domingo, 24 de agosto de 2014

SARANELLY DE LAMAS [13.009]


SARANELLY DE LAMAS

SARANELLY DE LAMAS (Ríobamba, ECUADOR 1933 - Guayaquil 1992). Fue poeta, periodista y narradora. Dentro del periodismo fue Corresponsal Cultural de los diarios El País y Occidente de Cali, Colombia. Corresponsal Cultural de El Tiempo de Bogotá en New York y redactora de la Página de Arte del diario El Nacional de Caracas. Entre sus obras principales constan: Revenant (1961); Crónicas para un lugar desconocido (1982); Orfeo y Otros cantos y Los peces de jade cantan a la Paz.




ANTOLOGÍA DE
OCHO POETAS TANATICAS
DEL
ECUADOR

por
Rodrigo Pesántez Rodas




BALANCE

Si de repente Dios - que ciertamente existe
llamándome por mi nombre me dijera
es hora de liquidar el sueño;
haría simplemente un balance.

Más de una hiel en horas sin medida
pero a cambio, espejos y abalorios
para adornar el rostro de la herida;
un prisma casi ingenuo
para apresar la magia de las cosas
y un simple azul por todo lo creado.

De cuanto real establecido contemplé;
he amado más lo irreal que no poseo;
luego me conservé fiel a la fe:
creer tan sólo en aquello que no podemos ver.
Si tropecé y caí,
mi fe en el ser humano
jamás tuvo caídas.
No quise ver la perfección jamás;
apenas la limpieza necesaria.

Todo cuanto amasé fue nada entre las manos
monedas que se gastan al contacto del día.
Y mi culpa mayor -que me exime de culpa-
elegir un camino de herradura
para llegar al sueño.

Nada me asombraría si de pronto
la única palabra que no existe
me fuere a solas revelada.





VAN GOGH

Tú ya no escuchas por fortuna.
Tus girasoles y tus huesos
arden bajo la nieve
de la abstracción dorada de la gloria.
La oreja rota, la vela en el sombrero
y tu tristeza,
son la leyenda roja de tu vida.

Pero qué apagaría
aquella iracunda lumbre de tu miedo;
secaría la sed de tu garganta
degollada
al filo del sol de tus paisajes,
restauraría
tu arisca soledad de fuego?

Qué importa ahora
tu interrogante sin respuesta
quemándote tus labios tras el polvo!
Para salvarse invictos
sólo los elegidos descienden al infierno.





DE LA QUE PERDIÓ SU SOMBRA

Cómo dejar,
como quien deja un traje por cansancio,
la enajenada piel
tan harta de mi sombra;
y esta remisa mansedumbre
en que he perdido el hilo de mí misma.

Qué arenas increíbles inventar
de puente hacia el vacío
si de rodillas y a solas como un grito
me doy contra el espejo de mi sombra.

Ir hacia parte alguna y retomar
el áspero camino de regreso
a mi antiguo camino.

Ir hacia parte alguna
en donde el sueño
-como perro de viejo conocido-
se haya tendido al pie
para aguardarme.






CRÓNICAS PARA UN LUGAR DESCONOCIDO

Si estuvieras aquí ya no hallarías los ríos que dejaste:
la luna cabalgando fantasmas,
continentes azules que juntos recorrimos.
La luna es una esfera helada y trasnochada;
los ríos se han secado
y la tierra se ha vuelto más huraña.
Desde algún rincón de tu sonrisa un viento me aclimata
el alma que me diste;
y aunque no sé dónde reside tu alegría,
te narro las cosas que han pasado. Todas muy graves.
Hasta para tu estoica resistencia.

Me parece que ayer nomás estabas a mi lado.
Y América era un pañuelo rojo
desplegado en tu mano
cuando el copihue era para nosotros un ave rezagada.
Los hombres y las patrias que vivimos no son los mismos,
te imaginarás.
Tan sólo los farsantes no han mudado de piel.
La libertad que me enseñaste a descubrir
-la única patria universal y eterna que conozco-
ha desbordado en algún quicio del alma de las gentes
y le cierran el paso sembríos de fusiles.
No queda sitio sin cascos y sin botas.
Los caídos son muchos.
El Ché murió cercado y maniatado
entre una puna amarga de Judas y de coca.
En tu tierra el mate ha pasado a la historia.
Y nuestro viejo amor por Chile -Chilemapocho,
Chileroto de vino y lluvia-

También se despertó Neruda abajo!
Ya no es hermoso el panorama que te pierdes.
Y hasta -como quisiste- quizá te fuiste a tiempo.
Tu hermana Berta se calló. Rebeca ha envejecido
y un verano violento me ha talado por dentro
a tientas de saber que ya no estás,
ni hielo ni estatura ni voz alguna me trasplanta
al rostro tuyo que no hallaré jamás.
Finalmente aprendí lo que quisiste:
me he convertido en hiedra que se afinca a tu musgo.
Que pasa de cara erguida al mal sin que le roce el alma.
Como mi sombra vas vestido con la piel de mi sombra.
Y como a Dios aprendí a amarte en todas partes
sin que estés en ninguna.





IMAGEN

Fuera de mí hay ruido siempre.
De pasos idos y frases desteñidas.
Y estoy sola contigo.
El perfil de tu nombre en el recuerdo
y tu cuerpo al alcance de mi mano.
Una palabra apenas y estás viviendo aquí,
como si fueran ciertos
tu gesto más sencillo y el filo de tu risa.

Pero una voz tan sólo es suficiente
para que huyan tu boca y tu presencia
igual que un pensamiento sorprendido.






MAGIA

Cuando quiebres el rostro
que inventé para ti:
cierra los ojos.
Habrán perdido el color
de mis símbolos.

Baja la voz:
no será necesario que el río
aprenda a cantar
frases sin música.

Y cuando el último relámpago
ilumine -hueca- tu última palabra,
palpa tu cuerpo:
lo sentirás desnudo.
Nada. Ni hojas ni estrellas ni río
nunca habrás estado más solo
y despojado de ti.

Deja caer tus manos: sentirás deslizarse
los pedazos de Dios que hice contigo.





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