martes, 25 de octubre de 2016

ANNA GOLUBKOVA [19.374]



Anna Golubkova 

(de nombre literario Anna Sapegina) nació en 1973 en la antigua ciudad rusa de Tver (Kalinin, según el nombre bastardo de la época soviética), en su tiempo Gran Principado rival de Moscú. 


La poesía de Anna Golubkova

Reseña biográfica de Anna Golubkova, por Milagrosa Romero Samper

Anna Golubkova (de nombre literario Anna Sapegina) nació en 1973 en la antigua ciudad rusa de Tver (Kalinin, según el nombre bastardo de la época soviética), en su tiempo Gran Principado rival de Moscú. Como señal y recuerdo de la victoria de Moscú y la sumisión de Tver, la calle principal de la capital rusa se llama Tverskaia.

El hecho de nacer en una ciudad que en tiempos antiguos perdió su libertad y en otros más recientes incluso su nombre, no es baladí a la hora de comprender la personalidad y la obra poética de Anna Golubkova.

Estudia Historia en la universidad de su ciudad natal, para trasladarse a Moscú donde reinicia sus estudios, esta vez de Filología.

Publica libros de cuentos y poemas, e incluso escribe dos novelas. Como filóloga es conocida sobre todo como autora del libro dedicado a la obra crítico-literaria del filósofo ruso R. R. Rozanov, uno de los personajes más enigmáticos y extraños de la Edad de Plata, un periodo muy breve de 10-15 años interrumpido violentamente por la Gran Guerra y sepultado de forma definitiva por la revolución.


Anna Golubkova con Mikhael Evzlin


Si queremos hablar en términos generacionales, cosa no indiferente en el caso de un poeta, Anna Golubkova termina la enseñanza media y empieza sus estudios universitarios en una ciudad de provincias exactamente cuando se desploma un sistema soviético totalmente podrido, con todos sus “valores”, esquemas mentales y costumbres sociales.

Todo cambio, incluso el aparentemente más insignificante, es percibido por las personas que lo viven como la destrucción de un mundo, aunque se trate de un mundo que odian. Ahora ya no existe ningún mundo, ni siquiera el odiado. Es la infinita soledad del hombre que se queda sin mundo, ante un vacío poblado de espectros que solo en apariencia son seres humanos. Podríamos preguntarnos si es posible la poesía en este vacío donde solo viven sombras. Odiseo desciende al Hades y habla con los espíritus de los muertos, pero ellos hablan de la vida, y solo la vida tiene valor absoluto para ellos, aunque estén cerrados en el oscuro vacío del abismo.

Las sombras que pueblan el mundo de Anna Golubkova no hablan de la vida ni de la muerte. Solo se escucha una voz, indomable y clara, la del Poeta. Y esta voz es en si misma un mundo, vivo y real. A fin de cuentas, si muere el mundo, el Poeta no muere nunca.




“Misantropía” (selección de de poemas)

El libro Misantropía, publicado por Ediciones del Hebreo Errante




la vida huye
gotea
entre los muros
cae del techo
plop-plop-plop
sobre el suelo
sobre los viejos libros
sobre las mantas polvorientas
sobre el peluche negro
del buen osito olímpico
es fría
sabe a cal
pongo debajo las manos
intento recoger un poco al menos
pero huye
incluso entre
los dedos unidos
la vida huye
fluye
escapa
hacia el mártir de turno
que vive más abajo






Quiero gritar mas la garganta
sellada por cera
las sirenas de piedra
se ríen desde lo alto de sus columnas
malvados pájaros de piedra
yo no quería
escuchar vuestra voz
yo no quería
conocer vuestros cantos
dejadme gritaba
dejadme en mi isla
no me toquéis
no necesito
vuestras tierras
vuestras llanuras verdes
vuestros largos ríos
vuestro tiempo lento
y sin embargo me han seducido
me han obligado a cambiar
la nada bella
el vacío magnifico
por las masas sudorosas
las falsas sonrisas
la carrera por una felicidad innecesaria
pero en mi isla
no había nada superfluo…





virginia woolf va hacia el río
piedra tras piedra
piedra tras piedra
su habitación no la ha ayudado
más allá del muro el mundo lleno de hostilidad y de locura
y ahora está dentro
dentro de tu habitación
dentro de tu cráneo
la puerta cerrada con llave
la ventana cerrada
ahora no se puede respirar
el espacio cerrado
lleno de horror y desesperación
piedra tras piedra
piedra tras piedra
tierra y aire
el espacio abierto
lleno de muerte
que mira desde cada arbusto
que cae del cielo
con enormes bolas de fuego
y solo la suave y tierna
acariciante agua
parecida al toque
de los ligeros dedos femeninos
salva de la muerte
y de la locura eterna
virginia woolf
va hacia el río…






De la verdadera filantropía

Diga, monsieur Guillotin,
de qué le sirve al hombre la cabeza
esa cosa extraña e inútil
que duele por las mañanas
tiene fiebre
inventa pensamientos vacíos
compone largas cadenas
que llevan siempre a lo mismo
moriremos en cualquier caso
moriremos en cualquier caso
a pesar de estas nubes y
el mal tiempo
a pesar del dolor de cabeza
las náuseas matutinas
la garganta seca
el perpetuo resfriado
esa extraña inútil
cosa
causa a todos
una molestia superflua
usted lo sabía, monsieur Guillotin,
al hacer su
filantrópica
propuesta






Epístola a Tania Zima

en esta ciudad siempre está oscuro
siempre hace frío siempre cae la nieve
y se transforma en fango líquido
el asfalto resbaladizo las sombras en las aceras
el espacio infinito lleno de fango
que chapotea tristemente bajo los pies
las miradas desgastadas de los peatones
las ventanas frías de los nuevos edificios
detrás de cada una pasa
la vida completamente igual
en el metro las caras que alguien ha llevado
y pasado a otro a continuación
la complicidad de las sonrisitas
y de las cejas levantadas interrogantes
el hielo delgado no tiene nada que hacer
ante el oscilante paso de la policía
las cuidadas filas de las señales de tráfico
el brillo de los escudos y las porras
y sobre todo esto – el señor dios
con su antidisturbios celestial
que exige con urgencia el cumplimiento
de la constitución bajada de lo alto
y nosotros debemos vivir aquí en algún modo Tania
ser seres humanos tender la mano uno al otro
intentar sacar al menos un minuto
libre del odio
que hace apretar los dientes
que está como un nudo en la garganta
absolutamente insoportable
para siempre encallado en el corazón
puro y bello
que crece continuamente






Blues misantrópico

demasiada gente
en esta ciudad hay demasiada gente
sí demasiada gente
llena las calles
obstruye con sus cuerpos el metro
en esta ciudad no queda un sitio libre
simplemente desborda
de masa humana
en esta ciudad hay demasiada gente
sí, sí, demasiada gente
y toda esta gente quiere algo
la ciudad henchida de deseos humanos
la ciudad se marchita de deseos humanos
en esta ciudad hay demasiada gente
aquí no se puede respirar
aquí hay demasiada gente
y todos son tan iguales
todos son tan parecidos
todos quieren lo mismo
que aquí no hubiera nadie
excepto ellos que aquí no hubiera nadie
en esta ciudad hay demasiada gente
sí, sí, demasiada gente
por eso aquí falta un ser humano
sí justo un ser humano falta aquí
nos salvará solo la misantropía
nos salvará solo la distancia
entre las unidades humanas
en esta ciudad hay demasiada gente
sí, sí, demasiada gente
y para esto no hay salvación
para esto no hay salida
en esta ciudad hay demasiada gente
tanta que hasta la misantropía
resulta casi inútil
pero solo ella es capaz de salvarnos
solo ella da esperanza
en un futuro mejor
en un espacio vacío sin hombres
sí, sí, solo la misantropía
solo la misantropía
mi-san-tro-pí-a



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Sobre la traductora, Milagrosa Romero Samper
Milagrosa Romero Samper es doctora en Historia por la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido profesora durante diez años en las universidades de Trento, Católica de Milán (sede de Brescia) y L’Aquila (Italia). Actualmente enseña Historia Contemporánea de España en la Universidad San Pablo-CEU y es responsable de numerosos trabajos y publicaciones en este campo.

 Además es autora literaria y traductora. Entre sus libros de literatura se encuentran títulos como Diario Fiorentino (2001), Lisboa. Saudades (2008) y Unicornio (2009). La revista Journal Poetov de Moscú ha publicado una selección de Unicornio, así como el poema «Dafne», en versión rusa de Denis Beznosov.

Como traductora se ha encargado de la obra de Michael Yevzlin (El jardín de los monstruos, 1999), Alexander Pushkin (La dama de picas, 2001), Pierre Garnier (Livre d´École. Poésie Spatiale, 2002; Une nativité. Poésie Spatial, 2004; Poemas de Saisseval, 2003; Le Poète Yu, 2004), Sergei Birjukov (Sphinx, 2010), Konstantin Kedrov y Arsen Mirzaev. Es además autora del blog de cultura rusa A orillas de la Fontanka: http://fontankii.wordpress.com/


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