jueves, 21 de junio de 2012

7115.- AVELINO HERNÁNDEZ





Avelino Hernández nació en 1944 en Valdegeña (Soria). Estudió Filosofía y Letras,  Humanidades, Filología árabe y Derecho, hasta que su intensa implicación en la lucha contra la dictadura le llevó a la clandestinidad y a la cárcel. Murió en Selva (Mallorca) el 22 de julio de 2003.

Escribió libros de viajes (Donde la vieja Castilla se acaba, Crónicas del poniente castellano, Itinerarios desde Madrid o Myo Cid en tierras de Soria), relatos infantiles y juveniles (Una vez había un pueblo, Silvestrito, La boina del contador de cuentos o Conspiración en el parque del retiro), poesía (El septiembre de nuestros jardines y Las bolsas de la basura, inéditos) y novelas tan inolvidables como: La historia de San Kildán (Premio Miguel Delibes 1986), La Sierra del Alba (1989), El día en que lloró Walt Whitman (1994), Una casa en la orilla de un río (1998), Los hijos de Jonás (2001) y La señora Lubomirska regresa a Polonia (2003).





Fecundas hijas de Mnemmósine,
compañeras del fulgente Apolo,
que, supliendo las carencias de mi estro,
me habéis dado cantar con cálamo piadoso
a quienes son estrellas rutilantes en este amado tiempo nuestro.

Ferviente os ruego que lo que mis insuficiencias
esta vez me han impedido,
quiera Apolo mañana donármelo con éxito:
cantar a los más grandes, a los magníficos, a los amos verdaderos,
discretos pese a todo, circunspectos siempre, sobrios se dice, de
apariencia austeros, avizores, sigilosos, lábiles, arteros, dañinos de
verdad, garrapatas perennes, sanguijuelas sin fueros…

No sigas: son los banqueros.








Cita 

Y ahora ya que los dos sabemos
que ser o no ser
no era un cita de Shakespeare,
nos queda hacer lo que mejor hacemos;
seguir queriéndonos.


*

Adiós al mar

Estaba atardeciendo.
Bajaba el sol a acostarse en Miramar.
Yo sentado en la proa,
tú en el timón, desnuda.

¿Y no ha de haber ya más navegar así
de la mano,
solos, libres,
juntos,
en balanceo constante del llaüt sobre las olas?

¡Volad! gaviotas! Os devuelvo al mar.





A mis lectores

Vivo gozoso en las montañas de Lluc
Escasas monedas llegan cada mes a mi cuenta.
¿Qué dinero puede darle el mundo a un hombre que pasa la mañana
leyendo los poemas de Li Po bajo las parras del otoño?

Por eso pido poco, lector: sólo que pague
Las 1.800 pesetas del precio de la venta.
De ellas me darán a mi 180
Y de estas, 18 serán para mi agencia.
(El 18% de ganancia que reste
lo entregaré, puntual, al fisco en primavera.)

Y ahora ya me animaré al que falta (con toda ircunspección, pues el palacio arzobispal no es precisamente territorio frecuente)

Mitad humano
mitad divino,
mitad de allí
mitad de acá,
mitad azul celeste
mitad azul marino
excelentísima mitad.

Arzo de día
de noche bispo,
chica en el desayuno
en la cena limoná
mitad carne
mitad pescado,
Eminencia raro, pero nunca santidad.

Mitad pescador
mitad santo
mediamentira
mediaverdad
mitad y medio
ilustrísimo cuarto y mitad.

(Disculpadme, creyentes, si alguno sois lectores.
Ya veis que mis esfuerzos me resultan inútiles.
No acierto a cantar vuestros pastores.
¡Aguja desmañada en paños tan inconsútiles!)





MARBELLA'S  SUMMER CIRCUS

Pasen, señores, pasen y vean:
la mujer con barba,
el enano forzudo,
el ternero con seis patas
y la llegada del Príncipe Shaf a su mansión
en la ciudad de Marbella.

3000 personas le acompañan.
300 mercedes de alquiler aparcan a la puerta.
1500 teléfonos móviles sonarán en su entorno
400 azafatas rubias han sido contratadas para los invitados.
Vean, admiren, vean
el equipaje del séquito que llega
en una flota de camiones de transporte internacional.

La casa, por cuya puerta el príncipe está ya entrando
está valorada en 27 millones de euros.
Hay además 200 suites reservadas en los mejores hoteles y villas
alquiladas por 180.000 euros al mes para los huéspedes. No, no,
por seguridad, esta vez no se han tirado a la vista del público los
habituales dólares entre reporteros, famosos en decadencia,
policías, el alcalde y los munícipes.

Pasen, señores, pasen y vean
¡Único!
¡Solo por veinte días!,
la mayor vergüenza de Europa
en el Marbella's Summer Circus.




Envío

Mientras se apaga el crepúsculo a mi espalda...
Te escribo esta nota... amigo.
Se recoge ya a su intimidad callada en esta hora [el río GROMEJÓN];
que toda esta tarde ha estado desnudo, abierto a la luz
y a mi mirar desde la brisa y los pinos...
Sé que en esta misma hora tú estarás
dando de mano una jornada más en la hermosa tarea
que te has impuesto: levantar la casa de tus padres
en este corazón tan viejo de CASTILLA.
Y recuerdo cuántas veces, en días de encrucijada,
me has evocado el sabor antiguo de los nuestros:
"Grulla: a tu tierra; aunque sea en una pata"
Puede que no te falte razón.
Hoy, ahora, cuando inadvertidamente la noche
ha descendido una vez más a posarse sobre ella,
te escribo esta nota. 
Quiero que acompañe la entrega de esta gavilla de páginas
compuestas al rebusco entre mis textos viejos.
No sé si su preparación ha sido un quehacer de nostalgia
o una voluntad renovada de canto.
Sólo quisiera haber acertado a transmitir en ellas
el pálpito de una CASTILLA gozosa, viva, nuestra...
Tan diversa de la que otros, antes, estéticamente exaltaron;
o crudamente plañieron.
Léelas en tu paz...y en el gozo sosegado (allí donde te encuentres)
y recuérdame -recuérdanos- cuando oigas el cantar agridulce
de las torcaces en la enramada.




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