miércoles, 22 de agosto de 2012

7484.- AURORA ÁLVAREZ ARIAS



Mi foto

AURORA ÁLVAREZ ARIAS
Nació el 22 de Septiembre del 1965 en Bóo-Aller Asturias-España. Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Oviedo, facultad de Filología y los cursos de doctorado en esta misma Universidad. Escribe poesía, relatos cortos y cuentos.






No eres Dios

Dices, que no hay voz en mis palabras,
cuentas aullándole a la luna
que mi canto suena a ruido.
Ni leo miedo en tu verso metálico
ni veo gracia alguna en esa noche
que tratas de tiznar,
víctima inocente de tu paranoia (in)contenida.

Humea el lomo de tu manada
azuzada por los soplos del sistema,
pavesas algún día, no de rosas,
de cactus castrados y sin raspas.

Las abejas de cristal volaron ya
se posaron con su miel en mis orejas,
luzco ahora unos zarcillos que nadie más posee.

Empuñando con valor todo mi yo
vomito cada una de las palabras
que antes había devorado,
no hay un punto ni una coma
que no haya digerido
ni una tilde ni una hache.
Todo vetusto,
ni un sólo renuevo entre las letras.

Vomito y vomito
hasta que mis tripas quedan impolutas,
nada en mi estómago
nada en mi tuétano
nada en mi corazón.
Adquiere mi vómito la silueta de un ágil gato negro
que alguien puso a traición entre mis vísceras,
cobra vida y entona magnífico Le Villi de Puccini.

Quedo limpia y satisfecha.
No eres Dios.






Lloran todos los valles

Lloran todos los valles,
los ruegos golpean el quicio y sólo
obtienen quejidos por respuesta.
Pena y llanto se abrazan
y abofetean la cara y los costados
quebrándonos el cuerpo.
Ávidos de sangre
los colmillos de la rabia muerden con saña.

Proteger, 
no es dejar abandonados 
al remolino de la intemperie los sueños
permitiendo que la nieve implacable
cubra lo genuino y el sol y sus rayos coléricos
amarilleen los brocados del alma.
Preservar,
 no es permitir que los fantasmas
se evadan del vaso
y bailen de nuevo su danza maldita.

Una vez más,
 me pierdo entre dudas pétreas
que sólo obtienen veredictos de aire.







Pesadilla consumada

A tientas en la penumbra intento palpar las ascuas del futuro,
sólo hallo frío y horas congeladas,
filos de escarcha, cenizas de rosas.
Me baño en la ribera de un río de cauce olvidado y silencioso
escoltado por rocas sonámbulas y
una silente flor decapitada.

Sueño frondoso, me atrapó en sus fauces negras y hediondas.

Atino a ser brisa y busco
sin titubeos la aurora en la retina,
me alejo de tanto escombro, despojo e invierno herido yacentes en mis sesos
en medio de la estéril soledad de unos minutos.
Huyo de una pesadilla consumada
(pasear por la muerte y sentir su aliento como único testigo).

Me baño en la luz y con su espada, decapito a las sombras.





Amanecer

Hay un momento preciso en el día 
en que el tiempo se hace sólido,
noche y luz se funden
en fraternal abrazo
desafiando al espacio y a la existencia
 se guarecen la una en la otra
siendo la consecuencia increiblemente hermosa,
conciliadora, ilusionante, festiva...
Mitad luz y mitad noche.
Después, se adormece lo negro
y desparrama el día toda su sangre
volviéndose el latido más y más intenso
hasta perecer en sí mismo
rodeado otra vez de oscuridad.
Pienso, sin temor a equivocarme,
que es justamente en ese instante
en donde Dios habita.







                      
Me enseñó la vida

La vida me mostró que muchas veces,
es necesario que pasen años
para que te percates 
de quienes son realmente los que te rodean
e incluso, para que te conozcas bien a ti mismo;
me demostró, que igual de malo
es confiar en todo y en todos
ingenuamente,
como el recelo enfermizo
ante cualquier realidad o persona;
me enseñó, que en las buenas
todo el mundo parece quererte
pero que es en los padecimientos
donde la legítima verdad aflora;
me sugirió, que aunque tenga pocos amigos
soy muy afortunada
porque ellos solos valen un mundo;
me capacitó para no esperar
demasiado de nadie,
pues el ocaso y la decepción podrían ser inmensos;
me informó hasta donde pueden llevar 
la envidia, la mezquindad y la hipocresía
a seres humanos aparentemente impecables;
me advirtió, acerca de los rebaños
de borregos estúpidos,
que ven carisma en la maldad y en la cobardía
y las secundan ciegamente;
me demostró que cuando alguien alardea
demasiado de algo,
es porque en realidad carece de ello;
me descubrió, que tanto la inseguridad
como la soberbia
son lastres demasiado pesados
y pueden conducir a la desolación;
me desveló que las cosas realmente importantes,
no se obtienen con dinero;
me alumbró para dar gracias a Dios cada día
por todo lo que tengo;
me enseñó, que hacer el bien
a aquellos que adolecen 
produce una sensación exquisita
llamada felicidad;
me reveló que los miedos y los prejuicios,
son bardales que te impones tú mismo
a través de la mente y,
sólo tú puedes emanciparte de ellos;
me probó, que hay demasiada ignorancia
en este mundo
y que ella, es responsable de demasiadas cosas;
me descubrió que es de sujetos inteligentes
prescindir de aquello, 
que no aporta nada positivo a tu vida;
me mostró que el tiempo y la vida
se encargan de hacer justicia,
más tarde o más temprano;
me enseñó que nadie me quiere tanto
como me quiero yo misma;
me capacitó la vida, para ser razonablemente feliz;
me enseñó, a vivirla intensamente
a cada instante.







Noche mágica

Arderás hoy por fin
entre las llamas de mi hoguera interna
cuando el anhelo de renovación
te azuce con ansias y,
acrisolado,
rebrotes renovado e impoluto
como el recién llegado que se aferra
a la vida con ganas.
Bajo la mirada expectante
de una luna diáfana y su manto oscuro,
profetas de la candente caricia
del deseado estío.

Desplegará el velero su velaje,
amplio y crepitante,
y en él nos alejaremos
yo y tú, deseo buscado.
Ávidos del rocío tempranero
de un mañana diferente. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario