jueves, 21 de febrero de 2013

LUCÍA ALFARO [9265]






Lucía Alfaro nace en San José  de Costa Rica el 20 de setiembre de 1959.
Estudió Administración de Empresas y Filología en la Universidad de Costa Rica.

Es Gestora Cultural del Grupo Literario Poiesis; y Secretaria de la Asociación Costarricense de Escritoras.  

Es funcionaria de la Universidad de Costa Rica

Ha participado en encuentros de escritores nacionales e internacionales, en los que han incluido sus poemas y ensayos en las respectivas antologías.

Obtuvo mención honorífica con la serie de poemas Inevitable Huida en el Certamen Lisímaco Chavarría, 2007, cuyo compendio se publicó un año después. 

Su primer poemario Nocturno de Presagios se publicó en el 2010, por la editorial EUNED. 

Conserva inéditos cuatro libros de poemas, uno de relatos cortos, un libro de ensayos y está preparando su primer novela.





21 GRAMOS 
   
                   Nunca llueve eternamente…

La sombra de los árboles tampoco es eterna,
ni los huesos donde flamea este cuerpo,
a veces torpemente.

No es eterna la piedra
ni el gramo de vida
que se agitó en las alas de aquel colibrí,
cuyo dolor hoy besa el pavimento.

No puede ser eterno 
el grillete que acompañó al unísono gemido 
de tantas ocarinas,
ni los goznes que tensan las compuertas
de las dobles conciencias.

Quizá esta soledad
que siempre antecede mis vigilias.
Quizá esta sed de cigarra
que trascendió mis muertes
y me une al estigma
de la llama en el verso. 
Sé que nada es eterno.
Solamente la llama,
sin la sed, sin el verso.







GESTO CLANDESTINO

         Al niño que me mira
              desde el lado más oscuro del alba.

Sé que no has aprendido
otra forma de transitar el miedo,
por eso te refugias en el gesto disímil
de este medio día,
atravesando mi insigne soledad 
como una ala negra.

Sé que ya no te importa
que otra vez el sol
trastoque fieramente,
ese ángel tiznado
que muere tan despacio entre tus poros.

Cuya mueca puntual
deambula entre mis calles,    
ignorando tu nombre
y el pétalo zaherido de los Cristos
que nacen a destiempo.

Ambos sabemos que no hay un dios posible
en tus noches de adictos puñales.
Ambos sabemos que te venció el olvido
mucho antes que la muerte.






CONTRA TODA IRONÍA

¿De cuántas cercanías
está hecho el olvido?
¿Con cuánta sed se inclina
la herida de esta fábula
que aún llamamos vida?

La prisa, las facturas,
la diáspora en mi cama
y el lápiz que se impone
deshaciendo la tarde
contra toda ironía.

Desde la otra orilla
me traspasa la brisa,
que se enrojece y sueña
filtrando las sinuosas
mentiras de la lluvia.

Y un circo ya cansado
restriega su miseria
entre los bulevares.

¿De cuántas soledades,
obtusas soledades
se corona el misterio?
¡Con cuánta sed Te inclinas
a pronunciar mi nombre!





TRASTOCADA DE TI

                                                    Me desordeno amor, me dosordeno
                                                      cuando voy en tu boca demorada...
                                                                                 Carilda Oliver

Me desordenas, 
y amanezco tan plena,
tan tuya, 
tan ajena de mí
 y de mis contornos,
con ese aroma
a café recién chorreado
humeando entre tus muslos. 

Soy campo de batalla
mientras la sábana
compite con tus dedos:
carboncillos ingrávidos
ruboreando mi cuello,
mi cintura, mi pubis,
mis íngrimas crecientes;
y me gobiernas
adverbio inexcusable
en el arrodillado
grito de tu cuerpo. 

Oh eslabón del cielo,
que en el cielo me toca
y me trastoca,
cruzada fervorosa
franqueando en pleno 
mis montañas. 

Me desordenas toda,
tan esperado, 
tan mío,
tan preciso. 





POBLANDO TU CUERPO

Comienzo por tu espalda,
por las sedientas
laderas de la noche
que circundan tu cuerpo.
Por tu humeante costado
tan ebrio de trigales,
donde resbalan torpes mis latidos.

Comienzo por sentirme enamorada
de ese ángel convexo
que me llama hacia el borde de tu vientre,
por sentirme deshecha 
bullendo hacia tu boca
como una marejada
de ávidas luciérnagas.

Luego quedo suspensa
entre las espirales
voraces de tu sexo.


Entonces todo el vino,
todo el pan, todo el fuego
se me ofrece en tu cuerpo…






TU CUERPO ANTE EL MÍO
                                            
                                            Yo no quiero más luz 
                                            que tu cuerpo ante el mío:
                                            Claridad absoluta, transparencia redonda.
                                                                       Miguel Hernández


Te desnudo...
y eres como una afluencia
de pájaros resueltos
en bruñidos trigales,
que en tu cuerpo encallaron
cuando Dios dijo vida.
¡Y se abrieron los mares
como ávidos silencios en tus ojos!

Te desnudo...
y eres una colmena
humeante y atrevida
continuando mi cuerpo
con tu rastro de azahares,
la curva más lozana del naranjo
que deshoja su sed
en mi noche entreabierta.


Te desnudo...
 y eres siempre un poema
entre las callejuelas sedientas de mi sangre,
una lágrima enhiesta 
besando mis esporas.
Y la innombrable brizna
de Dios entre el silencio.






CORAL MALHERIDO

                     Somos solo una herida del milagro
                                                 Julieta Dobles        
                   

Anoche fue tu beso
encrespando mi talle,
mientras me dividía
como una mariposa
esquiva del olvido.

Me recliné en tu cuerpo
húmedo de corales,
para empuñar mi alma
seduciendo el augurio
de cualquier lejanía.

Entonces fue tu lluvia
una roja campana
derretida en los bordes
de mi luna entreabierta.

Anoche fue tu luna,
completa, inagotable
quien se filtró curiosa
en el  íntimo espacio
que dejaba el gemido.

Y anoche, sin pretextos,
como otras tantas noches
yo tan solo fui el ala
que faltaba en tu cuerpo
de coral malherido.






SED INCONCLUSA

Tal vez me marche antes del ocaso
con una página inconclusa entre mis venas.

Discretamente violentaré mis sueños
para soñar tu sombra 
tras la lumbre indefensa de mi vela.

Más allá de mis pétalos tardíos
y del rasgado reflejo de mis lunas,
despertaré, amor,
sintiendo que no basta
la sed de un solo día para amarte.








6 comentarios:

  1. Lucía, tus poemas de amor son siempre inusitados, sugerentes, llenos de emotividad, pasión y buen gusto. Gran sentido del ritmo, metaforización impecable. Me encanta solazarme en tus versos, abrazos.

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  2. Lucía, son muy profundos y hermosos tus poemas. En los versos amorosos transmites la suavidad y el romanticismo apasionado de una mujer amante de la vida y del amor; en los versos sobre la muerte impresiona la hondura de tu palabra poética; en los versos sociales traspasas como una daga.

    Abrazos
    Ana

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  3. Qué bueno verte en estos sitios. Hermosos poemas que siempre sorprenden en cada relectura. Te felicito.

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  4. Gracias Ana Muela, sin tu intervención nuestra poesía no estaría en estas páginas, mis respetos para tu pluma y para tu gestión cultural. Recibe mi abrazo sincero desde la misma orilla del poema.

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  5. Andrey y Gerardo, dos excelentes poetas, dos compañeros leales en este hermoso viaje que nos marca la palabra, dos hermanos en la lucha por la reivindicación del ser humano. Gracias amigos, su criterio es valiosísimo para mí.

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