domingo, 15 de junio de 2014

LEONOR DINAMARCA CARRASCO [11.906]



Leonor Dinamarca Carrasco 

Nació en Santiago de Chile, el 26 de septiembre de 1975. Licenciada en Educación (UMCE), Profesora de Castellano (UMCE), poeta, pintora y tarotista, comulga con las letras enfermas desde remotos tiempos; amante del Black Metal y del Death Metal se deja influenciar por el ritmo duro y oscuro del rock pesado; quienes le conocen saben que es posible invocarle a través de Bach y los Órganos de Tubo y que gusta de la Viola da Gamba. En el año 2002 publica Metáforas Negras (Ril Editores), en diciembre del 2004 publica Maeror Demens (Ediciones Brazo de Cervantes) y en el año 2007 Diabolus in Musica (independiente). Ha publicado en una edición bilingue y con fotografías de René Hormazabal el poemario Demonios de otro reino/ Demons from another kingdom (2008).





Metáforas Negras

Yo no seré poesía
ni viento tempestuoso.
No seré poeta porque esa
es la máxima mentira del idioma.
Mis vestidos serán los mismos de siempre.
Mi cama será mi sepultura.
Las flores crecerán tras mi desidia.
El amor se irá,
como tantas otras veces
de mi vida...No pretendo ser poeta.
Qué mierda haría tratando de ser otros.
Enfrascada en círculos herméticos.
Gritando por estandartes
que nunca fueron míos.
Sentada en un trono
que no me interesa.
Preocupándome por tener un sitio
en la mente ajena...
Cuando ni yo misma recuerdo,
claramente, mis promesas.
No pretendo ser alguien
cuando he bebido Sidra con la Muerte.
Yo vengo desde el fondo del pecado…
No podría vivir en los libros de Historia,
ni en las antologías poéticas,
ni en las clases de Castellano.
Nadie creería en mí.
Sería un espectro hecho mal por otras manos.
Una voz que nunca fue, realmente, mía.
Sería lo que todos quisieron ver:
Una leyenda comprensible
en falsedad de los humanos.
No podría vivir en un doctorado ridículo
de algún famoso literato.
Me daría risa tener que alimentar
la pobre mente de los idiotas.
Me revolcaría en mi tumba
al ver cómo pierden el tiempo
descifrando mis palabras...
Yo no seré poesía.
Ni poeta.
Prefiero vivir en la mente de los locos.
En el delirio de los insomnes.
En el corazón de los bipolares.
En cada persona del esquizofrénico.
En la mirada sincera del autista.
Convertida en viento.
Convertida en árbol.
Pero
¡No!
Señores…
No seré poeta.
No me alcanza el tiempo ni las ganas
para vivir rodeada de mi misma lengua.
Para levantarme, temprano, en las mañanas
y ver este reflejo cruel
en los rincones de mi casa.
No tengo tiempo...
No me quedan ganas...
Me basta conmigo misma
como para escucharme en otras voces,
mal recitada en otras camas.
No tengo tiempo…
Y no tengo ganas.
Bastante he vivido con mis huesos
como para ser tema de tertulias
en salones de esmeralda.
No señores.
Yo no tengo ganas.
Dejen a esta ilusa contar hormigas
por las tardes.
Los duendes recogerán todo despojo,
ellos se encargarán de mi cadáver.
No quiero ser la carga de los vivos.
No quiero ser molestia para nadie.
Déjenme contar hormigas.
Seré feliz intoxicándome de cifras…
Y no traten de decir que soy poeta,
el viento siempre trae mis verdades.
Prefiero ser maldita
o cualquier apelativo conveniente;
pero no me entreguen galas que no quiero.
Maldición.
Confusión.
Crucifixión.
Maldición seré
para todo aquel que me recuerde,
se llenarán de mariposas blancas
sus mañanas.
Sonreirán como idiotas
creyendo en la fidelidad de mis palabras.
Soñarán conmigo...
me verán con alas,
con el encanto de un vampiro,
con la profundidad de mi voz
susurrando conjuros malhadados.
Seré la brisa de suspiros y de encantos.
Seré cualquier cosa que deseen.
Menos poesía en otros labios.










Caminar

He pintado
Escribo hasta hacer sangrar mis manos
He amado
Cocino como si hoy fuese el último alimento
He bailado
Actuado
recitado
e incluso blasfemado
He ensayado con músicos
Mis letras están brotando
he fotografiado mi rostro sin una gota de maquillaje
y con máscaras perfectas
en todos los retratos me he desconocido
He cantado cuando nadie me escucha
he grabado mi voz en tardes azules
he coleccionado mariposas y vestidos
anillos, llaveros, piedras y cuchillos
he hablado con gitanos
he pasado hambre
he sentido frío
he viajado lejos
he vuelto a mi nido
tuve amigos borrachos
enemigos honestos
tuve dinero a montones
y los bolsillos vacíos
algunas veces me engañaron
otras morí en una esquina
aturdida por el frío
algunas veces engañé
para encontrar el olvido
he bebido absintha
también natre, llantén,
sangre de drago y mate
He mordido unos labios
he rezado en silencio
me he ocultado en iglesias
he querido ser canción
y me han llevado al infierno





Los piojos saltando

Los piojos saltando 
como malabaristas que intentan seducirme
entre sueños
Las camas pútridas de sudor ajeno
Los pelos haciendo nata 
en el piso que sostiene el universo
Los huesos fríos de los que tienen 
hambre y sed de justicia
Las manos ajadas de tanto lavar el alma
Los perros sarnosos aullando a la luna siniestra
La poesía violenta reclama 
por los heridos de muerte
Los herpes acarician 
las bocas de las putas
que han querido ver mi nombre
marcado por venéreas maldiciones
La peste bubónica en el umbral de mi puerta
Las virulentas preguntas que han dejado
aquellos que le vendieron el alma al diablo
sin saber que YO era su hija predilecta
Cada acto maligno me espera
sin poder tocarme 
porque las sombras me protegen
para coronar 
el libro de las revelaciones
Soy la elegida
y la seducción de los ciegos me alimenta
me río…
de la podredumbre ajena.







Para qué insistes en perderte en las sombras

Para qué insistes en perderte en las sombras
Ángel portador de la luz…
Ni el propio Dios podría borrar 
la provocativa luz
de tu mirada
Para qué insistes en envenenarte
con sudor ajeno
Y crucificarte en oscuros espacios de miserias
Tú eres y brillas
aún en la demencia
que te inventas
Brujo en la penumbra del caos
Hechicero en un mundo enfermo
Animal en cuerpo de hombre
Ángel con alas de miedo.
Tengo tus garras surcando mis brazos
Tu lengua asfixiando el recuerdo
Tus dientes desgarrando mi alma
Tus manos camino al infierno
Portador de locura indecible
Demente entre tantos soberbios 
Demonio
Profeta
Luzbel
…mi otro yo y mi veneno. 






Los poetas no tienen ojos ni manos.
Carecen incluso del músculo cardíaco.
No poseen sentido del tiempo ni del espacio.
Son ajenos a sí mismos.
Los poetas, como todo artista,
exhiben su cadáver al mejor postor
haciendo piruetas infernales y macabras
para existir.
El poeta se desnuda demasiado en sus palabras;
por eso yo he sido:
un invento de la gente,
un juguete de comentarios y desaires,
un espectro de mil voces,
un ser lacónico de viento,
un ser sin vida 
que juega a ser feliz en el destierro.
Los poetas mascan las mismas manías
que yo poseo,
con la diferencia
aberrante 
de mi nombre
pisoteado sin razón en tantos suelos.

[Metáforas Negras]








La verdad 
suele decirse
a destiempo.

Me gusta la verdad 
en medio de la desnudez
del alma.

Hay amores 
que no deben pronunciarse.

y pasiones
que deben evitarse
a toda costa.

lo bueno es que nunca aprendo.

[Diabolus in Musica]







He mirado tus ojos con ojos de viento
fingiendo poemas, destruyendo tus versos.
Muerte inconclusa.
Muerte a destiempo.
Soy sin querer serlo; 
pasión de otros labios,
agonía en tus cuentos.
He mirado tus ojos con ojos de viento.
Saben más mis delirios.
Saben más mis recuerdos.
Soy la muerte que ronda
cada vez que converso
con versos humanos
con alcohol y silencio.
Soy la muerte acostada
o de pie en un espejo;
la que finge estas líneas.
Soy los ojos de viento.

[Diabolus in Musica]




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