martes, 4 de noviembre de 2014

MARIANA MIRANDA [13.916]



Mariana Miranda 

Nació en Rosario, el 5 de mayo de 1966. Es poeta, psicóloga clínica y forense. Ha publicado: “22 Canciones para a(r)mar y otros versos”, Ed. Keynes, Rosario, 1994, “Muertita y otros cuentos”, Ed. Del Dock, Bs. As., 2008, “Gil, Santo argentino”, Ed. Del Dock, Bs. As., 2009 y “Bagualas para mi tierra”, Ed. U.N.R., 2010. Ha obtenido premios publicación y menciones de honor en concursos literarios nacionales, internacionales y locales. Dicta talleres de lectoescritura en Rosario.





Ausentes

El traquetear seco del helicóptero
me dijo
que mi momento había llegado
En la anestesia sordomuda de la previa
entendí
que la vida es algo tan frágil
tan valioso
Confundí
los recuerdos vehementes de mi niñez
con las presencias de tus voces
amada mía
con el perfume de tu piel
con el anhelo de tu cuerpo desnudo
Y me vi
cayendo desde los cielos del Río de la Plata
maniatado
torturado
malherido
quebrado
suplicante
anestesiado
Y te vi
riendo tu risa
de alegría fresca
de alegría limpia
de alegría tierna
Y te vi
riendo mi risa
amada mía
riéndote por lo que no nos pudimos reír
por lo que nunca pudimos hacer
por lo que nunca pudimos vivir
por lo que no fuimos
Como una risa absurda creciendo en el aire
enredándose hasta los tuétanos
del traquetear seco del helicóptero
de donde me tiran
los hombres de verde
que también me gritan
que también se ríen
que también vomitan
Odio
desafiando la Memoria
de la Historia general






Final

Cenizas
de un incendio
desparramó el viento

Lágrimas
de un entierro
lloró el aire seco

Cristales quebrados
soñaron
con un vientre de hielo

La sangre de los humanos
se mezcla con el infierno
de la peste

Y el sol se quema
en un cielo plano
donde todo miente

Es un espejismo
el lago de estaño
en donde el cisne muere

Y los bosques lloran
el rocío de la guerra

Y los pájaros cantan
la canción de la miseria

Y una lágrima se calla
detrás de la carcajada hueca

El fuego purifica
la faz de la tierra

Sólo cenizas quedan
Vuelan
Tan sólo vuelan






Raya

Y había una raya azul
Que dibujaba pájaros
en el cielo
Que transformaba palabras
en el silencio
Que quemaba soles
dentro del hielo
Que encendía los bemoles
de esta guitarra que siento
Y había una raya azul
que se pintaba los colores
de los barcos
Que rejuntaba las maderas
del naufragio
de nosotros
Que destrozaba fronteras
sin espanto
Que atravesaba trincheras
besando santos






Ruta

Abismos de hielo
susurran los pétalos
de los ángeles

Lágrimas del infierno
lloran los diablos
en tu equipaje

Y vos
Viajante de viajantes

Empezás
Otra vez
Otra ruta de agua







Poema Nº 18

Lágrimas
como estrellas
caían en la plaza
Cálidas
como las huellas
de algunos fantasmas
Una esperanza hecha añicos
quedaba
reclamando al infinito
la devolución de su alma





Melincué

Los huesos de los ranqueles acribillados
duermen en el lodo
de tus barros curativos

Melin emerge
harto del odio
hacia los blancos

Y del agua negra
surgen los espíritus
que trafican las memorias
de los muertos

Y la historia 
golpea
una y otra vez
tu tiempo

Y la historia 
acribilla
una y otra vez
tu cielo

Y cada inundación
es un golpe
a mansalva
masticando los recuerdos

Y el cisne miente
tus paisajes de ensueño

El cisne flota
en el límite del tiempo
y se desliza
sobre tu espejo

Disfrutando
tus llanos muertos

Los flamencos lloran
tus tercos silencios
Arrastran de rosa
todo el firmamento

Y el ranquel se yergue
en el horizonte negro
Clamando justicia
pidiendo su paz

Clamando por más
Silencio
para descansar…






Manos 

Manos
frías
golpeadas

Manos
casi como tus alas
Patria

Manos de azúcar
que inventan caricias
que no existen

Manos de lluvias
que sangran el agua
que no nos diste

Manos que tejen 
recuerdos milagrosos
Manos que no escuchan
las manos del odio

Manos
Manos heladas

Manos
Manos atadas
Patria

Y nos imaginamos tus manos libres
Nos imaginamos tus manos de alas
Nos perdemos todos en un sueño

Triste 
es volver
a tus manos atrapadas






POEMA Nº XI 

Un angelito de lata
que se llevó la noche inmensa

Un angelito de azul
como la mar nuestra

Un Lucifer muy maldito
que derramando miseria
se llevó mi alma de pobre
almadepobrequesueña

Un angelito soñado
bajo una luna quieta
un angelito de antaño

Casi
como estas palabras nuestras







ESCRIBIR

Adoro escribir poemas en los bares
plagados de historias secretas
en cada borra de café

Adoro descubrir miradas ciertas
entre gente que se ama
y se dice una palabra

Admiro las historias de las gentes
mezcladas entre tantas otras gentes
caminando por ahí

Creo en las lágrimas
de las pasiones ciertas

En las palabras
que no siempre se dicen
por ese ¿qué se yo?
de los no audaces

Despierto en las vidas
de tantas otras vidas
que menean sus presencias
en las multitudes anónimas

Y mi voz
es el milagro de todo eso
a través de mí…





RÉQUIEM 

Réquiem
de trapos sucios y mojados
para tu entierro
de sangre

Lamentos
por haberte cobijado
dentro mío

Réquiem para tus muertos
desmayados
en el bautismo de lodo

de los más largos
fantasmas

Réquiem de hojalata
para sufrir en cartón

las miles de muertes
de tu abortado adiós.






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