la mentira infame,
de la verdad a medias,
del forzado silencio.
Sigue ahí,
firme, 
altiva,
inhiesta en pedestales
de sencilla cordura,
donde el odio no llega a mancillar su gloria,
donde nada la alcanza aunque a veces la manchen
de excrementos las aves
del rencor y la envidia.
Es totalmente inmune al pasar de los años,
ni el tiempo puede herirla
con su latir paciente,
si plasma certidumbres,
aventa sentimientos
y el testimonio inquieto de su época refleja.
La palabra es la imagen
que en la boca, 
en la pluma,
quedará si limpiamos
de la piedra sobrante que es el miedo a expresarnos,
el libre pensamiento.





MUDO

Podría recordarte, bastaría
con vestir el olvido con tu nombre,
y apelando otra vez a la nostalgia,
rescindir el contrato que mantengo
con parte de mi ayer, el que llenaste
con la agridulce luz de tu presencia.
Aquella que me paga en desengaños,
en miedo a fracasar, en obsesiones,
y a cambio yo le cedo esta memoria
que cobra soledad por intereses.

Podría regresarte, estoy seguro,
y un rescoldo de sol se haría lumbre
en la fracción inquieta de un suspiro…
Para extinguirse luego, inapreciable,
en la pasividad de tu arrogancia.
Y volvería todo a repetirse
exactamente igual, porque hay historias
en las que los deseos nunca vencen,
historias sobre el filo de la duda,
vividas en errores y a destiempo.

Podría pronunciarte, pero entonces
me arriesgo a sucumbir por un instante
a que te hagas real, a que le pongas
de nuevo una razón a mis silencios.
Por eso enmudeció mi voz un día
queriéndolo olvidar sin conseguirlo,
temía sucumbir a esta tortura
que lo grita por mí, y que tu nombre
me congelase el alma con su fuego.




SENTADO EN LA NOSTALGIA

Queda como un revuelo de gorriones 
abanicando el aire,
como una sensación de gris vacío
pegada a las paredes, al asfalto del suelo 
reblandecido hoy por la canícula.
El retorno de un eco
que cada vez se antoja más lejano
flotando en la distancia.
La vaga sensación de una ternura
que me pasó rozando
dejándome en la mente un poso de añoranza.
Cruzaron como sueños,
como alegre cascada sonriente
que lo salpica todo hasta mojarme,
aun siendo la tristeza
el amplio chubasquero que me viste.

Felicidad a gritos 
nadando en la inconsciencia más consciente,
inmersa en aprender lo que la vida
te exigirá mañana.
Lo que luego, apenas si te sirve
para salir a flote en inseguros mares de fracaso,
donde el saber no cuenta
y es la suerte quien lanza a quien le place
la tabla salvadora del naufragio.
Me acogen los silencios en sus brazos
cuando el murmullo cesa 
y quedan sólo rumores de esperanza que aseguran,
queriendo convencerme,
que no siempre se ceba la existencia
en quien traza afanoso
el camino que lleva a superarse.

Hoy he visto, nostálgica la luz de mi memoria,
sentado bajo un árbol de la plaza,
salir a los chiquillos de la escuela.







SUSPIROS AL VIENTO

Viento, ¿adónde vas? ¿Qué secas hojas
arrastrará la furia de tu enfado?
¿Dónde ocultas tu voz cuando cansado
de tu soplo voluble te despojas

y en un atardecer de nubes rojas
respetas de la calma su peinado?
¿Dónde quedó el perfume que robado
de la tierna corola que deshojas

desnudó la fragancia desbordada 
de mi flor de pasión? Dime qué esconde
tu cálido temblor cuando te inspiro,

el arrullo sutil que en la alborada
estrena libertad, y dime dónde
vas a sembrar de amor este suspiro.





Yo no sería yo sin tu mirada,
sin la sonrisa franca donde apoyo
mi dosis cotidiana de flaquezas.

Yo no sería yo, si no creyera 

esa promesa, amor, que nunca dices,
pero que alienta en ti cuando suspiras.

Yo no sería yo, sin que tus manos
 
inquietas como blancas mariposas,
dejaran en mi piel señal de paso.

Yo no sería yo, si tú no fueras
una prolongación de mis sentidos,
el eco, corazón, de sus latidos,
la firme realidad de mis quimeras.

Yo no sería yo, si no existieras.




A LA DERIVA

De aquí a la eternidad sólo hay un paso
que daría sin duelo si no fuera
por temor a sentir cuando me hundiera
el agónico triunfo del fracaso.

Con billete de angustia y sitio escaso,
dudando entre luchar y morir fuera,
naufraga mi cordura en la patera
y el mar intuye presa en el ocaso.

La línea de la costa prometida
se difumina esquiva, sorprendida
de ser cielo soñado por mi suerte;

y una esperanza gris, desconocida,
ase mi mano al remo de la vida
mientras navega mi alma hacia la muerte.





AMISTAD

Es la amistad un vaso delicado
tallado en confianza permanente,
que no se niega nunca a ser usado
y en trago bueno o malo transparente.

Es olvido veraz tras tenso enfado,
una mano tendida ante lo urgente,
un animoso gesto si has llorado,
de comprensión y ayuda, continente.

Es no ensuciar de envidia la alegría,
no alegrarse en la pena neciamente,
ser en obra y consejo consecuente,

y hacer de tu palabra garantía.
Es compartir bebiendo en armonía
el néctar agridulce del presente.





¿AMOR O SEXO?

   No hablamos de lo mismo, según creo,
yo esbozo sentimientos más profundos
(amor lo llama siempre todo el mundo),
y tu hablas del placer y del deseo.
¿Qué marchan los dos juntos? ¡Ya lo veo!.
Esa es la perfección después de todo,
unir placer y amor hallando el modo
de que convivan siempre los dos juntos.
Que no terminen siendo dos difuntos,
o los arrastre el mundo bajo el lodo.


Porque el deseo es flor de un sólo día
si no tiene detrás algo más fuerte,
y el placer corporal (pequeña muerte),
sólo un derroche dulce de energía.
Si el sexo es nada más y está vacía
la mutua relación de sentimientos,
quizá tras el calor de esos momentos
el frío en la pareja se haga hielo,
encuentren purgatorio en vez de cielo
y se les llene el alma de lamentos.




TIERRA EN LA SANGRE

Llevo en mi sangre tierra
de tiempos olvidados,
caminos de herradura,
senderos de ganados;
de montes y de sierras,
colinas y collados,
estériles llanuras
y campos roturados.

De madrugadas largas,
de calores y fríos,
de corta adolescencia
y trabajos baldíos;
de inquietudes amargas, 
de frutos muy tardíos,
de decoro, decencia,
y estómagos vacíos.

Llevo en mi sangre tierra
de vientos del pasado,
de alpargata arrastrada
sobre surco de arado;
de sementera y piedra,
de barbecho abonado,
de galera aplastada
bajo el trigo segado.

Del polvo de los trillos
en la mies extendida,
de la paja aventada
y la harina molida;
de pasos de chiquillos
con sus prisas dormidas,
de calles empedradas
y de pueblos sin vida.

Llevo en mi sangre tierra
de pozos y trincheras,
de miseria y de gloria,
de enfrentadas banderas;
de tambores de guerra
limitando fronteras,
derrota en la victoria,
y otoño en primavera.

De tumbas y de cruces
donde el silencio danza,
de tiempos enterrados
sin pena ni añoranza;
de más sombras que luces,
más truenos que bonanza,
de sueños mal pintados
con un verde esperanza.

Llevo en mi sangre tierra
de campos cultivados,
Llevo sangre en las venas
de mis antepasados.




 FANTASMAS CALLEJEROS

Ignorado por todos, aferrado a la nada,
viendo pasar iluso la ilusión más ajena,
deshojando estaciones desabridas y eternas,
que vistieron sus cueros con amargas carencias.

Mostraba una sonrisa melancólica y triste
y la mirada esquiva de quien lleva la pena
a su vida prendida con alfiler de rabia,
con hilados de olvido, con agujas de escarcha.

Ocupaba su espacio de trabajo sintiendo
que la vida no cambia ni es piadoso el destino
con aquellos que al borde del camino quedaron
y hoy son sólo fantasmas de los hombres que fueran.

No albergaba esperanzas, ni ilusiones, ni sueños,
ni siquiera recuerdos que recordar quisiera,
no anhelaba consuelos que restañar pudiesen
cicatrices del alma supurantes y abiertas.

Jamás tuvo un mal gesto ni una palabra altiva,
aceptaba sumiso lo que el mundo le diera;
era su techo el cielo, la calle su refugio
y las sombras del parque su nocturna litera.

Una helada mañana vi su esquina vacía,
y presentí su mano tendida al infinito
mostrando una limosna de caridad eterna
y un apunte de gozo sobre su cara escrito.

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