miércoles, 20 de mayo de 2015

ANTONIO CÓMAS -INDIO DUARTE- [16.041]


ANTONIO CÓMAS -INDIO DUARTE- 

Antonio Cómas más conocido como el Indio Duarte, para algunas fuentes biográficas (1) nació en las llanas pampas argentinas, oriundo de una zona que fue conocida como la Tierra del Fuego. Sus curiosos poemas gauchescos tienen trascendencia hoy día. Los poemas, las leyendas e historias del Indio Duarte tomaron trascendencia a partir de su vida nómade que fue acompañada por su genial virtud para recitar leyendas de los gauchos. El Indio Duarte arribó a Colombia por 1953, allí la empresa Discos Fuentes grabo tres discos que componen toda su discografía titulados: “Poemas Gauchos", " Leyendas de la Pampa", y "El Duelo del Mayoral". Su obra en formato de audio tan solo abarcan esos tres volúmenes, dado que el Indio Duarte murió en Perú e el año 1965. Antonio Cómas en su peregrinación conformo diversas compañías teatrales siendo uno de los más famosos recitadores de poesía costumbrista autóctona de todos los tiempos.
Entre sus poemas más recordados se hayan “Para mi todas son madres”, Su poema “el beso”, “Declamaciones”, “Guapos” y “Me echaron del puesto”


AGUA TATA

Que me perdone la ciencia
Estoy solito en mi rancho
He quedado solo en mi casa
Ladran los perros afuera
Como si fueran fantasmas
Y alones de pájaros negros
Le ponen luto a mis mangas
Y es tan grande el sufrimiento
Que lo llevo en el alma
Que no lo dicen las cosas
Ni lo explican las palabras
8 años, 8 años tenía el hijito
De mi alma

Y despertó una mañana
Con los ojitos encendidos
Y el cuerpecito echando llamas
¡Me muero mama! decía
Me muero tata gritaba
Tengo sed de martirio
Tengo un fuego que me abraza
Bese al cachorro en la frente
Y a la madre en la mirada
Y volé, volé en mi caballo
Al pueblo…7 leguas
7 puñales de punta metidos en
Mi garganta
Y el grito de mi hijo adentro
¡Agua mama! ¡agua tata!

Le explique al doctor el caso
Y me acomode en su butaca
Me miro de arriba abajo
Y me dijo:
Leoncio lo siento mucho
Pero el camino a tu rancho
Es muy malo y…
Me va a estropear el coche
Yo me regrese a mi rancho
Como se regresa cualquier padre
Con el alma destrozada
Y el corazón echo pedazos
El medico no venia
El medico no venia
No porque fuese tan mala
La senda que va a mi rancho
Sino porque no tenía
Con que pagarle a la ciencia
7 leguas… 7 leguas de distancia

Así una mañana
Entre cantos y zarzales
Lo vio expirar mi pobre Juana
La madre acaricia al niño
Y yo como un ****** parado
Me quedaba contemplando
A los pocos días
Empezó a expirar mi pobre
Juana: se paraba todo el día
Con los brazos hacia el pecho
Como si acunara
A un niño recién nacido.

Y... así me conserva la tierra
Con los brazos hacia el pecho
Acunando mí desgracia
Por eso le grito al mundo
No me culpen si mañana
Dicen que soy un mal hombre
Un bandido sin entrañas
Fui pastor…y me hacen Fiera
Por eso cuando se llega
La noche y afilo mi chuchillo de plata
La única plata del pobre
Que nunca sirve pa’nada
Y este grito
Este grito que me mata
Agua mama, agua tata...




EL BRINDIS DEL BOHEMIO

En torno de una mesa de cantina,
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.

Los ecos de sus risas escapaban
y de aquel barrio quieto
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.

El humo de olorosos cigarrillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al resolverse en nada,
la vida de los sueños.

Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

Era curioso ver aquel conjunto,
aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,
la música de un verso.

A cada nueva libación, las penas
hallábanse más lejos del grupo,
y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.

Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras
dejó en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica,
del”feliz año Nuevo”…


Una voz varonil dijo de pronto:
-Las doce, compañeros;
Digamos el “requiéscat” por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza!
Porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje un cúmulo
de amargos desconsuelos…

-Brindo, dijo otra voz, por la esperanza
que a la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiese a mi existencia
puesto fin con violencia
esgrimiendo en mi frente mi venganza;
si en mi cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mi sino
una pálida estrella: Mi esperanza.

-¡Bravo! Dijeron todos, inspirado
esta noche has estado
y hablaste bueno, breve y sustancioso.
El turno es de Raúl; alce su copa
Y brinde por ….Europa,
Ya que su extranjerismo es delicioso….

-Bebo y brindo, clamó el interpelado;
brindo por mi pasado,
que fue de luz, de amor y de alegría,
y en el que hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía…

Brindo por el ayer que en la amargura
que hoy cubre de negrura
mi corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos.

-Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente
brote un torrente
de inspiración divina y seductora,
porque vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.

Brindo porque mis versos cual saetas
Lleguen hasta las grietas
Formadas de metal y de granito
Del corazón de la mujer ingrata
Que a desdenes me mata…
¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

Porque a su corazón llegue mi canto,
porque enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos;
porque con creces mi pasión me pague…
¡vamos!, porque me embriague
con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo,
y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones y reír y todo.

Se brindó por la Patria, por las flores,
por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana,
y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llena de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.

Sólo faltaba un brindis, el de Arturo.
El del bohemio puro,
De noble corazón y gran cabeza;
Aquél que sin ambages declaraba
Que solo ambicionaba
Robarle inspiración a la tristeza.

Por todos estrechado, alzó la copa
Frente a la alegre tropa
Desbordante de risas y de contento;
Los inundó en la luz de una Mirada,
Sacudió su melena alborotada
Y dijo así, con inspirado acento:

-Brindo por la mujer, mas no por ésa
en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer ¡desventurados!;
no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.

Yo no brindo por ella, compañeros,
siento por esta vez no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus embelesos
y me envolvió en sus besos:
por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseño de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero;
por la mujer que me arrulló en sus brazos
y que me dio en pedazos,
uno por uno, el corazón entero.

¡Por mi Madre! Bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,
porque sueña tal vez, que mi destino
me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.


Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dio vida,
y ternura y cariño;
por la que fue la luz del alma mía,
y lloró de alegría,
sintiendo mi cabeza en su corpiño.

Por esa brindo yo, dejad que llore,
que en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina;
dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente
que mi ausencia es un fuego que calcina.

Por la anciana infeliz que sufre y llora
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi Madre, bohemios, que es dulzura
vertida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella…
El bohemio calló; ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba inmensamente
un poema de amor y de amargura.





EL DUELO DEL MAYORAL

Qué cómo fue señora....?
Como son las cosas cuando son del alma.
Ella era muy linda y él era muy hombre,
y yo la quería y ella me adoraba.
¡Pero él!, hecho sombras se interponía
y todas las noches junto a su ventana,
fragantes manojas de rosas había
y rojos claveles y dalias de nácar...
Y cuando las sombras cubrían las casas,
y en el cielo la luna brillaba,
de entre las palmeras brotaba su canto
y como una flecha a su casa llegaba.
¡Cómo la quería!...Como le cantaba sus ansias de amores
y como vibraba con él su guitarra.
Y yo tras las palmas con rabia le oía
y entre canto y canto brotaba una lágrima,
lágrima de hombre, no crea otra cosa señora
que los hombres lloran como las mujeres
porque tienen débil como ellas el alma.
No pude evitarlo....La envidia es muy negra
y la pena de amor es muy mala,
Y cuando la sangre se enrabia en las venas
no hay quien pueda calmarla señora.
Y una noche lo que hacen los celos
lo esperé allá abajo junto a la cañda.
¡Retumbaba el trueno!..llovía, y el río...
Igual que mis venas, hinchado bajaba.
Al fin, a lo lejos lo vi entre las sombras.
Venía cantando su loca esperanza.
En el cinto colgaba el machete, y
bajo el brazo la alegre guitarra.
Llegó hasta mi todo tranquilo...sereno.
Me clavó en los ojos su fría mirda.
Me dijo --Me esperas...?Le dije --¡ Te espero !.
Y no hablamos más, ni media palabra...
Que era bravo el hombre, cual los hombres machos,
y los hombres machos, pelean y no hablan.
Como la quería... El machete lo dijo
su amor y sus ansias. Roncaba su pecho,
brillaban sus ojos, y entre golpe y golpe ponía su alma.
-- No fue lucha de hombres; fue lucha de toros...
Eso bien lo sabe la vieja cañada.
Pero más que el amor y el ensueño,
pudo la rabia y la envidia.
Y al fin mi machete lo dejó tendido sobre su guitarra.
¡No tema señora!... Son cosas pasadas.
Todavía en el suelo llorando me dijo.
--¡ Quiérela...Que es buena...Quiérela, que es santa...
Quiérela como yo la he querido
que aunque me muero, la llevo metida en el alma.
Y tuve celos de aquel que moría
y aún muriendo la amaba.
La sangre cegó, mis pupilas
y el machete en la mano
temblome con rabia.
Lo hundí en su pecho,
con odio y con furia.
Rasgué su carne buscándole el alma...
porque en el alma se llevaba mi hembra,
y yo no quería que se me la llevara.





EL SEMINARISTA DE LOS OJOS NEGROS

Desde la ventana de un casucho viejo
abierta en verano, cerrada en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubio cabello
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientas la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro
que la beca roja que ciñe su cuello,
y que por la espalda casi roza el suelo.
Un seminarista, entre todos ellos,
marcha siempre erguido, con aire resuelto.

La negra sotana dibuja su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y esbelto.
Él, solo a hurtadillas y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos,
desde que en la calle vislumbra a lo lejos
a la salmantina de rubio cabello
la mira muy fijo, con mirar intenso.
Y siempre que pasa le deja el recuerdo
de aquella mirada de sus ojos negros.
Monótono y tardo va pasando el tiempo
y muere el estío y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.

Desde la ventana del casucho viejo
siempre sola y triste; rezando y cosiendo
una salmantina de rubio cabello
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Pero no ve a todos: ve solo a uno de ellos,
su seminarista de los ojos negros;
cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa la niña que pide aquel cuerpo
marciales arreos.

Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego,
parece decirla: —¡Te quiero!, ¡te quiero!,
¡Yo no he de ser cura, yo no puedo serlo!
¡Si yo no soy tuyo, me muero, me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho,
la labor suspende y olvida los rezos,
y ya vive sólo en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.
En una lluviosa mañana de inverno
la niña que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos;
por la angosta calle pasaba un entierro.

Un seminarista sin duda era el muerto;
pues, cuatro, llevaban en hombros el féretro,
con la beca roja por cima cubierto,
y sobre la beca, el bonete negro.
Con sus voces roncas cantaban los clérigos
los seminaristas iban en silencio
siempre en dos filas hacia el cementerio
como por las tardes al ir de paseo.
La niña angustiada miraba el cortejo
los conoce a todos a fuerza de verlos...
tan sólo, tan sólo faltaba entre ellos...
el seminarista de los ojos negros.

Corriendo los años, pasó mucho tiempo...
y allá en la ventana del casucho viejo,
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa y encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
La labor suspende, los mira, y al verlos
sus ojos azules ya tristes y muertos
vierten silenciosas lágrimas de hielo.
Sola, vieja y triste, aún guarda el recuerdo
del seminarista de los ojos negros...






PARA MÍ TODAS SON MADRES

Que me importa a mi del mundo
y que me importa a mi de la sociedad
la sociedad y el mundo
me exige qUe yo heche a rodar mi hija
porque e de ayarlo
hecharla a mi hija porqe me a traido un nieto a regalo
sin que nadie supiera valgame pecado
acaso no han comenzado sus amores
cuando empezo a puntirar la primavera
que fue pal tiempo aquel que el potro rompio el cabestro para seguir la yegua
el toro salto los alambrados y al trotecito se nos fue la perra
hecharla a mi hija, hecharla a mi hija
me pide el mundo porque no supo venderse a cambio de una libreta
si hasta el reptil ponsoñoso procrea con libertad en sus abrigadas cuevas
si el rio serpentea libremente por ser hijo natural del corazon de la tierra
solamente la mujer, solamente la mujer tiene sociedad qe la despresia
pero esa sociedad admite permite y fomenta el cabaret
el mercado de las hembras
aqui nadie pregunta si una mujer es mala o buena
aqui el pudor es un mito un chiste la desverguenza
aqui el pedazo de seda tapa las marcas
que han dejado las peleas cuando esta mujer soño
ser una madre honrada trabajadora y buena
hecharla a mi hija, hecharla a mi hija
me pide el mundo porqe me ha traido un nieto a regalo
sin qe nadie supiera, valga un pecado
valga un pecado mas grande
a criar su hijo a criarlo como Dios manda
en vez de mal parirlo sin que la vean
bendita sea la mujer
bendita sean todas las mujeres
que contra el mundo y la sociedad
que las desprecian levantan bien alto el bello fruto
de sus entrañas maternas, madre
madre mia del alma que estas en el cielo
si vos madre tuviste la desgracia de ser igual qe ellas
mil veces madre, mil veces madre ¡bendita seas!...





EL FACÓN

Fue’ en invierno e’ madrugada en la estancia la tardales
Un caldero bien llena’o se quejaba en el fogón
Despidiendo voladoras nubecillas vaporosas
que enseguida se perdían en doliente contorsión
seme oculto entre las sombras del rincón más apartao
como huyendo yo del mundo por que el mundo me ahuyentó
triste solo un perro viejo, se lamía así una herida
fresca y roja que en la riña por un hueso recibió
y a los vivos resplandores de los leños encendidos
se podían contemplar 2 potencias infinitas
2 de aquellos que nos dejan
2 paisanos, ya canosos en profundo meditar.

Tan profundo era el silencio, que reinaba en el ambiente
Que uno al otro se escuchaba el latir del corazón
Y al pasar por sus gargantas el clásico mate amargo
Delataba de sus vidas una enorme condición.

Su facón…el viejo Bruno desenvaina de repente
Proponiéndose una brasa para el pucho levantar
Cuando siente que una mano temblorosa lo detiene
Mientras quiebra aquel mutismo la palabra de pomar.

-Como se parece, Como se parece su facón a otro sabe
Pero…no ha de ser el mesmo, de seguro guárdelo
Y ya que trae otro igualito,
voy a contarle la historia que está escrita en mi facón
nunca…nunca a nadie la he contao
por temor que descubrieran que buscaba
ansiosamente pa’ clavar un corazón.

Yo tuve amigo un hermano al que quise con locura
al que todos apreciaban con muchísima razón
un buen día lo encontramos muerto!
Tirao’ en el cruce de un camino
Y en su pecho clavao hasta el mango ese facónl.

Lo mato un desconocido que se fue
Huyo de miedo, por que cuando supe aquello por Jesús se la juré.
Nunca lo hallé siendo mozo, pa’ que sirve
Ya estoy viejo…soy maceta, cuantos diablos! Cumpliré...

-Bueno amigo! dijo el otro después de que escucho el relato
Y chocaron sus miradas en la cenia oscuridad
-el facón que encontraron en el pecho de su hermano fui yo
fui yo quien lo clavo un día por salvar mi dignidad!
sí, yo lo he muerto! Pero como matan los criollos!
frente a frente, sin ventajas
cara a cara, corazón a corazón,
venga, venga cumpla su venganza que me está buscando a yo
y a traviese mis entrañas con la hoja de su facón.

-Como? Con que fuistes vos, Con que fuistes vos
Dijo el otro con fiereza,
Pero viendo la cabeza blanca y gacha de su amigo
Rompe el alma en 2 pedazos y la arroja en el fogón
-venga, venga, venga, amigo un fuerte abrazo pa’ cumplir mi juramento.
Y a los vivos resplandores de los leños encendidos
Vi rodar por la mejilla de los viejos un lagrimón.





PORQUÉ NO TOMO MÁS

Se está por empezar la zafra en el horcón,
Ingenio que en la ocasión necesitaba peones,
los paisanos sus reuniones hacían en la pulpería
donde trabajo ofrecía el capataz.
Se bebía, se tomaba mucho, quizás con demasía,
en esas entró Julián mozo apreciado de tuitos,
-Sírvase de algo parcero,-Gracias amigo no ttomo,
-¿Cómo dice? ¿Quée; no toma? ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,
Y donde ha visto un criollo que no chupe por lo menos,
ja,ja,ja,ja,ja,ja, por lo menos un litro de guaro al día, ja,
a ver pulpero, ponga un frasco que va a tomar conmigo el mozo,
-Perdone amigo, le he dicho que no tomo, no quiero tomar,
pero ya que tanto insiste escuche,
yo he tomado quizás como el primero,
tuitos ustedes conocieron a esa que fue mi mujer,
mi Juana, alma pura que ni yo mesmo mereciera y
que más de alguno envidiara,
por ella si, únicamente por ella,
por no verla sufrir ni lloriquear contuve muchas veces mis impulsos de tomar.
Pero cuando un día Dios para siempre de mi la'o la llevó,
pa ese pago donde no se vuelve,
cuando me vi de sólo, completamente sólo con el hijo de su amor,
que formara al juntarse con el mio como un fruto o una flor,
entonces si!, entonces si!! volví con ansia a la bebida,
y encerra'o en mi rancho con un frasco de guaro tomaba, tomaba,
tomaba hasta perder la cabeza,
y allí cuando estaba bien pero bien toma'o,
en la pared del rancho aparecía ella,
mi Juana, y me hablaba, me hablaba con esa voz
pa' mi más dulce que el canto 'e la calandría.
Esa ilusión se me hacía tan real,
se me hacía tan cierta, que un día mi pobre hijo entrando al rancho me dijo
-¿Pero cómo? ¿todav&iaccute;a esta tomando guaro papasito?,
lleva seis días, seis días tomando,
¿Por qué toma tanto de un tiempo a esta parte papasito?,
¿Por qué?, ¿No ve que estoy descalzo?,
¿No ve que estoy vestido de harapos?,
¿No ve que cuando salgo del colegio me gritan tu padre es un borracho?
y tienen razón ¿Por qué papasito?¿Por qué toma tanto?
-¿Cómo dice? ¿Có;mo dice mocoso sonzo?
¿Qué por qué estoy tomando?, ¿Qué por qué estoy tomando?
¿No ve que tomando la estoy viendo?
-¿A quién ve?, ¿A qui&eeacute;n ? ,
si adentro 'el rancho no hay naide más que uste' y que yo...
¿A quién ve?
-¿Cómo?, ¿Qué a quien estoy viendo?
¿No la esta viendo a su madre?ja,ja,ja,ja,ja,ja
Juana, dice tu hijo que no te ve,
-¿A mi madre?, uste', uste', ¿;Uste' esta viendo a mi madre?
¿Pero cómo?,
¿No me ha dicho uste' siempre que me mi madre se ha muerto cuando yo nací?
¿Dónde está?,¿Dónde está mi madre? ¿Dónde está mi madre? yo quiero verla,
Yo quiero verla a mi madre!!!, quiero verla!!!.
-Uste' quiere verla a su madre, mire,
para verla a su madre tiene que tomar guaro,
tiene que tomar mucho guaro igual al que lo tomo yo,
ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja.
Un día frente a mi rancho me apeo,
de adentro me llegó un ruidaje como de risas, llanto, pataleo,
Algo más negro qu'el ojo 'e mi caballo cruzó por mi cabeza,
y de una patada eche abajo la puerta 'el rancho,
y en el suelo, revolcandose en convulsiones,
y con la boca llena 'e baba como pica'o por una víbora,
estaba m'hijo, m'hijo estaba el suelo,
asusta'o miré pa' tuitos la'os y sobre la mesa,
estaba el frasco 'e guaro completamente vacío,
lo alce, levantando la mano pa' castigarlo,
le dije ¿Por qué has toma'o?¿Por qué has toma'o hijo de una gran?
¿Por qué has toma'o?,
y mi pobre hijo dando los ojos vuelta por el espanto me dijo
-No me pegue, no me pegue papasito, no me peeque,
yo he toma'o, yo he toma'o, yo voy a seguir tomando,
yo voy a seguir tomando porque quiero verla,
quiero verla a mi madre como uste' la ve.
-Comprenden ¿POR QUÉ NO TOMO MÁS?!







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